Senderismo desde Skogar a Thorsmörk por el puerto de Fimmvörduhals. ✏️ Diarios de Viajes de IslandiaEl día de hoy era muy importante para mí, tenía muchas ilusiones puestas en el. Las predicciones del tiempo que habíamos visto nosotros y las que nos dieron en el centro de visitantes de Skaftafell eran buenas, sin lluvia, sin viento, no demasiado...Diario: SORPRENDENTE ISLANDIA⭐ Puntos: 5 (18 Votos) Etapas: 12 Localización: IslandiaEl día de hoy era muy importante para mí, tenía muchas ilusiones puestas en el. Las predicciones del tiempo que habíamos visto nosotros y las que nos dieron en el centro de visitantes de Skaftafell eran buenas, sin lluvia, sin viento, no demasiado frío, el día tenía todos los ingredientes para ser perfecto. Pero perfecto no hay casi nada. Dejamos el coche aparcado cerca del hotel Skogar. Primeramente visitamos, como no, una de las más famosas y espectaculares cascadas de Islandia, la cascada Skogafoss. Tiene una caída de 60 m. desde arriba del acantilado que, en tiempos remotos, fue litoral marítimo. Caída que asemeja una compacta cortina, majestuosa, elegante, de estilo clásico (si a las cascadas se les pudiera aplicar estos estilos arquitectónicos conocidos). Cuenta una leyenda que el colono de estas tierras, Thrasi Thorolfsson, escondió un cofre lleno de oro en una cueva detrás de la cascada, inasequible por la cantidad de agua que cae constantemente. Muchos han intentado encontrar el cofre y en una ocasión se logró atar una cuerda a un asa del mismo, pero al tirar solo salió el asa que, posteriormente, fue usada para la puerta de la iglesia de Skogar y que en la actualidad se conserva en el museo etnológico. Al lado de la cascada hay una empinada subida hasta el límite superior de la misma. Desde allí se ve la propia cascada y el estuario del río hasta el mar. Son las 9 de la mañana y comenzamos nuestra ruta. El sendero se encuentra bien marcado con estacas que terminan en azul y bien pisado de toda la gente que lo frecuenta. No en vano es considerado uno de los treking más bonitos del mundo. Hay buen número de personas que se animan a seguirlo (sin ser numeroso), al menos algunos tramos, otros llegan hasta el puente de madera. El camino va siguiendo el curso del río Skogaá. Verdes campos ondeados con las formas de las colinas que vamos subiendo. Ovejas pastando, en grupos de tres,.. Comienza el desfile de cascadas. El río que se encañona entre rocas negras con vestiduras verdes. Si vuelves la vista para atrás aún se distingue la nube de rocío que produce la cascada Skogafoss. Como dice la guía Rother, el caminante entre tanta belleza apenas si se da cuenta de lo que va subiendo. El desfile de cascadas es impresionante, ves una bonita y al poco, otra de igual o más belleza. Y es que el encajonamiento del río en algunos tramos es de paredes altas y verticales, con rocas oscuras retorcidas, tapizadas de verde, en otros el río tiene que salvar cierto desnivel y forma una alta y espectacular cascada. En total hay 23 cascadas, he llegado a leer que 26. Las vamos contando. Al llegar a la número 8, Skálabrekkufoss, ya te quedas pasmado. Nos vamos parando en cada cascada, en cada recodo del río, de esta forma no avanzaremos mucho camino. Cuando pasamos la cascada número 10 u 11 la niebla nos envuelve, apenas si vemos unos cuantos metros a nuestro alrededor. Se acabaron las vistas, se acabaron las cascadas (algunas las intuimos por el tronar de sus aguas), y quedaban algunas de las mejores, se acabaron las fotos..... Llegamos a nivel de un arroyo tributario del río Skogaá que hay que cruzar, es un vadeo fácil porque hay piedras suficientes para pasar por encima. Por la inercia y porque no vemos ni torta, seguimos camino a la