Si uno visita la mítica ciudad de Budapest, encontrará que tiene gran cantidad de puntos de interés para visitar y conocer la ciudad. Puede encontrarse la mezquita más grande de Europa y su cementerio judío, con el árbol de la vida, su castillo, el puente de las cadenas, el parlamento... sin embargo, algo menos comentado, y que desde aquí recomiendo, es perderse un par de horas paseando por el cementerio nacional o Cementerio de Kerepes.
El lugar se encuentra cerca de la estación de trenes, su dirección es Fiume Road 16. El recinto es gratuito, abre todos los días del año.
Supongo que compararlo con otros cementerios más celebres como Montmartre de París es a lo mejor algo atrevido, sin embargo, la visita que tuve la oportunidad de realizar en Otoño 2013 hizo que sólo salieran de mi halagos hacia este lugar.
El cementerio puede recorrerse tanto si se dispone de mucho tiempo o no, es recomendable pasear por su senderos o callejuelas para contemplar algunas obras escultóricas que llaman bastante la atención (a mi me gustó mucho el muchacho y la muerte), o las lapidas realizadas en madera.
Perderse por sus callejones con las hojas cayendo y llegar a las zonas más apartadas del cementerio donde la naturaleza parece reclamar lo que es suyo, engullendo entre árboles, arbustos y vegetación las lápidas de más de 200 años, hacen bastante peculiar el lugar.
Contrasta bastante las zonas donde los familiares cuidan y limpian las lápidas de sus familiares enterrados allí, con aquellos que llevan decenas de años “abandonadas” a las inclemencias del tiempo y al capricho de las plantas que avanzan tras ellas. De hecho, las lápidas más recientes se encuentran reunidas en el centro, de manera que son fáciles de evitar, para no molestar a los familiares si pretendéis fotografiar el lugar. Yo no tuve ningún problema de realizar fotos.
Una visita que merece la pena no perderse en medio de esta ciudad con multitud de oportunidades para conocerla.
Otra oportunidad de poder visitarlo, virtualmente, es en su pagina web: nemzetisirkert.hu/ desde aquí tienen una galería de fotos para que veáis que os espera cuando lo visitéis.
El lugar se encuentra cerca de la estación de trenes, su dirección es Fiume Road 16. El recinto es gratuito, abre todos los días del año.
Supongo que compararlo con otros cementerios más celebres como Montmartre de París es a lo mejor algo atrevido, sin embargo, la visita que tuve la oportunidad de realizar en Otoño 2013 hizo que sólo salieran de mi halagos hacia este lugar.
El cementerio puede recorrerse tanto si se dispone de mucho tiempo o no, es recomendable pasear por su senderos o callejuelas para contemplar algunas obras escultóricas que llaman bastante la atención (a mi me gustó mucho el muchacho y la muerte), o las lapidas realizadas en madera.
Perderse por sus callejones con las hojas cayendo y llegar a las zonas más apartadas del cementerio donde la naturaleza parece reclamar lo que es suyo, engullendo entre árboles, arbustos y vegetación las lápidas de más de 200 años, hacen bastante peculiar el lugar.
Contrasta bastante las zonas donde los familiares cuidan y limpian las lápidas de sus familiares enterrados allí, con aquellos que llevan decenas de años “abandonadas” a las inclemencias del tiempo y al capricho de las plantas que avanzan tras ellas. De hecho, las lápidas más recientes se encuentran reunidas en el centro, de manera que son fáciles de evitar, para no molestar a los familiares si pretendéis fotografiar el lugar. Yo no tuve ningún problema de realizar fotos.
Una visita que merece la pena no perderse en medio de esta ciudad con multitud de oportunidades para conocerla.
Otra oportunidad de poder visitarlo, virtualmente, es en su pagina web: nemzetisirkert.hu/ desde aquí tienen una galería de fotos para que veáis que os espera cuando lo visitéis.