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Después de desayunar nos despedimos de Evora, rumbo a Elvas, con una hora de camino.
Este día podíamos haberlo aprovechado más, pero estábamos todos algo cansados y decidimos tomárnoslo con más calma ya que, al fin y al cabo, se supone que estábamos de vacaciones
.Elvas es la tercera mayor ciudad del Alentejo, alberga la mayor colección de fortificaciones baluarte del mundo, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2012. Los fosos, el fuerte y las robustas murallas indicarían una cierta paranoia de no ser por su ubicación, ya que está sólo a 17 km de Badajoz.
El recinto abaluartado de Elvas tiene 3 murallas, siendo la de fuera la más antigua y más baja en altura. La forma es en estrella, idea cogida de una ciudad holandesa. Estos pocos datos son los que recuerdo de memoria al respecto...
Castelo: creo que el precio para entrar fue de 2 euros/adulto, niños gratis. No hay nada dentro, pero es precioso pasear por sus almenas con sus vistas y ver cómo era el sistema defensivo. Tan cerca de España me sorprende que los folletos informativos estaban sólo en portugués, inglés y francés... aquí también hicimos casi solos la visita, nos cruzamos en una zona con otra familia.
Pelourinho:
Acueducto da Amoreira: tardaron unos 100 años en construirlo. Tiene unos 7km de longitud.
Muy cerca de Elvas se encuentra Campo Maior y estuvimos a punto de ir después de la "decepción" de la Capela dos Ossos de Evora ya que aquí hay otra capilla de los huesos, más pequeña y menos turística. Pero como he explicado arriba, este día estábamos bastante cansados e ir hasta allí no significaba encontrarla abierta para poder entrar a verla... se nos ha quedado pendiente para otra ocasión.
Llegamos después de unos 30 minutos a Vila Viçosa, por el camino vemos de lejos Evoramonte y Estremoz que nos llaman la atención y apuntamos también para la siguiente... llegando a Vila Viçosa vamos viendo canteras de mármol.
Tiene un palacio de mármol que es de los más grandes del país. Los duques de Bragança vivían en el castillo hasta que el duque Dom Jaime decidió que era poco confortable y mandó construir el palacio.
Castelo: la entrada son 3 euros/adulto, alberga el museo de arqueología y el museo de caza. Tiene una gran colección arqueológica ordenada por épocas desde el Paleolítico y hay incluso restos egipcios. El museo de caza es paso obligado para subir a las almenas y disfrutar de las vistas. El castillo cierra a las 18h, dejan entrar hasta las 17h y nosotros llegamos a las 17:15. Una pareja delante nuestra no entró. Cuando el hombre de la puerta nos explicó que cerraba a las 18h le preguntamos si podíamos entrar y hacer la visita más rápida de lo habitual (no nos interesaba la zona de caza aunque tuvieramos que pasar por ella) y no hubo problema. De vez en cuando el hombre aparecía en la sala en la que estábamos para explicarnos cosas o indicarnos por dónde seguir para que lo viéramos todo sin perdernos.
Iglesia y pelourinho:
En Vila Viçosa nos hospedamos en la Pousada de Dom Joao IV, que se encuentra junto al palacio ducal y fue primero convento y después la casa de las damas de la corte. Sólo tengo una foto de detalle del claustro. En la recepción está el suelo acristalado a través del cual se ven restos antiguos, hay un gran salón de época con su gran chimenea siempre encendida. El desayuno lo hicimos en un salón que tenía un fresco que reproduce la última cena. Hay una pequeña sala de juegos con un billar, pin-pon y futbolín. Como ya comenté en la etapa de planificación, el mobiliario de la habitación no está al nivel de lo que debería ser un parador por estar muy anticuado y, sobretodo, la cama supletoria estaba hundida en el centro, pero por su precio merece la pena y repetiría si volviera, tiene encanto.
Breves conclusiones: como ya he ido escribiendo a lo largo de las etapas, me ha sorprendido mucho esta zona. No entiendo que sea tan desconocida, que no promocione más el turismo con las joyas naturales, arquitectónicas y gastronómicas que tiene. Claro que si hubiese más turismo probablemente seguiría siendo igual de bonito pero perdería algo de su encanto. Lo malo de esto ha sido encontrar varios sitios cerrados: oficinas de turismo, castillos e iglesias. Por otro lado, lo bueno de esto es que la mayoría de los sitios tienen entrada gratuita así que no hay que establecer prioridades y se puede ver todo.
La gente que vive en la zona es amable e intentan hacerlo más fácil todo dando indicaciones y recomendando sitos para comer, en algunos sitios hasta parece que se sorprenden de ver extraños, aunque puede que esta sensación está aumentada por ir en febrero.
Si tuviera que quedarme con un día, sería con el día que visitamos un montón de megalitos y Monsaraz, mi preferida entre todas y a la pienso volver y quedarme una noche. Nos queda mucho por ver del Alentejo, tanto de su zona más al norte como de la costa... esto ya para una época más calurosa.
El viaje es para hacerlo en coche. No creo que dependiendo de transporte público puede aprovecharse bien el tiempo.
No tengo más que recomendarlo 100%, sabiendo que todo es zona muy rural, tranquila.
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