Si Lisboa es la capital administrativa de Portugal y Oporto la capital económica, Coimbra es la capital educativa. Es a Portugal lo que Salamanca a España. Esta ciudad, la quinta del país (exceptuando las localidades periféricas de Lisboa y Oporto), y situada a medio camino entre Oporto y Lisboa, ha sido recientemente nombrada Patrimonio de la Humanidad por su universidad, en torno a la cual se distribuyen los distintos barrios, y en la cual comenzaremos esta breve visita.
La universidad de Coimbra fue fundada en el siglo XIII y trasladada a la ciudad en el siglo XVI, siendo una de las universidades más antiguas de Europa. Situada en el antiguo palacio real de Coimbra, de estilo renacentista, fue ampliada por gran número de reyes y gobernantes, incluido Salazar, que llenó el campus de moles grises al más puro estilo del realismo socialista.
La visita a la universidad cuesta 7 euros, y nos permite recorrer la Capilla de Sao Joao, la Biblioteca Joanina y el Palacio de las Escuelas, todo ello en torno a una gran plaza con vistas al Mondego, a la que no le vendría mal algo de césped… No se pueden hacer fotos en ninguno de los edificios (aunque dudo que podais resistiros, yo no pude). El Palacio de las Escuelas nos permite ver varias salas renacentistas, entre las que destaca la Sala dos Capelos, donde se realizan las ceremonias oficiales, y la Capilla de Sao Joao, joya renacentista con decoración barroca y un impresionante órgano.
Sin embargo, la joya de la corona es la Biblioteca Joanina, construida en el siglo XVIII por el rey Joao V. Se trata de una de las bibliotecas barrocas más bellas de Europa, todo un derroche de oros, estucos y maderas nobles que guardan 300000 libros en su interior. Sencillamente impresionante.
Saliendo del recinto del palacio veremos las moles salazaristas, y detrás de estas la Sé Nova, catedral de Coimbra. Se trata de un templo jesuita del siglo XVII con un sobrio y bello interior que mezcla el neoclásico con el barroco. La entrada es gratuita.
A su lado, el museo Machado de Castro, con una de las mejores colecciones de escultura del país. Podeis acceder de forma gratuita al patio, que cuenta con una logia renacentista desde la que se tienen unas bonitas vistas.
Bajando la destartalada calle del museo y otras calles destartaladas, acabaremos llegando a la Sé Velha. Iniciada en el siglo XII, tiene el aspecto de una fortaleza almenada.
Es de estilo románico, aunque tiene añadidos renacentistas. Su interior (2,5 euros) es oscuro, y posee un impresionante retablo gótico flamenco del siglo XV y una colección de conchas de ostra gigante del Índico que actúan de pilas de agua bendita.
La entrada también nos permite acceder al claustro, de estilo gótico primitivo (siglo XIII), siendo uno de los más antiguos de Portugal. Un paseo por este claustro, de capillas desnudas cubiertas de musgo y limo verde, parece trasladarnos a la Edad Media…
Seguimos bajando escaleras y empinadas callejuelas hasta el Arco de Almedina y la torre del mismo nombre, vestigio de la muralla medieval. Este arco da acceso a una de las calles más comerciales de la ciudad, la Rua Visconde da Luz, de bellos edificios del siglo XIX, y desde aquí a lo que se conoce como la Baixa, una gran cantidad de callejuelas estrechas y desvencijadas que se arraciman en torno al río.
La Rua Visconde da Luz une la Plaza del 8 de Mayo con el Largo de Portagem. Esta plaza, abierta al río y al puente de Santa Clara, posee varios edificios decimonónicos, como el Banco de Portugal y el Hotel Astoria.
Desde la Rua Visconde da Luz, las Escadas de Sao Tiago (junto a la iglesia del mismo nombre) nos permiten bajar a la Praça de Comercio, ideal para tomarse un café o para iniciar el paseo por las callejuelas.
La Praça 8 de Maio, peatonal y con una fuente en el medio, es una de las plazas más bonitas de la ciudad, y el inicio del casco antiguo.
A un lado de esta plaza encontramos el edificio de la Camara Municipal, y junto a él, una de las iglesias más importantes de la ciudad, la Igreja da Santa Cruz, de bellísima portada renacentista.
El acceso a la iglesia es gratuito, pero tendremos que pagar 2 euros para acceder a la sacristía y al claustro. El interior de la iglesia guarda un gran órgano, además de un bellísimo púlpito reancentista, pero lo más importante son las tumbas de los dos primeros reyes de Portugal, D. Alfonso Henriques y D. Sancho I. La gran sacristía acoge varias obras de arte y un conjunto de azulejos que imitan alfombras persas, y el claustro, llamado del Silencio, es uno de los mejores ejemplos de claustro manuelino.
