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CIUDAD ROMANA
Bienvenido a Braga, del latín Bracara Augusta. Fundada por los romanos en un año donde todavía no había nacido Cristo, es una ciudad donde se respira religiosidad por los cuatro costados. Llegó a ser la capital del Reino de Galicia. Hoy en día es una de las ciudades más importante de Portugal y también de las más conservadoras. La mayor parte de su patrimonio es eclesiástico, es decir, de la santa iglesia; si eres un católico practicante en Braga estarás como pez en el agua, te sobrarán iglesias donde escuchar una misa.
COMIENZO LA RUTA
Un buen desayuno me carga las baterías para patear la ciudad. Todavía me duelen un poco los ojos por culpa de las gafas tridimensionales que me puse ayer para ir al cine. Hace un día espléndido, estoy teniendo mucha suerte con el tiempo... Parto desde la avenida central, donde hay una enorme fuente circular, la fuente da arcada, preciosa fuente que por las noches hace un juego de luces y color.
A mi izquierda, en la misma plaza, está la primera de las muchas iglesias que veo en Braga, la de los Congregados. No puedo verla porque están limpiando su fachada. Al final de la avenida llego a la Plaza da República, allí entro en una iglesia, pero no me llama la atención y continuo por una calle con soportales hasta llegar a los jardines al estilo italiano de Santa Bárbara, y enmarcando estos preciosos jardines el Palacio Arzobispal al fondo, en el cual están algunas facultades de la universidad.
BARROCO AL CUADRADO
Por la calle Eça Queiroz llegamos a la plaza del municipio, donde está el ayuntamiento barroco, en el centro de la plaza hay una elegante fuente, la del pelícano, construída en el siglo XVIII, e igual que el ayuntamiento también es barroca. En Braga casi todos los edificios, sean civiles o religiosos, son de este estilo, un buen nombre para la ciudad si es que algún día quieren modificarlo sería Brarroco, del latín brarrocus augustus, ains, que poco me gusta el barroco. Giro a la izquierda y entro en la calle principal del casco histórico, Dom Diogo de Souza. Justo aquí, me encuentro con otra iglesia, la de la Misericordia. Bajando la calle voy hacia la que sirvió durante muchos años como entrada principal a la ciudad, la Porta Nova, construída en el siglo XVIII, y por supuesto, barroca. Es uno de los símbolos de la ciudad de Braga. En la parte más alta del arco destaca una imagen femenina que representa a la ciudad. Continuo hasta la estación de ferrocarril. En la planta baja de la estación, junto al parking, están los restos arqueológicos de un balneario pre-romano que fue descubierto en las excavaciones que se hicieron para construir la nueva estación de tren.
Plaza del municipio
Esta ciudad me parece aburrida, muy aburrida... Hay muchas iglesias y capillas, y es muy importante debido a su riqueza arquitectónica y museística, pero en sus calles y en su casco histórico hay algo que no me llega, que no me convence... Veo en la guía que llevo en la mano que está cerca el Museo de Biscainhos, que fue construido en la primera mitad del siglo XVII. Es un palacio cuyo interior se encuentra revestido de azulejos y está rodeado por el Jardim dos Biscaínhos, considerado el mejor conservado de la época barroca. Cerca de este Palacio hay otra Iglesia, la del Pópulo... Pero no me siento con ganas de visitarla y me voy directamente a ver la catedral. Antes, me paro en el Largo del Palacio Episcopal, una pequeña plaza solo abierta por uno de sus cuatro lados y con una fuente preciosa en el centro.
LA CATEDRAL, UNA VISITA OBLIGADA
Es la catedral más antigua de Portugal, se inició en el siglo XII y es de estilo románico, uno de mis estilos arquitectónicos preferidos. Es el monumento más importante que te puedes encontrar en Braga, y lo reafirmo, si estás en Braga no te puedes ir sin ver su catedral. El interior me sorprendió gratamente; pinturas, escultura, el órgano... En la catedral están enterrados Henrique de Borgonha y Teresa de Leao, los padres del primer rey portugués, D. Afonso Henriques.
