UNA SEMANA POR SUIZA CON EL SWISS PASS ✏️ Blogs de Suiza

Bueno Suiza es un país maravilloso, de verdad recomendable para todo el mundo porque hay de todo para hacer por todas partes para parejas, familias con niños, grupos de amigos.....de todo para todos y como no, son suizos y lo tienen todo muy bien montado sobre todo la zona central de los alpes....ay, que maravilla.....

Todo empezó porque tengo una amiga que estuvo viviendo unos días en Berna el año pasado y me dijo lo bonito que era. Dijo que de todos los sitios en los que había estado, que son bastantes, que en paisajes era lo más bonito que había visto nunca (y no se equivocaba) y como no sabíamos que hacer este verano dijimos que porqué no organizabamos una semana a principios de Junio que ya hace mejor tiempo pero que no es todavía temporada alta y los precios aunque ya de por sí son altísimos, no lo son tanto como en verano y hay un poco menos de gente.
El vuelo lo compramos bastante pronto, a finales de febrero, y nos costó poco más de 100 euros las dos personas en la web de Easyjet. Volabamos Madrid- Ginebra a las 9:40 de la mañana del 1 de Junio y volvíamos a Madrid desde Basilea el 7 de Junio a las 20:55 de la noche pudiendo así aprovechar el primer y último día.

Para movernos allí compré el Swiss Pass de 8 días que es como una especie de abono donde puedes montarte en cualquier tren, autobus, tranvía, barco y teleférico de Suiza. Está casi todo incluído sólamente pagamos en algunos trenes de montaña como los de ir a Junfrau en los que te hacían un 25 % de descuento pero de todo lo que hemos hecho en el viaje, ese ha sido el único billete que hemos tenido que pagar por lo tanto genial, ha sido comodísimo saltar de un tren a otro que funcionan super bien, que son comodísimos (y eso que los compramos de segunda clase que si los compramos de primera no se que hubieramos tenido) y que son puntualísimos. El precio es caro, para 8 días nos costó a las dos 508 euros ( al ser más de una persona te hacen un poco de descuento) y los compramos a través de la web www.swisstravelsystem.es y los recogimos en la agencia de viajes especializada Traveloteca que está en Madrid aunque creo que los pueden enviar a cualquier parte de España si no se puede ir a Madrid a recogerlos.
Hay mucha gente que hace este viaje en coche pero yo soy la única que conduzco y tal y como es el transporte en Suiza, nosotros decidimos no hacerlo y de verdad que genial. Además con este pase se pueden hacer cruceros y montar en teleféricos que de otra forma daría más pereza porque tienes que pagarlos. ¡Con el swiss pass como todo está incluído asi que lo quieres hacer todo!

Y ya lo último que reservé fueron los hoteles que me costó bastante más que otras veces ya que esta vez tenía que buscar en webs locales bed & breakfast y casas de huespedes que salieran más baratas porque los hoteles que aparecían en las típicas web como www.booking.com eran carísimos ( aun así sigue siendo más caro que otros destinos ya que ninguno bajaba de 120 o 150 francos la noche).

Lo más caro y en lo que más dinero nos gastamos fue en la comida. Cenar en un restaurante te costaba entre 60 y 100 francos (y sin pedir mucha bebida y a veces sin postre). Para comer comprabamos pan, fiambre y queso y nos hacíamos sandwitches pero mínimo también te gastabas 20 o 25 francos con poquito que compraras asi que bueno, fastidia pero hay que asumir que estás en Suiza y aunque es caro hay que comer sí o sí.

