Salimos desde Alicante a Fez con Ryanair, muy barato y llegamos a Fez sobre las 12 del mediodía. No teníamos nada reservado así que conforme el taxi nos dejó en la puerta principal de la medina nos metimos dentro y empezamos a darnos cuenta del choque cultural que existe. Aquello es un auténtico laberinto, nada más entrar en la medina te das cuenta de que estas más perdido que nada. La gente de allí con poco hace negocio y en cuanto ve a dos extranjeros con mochila y mirando a todos lados con cara de gañan ellos lo que ven es NEGOCIO. Pues así es, se nos acercó un muchacho hablando perfecto español y nos dijo que si no teníamos donde dormir que le siguiéramos que nos llevaba a un sitio muy bueno.
Allí está prohibido que los lugareños cobren a los turistas por guiarles por la ciudad por lo que el chico que nos guiaba al supuesto buen lugar iba andando a 5 metros de nosotros para que no se notara que no nos iba guiando. Después de enseñarnos tres sitio nos llevó a uno que la verdad que nos gustó muchísimo. En realidad no era un hostal porque no se anunciaba como tal. Era una casa privada que se dedicaba a alojar turistas por la patilla. Se llamaba casa “Famille Ouedghiri Azouzii” La casa era preciosa, salíamos a 20 euros cada uno la noche y la mujer que la llevaba era un encanto. Incluía un desayuno típico marroquí, con sus masas tipo crepe con mermelada, te ardiendo, galletitas y se podía cenar allí por un precio bastante barato. Yo supongo que al chico que nos guió hasta la pensión se le daría una compensación nosotros aun así le dimos un euro de propina, no sé si es mucho o poco pero ya se podía dar con un canto en los dientes!
Después de dejar las mochilas y tomar un té con la dueña nos dispusimos a perdernos por Fez. Digo perdernos porque Fez no se visita, en Fez uno se pierde y en su perdida va viendo y oliendo cosas de todo tipo.
Una de las primeras cosas que te llaman la atención es que allí lo único que puede circular son burros y tú vas tan tranquilo por la medina y de repente ves que pasa cerca de ti un burrito corriendo medina abajo que no te mata de milagro. Otra de las cosas que es a lo primero que uno debe adaptarse es al hecho de que constantemente te quieren vender TODO. En cuanto cruces la mirada con alguien ya te está intentando vender lo que sea. La conversación más típica allí era: Amigo, Amigo! Español? Español? Toma, toma!Barato! y tu mientras no, no, no que no... a lo que siempre responden: Prisa mata amigo, y te ofrecen entonces la mitad de lo que te ofrecían al principio. Mi impresión es que tienen mucha cara y si pueden sacarte el dinero te lo sacarán, así que cuidado porque son más listos que nada y sobre todo les gusta mucho camelar.
Una vez adaptado y concienciado de esos dos aspectos empezamos a disfrutar de la medina con la casualidad que nos encontramos con un grupo de viajeros españoles con la coincidencia de que la que organizaba el viaje era amiga mía! (CASUALIDAD ESPECTACULAR) Hablamos con ella y nos contó su trayecto por lo que tras valorarlo nos invitó a unirnos y no pudimos decir que no porque era la verdad que muy completo. Mi amiga se encarga de organizar viajes a marruecos y la verdad que es genial, tiene una página que se llama www.moroccoexperience.es/ y es 100% recomendable.
Tras hablar con ella quedamos al día siguiente temprano en la puerta principal de la medina para unirnos a su grupo. Con la ilusión del cambio de planes continuamos viendo la medina. Allí te puedes parar a observar cualquier cosa, desde una carnicería, una fuente, la puerta de una mezquita, el primer día todo es diferente y por lo tanto te absorbe la atención de una forma espectacular. Andando, andando empezamos a oler un intensísimo olor desagradable, normalmente por la medina se huelen muchos olores pero aquel era especialmente intenso. Cuando nos dimos cuenta estábamos al lado de la famosa curtiduría, pasamos a verla y la verdad que aunque el olor es asqueroso es muy bonita y curiosa. Tras la visita nos intentaron vender dos mil alfombras y tras deshacernos con amables noes seguimos recorriendo la medina intentando llegar a nuestra pensión. Una vez en la pensión cenamos un cous cous muy bueno y a descansar que al día siguiente nos tacaba un buen trayecto.
