Día 5 – Los fiordos del Este.
Desde Egilsstadir nos encaminamos hacia los Fiordos del Este. Y puesto que nos habíamos propuesto “costearlos” lo más posible, tomamos la 92, en vez de la Ring Road. Bueno; la tomamos en cuanto nos dimos cuenta de que íbamos mal, ya que por error salimos por la 1. A la salida de Egilsstadir pudimos ver uno de los pocos “bosques” que hay en esta isla. Al igual que el bosque de Asbyrgi, se trata de manchas de abedules de muy poca alzada.
Una vez retomada la 92, a los pocos kms tomamos la 953, de tierra pero en buen estado y transitable por cualquier vehículo, hacia el precioso fiordo de Mjoifjordur. La carretera enseguida comenzaba a subir un precioso puerto de montaña en el que había nieve y lagos medio helados. El paisaje era precioso, y las vistas una vez llegados a la cima sencillamente espectaculares. Mjoifjordur es un fiordo no muy profundo, pero hay quien dice que es uno de los más hermosos de Islandia.
Mjoifjordur visto desde el paso de montaña.
La carretera de bajada al fiordo es preciosa y va toda ella siguiendo un río que baja en sucesivas cascadas. Una vez abajo la carretera sigue por la orilla norte hasta el pueblecito de Brekka. En este pintoresco pueblecito había una antigua base ballenera. Hay una escuela/centro comunal en donde se puede tomar café.
Las cascadas en la bajada al fiordo.
Regresamos a la 92 y nos encaminamos a Reydarfjordur. Es esta una ciudad ya de buen tamaño y tiene toda clase de servicios. Después de dar un paseo comimos cerca del puerto y luego fuimos a una gasolinera para repostar y tomar un café. Había en ella una tienda grande con todo tipo de suministros y cerca de la entrada una cafetera y vasos en la que nos servimos. Cuando le preguntamos al empleado cuanto costaba el café, nos dijo que era gratis para los clientes. Y además nos regaló a cada uno unas cajitas con pastillitas de menta.
Por cierto, que en la tienda había los mosquiteros de sombrero iguales a los que se venden en España, pero costaban menos de la mitad de precio que aquí. Suele haberlos por toda Islandia, pero puedo decir que ni siquiera en el Lago Myvatn tuvimos problemas con los mosquitos. Quizás un poco más avanzado el verano sea distinto.
Seydisfjordur.
La carretera que bordea los fiordos del este.
Desde Reydarfjordur seguimos la carretera 96 bordeando toda la costa. Es una preciosidad, aunque unos pocos kms son de tierra, se circula perfectamente con cualquier coche. En Vattarnes nos desviamos por un camino, llevábamos 4x4 claro, hasta una reserva de aves. Un sitio precioso. Toda esta costa es “una pasada”. Son fiordos poco profundos y las paredes no son tan verticales como los de Noruega, pero son tanto o más bonitos que aquellos.
En Stodvarfjordur observamos un fenómeno curioso: literalmente veíamos “nacer” las nubes. El aire chocaba con la montaña y se condensaba; y era curioso porque veías aparecer las nubes de la nada en la falda de la montaña.
Donde nacen las nubes.
Toda esta costa hasta Breidalsvik es una preciosidad. Recomiendo a todo el mundo seguir esta carretera. Nuestro hotel en Breidalsvik era una instalación escolar habilitada como hotel en verano. Era de 3*** frente a los demás que eran de 4, pero estaba muy bien, y la cena también era excelente. El recepcionista era chileno y con él mantuvimos una interesante charla. Luego de cenar nos fuimos a recorrer el pueblo y a tomar unas cervecitas. Un pueblo encantador, por cierto.
Día 6 – Hacia Jokulsarlon.
Desde Djupivogur hasta Breidarlón.
Al día siguiente seguimos costeando y nos encaminamos a Hofn, y pronto apareció en el horizonte el inmenso glaciar de Vatnajokull, con las diferentes lenguas que de él salían. La ciudad de Hofn es ya una gran ciudad, con muchos restaurantes, centros comerciales, etc. Comimos como siempre de bocata y skyr y luego de tomar un café en un bar seguimos hacia Jokulsarlón.
El glaciar Vatnajokull visto desde Hofn.
A la llegada a Jokulsarlón ya vimos la laguna completamente llena de témpanos que se desprendían del glaciar. Nos dimos un paseo por la orilla y disfrutamos con una foca que pescaba en medio de los bloques de hielo. Parece ser que es frecuente, según nos contaron. A continuación cogimos el billete para el barco que hace el tour por la laguna y, como faltaba media hora para nuestro turno, nos tomamos algo en el centro de visitantes que hay allí.
Jokulsarlon.
La verdad es que la laguna es bonita, pero hay demasiada gente. El glaciar en sí está muy bien, y es algo intermedio entre los de Noruega, con lenguas mucho más pequeñas que esta y los impresionantes glaciares de Patagonia, que son “palabras mayores”.