Este es el itinerario que hemos hecho:

1 de Junio: visita a Ginebra y tren a Berna (dormimos en Berna)
2 de Junio: Visita a Berna y tren a Interlaken. Cuevas de San Beato, crucero por el lago Thun y visita a Thun (dormimos en Interlaken)
3 de Junio: Top of Europe, visita a Grindelwald e Interlaken (dormimos en Interlaken)
4 de Junio: Visita a Lauterbrunnen, cascadas, teleférico a Murren, ruta por la zona y vuelta a Interlaken. A mediodía tren a Lucerna, visita a Lucerna y crucero por el lago (dormimos en Lucerna)
5 de Junio: Visita a Lucerna, tren a Zurich y visita a Zurich (dormimos en Zurich)
6 de Junio: Cataratas del Rhin y visita a Zurich (dormimos en Zurich)
7 de Junio: Tren a Basilea, visita a Basilea y avión de vuelta a Madrid

Las ciudades son pequeñas y la verdad es que se ven en seguida y en la zona de Interlaken recomiendo pasar varios días porque se pueden hacer muchísimas actividades. Nosotros estuvimos sólo 3 pero si hubieramos estado una semana no hubieramos parado de hacer cosas.

Pero sobre todo lo mejor es que el tiempo nos ha cundido muchísimo. Yo pensaba que lo que había planeado para ver en una semana era demasiado pero nada de eso, fue perfecto y nos ayudó muchísimo la puntualidad de los trenes y la facilidad de saltar de un transporte a otro que nos hacía llegar antes a cada uno de los sitios a los que íbamos y así tener mucho más tiempo.

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Nuestro vuelo salía de Madrid a las 9.40 de la mañana y antes de embarcar cambiamos unos 1000 euros a francos suizos. El cambio no era malo, nos dieron unos 1300 francos y con eso tuvimos para todo el viaje (sin contar los hoteles que los pagabamos con tarjeta).

Llegamos muy pronto a Ginebra, sobre las 11:30 de la mañana y en el aeropuerto cogimos un tren que nos llevó a la estación central. El aeropuerto está cerquísima de la ciudad y tardamos como 5 minutos, es sólo una parada.

En todos los trayectos que hemos hecho por muy cortos que hayan sido venía el revisor a pedir los billete y la primera vez que presenté mi swiss pass me dió un poco de miedo por si había que validarlo y yo no me había enterado bien o alguna otra cosa, pero que va, nada de eso, se lo mostrabas y algunos nos pedían el DNI porque el billete es personal y viene el nombre y el número de DNI pero nada más, totalmente válido y sin problemas y así durante todo el viaje.

En la estación que se llama Ginebra Cornavin dejamos las maletas en consigna que creo que nos costó 6 francos y nos fuimos a visitar la ciudad.

En todas las estaciones de Suiza hay taquillas que cuestan entre 4 y 10 francos (las hay de diferentes tamaños) y son comodísimas por lo que recomiendo totalmente utilizarlas sin problema, son muy seguras y vienen genial para dejar las cosas y visitar la ciudad.
Nosotros las usamos en Ginebra, Interlaken y Basilea y muy bien. De todos modos tengo que decir que fue fácil movernos de una ciudad a otra con las maletas porque llevabamos sólo 1 trolley y una mochila que no es nada. Antes solíamos llevar mucho más equipaje pero hace tiempo que me di cuenta que es ridículo llevar tantas cosas que luego no utilizas y con el de mano intentamos apañarnos siempre que podemos y si necesitamos algo de aseo que no hayamos podimos meter en el equipaje de mano lo compramos allí.

Salimos de la estación y no se muy bien pero nos perdimos un poco. Mi mapa era un poco malo y salimos por el lado que no era y preguntando a dos o tres personas no tuvimos mucha suerte porque no hablaban inglés y nos cabreamos un poco porque ninguno era capaz de indicarnos bien por donde estaba el centro de la ciudad y eso que tampoco estaba lejos. Quizá por esto y porque hacía un frío horrible esta es la ciudad que menos nos gustó.

Ginebra es quizá también la más moderna de todas las que visitamos. Desde la estación bajamos por la Rue de Mont Blanc hasta el Lago Leman y al llegar al lago me llevé mi primera decepción porque no veía por ningún lado el geiser y eso que mide 145 metros y es que con el aire que hacía era imposible tenerlo encendido porque mojaría a todas la ciudad...jo....con las ganas que tenía yo de verlo....pero bueno, otra vez será...


