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NAGARKOT
No todos vamos a Nagarkot a realizar el paseo, hay otro grupo de compañeros que prefieren pasar la mañana de compras o volviendo a recorrer la plaza Durbar de KMD. Pero yo no me quiero perder la oportunidad de ver algo distinto, como un remedio para paliar el empacho de templos y palacios que nos ha absorbido todo nuestro tiempo de estancia en este Valle de Kathmandu.
Nagarkot es una población que se encuentra a unos 32 km. de la capital y tiene una altura de 2.165 m. sobre el nivel del mar. Está considerada como uno de los mejores puntos turísticos de esta zona por sus paisajes y por lo que puedes ver desde allí. Aunque la distancia no es mucha se tarda en llegar ya que la carretera, en continuo ascenso, es sinuosa y estrecha y a estas horas tempranas de la mañana tiene mucha circulación. Nos encontramos con muchos autocares de turistas que van en dirección contraria a la nuestra. La explicación de esto es que muchos viajeros pasan la noche en los hoteles de la zona, para ver la puesta de sol y el amanecer, y durante el día se trasladan a algún lugar del valle para realizar sus visitas turísticas en los lugares que nosotros ya hemos visitado. También nos encontramos con varios autobuses de colegiales, niños uniformados que los llevan a su colegio. Es agradable ver esto, en una zona tan deprimida y rural como esta comprobar que le prestan buena atención a la educación de los niños.
Hoy nos acompaña como guía el dueño del restaurante Mediterráneo, en el que estuvimos comiendo en Patan, ya que también es guía de senderismo.
Llegamos casi a la máxima altura, hay un letrero que indica Club Himalaya Nagarkot. Nos adentramos en un complejo hotelero con muy buena pinta, con una terraza – mirador en su parte más alta desde dónde puedes ver una gran parte de la cordillera Himalaya en su parte noreste. Hace un día de sol radiante, aquí el cielo está limpio y exento de la polución que cubre el valle de Kathmandu, pero unas inoportunas nubes de fondo, detrás de algunos picos, nos impiden ver lo que todos deseamos, el Everest. No obstante las vistas te pueden quitar el hipo de golpe, no en vano estamos contemplando picos de más de siete mil metros, como los Ganesh ( I,II,IV,Himal), y no sé si estaremos viendo el Manaslu (puede sucederle como al Everest) y los de la zona de Langtang, al no conocerlos lo suficiente no los podemos distinguir. Pero da igual, la vista, sea de los picos que sea, es maravillosa y su contemplación hace que se te ensanchen los pulmones y se te escapen varios suspiros.
Después de estar un rato por aquí y tomar fotos a porrillo comenzamos nuestro paseo. Y digo paseo porque es en realidad lo que fue, no se le puede llamar mini trekking como nos habían comentado. Es un recorrido en descenso que va atravesando varios poblados, por llamarlos de alguna forma, varias casas agrupadas de campesinos, con las vistas de los Himalayas a nuestra derecha. Este recorrido nos permite también ir viendo el medio rural de esta zona con cultivos en terrazas y algunos bosques, todo un paisaje precioso.
Cuando nos cruzamos con estos poblados vemos a los ocupantes de estas viviendas en la puerta de su casa, hace muy buena temperatura, las mujeres cuidando a sus hijos, charlando, y los hombres reunidos jugando a las cartas. Al parecer no es época de sembrado y cosecha y no hay mucho que hacer por los campos.
Alrededor de las casas también observamos mucho animal doméstico, cabras, gallinas, vacas …. También pasamos por más de un templo, eso sí de pequeñas dimensiones.
El recorrido es cómodo, muy fácil, y lo terminamos en Lamichhane muy a pesar nuestro que nos hubiera gustado seguir algo más. La ruta sigue hasta el fondo del valle.
Volvemos al hotel para la comida y la tarde la dedicamos a las últimas compras. Vuelvo con otro grupo a la tienda de ropa de montaña (me tendrían que haber dado comisión o regalarme algo por todos los clientes que les he llevado) y también termino comprando otras chaquetas para regalo. Deambulamos por las intrincadas calles de Thamel y volvimos por las calles cercanas a la plaza Durbar, para el hotel, no nos perdimos por pura intuición porque el nombre de las calles no la veíamos por ningún sitio.
Y ya nos toca volver a nuestro país. En un vuelo que sale a las 23:45 h. con destino Doha y una escala en este aeropuerto de nada menos que casi cinco horas en plena madrugada, como ya hice mención en la etapa de introducción.
Journey Prev.
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