Otro madrugón y a las 6:30 estábamos preparados en la puerta del hotel esperando al bus que nos llevaría primero a ver los cóndores y desde allí a Arequipa. Como ese bus venía desde Chivay, su primera parada era Yanque, así que dos minutos después de subir volvimos a bajar en la plaza de Yanque, que ya a esas horas está preparada para las hordas de turistas: señoras vendiendo souvenirs, tipos con halcones para hacerse fotos, y niños vestidos con ropas regionales bailando por una propina. A mí esto me pareció igual o peor “turistada” que las tan criticadas islas Uros. Los niños tenían de todo menos cara de contentos:
Valle del Colca: Yanque
Después de alguna parada más por el camino para observar el cañón desde un mirador, llegamos por fin a la zona de la Cruz del Cóndor a eso de las 8:15. El bus paró un poco antes de llegar hasta la cruz porque había un par de cóndores posados en las rocas, pero echaron a volar enseguida. El guía nos ofreció o bien ir en bus hasta el mirador de la cruz, o bien ir andando desde donde estábamos por el borde del cañón, pasando por un mirador que hay más abajo que el principal. Por supuesto, y a pesar de las agujetas que teníamos del día anterior, decidimos ir andando, que tampoco era tanto. Tuvimos suerte y pudimos ver muchos cóndores: machos, hembras, jóvenes y adultos. Son todo un espectáculo. Estuvimos un buen rato en el segundo mirador (el que está un poco más bajo que el principal) porque parecía que ese día estaban volando bajo y se veían mejor que desde arriba. Luego ya subimos a la cruz, pero nos gustó más el otro mirador. En total estuvimos allí hasta las 9:40 más o menos, así que tuvimos bastante tiempo.
Valle del Colca: cóndores
Desde la Cruz volvimos por la misma carretera hacia Chivay, pero por el camino hicimos varias paradas: algunas simplemente para admirar el paisaje, que a esa hora y con el sol más alto era más impresionante que cuando habíamos pasado por allí a primera hora, otras para que compráramos algo en los puestos de las señoras, y hasta para que probáramos el famoso helado de sancayo, el fruto de un cactus endémico de Perú, Bolivia y Chile. Probamos dos versiones, con y sin leche, y nos gustó mucho, aunque si me dicen que es de kiwi me lo hubiera creído porque era muy parecido (S/2 cada uno).
Valle del Colca
Gastronomía peruana: helado de sancayo
Una de las paradas fue en el pueblo de Maca, que además de tener una bonita iglesia tiene multitud de puestos de souvenirs y más tipos con animales como los que habíamos visto en Yanque por la mañana (o serían los mismos?). Allí probamos otra de las delicatesen locales: el colca sour, que en lugar de zumo de lima lleva zumo de sancayo (S/3 cada uno). Y allí también vimos a la que posiblemente fuera la llama más grande de todo Perú:
Gastronomía peruana: colca sour
Valle del Colca
A eso de las 12 habíamos llegado a Chivay. El tour nos llevaba a comer a un restaurante tipo buffet (aunque la comida no estaba incluida) y nosotros decidimos irnos por nuestra cuenta a buscar otro sitio más auténtico y quedar con ellos en la plaza de armas más tarde. Después de asegurarnos bien del sitio y la hora para encontrarlos luego, nos metimos en un pequeño restaurante de la plaza de armas llamado El Balcón de Zacarías donde comimos mucho y muy bien (S/64), aunque como venía siendo habitual tardaron muchísimo en servirnos y al final tuvimos que comer casi con prisas para no perder el bus. Salimos de Chivay sobre la una y recuerdo que el viaje hasta Arequipa se me hizo eterno. Como era un bus de “vuelta” no iba haciendo paradas turísticas (de hecho la parte del mirador de los volcanes ni nos enteramos porque íbamos dormidos) y como no bajas a estirar las piernas en todo el camino se hace muy pesado. Debimos llegar a Arequipa sobre las 4:30, y el bus nos dejó en el hotel (que estaba muy bien situado pero nos dieron una habitación en la planta baja, literalmente detrás de la recepción, y sin ventana, con el baño en una especie de patio exterior… un poco decepcionante). El resto de esa tarde y todo el día siguiente tendríamos tiempo para descubrir Arequipa, la ciudad blanca.