Allí está prohibido que los lugareños cobren a los turistas por guiarles por la ciudad por lo que el chico que nos guiaba al supuesto buen lugar iba andando a 5 metros de nosotros para que no se notara que no nos iba guiando. Después de enseñarnos tres sitio nos llevó a uno que la verdad que nos gustó muchísimo. En realidad no era un hostal porque no se anunciaba como tal. Era una casa privada que se dedicaba a alojar turistas por la patilla. Se llamaba casa “Famille Ouedghiri Azouzii” La casa era preciosa, salíamos a 20 euros cada uno la noche y la mujer que la llevaba era un encanto. Incluía un desayuno típico marroquí, con sus masas tipo crepe con mermelada, te ardiendo, galletitas y se podía cenar allí por un precio bastante barato. Yo supongo que al chico que nos guió hasta la pensión se le daría una compensación nosotros aun así le dimos un euro de propina, no sé si es mucho o poco pero ya se podía dar con un canto en los dientes!
Después de dejar las mochilas y tomar un té con la dueña nos dispusimos a perdernos por Fez. Digo perdernos porque Fez no se visita, en Fez uno se pierde y en su perdida va viendo y oliendo cosas de todo tipo.
Una de las primeras cosas que te llaman la atención es que allí lo único que puede circular son burros y tú vas tan tranquilo por la medina y de repente ves que pasa cerca de ti un burrito corriendo medina abajo que no te mata de milagro. Otra de las cosas que es a lo primero que uno debe adaptarse es al hecho de que constantemente te quieren vender TODO. En cuanto cruces la mirada con alguien ya te está intentando vender lo que sea. La conversación más típica allí era: Amigo, Amigo! Español? Español? Toma, toma!Barato! y tu mientras no, no, no que no... a lo que siempre responden: Prisa mata amigo, y te ofrecen entonces la mitad de lo que te ofrecían al principio. Mi impresión es que tienen mucha cara y si pueden sacarte el dinero te lo sacarán, así que cuidado porque son más listos que nada y sobre todo les gusta mucho camelar.
Una vez adaptado y concienciado de esos dos aspectos empezamos a disfrutar de la medina con la casualidad que nos encontramos con un grupo de viajeros españoles con la coincidencia de que la que organizaba el viaje era amiga mía! (CASUALIDAD ESPECTACULAR) Hablamos con ella y nos contó su trayecto por lo que tras valorarlo nos invitó a unirnos y no pudimos decir que no porque era la verdad que muy completo. Mi amiga se encarga de organizar viajes a marruecos y la verdad que es genial, tiene una página que se llama www.moroccoexperience.es/ y es 100% recomendable.
Tras hablar con ella quedamos al día siguiente temprano en la puerta principal de la medina para unirnos a su grupo. Con la ilusión del cambio de planes continuamos viendo la medina. Allí te puedes parar a observar cualquier cosa, desde una carnicería, una fuente, la puerta de una mezquita, el primer día todo es diferente y por lo tanto te absorbe la atención de una forma espectacular. Andando, andando empezamos a oler un intensísimo olor desagradable, normalmente por la medina se huelen muchos olores pero aquel era especialmente intenso. Cuando nos dimos cuenta estábamos al lado de la famosa curtiduría, pasamos a verla y la verdad que aunque el olor es asqueroso es muy bonita y curiosa. Tras la visita nos intentaron vender dos mil alfombras y tras deshacernos con amables noes seguimos recorriendo la medina intentando llegar a nuestra pensión. Una vez en la pensión cenamos un cous cous muy bueno y a descansar que al día siguiente nos tacaba un buen trayecto.