Frente a la catedral
En el interior, un detalle de los techos
Y en la parte trasera, junto a la plaza
Entro por un lateral, junto a la Iglesia de la Misericordia - que está pegada a la catedral. Hago unas cuantas fotos pero me alertan que está prohibido. Como buen románico su interior es oscuro, gana un poco de claridad gracias a la luz que atraviesa las pequeñas pero preciosas vidrieras. Salgo por la entrada principal, allí es donde veo un cartel donde prohibe el uso de cámaras en el interior (en la entrada lateral no ví ninguna prohibición de este tipo)..., y nos sentamos en las escaleras de la plaza lateral de la catedral mientras observo como un religioso charla animadamente con una chica...
Me acerco a la Plaza de Sao Joao, en donde me encuentro con dos iglesias más. Cerca de la plaza también hay dos museos; el Medina y el Pio XII. Me encuentro con lo que para mí es otro monumento, jaja, que no tiene ninguna relación con Braga, la furgo típica de los hippies, la mítica volskwagen. Hace muchos años que no veo una así, es uno de los modelos antiguos y además esta muy bien cuidada.
Contraste de calles del casco histórico de Braga
MÁS IGLESIAS Y MÁS CAPILLAS
Continuo por la calle Afonso Enriques y veo la Capilla y la casa de los Coimbra delante de otra pequeña plaza. Bajando la calle de la derecha, una plaza más grande y dos iglesias más, la de Santa Cruz y la del Hospital, esta última con una fachada rematada con grandes figuras escultóricas. Más adelante, cerca del Hospital, está la Casa do Raio, que es uno de los importantes monumentos civiles de la ciudad. En un edificio que hay enfrente de esta casa puedes ver la Fonte do Ídolo. Esta fuente es una de las joyas romanas de la ciudad, se construyó en el siglo I D.C.
Cerca del café A Brasileira al cual no entramos porque lo están reformando, está la Casa Sieves o Casa dos Crivos, del siglo XVI; es un pequeño edificio que en vez de ventanas tiene celosías. Llego a mi punto de partida - la avenida central -, con su plaza de la república presidida por la gran fuente que de noche se transforma en un espectáculo de colores. Cerca está la Torre del Homenaje, que es lo único que se conserva del Castillo de Braga, demolido a principios del siglo XX, la torre se utiliza como espacio para exposiciónes de arte. Comemos y en coche voy a las afueras de la ciudad, al Monasterio de Tibaes.
Porta Nova, la entrada principal al casco histórico
MONASTERIO DE TIBAES
Para llegar al monasterio de Tibaes te recomiendo que vayas en coche, porque está a unos seis kilómetros de Braga, hacia el noroeste. No es fácil encontrarlo porque no está bien indicado. Se fundó en el siglo XI y lo ocuparon los Benedictinos, aunque es en los siglos XVII y XVIII cuando se construyen los edificios que se ven en la actualidad. El monasterio por supuesto tiene su iglesia, además de un crucero y un pequeño cementerio en un lateral.
Saliendo del Monasterio y unos kilómetros después, enlazo con la circunvalación de la ciudad para subir al Santuario do Bom Jesús de Braga. Me detengo en la parte baja del monte, donde comienza su recorrido el Elevador do Bom Jesus.
EL ELEVADOR DEL BOM JESÚS
Este funicular es muy peculiar. Su funcionamiento está basado en los contrapesos del agua. Es un funicular hidráulico, el único en todo el mundo que sigue funcionando con este motor tan limpio y ecológico; el agua. Las cabinas tienen un depósito que se llena de agua cuando están en la parte alta del monte, el peso de la cabina superior hace que suba la cabina que está abajo, cuyo depósito está vacío...,y así sucesivamente. Una vez abajo, el depósito de la cabina es vaciado, cuando sube lo vuelven a llenar. A más pasajeros, más agua que llenan en el depósito, así de simple.
El funicular subiendo la pendiente
Surtiedo con "gasolina" el depósito del elevador
Con el depósito lleno ya está disponible para descender
Se inauguró en 1882 y fue el primer funicular construído en la Península Ibérica y uno de los más antiguos del mundo. Colaboró directamente en su construcción el ingeniero nacido en Oporto y también discípulo de Eiffel, Raúl Mesnier. Fue tal el impacto social que creó este funicular en aquella época en Portugal, que se llegó a crear en Lisboa la "Compañia de los Ascensores", la cual invitó a este ingeniero, Raul Mesnier, a proyectar la construcción en la capital de todos los elevadores y ascensores que todavía hoy siguen funcionando en Lisboa (Santa Justa, Lavra, Gloria, Bica...).