Coimbra tiene mucho más que ofrecer, como la Praça da Republica, en la parte nueva, el jardín botánico, el Convento de Santa Clara, y para los más pequeños, el parque Portugal dos Pequeninos, con representaciones a escala de distintos monumentos portugueses, pero nosotros ya no tuvimos tiempo para más.
La universidad de Coimbra fue fundada en el siglo XIII y trasladada a la ciudad en el siglo XVI, siendo una de las universidades más antiguas de Europa. Situada en el antiguo palacio real de Coimbra, de estilo renacentista, fue ampliada por gran número de reyes y gobernantes, incluido Salazar, que llenó el campus de moles grises al más puro estilo del realismo socialista.
La visita a la universidad cuesta 7 euros, y nos permite recorrer la Capilla de Sao Joao, la Biblioteca Joanina y el Palacio de las Escuelas, todo ello en torno a una gran plaza con vistas al Mondego, a la que no le vendría mal algo de césped… No se pueden hacer fotos en ninguno de los edificios (aunque dudo que podais resistiros, yo no pude). El Palacio de las Escuelas nos permite ver varias salas renacentistas, entre las que destaca la Sala dos Capelos, donde se realizan las ceremonias oficiales, y la Capilla de Sao Joao, joya renacentista con decoración barroca y un impresionante órgano.
Sin embargo, la joya de la corona es la Biblioteca Joanina, construida en el siglo XVIII por el rey Joao V. Se trata de una de las bibliotecas barrocas más bellas de Europa, todo un derroche de oros, estucos y maderas nobles que guardan 300000 libros en su interior. Sencillamente impresionante.
Saliendo del recinto del palacio veremos las moles salazaristas, y detrás de estas la Sé Nova, catedral de Coimbra. Se trata de un templo jesuita del siglo XVII con un sobrio y bello interior que mezcla el neoclásico con el barroco. La entrada es gratuita.
A su lado, el museo Machado de Castro, con una de las mejores colecciones de escultura del país. Podeis acceder de forma gratuita al patio, que cuenta con una logia renacentista desde la que se tienen unas bonitas vistas.
Bajando la destartalada calle del museo y otras calles destartaladas, acabaremos llegando a la Sé Velha. Iniciada en el siglo XII, tiene el aspecto de una fortaleza almenada.
Es de estilo románico, aunque tiene añadidos renacentistas. Su interior (2,5 euros) es oscuro, y posee un impresionante retablo gótico flamenco del siglo XV y una colección de conchas de ostra gigante del Índico que actúan de pilas de agua bendita.
La entrada también nos permite acceder al claustro, de estilo gótico primitivo (siglo XIII), siendo uno de los más antiguos de Portugal. Un paseo por este claustro, de capillas desnudas cubiertas de musgo y limo verde, parece trasladarnos a la Edad Media…
Seguimos bajando escaleras y empinadas callejuelas hasta el Arco de Almedina y la torre del mismo nombre, vestigio de la muralla medieval. Este arco da acceso a una de las calles más comerciales de la ciudad, la Rua Visconde da Luz, de bellos edificios del siglo XIX, y desde aquí a lo que se conoce como la Baixa, una gran cantidad de callejuelas estrechas y desvencijadas que se arraciman en torno al río.
La Rua Visconde da Luz une la Plaza del 8 de Mayo con el Largo de Portagem. Esta plaza, abierta al río y al puente de Santa Clara, posee varios edificios decimonónicos, como el Banco de Portugal y el Hotel Astoria.
Desde la Rua Visconde da Luz, las Escadas de Sao Tiago (junto a la iglesia del mismo nombre) nos permiten bajar a la Praça de Comercio, ideal para tomarse un café o para iniciar el paseo por las callejuelas.
La Praça 8 de Maio, peatonal y con una fuente en el medio, es una de las plazas más bonitas de la ciudad, y el inicio del casco antiguo.
A un lado de esta plaza encontramos el edificio de la Camara Municipal, y junto a él, una de las iglesias más importantes de la ciudad, la Igreja da Santa Cruz, de bellísima portada renacentista.
El acceso a la iglesia es gratuito, pero tendremos que pagar 2 euros para acceder a la sacristía y al claustro. El interior de la iglesia guarda un gran órgano, además de un bellísimo púlpito reancentista, pero lo más importante son las tumbas de los dos primeros reyes de Portugal, D. Alfonso Henriques y D. Sancho I. La gran sacristía acoge varias obras de arte y un conjunto de azulejos que imitan alfombras persas, y el claustro, llamado del Silencio, es uno de los mejores ejemplos de claustro manuelino.
Coimbra tiene mucho más que ofrecer, como la Praça da Republica, en la parte nueva, el jardín botánico, el Convento de Santa Clara, y para los más pequeños, el parque Portugal dos Pequeninos, con representaciones a escala de distintos monumentos portugueses, pero nosotros ya no tuvimos tiempo para más.