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En el lago, cruzamos el Pont des Berges y fuimos hacia el casco antiguo. Ya en la plaza de Bel Air pasamos por la calle Confederación Marche donde había un montón de tiendas y un mercadillo de verduras y comida y fuimos hacia el centro por la calle Rue Cité que después se llama Gran Rue que es una calle cuesta arriba desde la que se llega al ayuntamiento y la parte vieja. Por aquí hay un montón de galerías y tiendas monísimas de decoración que tenían la verdad es que muy buena pinta.


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Al final de calle está la placita Bourg de Four y a su izquierda la Catedral de San Pedro a la que se puede subir a la torre y desde la que dicen que hay una buenísima panorámica de la ciudad pero nosotros no subimos por el frío y el viento que hacía.


A la derecha bajamos al parque Pomenade des Bastions para ver el Muro de los Reformadores que es un muro de 100 m de largo por 5 de altura que representa las figuras de los principales reformadores Knok, Calvino, Farrel y Bèze y que es uno de los símbolos de la ciudad.


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Y bueno por allí dimos una vuelta, callejeamos por restaurantes y tiendas y bajamos otra vez al lago para ver el jardín inglés y el reloj floral.


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Dicen que merece también la pena la iglesia ortodoxa que tiene unas cúpulas doradas en forma de bulbo pero está un poquito más alejada del centro pero nosotros no llegamos a verla.

El día seguía siendo horrible y por la zona del lago el viento casi nos tiraba y no nos apetecía estar más tiempo en la ciudad por lo que decidimos irnos y al subir de nuevo por la Rue de Mont Blanc entramos a un Mcdonalds a comer algo y madre mía, aquí ya tuvimos contacto con el nivel de vida suizo: ¡¡26 francos, ketchup aparte, nos cobraron por dos menús normales!!! ¡¡¡casi nos da un ataque!!!

Después del robo que habíamos sufrido en el Mcdonals y ya sufriendo porque pensabamos que el presupuesto con el que contábamos se nos iba a disparar muchísimo (aunque luego no fue para tanto) nos fuimos a la estación, sacamos las maletas de la taquilla y cogimos el primer tren que salía para Berna. Como siempre muy fácil, en los andenes pone perfectamente visible hacia donde va el tren y no nos equivocamos ninguna vez en todo el viaje.



El trayecto duró casi dos horas pero no se nos hizo largo porque las vistas eran preciosas, primero por lago Leman hasta Lausanne y luego por zonas de bonitos paisajes hasta Berna.

Al llegar a la ciudad llovía un poco (que bien, íbamos a tener una semana de mal tiempo, lo que nos faltaba) y el hotel estaba en el centro muy cerca del puente de Nydegg y del foso de los osos asi que teníamos que ir hasta allí andando y teníamos unos 20 minutos.

Berna es pequeñita y desde la estación salen 2 o 3 calles que te llevan todas hasta el río y el parlamento se queda a la derecha de la estación (está como a 5 o 10 minutos andando, muy cerca).
Anduvimos por la calle pincipal que está toda cubiera por soportales por lo que aunque llovía no nos mojabamos (estos soportales están declarados como Bien Cultural por la UNESCO de lo bonitos que son). Aquí las tiendas eran preciosas aunque se las veía carísimas.

Esta calle de soportales empieza llamándose Spitalgasse, luego hay otro tramo que se llama Markstrasse, otro que es Karmgasse y el último es Gerechtigkeitsgasse que era donde estaba nuestro hotel. El hotel se llamaba bed&breakfast gg27 y estaba en el nº 27 y era una casa normal en la los dueños vivían arriba y alquilaban dos habitaciones de la planta de abajo. Majísimos, había una cocina donde podías tomarte un café cuando quisieras y el baño estaba en la planta de abajo (al ser una noche no nos importó en absoluto compartirlo). Nuestra habitación era enorme y la cama comodísima y nos costó 150 francos la noche.


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A las 17 h ya habíamos dejado las maletas y nos íbamos a dar una vuelta, yo había calculado que llegaríamos sobre las 20 h y no nos esperaban ni en el hostal pero tuvimos suerte que estaba el marido de la dueña y nos abrió la puerta que si no, no podemos entrar.

Cogimos un mapa de la ciudad y como ya habíamos visto la zona de los soportales al venir de la estación de tren fuimos al río y allí en seguida pasando el puente Nydeggbrucke que es precioso con sus casitas monísimas dando al río.

