Jueves 20 de agosto
En contra de lo que suele ser habitual en mis viajes, en Chiapas voy a optar por tours organizados para desplazarme a los principales puntos turísticos que me he marcado. El motivo es doble: son muy baratos y no es posible recorrer todo en dos días que tengo.
Hoy me vienen a recoger a una hora prudente (8:00, léase... media horita de espera... y eso que soy el primero de la van!)
El recorrido nos llevará hasta la frontera con Guatemala: El parque nacional de las lagunas de Montebello. Para aprovechar el viaje, haremos una parada previa en las cascadas de chiflón.
Soy el único extranjero en la furgoneta que nos lleva a once personas. No es la excursión más concurrida de las que se suelen hacer desde San Cristóbal.
A la cascada del Chiflón se puede ir por cuenta propia, haciendo transbordo en Comitán. No así, a las lagunas. El recorrido me ha costado unos 27€, un precio ridículo para lo que te ofrecen.
En unas dos horas llegamos a las cascadas, sin problemas de bloqueos en la carretera. Allí te dejan unos 90 minutos para verlas. El manejo de los tiempos, uno de los principales problemas de los tour organizados, ha sido exactamente el que yo mismo hubiera dispuesto. Otro punto a favor.
El chiflón aglutina varias cascadas, a cada cual más espectacular, hasta llegar a la llamada cascada velo de novia. En mi vida he visto unas cascadas tan chulas. Sobre todo, destacaría el color tan bello de las aguas. Se trata de un azul turquesa que, yo, humildemente, en mi vida había visto antes. Me he quedado pasmado de tanta belleza.
Todos en la furgoneta hemos comentado cuánto nos ha gustado y sorprendido esta parada técnica.
Antes de llegar a las lagunas nos hemos detenido en un restaurante a comer (8€), donde hemos confraternizado un poco más. Otra vez yo era el motivo de todos los comentarios.
Con la tripa llena nos hemos ido al destino último de la excursión: el parque nacional de las lagunas (hay bastantes) de montebello. Es un paisaje simplemente idílico. Juzga por ti mismo:
En algunas de las lagunas se podía embarcar en una barcaza formada por cinco troncos atados con una endeble cuerda. Yo ni me lo he planteado, pero algunos de mi grupo se han arriesgado.
Han estado hasta una horita en la barcaza,... de hecho, han venido con dolor en las articulaciones de tanto remar.
Con el minibús hemos ido parando en otros lagos pequeñitos, próximos entre sí (pero no conectados por transporte público)
En definitiva, una excursión memorable y muy recomendable para quienes tengáis tiempo.
A la vuelta, ya andábamos tarde (por lo menos llevábamos un retraso de 1 hora), nos ha tocado el bloqueo de las carreteras de acceso a San Cristóbal. Para sortearla, unos aldeanos nos han dicho que vayamos por un camino de tierra y piedras... eso sí, sólo accesible para quienes pagaban 20 pesos. Una extorsión simbólica, pero incomprensible para mi mente occidental. Al final, en vez de llegar a las 8pm, hemos llegado a las 11 pm.
Menos mal que el día anterior, previendo que igual llegáramos tarde, había reservado y pagado el tour para el viernes... porque a esta hora que hemos llegado, ya estaban cerradas las agencias de viaje.