ribera del arroyo hasta que nos damos cuenta que el camino ya no está pisado y no hemos visto ninguna estaca. Vuelta para atrás. El trecho de camino que anduvimos a la ribera del río está pisado, a más de uno le ha tenido que ocurrir lo mismo. Una vez cruzado el arroyuelo las estacas vuelven a aparecer indicándonos que vamos por el camino correcto. De vez en cuando nos cruzamos con otras personas que aparecen de pronto dentro de la niebla, como apariciones fantasmagóricas. Nosotros a ellos debemos parecerles lo mismo. Esta niebla lleva incorporada la llamada lluvia horizontal, pronto tenemos el pelo y la ropa perlados de gotas de agua. En el puente peatonal de madera sobre el río Skogaá se cruza al margen izquierdo y el sendero ahora abandona el curso del río. Hasta aquí son 9 km. desde el inicio. En este punto, la niebla es aún más espesa y no vemos ninguna indicación que pueda orientarnos, pero seguimos para arriba. Más adelante ya vimos estacas rojas y estacas azules (de madera y más viejas que las que hay hasta el puente), decidimos seguir con las azules. Subimos, seguimos subiendo, en medio de la niebla como fantasmas silenciosos y esperanzados de que la situación cambie. Alrededor de una hora de camino desde el puente parece que la niebla se disipa un poco, alcanzamos a ver retazos del paisaje que se va llenando de neveros pegados a las montañas, un barranco enorme con paredes de miedo, un río al fondo, muestras fugaces de todo lo que nos estamos perdiendo. Al poco vemos el tejado blanco del pequeño refugio Baldvinsskali, que dejamos a la izquierda. A partir de aquí ya comienzan los campos nevados. La nieve no está helada y se avanza por ella razonablemente bien, siguiendo las huellas de pisadas marcadas en la misma. Los postes de madera ahora han sido sustituidos por grades tubos de amarillo, pensados para la nieve y el invierno. Se van alternando subidas y bajadas, los collados siempre nevados, la niebla se vuelve aún más densa. Aparece el cartel indicando el refugio Fimmvörduskali. Muchos senderistas pernoctan en este refugio dividiendo esta ruta en dos días. Hasta aquí son otros 7 km. desde el puente Nos vamos encontrando a varios senderistas, algunos están finalizando el Laugavegur comenzado en Landmannalaugar. Como es el caso de una pareja de españoles con los que cambiamos impresiones. Nos señalan que aún nos queda mucho trecho de campos nevados. En mitad de la nieve y la niebla aparece un letrero con dos flechas en sentido opuesto, una indica Skogar, de dónde venimos, la otra Thorsmörk, a dónde vamos. Creemos que estamos en el punto más alto del puerto de Fimmvörduhals y que las subidas se han acabado, pero no, aún nos quedan algunas subidas y bajadas entre la niebla y pisando nieve. Hubo un momento en el que incluso tuvimos algo de miedo, no vemos ningún palo amarillo, ninguna huella, y un grupo de senderistas que iban con guía delante nuestro se pierden de nuestro campo de visión. Afortunadamente la niebla comienza a moverse más rápido con algún clareo esporádico, en uno de ellos vemos a lo lejos un palo amarillo que nos vuelve a la ruta. Más adelante, cruzando uno de estos campos nevados nos topamos con montones de lava que sobresalen entre la nieve haciendo un bonito contraste. Pero es más que eso, es la última lava que ha fluido en Islandia, lava del volcán Eyjafjallajökull que erupcionó en 2010.