DÍA 13: MORRO DE SAO PAULO ✏️ Travel Journeys of Brazil

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Tras el desayuno, nos vienen a buscar para llevarnos al catamarán que salía a las 9:00 desde el mercado Modelo. En todos los foros ponía que el catamarán se movía mucho, así que valía la pena tomarse una pastilla para el mareo. Mis amigas la tomaron y yo no la tomé. Sí que se movía un poco, pero se aguanta bien.

A las 11:30 llegamos a lo que consideramos para los próximos días y últimos de nuestro viaje lo más cercano al Paraíso: Morro de Sao Paulo. Es una islita paradisíaca, con playas de agua cristalina y arena finísima, donde no circulan coches, al igual que en Ilha Grande. Tiene 4 playas: la primera playa está llena de posadas y restaurante, es más la zona del pueblo pueblo; la segunda playa es la más famosa, la más animada, con un montón de chiringuitos en la playa y música a todas horas, es la de las fiestas, también tiene posadas y una playa preciosa; la tercera playa se supone que es la más adecuada para bucear, es una playa larga, con agua cristalina, menos agitada que la anterior y menos posadas; por último, la cuarta playa, que parece no tener fin, es larguísima, preciosa, súper tranquila y casi sin alojamientos o ninguno más bien.

Nosotras nos alojábamos en una posada en la 2ª playa. Se llama Hotel Bahía Playa. Era el mejor hotel del viaje, sin duda, y es que nos damos estos lujos al finalizar los viajes para terminar con buen sabor de boca. Eso sí, es un pelín más caro que el resto, pero merece la pena (yo creo que nos salió por unos 35€ por persona y noche). Como no hay transporte en toda la isla y para llegar a nuestra posada había que andar por subidas y bajadas y directamente sobre la arena, contratamos a un carretillero que te lleva las maletas por el módico precio de 7 BRL por maleta. Nuestro carretillero se llamaba Diego, era un local de allí que llevaba viviendo en la isla bastante tiempo y la conocía bien, por lo que nos estuvo contando cositas de las costumbres de allí y los bares por dónde salir. Por el camino, ya íbamos disfrutando de aquellos paisajes, palmeras, arena fina, ambiente local… nos auguraban 4 días maravillosos en la isla.

Estábamos deseando tumbarnos en la toalla, darnos un baño y disfrutar. Así que pagamos a nuestro amigo Diego, dejamos las cosas y a la playa. Hay un supermercado al lado del hotel donde compramos pan y embutido para preparar unos bocadillitos y tomárnoslos felizmente en la playa. De postre, probamos el Açai: es un fruto de la palmera, de color morado, más pequeño que una uva, que lo preparan a modo de helado con guaraná y junto con otra fruta a elegir (con plátano queda muy bien). Nos habían dicho que por esta zona el açai era muy bueno y, efectivamente, estaba buenísimo.

Nos fuimos a dar un paseo hasta la cuarta playa. En el paseo, conocimos a 2 chilenos que también estaban de vacaciones en Morro. Uno de ellos resulta que es cantante medio famosillo de estos que salen de un reality tipo Operación Triunfo. También estaban flipando con la Isla, como nosotras. A la vuelta, pasamos por alguna tiendecita de pueblo, una ducha y a salir a cenar.

Nos encontramos con nuestros nuevos amigos los chilenos que se vinieron a cenar con nosotras. Nos dimos un paseo por la pasarela de la 2ª playa para elegir el sitio para cenar. Todos tenían muy buena pinta, todos con música en directo, y anclados en la propia playa, bueno, es que casi toda la isla estaba directamente en la propia arena. En fin, que allí puedes salir en chanclas o descalzo porque te pasas todo el rato o en la pasarela o en la arena. En uno de los restaurantes, el relaciones/encargado era español. Estuvimos hablando un rato con él, un tío de unos 40 tacos que lleva 2 años viviendo en la isla y que está encantado de vivir allí. El restaurante se llama SIX y además de ofrecer comida típica brasileña, tienen makis y pizzas. Nos ofrecían una caipiriña gratis así para empezar, así que entre unas cosas y otras, nos quedamos. Se come bastante bien.

Después de comer, volvimos a hablar con el encargado español. Realmente, era un tipo muy cachondo y nos echábamos unas risas con él. Pero lo mejor de todo es que después de hablar un buen rato con él averiguamos que se trataba del mismísimo hermano de Nacho Vidal!! Cuando lo descubrimos no parábamos de reinos. Resulta que estamos en una isla paradisíaca, donde prácticamente no hay españoles y al que nos encontramos resulta que es el hermano de actor porno más famoso! Tuvimos risas para el resto de la noche.

La fiesta nocturna estaba justo al lado del Six, en un bar que se llama Botego. La fiesta es realmente fuera, con bafles en la calle (quien dice calle dice arena casi). Estaba lleno de la gente local de allí más los 2 chilenos y 3 gallegos que también se juntaron con nosotras y nosotras.

Por toda la pasarela de la playa había puestecillos llenísimos de frutas donde te hacían una capiriña con las frutas que tú quisieras, buenísimo. A nosotras, el puesto que más confianza nos daba era el de una mujer muy maja que se llamaba Tania y tenía las tetas tan grandes que ella misma se había autodenominado a su chiringuito: Te-Tania, es para partirse de risa. Y le ayudaba su colega Ayuso del cual también nos hicimos amigos.

Lo de las caipiriñas allí es otra historia: llegar y pedir la fruta tropical (o no) que te dé la gana que está directamente cogida del árbol, de la palmera o de donde sea, fresquita, sana, con sabor, buenísima y prepararte una caipiriña! Es una gozada.

Pues entre el Te-Tania y el Botego, que vamos, están uno en frente del otro, bailando música brasileña y hablando con el personal pasamos la noche disfrutando al máximo. La cosa no se quedaba ahí, cuando terminamos, la fiesta continuaba en la 3ª playa en un garito que por el día sirven hamburguesas con patatas y que por la noche sirven copas y se llama, agárrate los machos, Dale Papi, ¿para qué queremos más? Pues fue una noche sencillamente genial.

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