FUNCHAL: TELEFÉRICO Y JARDÍN TROPICAL DE MONTE. ✏️ Travel Journeys of Portugal

El avión salía a las 18:30 y nos quedaban algunas horas libres para disfrutar de algunas cosillas pendientes en Funchal. Cogimos el autobús y nos bajamos junto a la Avenida de Arriaga. Caminando, llegamos al Mercado dos Lavradores, que estaba en plena ebullición. Resulta muy interesante darse una vuelta por allí para ver los cientos de compradores locales, los turistas, las frutas tropicales y no tropicales, los caramelos y, sobre todo, el pescado fresco, en especial los atunes y el pez espada de Madeira, muy diferente del nuestro. Es fino, largo y con la piel negra. Tenía muy buen aspecto ya limpio y en filetes.

Después cogimos el teleférico hasta Monte. Tiene varios precios según los recorridos y, por si alguien no lo sabe, decir que hay un segundo teleferíco desde donde deja el primero, que lleva hasta el Jardín Botánico. Hay billetes combinados. Nosotros sólo queriamos visitar el Jardín Tropical, así que cogimos el combinado que incluye ida y vuelta en el teleférico y entrada al Jardín, lo que cuesta 23,50 euros. El viaje sencillo en el teleférico son 10 euros, la ida y vuelta, 15; y la entrada al Jardín Tropical, otros 10 euros. Tampoco es demasiado el ahorro, pero algo es algo. No aconsejo bajar caminando hasta Funchal, está realmente lejos y la cuesta es tremenda. Mejor coger un autobús, volver en el teleférico o para los más atrevidos bajar con los carreiros, aunque esta última opción sale carilla.Si no queréis coger el teleférico, podéis aprovechar a visitar este Jardín mientras tengáis el coche alquilado. No recomiendo andar con el coche por Funchal, pero para subir aquí sí está bien. Nosotros queríamos darnos el voltio en el teleférico, así que dejamos la visita para cuando ya no teníamos el coche. Hay que tener en cuenta que tanto el teleférico como el Jardín Tropical cierran pronto por la tarde, creo que a las seis. Así que, como siempre en Madeira, ¡cuidado con los horarios! Desde el teleférico se tienen muy buenas vistas de todo Funchal y sus alrededores.

Ya desde la estación del teleférico, en Monte, también hay buenos panoramas de Funchal:

El Jardín Tropical Monte Palace es uno de los más conocidos de Madeira. Tiene una enorme variedad de plantas autóctonas, exóticas y de todo el mundo. Además, tiene varios cursos de agua, un palacete, un lago, fuentes, lagunas con peces, esculturas, azulejos, etc. Es muy bonito el llamado jardín oriental, con puentes, pagodas, etc.

Me gustó bastante, creo que merece la pena verlo y recorrerlo con calma. Se tarda unas dos horas. Sin embargo, creo que me hubiese gustado todavía más si lo hubiese visto antes de hacer, por ejemplo, la levada do Rei. Es como pensar: “sí, es precioso el jardín, pero toda esta vegetación ya la he visto y en estado natural”.

Desde uno de los miradores, el que está en la parte sur, se ve como descienden los carreiros con sus atrevidos pasajeros.

Volvimos a Funchal en el teleférico y comimos en la zona del puerto: almejas y el famoso pez espada madeirense. Yo lo tomé al estilo tradicional, con plátano y salsa de maracuyá. Estaba muy bueno. Fue un estupendo punto final a nuestro viaje.Ya en el aeropuerto, todavía hay otra actividad para no perderse: subir a la terraza y ver los aviones aterrizar y despegar.

Ya en el avión pudimos reconocer muchos de los lugares que habíamos visitado durante aquella intensa semana.

Nuestro vuelo salió con casi 45 minutos de retraso Temíamos perder la conexión con el vuelo de Madrid. Sin embargo, como eran vuelos de TAP no hubo ningún problema. El trayecto de Funchal a Maira fue visto y no visto (tardó unos 75 minutos), y a la llegada a Lisboa, aparcaron el avión al lado del de Madrid, al que hicieron esperar a que llegara el de Madeira. Todo muy “sincronizado” y el retraso fue, en total, de unos 40 minutos.

Aunque creo que he ido comentando lo que me ha parecido más importante del viaje, voy a añadir un pequeño resumen:

- Precio: las vacaciones en Madeira no son demasiado caras, sobre todo fuera de los meses de julio y agosto. Desde 350 euros por persona se puede conseguir vuelo y hotel. La zona principal de alojamientos turísticos es Funchal y, especialmente, la llamada Lido/Estrada Monumental. Hay todo tipo de hoteles, la mayoría con piscinas. Está entre 1 y 2,5 Km. del centro de Funchal. No existe paseo marítimo hasta Funcha, hay que acercarse por una calle-carretera con multitud de tiendas, restaurantes, bares... en fin, lo típico.

- Desde España, solamente hay vuelos directos desde el 1 de julio a mediados de septiembre. El resto de las fechas hay que hacer escala, especialmente en Lisboa. En este caso, interesa elegir cuidadosamente los vuelos para que estas escalas sean lo más cortas posibles a fin de aprovechar el tiempo mucho más.