Sacamos muchas fotos desde arriba.


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Y después bajamos a la orilla del río para sacar más fotos de cerca. Madre mía que bonito era y eso que no paró de llover en todo el rato.


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Desde aquí teníamos muy cerquita a los osos. Que chulo, los osos estaban todos despiertos para arriba y para abajo dando vueltas por el foso (dicen que la primavera es la mejor época para verlos ya que se pasan todo el invierno durmiendo y en esta época son muy activos).
El oso es el símbolo de Berna y aunque estoy segura de que hay mucha gente defensora de los animales que está en contra de que los osos estén ahí a mi me encantó verlos.


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Estuvimos bastante tiempo por el río y luego subimos por Gerechtigkeitgasse viendo todas las fuentecitas (la de la justicia, la se Sansón, la del cazador...hay un montón y todas son muy llamativas de vivos colores) hasta la torre del Reloj.


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El reloj es muy bonito y unos minutos antes de dar las horas en punto un montón de gente se agolpa delante para ver a unos muñequitos que salen del reloj moverse y dar las horas, un estilo al de Bruselas pero es más pequeño y está más cerquita. Esta zona es preciosa e hicimos bastantes fotos.


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Al bajar fuimos por la Postgasse para ver el Ayuntamiento (Rathaus) y una iglesia preciosa que había al lado.


Cerca del hotel también estaba la casa de Einstein que se puede visitar aunque nosotros como ya eran más de las 18 h nos fue imposible porque en Suiza a partir de las 17 h todo cierra.

Es una pena, nos pasaba en todas las ciudades y pueblos, y es que no es yo quisiera ir de compras pero es verdad que cuando monumentos y tiendas cierran tan pronto no hay casi vida en la calle a pesar de que el sol no se quitaba hasta las 21:30 h. Entonces si, después de las 17 h paseabamos pero te da la sensación de que aunque es de día no nos cundía tanto el día como aquí en España donde todo cierra tan tarde pero bueno, en el centro de Europa es así, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas...

A las 18:30 h habíamos quedado con la dueña para pagarle y nos recomendó para cenar un restaurante que estaba en lo alto en el Jardín de las Rosas y que de paso vieramos la ciudad desde allí que las vistas eran preciosas y le hicimos caso. Madre mía que bonito aunque nos costó lo suyo subir hasta arriba de lo empinado que estaba. Este jardín no es muy popular y encima como llovía no había casi nadie y se sube por una cuesta que hay al lado del foso de los osos (no tiene pérdida porque hay un cartelito) y puedes ver la forma de lengua que tiene el río cuando pasa por la ciudad y es precioso.


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Cenamos genial en el restaurante y vimos desde allí anochecer y como se encendían las lucecitas de la ciudad poco a poco. La verdad es que muy bonito, Berna nos estaba encantando.


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Prontito, sobre las 21:30, bajamos la cuesta y volvimos al hotel para acostarnos para poder levantarnos prontito al día siguiente y seguir viendo cosas.

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Como ayer nos acostamos prontito hoy nos hemos levantado sobre las 8:00 de la mañana. Ayer la dueña de la casa nos dijo que hoy era festivo en Berna asi que vamos a salir a ver lo que nos queda de la ciudad aunque es pequeñita y ayer vimos casi todo.

Me tomé un poco de pan que había cogido la noche anterior en el restaurante con mermelada y mantequilla y un café no muy bueno en la cocina de abajo mientras mi novio se arreglaba (yo no puedo salir a la calle sin tener algo en el estómago) y salimos a la calle paraguas en mano porque sigue chispeando igual que ayer.

No había nadie por la calle, sólo algún que otro turista perdido como nosotros. Hemos andado hacia la torre del reloj, hemos hecho otras mil millones fotos y hemos llegado a la Theaterplatz donde está la fuente del ogro y luego más adelante hasta Bundesplatz donde está el parlamento.


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Aquí en verano hay una fuente en la todo el mundo se baña pero como era de esperar estaba aparagda. A la entrada había una escultura de una aralla gigantesca con sus grandes patas.