Agua por un tubo para cargar el depósito
Viajar en este funicular te transporta en el tiempo. El viaje de ida cuesta 1´10 €, y el de ida y vuelta 2 €. Dejé el coche en el aparcamiento y cogí el billete de ida y vuelta, no me apetecía subir el mogollón de escaleras para llegar hasta el santuario.
BOM JESÚS DO MONTE
Es uno de los lugares más visitados de Braga. Está situado a 400 metros de altitud, en un paraje natural privilegiado, con parques, un lago, un pequeño museo, cafeterías..., además, es un excelente mirador. Los días de verano y los fines de semana muchos portugueses tienen la sana costumbre de subir al monte para comer de campo y pasar aquí todo el día.
El santuario se comenzó a construir en el siglo XVIII. Si no quieres utilizar el funicular, que para mi eso sería pecado, puedes subir en coche o bien caminar por sus interminables escaleras, que salvan un desnivel de más de cien metros y se dividen en tres partes:
Escaleras del Pórtico - Es la primera etapa de la ascensión, y se llama así por el pórtico de entrada que cruzas para comenzar la gran escalada. Si estás en forma puedes empezar a subir desde aquí, solo si estás en forma eh, después no me digas que no te advertí. En esta primera zona de escaleras se representan en unas capillas los pasajes de la pasión de Cristo.
Escaleras de los 5 sentidos - En ellas se recrean a medida que vas subiendo, cinco fuentes escultóricas que representan los cinco sentidos (visión, oído, olfato, gusto y tacto). El sexto sentido que dicen, tienen las mujeres, no aparece representado - menudo fallo.
Escaleras de las 3 virtudes - La fé, la esperanza y la caridad aparecen aquí representadas en distintas fuentes. Es la etapa final de las escaleras, si llegas hasta aquí, puedes decir que tienes la virtud de subir escaleras, jeje, además, estás en lo más alto de la montaña, frente al santuario.
SANTUARIO DE SAMEIRO
Subiendo un poco más de monte por una sinuosa pero buena carretera, a casi 600 metros de altitud, visitamos otro templo religioso, el de Sameiro, el principal santuario mariano de todo el país después del de Fátima. En este lugar no hay uno, si no dos basílicas: una subterránea y otra superior. Hay unas colosales explanadas y las vistas de la ciudad son mejores que las del Bom Jesús. La Basílica es imponente, llama la atención su enorme cúpula.
La basílica principal se comenzó a construir en el siglo XIX y se remató en el XX. Subo al pedazo de cúpula que tiene para poner a prueba mi vértigo. Creo recordar que te cobran cincuenta céntimos para subir los 265 escalones que tienes que subir para llegar a lo más alto..., si, si subes a este monte y quieres ver algo, prepárate para subir escaleras. Las primeras escaleras son de madera y parece que se van a romper de lo que crujen. Cuando por fin llego a lo más alto de la cúpula veo a una señora pegada a la pared, muerta de miedo y sufriendo un vértigo tremendo. Va con su hijo, pero éste pasea por el balcón como si estuviera por la cocina de su casa. Ains, yo también tengo vértigo... Las vistas son espectaculares, observas incluso las montañas del Parque Nacional del Gerés..., pero hace un poco de viento y el maldito vértigo, que hace que me suden las manos, me hace bajar de nuevo a tierra firme.
La mayor parte de la gente que aquí hay, son excursiones de la tercera edad. En una esquina de una de las explanadas, veo al típico fotógrafo con ese pedazo de cámara ancestral, que ávido, busca clientes para retratarlos con la basílica de fondo. Éste no tiene caballito, el que ví en Bom Jesús si tenía, no es de verdad, son parecidos a los que hay en los carruseles.
Y aquí se termina mi periplo por la mal llamada Roma portuguesa, Braga, la ciudad de las mil iglesias, del barroco y del conservadurismo. No me queda un buen sabor de boca, me esperaba más... Quizá no sepa apreciar todo el arte que encierra esta ciudad, que lo hay y en abundancia. Pero vale la pena pasar un día en esta ciudad, aunque solo sea para hacer un viaje en el encantador funicular, subir los cientos de escaleras del Bom Jesús o visitar el interior de su magnífica catedral.
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, supongo que vas desde Oporto, ¿no?
Semana Santa en Braga 2024 - Portugal
