Cogimos un taxi que nos llevara a la estación de bus de Trujillo (S/7), donde cogeríamos un Emtrafesa hacia Chiclayo. Esta es la empresa más recomendada para este trayecto, y tiene buses normales cada 15 minutos (S/14), así como buses un poco más cómodos a ciertas horas (bus cama S/17-19 y bus VIP S/21-23). Nosotros teníamos un bus cama que nos había costado S/19 por persona. Llegamos a Chiclayo sin contratiempos y buscamos un taxi que nos llevara al hotel, pues teníamos que dejar nuestras cosas antes de que nos recogieran los de Colonial para el tour de ese día. El taxista que nos llevó a nuestro hotel (S/4) nos empezó a decir que si era una zona malísima, que si era súper peligrosa, que si el mercado que estaba al lado era lo peor… y que nos podía llevar a algún hotel más céntrico para que nos cambiáramos. Le dijimos que no, gracias, y cuando llegamos al hotel (Sun Palace) se lo comentamos al recepcionista. Nos dijo que lamentablemente era bastante habitual por parte de los taxistas intentar engañar a los turistas de esa manera, y nos aseguró que la zona era perfectamente segura y que no nos preocupáramos. Como el hotel lo habíamos elegido por buenas referencias en la guía y en tripadvisor, no nos preocupamos más. Dejamos las mochilas en la habitación, comimos de menú rápido en el restaurante del propio hotel (S/6 por persona, bastante aceptable), y a eso de la una ya estaban los de Colonial recogiéndonos en la puerta. Nos recogió un chico que era el guía, y que iba en el coche con su padre. Íbamos a ir solos a la primera parada del día, el museo Bruning, y allí nos juntaríamos con otro grupo para ir a visitar el sitio Huaca Rajada, lugar donde se encontró la tumba del Señor de Sipán.
La primera parada, como decía, fue el museo Bruning, un pequeño museo en la ciudad de Lambayeque, a una hora de Chiclayo. Se llama así en honor de su fundador, el alemán, Hans Heinrich Brüning, especialista y amante de la cultura Lambayeque o Sicán (no confundir con Sipán!), y también conocido como “Enrique” Bruning. Es un museo bastante completo y en buen estado de conservación, y hasta hace unos años era el más importante de la zona, pero ahora queda un poco eclipsado por el de Tumbas Reales. Como nosotros vimos este primero, nos gustó mucho, pero igual si ya has visto el de Tumbas Reales podrías prescindir del Bruning. Tiene una colección bastante interesante de cerámica, alguna momia, orfebrería… En la entrada tiene una figura de Naylamp, un dios que vino de tierras lejanas a través del mar para fundar Lambayeque.
Chiclayo: museo Bruning, estatua de Naylamp
Chiclayo: museo Bruning, cerámica moche
Chiclayo: museo Bruning, momia
Chiclayo: museo Bruning, momia con pelo natural
Chiclayo: museo Bruning, máscara de oro
Cuando terminamos en el museo nos recogieron en una furgoneta donde iba una familia americana y un francés, que serían nuestro compañeros en la segunda y última visita del día: el sitio Huaca Rajada, junto con el museo Huaca Rajada, a algo más de una hora de Lambayeque. Allí es donde se encontró la tumba del Señor de Sipán en 1987; los huaqueros del pueblo de al lado descubrieron una de las tumbas menores y el arqueólogo peruano Walter Alva se encargó de las excavaciones en busca de la tumba más importante. Esto supuso bastantes problemas con los huaqueros y la gente de la zona, hubo enfrentamientos con la policía y algún muerto, y finalmente la situación se solucionó involucrando a la gente local en las excavaciones y dándoles trabajo. La historia completa está publicada en National Geographic. La zona de Huaca Rajada son pirámides truncadas construidas con adobe (muy erosionadas, ahora solo parecen montículos de tierra) del año 300 dC. El Señor de Sipán resultó ser un importante dirigente mochica, que se fue enterrado con cientos de objetos de oro, cerámica y piedras preciosas, así como con un séquito formado por su esposas, dos chicas, un joven, un jefe militar, un abanderado, dos guardianes, dos perros y una llama. Y todo en la misma tumba. Bastante impresionante! Esta es la reconstrucción de la tumba:
Chiclayo: Huaca Rajada, tumba del Señor de Sipán
En el sitio se han hechos réplicas exactas de algunas de las tumbas encontradas. Se pueden ver las tumbas del Señor de Sipán (arriba), el Viejo Señor de Sipán y el Sacerdote. También han quedado las evidencias de otras tumbas: un gobernante guerrero de unos 40 años, que tenía como acompañante a un joven guerrero y un entierro secundario; la tumba donde se hallaron dos adolescentes, un hombre y una mujer, que posiblemente fueron el guardián y el acompañante de la otra tumba… Es una visita muy interesante, aunque sabes que es todo reconstrucción, y yo creo que es mejor verla antes de visitar el Museo Tumbas Reales, que sería como la guinda del pastel al poder ver allí todos los objetos originales. Además de las reconstrucciones, hay un museo bastante nuevo donde se ven algunos de los objetos encontrados en las tumbas, aunque las piezas más impresionantes están en el Tumbas Reales.
Chiclayo: Museo Huaca Rajada
Con esto terminó nuestro primer día de visitas en Chiclayo. Los chicos de Colonial nos llevaron de vuelta al hotel y esa noche salimos a cenar a un restaurante que nos había recomendado el guía, se llamaba La Parra y tenía sobre todo carne (S/55, muy rico). El paseo desde el hotel hasta el centro fueron unos 10 minutos pero no nos pareció peligroso ni lúgubre ni nada de lo que nos había dicho el taxista esa mañana… Aprovechamos para ver la Catedral y el Ayuntamiento, que iba a ser lo único que veríamos de la ciudad de Chiclayo (ciudad que curiosamente no tiene plaza de Armas, pues no tuvo fundación española), y volvimos ya de noche tranquilamente y sin problemas. Al día siguiente, más visitas por Chiclayo: Túcume, museo Señor de Sicán, y el plato fuerte, el Museo Tumbas Reales!
Chiclayo: Catedral y Ayuntamiento