¡¡¡¡¡ Proseguimos atentos porque los nuevos cráteres no deben estar muy lejos. Dos nuevas montañas surgidas en 2010 que han cambiado el paisaje, Magni y Modi. Este nombre corresponde a los hijos de Thor, dios escandinavo, por su proximidad a Thorsmörk. El campo de lava se llama Godalandhraun también por la proximidad a las tierras altas que caen hacia el valle de Thorsmörk, Godaland (tierra de dioses). Pero con esta niebla, no son muchas las expectativas que tenemos de poder contemplarlos. Más que verlos, los adivinamos en uno de estos clareos de la niebla movida por el viento. Subiendo y en la cima hay al menos dos grupos de senderistas de excursiones que organizan desde Thorsmörk con el objetivo de ver estos nuevos conos volcánicos y ello nos confirma que estamos caminando por la base de estas nuevas elevaciones. Delante de uno de ellos, en una pequeña hondonada que no tenía nieve, nos sentamos a comernos el bocadillo, acechando y esperando un nuevo momento de dispersión de la niebla para hacerles una foto. Lo de la foto lo conseguimos a medias, lo que sí conseguimos fue quedarnos medio congelados. Desistimos de subir a la cima porque total, no íbamos a ver nada. Proseguimos camino. Esta es una foto de los nuevos conos volcánicos que amablemente me ha cedido el forero popocho. Para que se note la diferencia. Al igual que esta siguiente: vista del glaciar Eyafjalajökull desde la cima de estos conos. Cuando ya casi había perdido las esperanzas de que el día se arreglara parece que la nieve va disminuyendo y comenzamos a bajar algo y, de pronto, se obra el milagro, las nubes van desapareciendo como por arte de magia. Ante nuestros ojos aparece una extensa panorámica de salvaje belleza medio difuminada entre la niebla que se va retirando. Me parece irreal, aunque la he visto en algunas fotos. Ya venía pensando casi acongojada que no la podría contemplar. Pero aquí la tengo, es real, no tengo más que seguir bajando y meterme dentro de ella. El semblante y el corazón se nos alegran, comenzamos a bajar con otra energía en las piernas. Desde el refugio Fimmvörduskali hasta Heljarkambur son 3 km. La bajada desde Heljarkambur es muy pendiente, con piedras sueltas. De frente vamos viendo la planicie Morinsheidi. Para llegar a ella hay que bajar por un tramo de trepada, no demasiado difícil, ayudado de cuerdas y luego subir un poco. ¿Qué hace una meseta en medio de tanta montaña elevada y escarpada?. Quizá el hielo, cuando se estaba formando, la encorsetara. Atravesamos la meseta rocosa y desolada que es Morinsheidi. Antes de comenzar la bajada desde ella, me paro unos minutos ya que es un punto estratégico para una panorámica de 360º. Ante todo lo que veo, inflo los pulmones y me siento grande. Miro hacia atrás, de frente toda la pendiente que hemos bajado A la izquierda, el glaciar Myrdalsjökull, enorme masa de hielo que cubre el volcán que hoy día más se teme, el Katla. Ya he comentado que desde su última erupción en 1918 lleva décadas de retraso respecto a su estadística de dos erupciones por siglo. Parece hoy dormir tranquilamente. Alguno de los brazos del glaciar se descuelgan en un circo, formando el río Hruná y este, a su vez, forma el barranco Hrunaargil sobre el que descienden escabrosas montañas de agreste belleza. También por encima del circo y bajando por él, el nuevo campo de lava Godalandhraun. A la derecha y frente al glaciar se alza su vecino Eyjafjallajökul, más pequeñito, debajo del cual descansa el volcán Eyjafjalla después de su ataque de cólera de 2010. Entre estos dos glaciares discurre el paso Fimmvörduhals que hemos atravesado entre tanta niebla. También a la derecha bastantes montañas de grandiosa belleza vierten sus laderas abruptas y empinadas en el barranco Strákagil. Por ambos lados se extienden los altos pastos de Godaland. Miro hacia el frente, hacia dónde tenemos que seguir, el camino discurre entre estos barrancos mencionados, al fondo, el valle de Thorsmörk. Por muy grande que me sienta tengo que reconocer que soy un punto insignificante entre esta inmensidad