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Estaba cerrado, como no, y estuvimos por la parte de detrás que da al río disfrutando de las vistas y sacando fotos, la verdad es que Berna nos encantó, es monísima y tiene un encanto especial incluso con lluvia.


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Llegamos hasta el puente Kirchenfeldbrücke y pasamos al otro lado a Helvetiaplatz que es donde están los museos más importantes de la ciudad.


A los museos se puede entrar gratis con el swiss pass pero nosotros no tuvimos tiempo de ver ninguno. Volvimos a cruzar el puente, aquí también está el casino de la ciudad y cogimos la Munstergasse para llegar a la catedral por la que también habíamos pasado el día anterior.


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A esta hora segía chispeando y todo estaba cerrado. No encontrabamos ningún sitio para desayunar y teníamos un poco de hambre por lo que volvimos al hotel, cogimos las maletas que habíamos dejado en la habitación y nos marchamos hacia la estación que sería el único sitio donde encontraríamos algo abierto porque en Berna ya no hacíamos nada más y menos en festivo.
Sobre las 10.30 u 11.00 estabamos cogiendo un tren a Interlaken ya mucho menos hambrientos con café y croasancitos en la mano....


El tratecto dura unos 50 minutos y madre mía que bonito, empiezas a ver lagos y montañas nada que ver con el primer trayecto de Ginebra a Berna que tampoco era feo pero no era como este....

Por el camino mi cabeza no paraba de dar vueltas, dios mío teníamos tantas cosas que hacer en la zona que no sabia por donde empezar porque aunque llevaba preparados los diferentes planes y rutas que podíamos hacer habíamos llegado muy pronto y no quería desperdiciar ni un minuto....

Llegamos mucho antes de lo previsto a Interlaken (esto nos pasó varias ciudades en todo el trayecto y por lo tanto contabamos siempre con mucho más tiempo del que habíamos planeado), eran sobre las 11:45 cuando llegamos a Interlaken West, nos bajamos y empezamos a contemplar la maravilla que teníamos ante nosotros porque Interlaken está situado en el valle de un conjunto de grandes montañas y entre los lagos de Thun y Brienz y miraras donde miraras sólo había montañas y era precioso....


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Muy cerquita de la estación, como a 10 minutos pasando las vías del tren y en lo que se llamaba el Unterseen (como una especie de barrio o de pueblo pequeño dentro de Interlaken) estaba nuestro típico hotel suizo que era una casita preciosa de madera de las que hay por la zona. En seguida nos dieron la habitación que era pequeñita pero suficiente y tenía baño con ducha. Se llamaba Sunny Days y nos costó 120 francos la noche con desayuno incluído.

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Aquí ya hacía bastante mejor tiempo, fuimos a un supermercado a comprar unos sandwitches para comerlos más tarde y como lo que tenía peor horario eran los cruceros y queríamos hacer uno decidimos coger uno por el lago Thun que salía en seguida a las 12:45.
Os recomiendo que si quereis hacer un crucero mireis los horarios en Internet en www.bls.ch y planeeis bien el día porque los horarios son un poco raros aunque merece la pena totalmente. Nosotros como pensabamos llegar sobre las 14 h no nos venía ningún barco bien pero al final como llegamos tan pronto nos dió tiempo a hacer muchísimo más.

Dicen que el lago Brienz es más bonito porque es de un azul claro precioso (lo pudimos comprobar en el viaje en tren a Lucerna) pero como los cruceros por el lago Brienz salen de la estación Interlaken Ost y nosotros estabamos en West nos venía mejor hacer este pero vamos que también es precioso y recomiendo sí o sí hacer alguno de los dos.


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Realmente no son sólo barcos turísticos ya que a algunos de los pueblos en los que paran sólo se puede acceder en barco o andando y aparte de turistas hay personas de la zona que los utilizan diariamente.

Madre mía, todo era precioso y por todas partes veías a gente haciendo senderismo ... La segunda parada del crucero era el pueblo Beatushölen- Sundlauenen donde estaba las Cuevas de San Beato y decidimos que era una buena idea estar por allí un rato y volver al barco otra vez más tarde.