Otra vista de Jokulsarlon.
Luego seguimos hacia el sur y muy pocos kms más adelante nos desviamos a otra laguna glaciar, más pequeña que Jokulsarlon, pero con el encanto de la nula masificación y de lo salvaje de la misma: la laguna de Breidarlon. El acceso a la misma es por una carretera señalizada y hay que andar unos 5 minutos para acceder a la laguna. Se la recomiendo a todos.
La ceniza de las erupciones en el hielo del glaciar.
Luego seguimos camino hacia nuestro hotel en Skaftafell. Ya por la tarde nos encaminamos al parque natural de Skaftafell para visitarlo y hacer una caminata hasta la cascada de columnas de basalto de Svartifoss, con la particularidad de que el camino para acceder a ella es muy agradable (ruta 10 de la Rother antigua, 12 edición actual). Excuso describirla porque todo el mundo ha visto las fotos, y además aquí pongo una. Pues al natural es mucho más impresionante y parece el ábside de una catedral, por la perfección de las columnas de basalto; no en vano en esta cascada se inspiró la catedral de Reykjavik.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Svartifoss, la cascada negra.
Svartifoss, la cascada negra.
Ya por la tarde nos retiramos a nuestro hotel el Skaftafell, y cenamos en el mismo.
Dia 7 – Landmannalaugar.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Skaftafell y Landmannalaugar.
Skaftafell y Landmannalaugar.
Por la mañana aprovechamos para hacer una pequeña caminata al glaciar Skaftafelljokull, que estaba muy cerca de nuestro hotel El paseo duró un par de horas y resultó muy agradable.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El Skaftafelljokull.
El Skaftafelljokull.
A continuación nos encaminamos al pueblo de nombre impronunciable Kirkjubaejarklaustur, que significa algo así como “pueblo de la iglesia de los monjes”. Hicimos allí una pequeña pero muy bonita ruta por las inmediaciones del pueblo (ruta 9 de la Rother antigua, 11 de la edición actual), subiendo a la pequeña loma que hay sobre el pueblo, con unas fantásticas vistas de la llanura y esa zona del litoral, y visitando al bajar la curiosa formación conocida como de “suelo de iglesia” que no es otra cosa que la parte superior de una formación de columnas de basalto. Compramos provisiones en un supermercado, ya que en este pueblo hay todos los servicios y comimos en un área de descanso al pié de la cascada.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El “suelo de iglesia”.
El “suelo de iglesia”.
Seguimos por la 1 hasta llegar a la desviación por la 208 que nos llevaría a Landmannalaugar. La carretera al principio es asfaltada, pero en Buland hay que desviarse a la izquierda y se convierte en una carretera de montaña, la F208. La ruta es preciosa toda ella, y los paisajes impresionantes. Como íbamos un poco justos de tiempo, tuvimos que desistir de acercarnos a Eldgja, que según referencias es una preciosidad, pero todavía teníamos que llegar a Landmannalaugar y regresar por la misma carretera.
De camino a Landmannalaugar cruzamos no menos de 15 vadeos. Aunque complicados solamente eran un par de ellos. El primero, por el fondo del río que era muy irregular y el último, ya en Landmannalaugar, que era bastante profundo. De camino nos encontramos con una pareja de franceses que venían de regreso y llebaban un Jimmy. Al ver un coche tan pequeño le preguntamos que cómo habían pasado los vadeos y nos dijo que siempre esperaban a ver pasar a otros vehículos para hacerse una idea y luego cruzaban con mucho cuidado. Nos dijo que a pesar de ser un coche pequeño, no tuvieron problemas. Lo que sí nos dijo era que el camino les llevaba mucho tiempo, ya que tenían que ir muy despacio.
Por fin llegamos a Landmannalaugar y la verdad es que el lugar es precioso. Los colores de las montañas son increíbles, y hay varias rutas de senderismo para hacer. Como no estábamos sobrados de tiempo, hicimos una corta por las inmediaciones del campamento.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Landmannalaugar.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una parte del camping.
Landmannalaugar.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una parte del camping.
Hay un campamento con edificios de servicios, aseos, lavandería, guardas y cantidad de tiendas de campaña. Hay también un autobús/cafetería que me pregunto cómo ha llegado hasta aquí. Muchísima gente de mochila. El río tiene surgencias de agua caliente y es muy agradable darse un baño en sus aguas calentitas aunque fuera haga un frío que pela.
Ya por la tarde regresamos por la misma carretera, para ir a nuestro hotel en Skogar, al lado de la impresionante cascada de Skogafoss. El hotel era una maravilla y nos prepararon una cena estupenda, a pesar de ser un poco tarde. Como los días son muy largos, aprovechamos para visitar la cascada de Skogafoss, y subimos a lo alto. Las vistas son impresionantes.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La cascada de Skogafoss.
La cascada de Skogafoss.