Parque Nacional do Iguazú - Argentina
Al igual que el día anterior, decidimos ir hasta el parque argentino por nuestra cuenta en colectivo. Sabiendo que el recorrido del lado argentino es bastante más largo que el del lado brasileño, nos levantamos más temprano y bajamos a la carretera principal. Allí, esperamos el colectivo, no hay ninguna parada en concreto (la mitad de ellas no están ni señalizadas), por lo que es suficiente hacerle una señal al conductor para que ese pare. El colectivo es bastante fácil de reconocer ya que lleva un cartel donde está escrito "cataratas". El boleto cuesta 5 pesos por persona y la entrada al parque 40 pesos por persona.
Es recomendable pedir un mapa en la entrada, para así poder decidir desde el principio el recorrido que se hará. Existen varios circuitos. Para empezar por lo menos impresionante y así seguir impresionado durante todo el día, recomendaría empezar por el circuito superior. Es el más corto y menos impresionante, luego hacer el circuito inferior, el más largo pero a la vez precioso. Si tenéis tiempo podéis cruzar a la isla San Martín para acabar por la garganta del diablo.
El parque cuenta con un tren ecológico que sale desde la entrada al parque y tiene dos estaciones más. La primera, la estación Cataratas, permite llegar hasta los circuitos superior e inferior, la segunda, la Estación Garganta del Diablo, permite llegar al inicio de las pasarelas de la Garganta del diablo. Otra opción es seguir el Sendero Verde que es corto, pasa en medio del bosque y llega a la primera parada del tren. También se puede seguir un camino de tierra a lo largo de los raíles para llegar desde la primera parada a la segunda parada del tren. Finalmente existe otro sendero : el sendero Macuco que permite avistar un salto más aislado.
Por nuestra parte, decidimos coger el sendero verde, permite atravesar una zona de bosque donde se pueden apreciar mariposas, aves, y cualquier otro animal de la zona.
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Preciosa mariposa
Al nivel de la primera parada de tren, pudimos observar unos cuantos macucos, un hombre les estaba dando de comer. Cabe recordar que está prohibido darles de comer, ya que sino vienen unos cuantos, como fue el caso que vimos, y unos guardias del parque nos comentaron que un día dos turistas dieron de comer a los monos, y estos les rodearon y atacaron. En nuestro caso dado cuenta el número elevado de monos que habían llegado, tuvieron que asustarlos con un látigo.
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Macuco
Entonces nos dirigimos hacía el circuito inferior, este circuito es muy bonito, se pueden ver muchos saltos, y se pasa a través de una zona con muchos árboles y flores.
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También se pasa por una pasarela que pasa justo encima de un salto. Desde el circuito inferior, se puede llegar a la isla San Martín, en nuestro caso, decidimos dejarlo para más tarde.
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Vistas desde el circuito inferior
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Vista de las cataratas y de la Isla San Martín a la izquierda
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Salto San Martín
Luego nos dirigimos hacía el circuito superior. Este circuito es muy corto y se hace en menos de media hora. Las vistas son bonitas, pero a mi me gusto más las del circuito inferior.
Entonces decidimos ir a la isla San Martín y comer nuestros bocadillos allí. El camino para coger la embarcación hasta la isla no es apto para todo el mundo ya que tiene muchos escalones y puede resbalar un poco, pero es muy lindo, tiene muchas flores. Comimos encima de la playa de piedra mirando a los saltos de las cataratas. Está permitido bañarse, pero la zona de baño es muy pequeña. Mientras comíamos empezó a chispear (notar en las fotos que el cielo estaba gris). Entonces empezamos el recorrido por la isla. Este camino empieza por una subida bastante importante de escalones bastante altos. Lo comento para que la gente no vaya para nada, no es apto para todo el mundo. Pero si podéis es altamente recomendable ya que ofrece unas vistas espectacular el salto San Martín. Este salto tiene una fuerza impresionante, y se ve de muy cerca. De hecho cuando fuimos había mucho viento y acabamos totalmente mojado. También se puede ver el salto Escondido a través de la formación rocosa llamada Ventana.
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La ventana
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Finalmente ya que el cielo nos amenazaba con una buena lluvia tropical, decidimos no quedarnos demasiado tiempo en la isla por miedo a no ver la estrella de las cataratas : la Garganta del Diablo.
Así que volvimos hasta la estación de tren y llegamos rápidamente (10/15 minutos) a la de la Garganta del Diablo. Una vez en está estación hay que cruzar unas pasarelas bastante largas que cruzan el Río Iguazú hasta el precipicio de la Garganta del Diablo. La primera impresión cuando uno se acerca a este Salto es indescriptible, parece que el agua nos va a tragar. Tiene una fuerza impresionante. Ni las fotos consiguen trasmitir esa sensación.
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La Garganta del Diablo
Al final solo nos quedamos unos 10 o 15 minutos (que aunque cortos, fueron intensos) ya que cayó una lluvia tropical impresionante. Acabamos completamente mojados ya que no hay nada para refugiarse en ningún sitio de las pasarelas.
Entonces cogimos el tren hasta la entrada del parque y nos fuimos de nuevo en colectivo hacía el pueblo. Esta vez, seguimos hasta la terminal de colectivo y decidimos comprarnos una pizza en el restaurante Pizza Color y coger un taxi hasta el hostel para no llenarnos los zapatos de barro.
Acabamos la estancia en Iguazú con 8º mientras que el primer día hacían 34º. Pero de esta manera, podíamos empezar a acostumbrarnos a la temperatura del resto del viaje.