- La isla es preciosa, pero sobre todo la disfrutarán las personas amantes de la naturaleza y que les guste caminar. No es en absoluto un destino de sol y playa. Solo hay algunas playas pequeñas, normalmente de grava, de piedras o de pedruscos. El mar suele estar revuelto y aunque hay algunos accesos y escaleras dispuestos en su mayor parte por los hoteles no es un lugar muy adecuado para niños o personas que no sepan nadar. La Isla de Porto Santo sí que tiene una larga playa de arena, pero no la visitamos, así que no puedo opinar.

- Resulta sumamente conveniente alquilar un coche para recorrer la isla a ritmo de cada cual y disfrutarla plenamente. Lo ideal es hacer alguna levada y alguna vereda, este es el principal atractivo de Madeira, sus levadas y sus veredas, que llevan a disfrutar de su espectacular naturaleza. Por lo demás, Funchal tiene una zona centro muy agradable (el resto es incómodo porque hay que ir siempre para arriba o para abajo, con unas cuestas de impresión) y los pueblos están cuidados y son bonitos, pero en mi opinión no es lo más destacado de la isla.

- Carreteras: hay una autopista (gratuita) que recorre la zona sur oriental de la isla, pasando por su capital, Funchal. Luego hay una serie de carreteras express, con un sin fin de túneles, que permiten recorrer la isla, salvo algunas zonas, con bastante rapidez. Sin embargo, los mejores paisajes se obtienen desde las carreteras antiguas o marginales, como también se les llama. Tienen muchas curvas y mucha pendiente, pero el firme suele ser bueno y guardando las lógicas precauciones, salvo algunos tramos, no resultan especialmente peligrosas. Se puede ir por aquí durante el día y luego, de regreso o por la noche, utilizar las express.

- La gasolina cuesta en torno a 1,67 euros y el gasoil sobre 1,32. Sin embargo, la tarifa de alquiler de los coches diesel suele ser más cara; así que hay que hacer cuentas porque nosotros con esa diferencia tuvimos para pagar la gasolina de todo el viaje.

- La gente es muy amable, casi todo el mundo entiende el castellano y se desviven porque el turista se sienta como en casa.

- La comida está muy buena y no es especialmente cara (hay de todo, claro). En los pueblos es mucho más barata que en Funchal. Hay que tomar el bolo de caço un pan delicioso del que nos hicimos fans, es pan caliente con ajo y mantequilla. Además, son tradicionales las lapas a la plancha (un molusco entre almeja y mejillón), los mejillones a la crema (más pequeños y menos sabrosos que los de aquí), las lulas o calamares, el pulpo (en vinagreta), las gambas y langostinos, las almejas... También hay que probar las espetadas, una especie de brocheta gigante, que puede ser de carne, pollo, marisco, pescado... No hay que perderse el arroz con marisco o rape, lo hacen en puchero y queda caldoso. Nos gustó mucho. Y también hay que probar los pescados (atunes, bacalao y otros con nombres locales que no recuerdo), recomiendo pedir la especialidad en el restaurante, pero no hay que dejar Madeira sin probar el pez espada (diferente del de aquí), con plátano y salsa de maracuyá está estupendo. Están muy buenas las sopas de vegetales, en realidad cremas, y de pescado. Lo que no nos llamó especialmente la atención fueron los postres, tiene poca variedad. Las verduras las ponen al dente, menos tiernas que aquí. Y los platos principales y espetadas llevan guarnición de ensalada, patatas y verduras, así que cuidado con las raciones.

- También recordar la existencia de la llamada "carretera fantasma", que no figura en ningún mapa, pero que une la carretera que va a Eira do Serrado con el Pico Areeiro, lo que permite ahorrar bastante tiempo y poder hacer ambas visitas de corrido. Sin embargo, esta carretera tiene un horario limitado según la época del año; en verano, la cierran a las 19:00.

- Mucho cuidado con los horarios en Madeira. A partir de las 6 de la tarde todos los lugares turísticos "cerrables" suelen estar cerrados, incluido el mirador del Cabo Girao, por ejemplo.

- El tiempo es muy agradable, pero también muy variable, por lo que siempre hay que tener preparado un plan B e incluso un plan C. Puede hacer un sol maravilloso en un punto y estar nublado o lloviendo siete kilómetros más allá. Llevar siempre un jersey y un chubasquero si se va a hacer alguna levada, y no olvidar coger también una linterna porque muchas veces hay túneles. También es posible encontrar carreteras o levadas cerradas, a veces sin previo aviso, como nos ocurrió con la carretera que iba desde Boca de Encumeada a Rabaçal.

- Para preparar las caminatas o las levadas aconsejo visitar esta página web, que a mi me vino fenomenal: www.walkmeguide.com/es/

Seguramente se me olvidan muchas cosas, pero si alguien quiere preguntar algo, no tiene más que hacerlo. Para terminar, decir como siempre que los comentarios de este diario son completamente personales. También dar las gracias a este foro y a todos los viajeros que con sus experiencias me han ayudado, una vez más, a disfrutar de mi viaje a Madeira.