de paisaje. En la bajada hay otros varios tramos del camino en los que hay que utilizar cuerdas o cadenas por lo pendiente o resbaladizo del terreno. Se pasa por una cresta rocosa, Kattahryggir, dónde el camino se estrecha e incluso hay un paso aéreo. A nuestra derecha se siguen descolgando ramificaciones del glaciar Myrdalsjökull y siguen acompañándonos, a derecha e izquierda, las imponentes montañas. Vertiginosos precipicios, a ambos lados, que descienden hasta el barranco Strákagil y el Hrunaargil. La ayuda de las cuerdas viene muy bien. Pese a lo accidentado del camino en general está muy bien señalado y preparado para la mucha gente que lo transita. La última bajada es larga y empinada. En uno de sus tramos más expuestos, con cuerdas, vemos a un grupo de chicos y chicas jóvenes que están construyendo una escalera de madera con tablones que ellos mismo suben desde el valle, para aumentar la seguridad del tramo. La proximidad del valle se anuncia con la aparición de bosques frondosos de abedules y otro tipo de vegetación. Cuando llegamos al río una flecha nos indica la dirección del refugio Basar. Al lado, una cabaña con agua y WC. Se remonta un poco este río cruzándolo luego por un puente, giro a la derecha, atravesando arenales y zonas con vegetación. Llegamos al refugio cuando falta un poco para las 6 de la tarde. Desde Heljarkambur hasta el refugio son 10 km. Hace sol, aunque no calienta demasiado, las mesas de madera, delante del refugio, están repletas de senderistas que ya han llegado o que pernoctan en el refugio, ambiente montañero. Además del edificio del refugio hay un pequeño centro de información y pasando otro puente, el camping, el edificio de duchas y toilettes. Nos terminamos de comer el bocadillo, que dejamos a medias por el frío, con una cerveza y coca-cola. En el refugio no venden bebidas pero siguiendo el consejo de los senderistas que nos encontramos en el puerto, preguntamos en el centro de información dónde comprarlas y una chica nos las proporcionó en otra cabaña, eso sí, a precio alto. Nos quedan dos horas de espera para el autobús de Reykjavik Excursion. Ha sido una jornada de senderismo memorable, hemos sufrido por la niebla, no nos hemos enterado de lo que había a nuestro alrededor en varios kilómetros, pero hemos tenido el regalo del primer tramo de cascadas y la bajada completa a Thorsmörk que hemos disfrutado un montón. La ruta completa son 29 km. Hay disparidad de opiniones en su longitud. Estos datos los he copiado de un librito editado por Utivist y escrito por Sigurdur Sigurdarson, que, por la foto, deduzco que es un montañero. El libro se llama Fimmvörduhals. Libro que un amable islandés del centro de información tuvo a bien regalarme cuando vio que se me iluminaba la cara viendo las bonitas fotos de las cascadas que no habíamos podido ver por la niebla. Que majos que son estos islandeses. Aunque está escrito en islandés. Solo puedo ver las fotos y los kilómetros que indica de cada tramo, imposible enterarse de nada más. Nosotros hemos ido a paso tranquilo, nos hemos entretenido bastante haciendo fotos y absorbiendo el paisaje, la niebla y la nieve también nos ha hecho ir más lentos. No es una ruta fácil, tampoco es que sea de dificultad muy alta. Son 1100 m. de desnivel, si bien el desnivel acumulado es mayor porque se sube y baja en muchas ocasiones. Yo lo único malo que le veo es la niebla, es dificultoso orientarse con ella. Este valle de Thorsmörk (que quiere decir bosque de Thor) es uno de los lugares más salvajes y espectaculares de Islandia, fue declarado reserva natural en 1921. Aislado del mundo exterior por tres glaciares, los ya nombrados Myrdalsjökull y Eyfjallajökull, y el Tindfjallajökull, el