Día 2
Hoy empezamos nuestra visita monumental y visto del día anterior que las calles la mayoría no tenían nombre y los planos eran difíciles de interpretar pues las calles que ponían como principales eran muy estrechas. Nos dispusimos a desayunar para coger fuerzas para el día.
El desayuno lo sirven en la terraza del riad y dado que era temprano, aunque estábamos en una carpa, hacia un pelin de frío.
El desayuno buenísimo, bollos y pan recién hechos, zumo natural, yogur como dice Arguiñano rico, rico.
Lo primero era ir a salir a la Rue Bab Agnaou y desde aquí todo para abajo hasta llegar a las Tumbas Saadies, como no, nos perdimos, pero entre turistas al final lo que no intuye uno intuye el otro, y al final dimos con ellas.
Al fondo a la izquierda esta la entrada. La calle esta es la Rue de la Kasba y a la derecha esta una tienda de especies y potingues las 100.000 Epices y el Kasba café.
Las Tumbas Saadies fueron abiertas en 1917 año en que las descubrieron. Estas tumbas datan de finales del siglo XVI y están localizadas en un jardín cerrado al que se accede a través de un pasillo entre dos casas. Aquí tenéis la entrada. Una vez dentro parece un oasis de paz.
En el patio están enterrados los cuerpos de los sirvientes y guerreros de la dinastía saadí.
El edificio más importante de las Tumbas Saadíes es el mausoleo principal. En él está enterrado el sultán Ahmad al-Mansur y su familia. El mausoleo consta de 3 habitaciones, siendo la más conocida la de las doce columnas, en la que están enterrados sus hijos. La entrada cuesta 10DH.
Desde aquí nos dedicamos a callejear para nuestra siguiente visita el Palacio Bahía.
La entrada al Palacio Bahía esta cerca de Place des Ferblantiers. Entrada: 10 DH. El Palacio Bahía es una de las obras arquitectónicas más importantes de Marrakech. Fue construido a finales del siglo XIX con el objetivo de ser el palacio más impresionante de todos los tiempos.
El palacio de la Bahía es un edificio fantástico, con unos techos de madera espléndidos, unos espacios exteriores muy agradables y alicatados Zellij. Es muy parecido a la Alhambra.
Desde aquí nos fuimos al Palais el Badi que esta al lado.
El Palacio Badi (Palais El Badii) fue construido a finales del siglo XVI por el sultán Ahmed al-Mansour para conmemorar la derrota de los portugueses en Wed al Makhazín (la Batalla de los Tres Reyes). La entrada cuesta 10 DH + 10 DH la visita al mimbar de la Koutubia. No queda casi nada del esplendor del palacio, es un gran vacío amurallado, los restos del que fue un gran palacio pero es un lugar interesante. Nuestra intención era subir a la muralla y ver la ciudad como decían en el foro desde un punto elevado. Pero nuestro gozo en un pozo nos se podía subir estaban en obras.
Desde aquí íbamos a ver Dar si Said y la Maison Tiskiwin pero no las encontramos y nos dedicamos a callejear es todo una experiencia.
Ya era hora de comer y nos fuimos a la plaza Djemaa el Fna a uno de los restaurantes que decían en el foro el restaurante Toubkal.
Comimos muy bien tajine, cuscus y de postre yogur, todo buenísimo y el precio muy barato. Como veis, los menús a 45 y 50 DH.
La vida en Marrakech se ve de forma distinta y como dicen ellos “la prisa mata”.
Desde aquí nos fuimos al riad para descansar un poco pero esta vez fuimos por la Rue Riad Zittoun el Kedim para experimentar las callejuelas, porque eso si las calles son estrechísimas.
En la esquina donde cogíamos para nuestro riad hay otro concretamente el Jnane Mogador, os dejo alguna foto.
Una vez descansado un poco en nuestro riad volvemos a la carga. Nuestra siguiente parada la terraza del Café Glacier, una de las tantas desde donde se puede ver la Plaza Djemaa el Fna y su trajín.
Deciros que la consumición minima son 2 euros, que hay que pagar a la entrada de la terraza sino no te dejan entrar.
Desde aquí las vistas son geniales y empiezas a distinguir los distintos ambientes que se respiran por toda la plaza.
Los puestos de comida ya montados.
Los de las chilabas vendiéndote sus gorros típicos.
Los puestos de zumos al fondo.
La Koutoubia y algún grupito contando historias.
Los encantadores de serpientes, buscando al turista que les de algún dirham por la fotografía. No son oro todo lo que reluce.
Las calesas a la caza del turista.
Las tatuadoras de henna y los músicos moviendo sus borlas del Fez, gorro típico marroquí.
Los de los monos.
Y por fin los aguadores.
Y como no mucho, mucho, mucho turista.
Una vista variopinta del tipo de gente que se mueve por esta plaza, cada una con su trabajo buscando al turista para ganarse los preciados dirham.
Desde aqui ya iba anocheciendo y nos acercamos a ver la Mezquita de la Koutoubia y al lado se encuentra el mausoleo Koubba Lalla Zohra, que según cuenta la leyenda representa a la hija de un esclavo que se convertía en paloma por las noches.
Después de varias vueltas por la plaza y entrar por las callejuelas de esta ciudad nos decidimos a cenar en el restaurante también recomendado en el foro Chez Chegrouni. Deciros que llevábamos dos experiencias en restaurantes y no defraudaron.
El día ya tocaba a su fin a recogerse que mañana era un día más completito que el de hoy.