En el barco no pagamos nada, sólo tuvimos que enseñar el swiss pass cuando pasó el revisor como siempre y ya está y te podías mover con total libertad por todas partes sin problema, era genial, hacía sol y te daba el viento en cara y mirabas las montañas y madre mía, que relax y que bonito todo...


Las cuevas están bien, tampoco son la bomba porque la visita es un poco aburrida pero bueno como normalmente no vemos muchas cuevas con sus estalactitas y estalagmitas pues bueno, una cosa más que vimos. La entrada nos costó 18 francos (jo, no había descuento con el swiss pass) y la visita duró una hora y media aunque era en alemán con traducciones al inglés y el frances y era un poco rollo. Advertencia: no dejan sacar fotos.

Se tarda 25-30 minutos en subir todo cuesta arriba por unos caminos rodeados de bosques que son preciosos pero se hace un poco durillo aunque llegamos a ver hasta mamás con carritos de los bebes subiendo estas cuestas que a mi me costaron lo suyo.
Lo que realmente merece la pena es el camino por los bosques y las vistas del lago según vas subiendo. Madre mía que bonito, ¡¡¡es una maravilla!!! Por fuera las cuevas también son muy bonitas y hay unas cascadas preciosas.


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La visita se nos hizo más larga de lo previsto y teníamos que coger el barco a las 15:40 que además lo teníamos que coger sí o sí porque si no o volvíamos a Interlaken en bus o andando o esperabamos 2 horas a coger el siguiente barco (como he dicho los horarios de los barcos son muy malos y hay que andarse con ojo para que te cuadren los horarios) asi que tuvimos que corre un poco cuesta abajo para cogerlo pero al final nos dió tiempo.

Y allí estabamos otra vez en el barco, nos daba muchísimo el sol pero sólo queríamos estar en la cubierta como locos mirando el agua y las montañas de nuestro alrededor que era precioso...


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Hicimos como 10 paradas más incluida la de Spiez que un pueblo también muy bonito pero que nosotros no pudimos ver y por fin llegamos a Thun a las 17.30 h.

En la oficina de turismo de la estación de tren, donde bajamos del barco nos dieron un mapita con una ruta pequeña que si la sigues pasas por todo el pueblo y ves lo más importante y bueno está bien pero excepto al lado del río donde había bastante gente tomando algo en las terracitas de los bares no había nadie por ningún lado y el castillo que podíamos haberlo visitado gratis con el swiss pass estaba cerrado también (esto no me gusta de Suiza...)


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Después de dar una vueltecita la verdad es que estabamos bastante cansados porque nos había dado bastante el sol en el barco y nos dolía la cabeza (somos lo peor, nosotros no aprendemos nunca) asi que volvimos a Interlaken en tren que no tardó nada, como menos de media hora.

Pensamos en pararnos en Interlaken Ost y volver andando por el paseo Hohëweg a West pero como estabamos cansados al final decidimos que no aunque fue una tontería porque empezamos a nadar y casi llegamos a Ost y luego volvimos claro asi que creo que al final anduvimos más y todo...
Por el paseo de Hohëweg seguimos viendo el jardín japonés, una iglesia que había al lado, el Casino &Kursaal y su reloj de flores, más bonito que el de Ginebra (pobre Ginebra no nos gustó nada...)


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Interlaken como he dicho es super bonito pero a mi me pareció demasido turístico. La calle principal parece un poco Benidorm con tiendas de souvenirs carísimas y restaurantes de no muy muy buena calidad y carísimos...
Hay incluso un bar Hooters que es ese bar típico donde las chicas van con poca ropa muy provocativas. Nosotros lo conocemos de San Francisco y también hay una revista y un hotel en Las Vegas que se llaman así, seguro que os suena.


Nos costó bastante encontarr un restaurante para sentarnos a cenar, al final cenamos en una terraza que se llamaba Paris en la Marktplatz que bueno no fue muy cara pero tampoco es que los platos fueran muy grandes....

Después de cenar, de camino al hotel dimos una vueltecita por la zona de Unterdeen viendo los típicos chalets suizos y nos fuimos a la camita que estabamos cansadísimos del día tan largo que habíamos tenido.

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