glaciar más pequeño del país que se encuentra sobre la caldera de un estratovolcán ya extinguido. Esto protege al valle del tiempo más duro y le otorga un trasfondo especial. A esto se une, dos profundos ríos y muchos caudalosos arroyos de montaña y glaciares, bosques de abedules y sauces, los campos plenos de florecitas salvajes cuyo aroma se une al de los abedules y líquenes para perfumar los encantadores valles de verde radiante, extrañas formaciones rocosas… Todo contribuye en configurar el ambiente mágico del poderoso paisaje de una gran variedad cromática. Los de Reykjavik Excursion tienen un servicio de autobús que viaja desde Thorsmörk hasta la cascada Seljalandsfoss, a las 8 de la tarde, dónde se hace transbordo a otro autobús normal, uno se dirige a la capital y el otro no sé el destino, sé que nos dejó en Skogarfoss. Es un autobús preparado para estos terrenos y vadeos. El mismo para en la plazoleta que hay delante del refugio y el centro de información. En otra plazoleta más alejada hay una marquesina de autobús y cuando nosotros estábamos allí había un autobús aparcado al lado. Pensamos que allí sería la parada. Cuando quisimos darnos cuenta eran pasadas las ocho, no había nadie en la parada y el autobús no había pasado. Tremendo susto que nos llevamos. Y es que el autobús venía con retraso. Su última parada, después de esta, es en el refugio Husadalur. Para llegar a este refugio hay que cruzar el virulento y ramificado río Krossá con uno de los vadeos más peligrosos. Este autobús de ruedas muy altas, atraviesa el río con fondo arenoso y bastantes baches profundos, se tambalea a ambos lados, el conductor lucha contra la corriente aguantando fuerte el volante, a veces tienes la sensación de que el bus va a volcar. Toda una experiencia. Husadalur es el final y el inicio de esta ruta de autobús. Trasiego de gente. Allí te cobran el billete, 5.500 ISK, desde aquí a Skogar. Se puede pagar con tarjeta. En la ruta de vuelta hay que volver a cruzar el río Krossá. Tenemos el sol de frente escondido entre unas nubes, tremendos los colores del cielo. Toda la ruta transcurre por la F249, por el Valle del río Markarfljot, carretera dificilísima, con muchos vadeos, varios profundos y peligrosos, piso inestable de tierra y arena con muchos socavones y desniveles. Pero eso si, atraviesa paisajes de ensueño. Ahora entiendo la fama que tiene, bien merecida. Como he comentado, el autobús nos deja delante de la cascada Seljalandsfoss. Allí están esperando otros dos autobuses de la empresa, ya normales, nos indican el que va a la capital y el que va a Skogar. No tardamos mucho en llegar. Nuestro Suzuki sigue allí esperándonos. Son casi las 10:30. Quisimos repetir cena en Fossbud pero ya estaba cerrado. Solo encontramos abierto el Bistro del hotel Skogar que también ha cerrado la cocina, nos ofrecen sándwiches. Pregunto por otra alternativa, chocolate caliente con algún dulce. Me dicen que sí y me sirven una generosa porción de una tarta riquísima. Para mí, la guinda perfecta para un día extraordinario. Índice del Diario: SORPRENDENTE ISLANDIA
01: PREPARATIVOS
02: Viaje y llegada a zona Myvatn pasando por Godafoss
03: Cañón de Jökulsárgljúfur. Dettifoss, Selfoss .....Asbyrgi
04: Excursión a Askja
05: Alrededor del lago Myvatn, Hverir y Krafla.
06: Fiordos del Este. Ribera del Lagarfljot.Camino a Höfn
07: Costa Sur: Desde Höfn Hasta Kirkjubaejarklaustur.
08: Costa Sur. De Kirkjubaejarklaustur a Skogar.
09: Senderismo desde Skogar a Thorsmörk por el puerto de Fimmvörduhals.
10: Landmannalaugar, Valle Gjain y Thjorsadalur
11: Círculo Dorado, Reykjavik
12: Reykjavik, Blue Lagoon, Reykjanes. Vuelta a casa.
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