Hoy era nuestro último día completo en Beijing y nos tocaba ver otro de los monumentos que más nos impresionaría de la ciudad, El Templo del Cielo. Desayunamos de nuevo en la habitación del hotel con unos bollos que compramos la noche de antes.
Tomamos el metro que nos dejaría a unos minutos del Templo. La entrada que tomamos nosotros fue la Puerta Norte del Cielo. Entras por el parque Tian Tan, allí puedes ver a los pekineses jugando con los diábolos, a futbol chino pluma (deporte nacional!), haciendo aerobic, bailando bailes locales y cantando. Es uno de los lugares favoritos para practicar deporte y juego de cartas de la ciudad.
También nos sorprendió ver la cantidad de parejas de novios que se acercan hasta allí para hacer sus fotos de boda.
Para comer, nos paramos en uno de los restaurantes que hay en el parque, como hacía muy buen tiempo pudimos comer en su terraza.
Tomamos el metro para dirigirnos a El Templo de los Lamas (Templo de Yonghe), la estación de metro tiene el mismo nombre. Este es otro de los lugares imprescindibles de visitar en Bejing, lo más llamativo será el pabellón Wanfu, donde se encuentra un buda tallado en una única pieza de madera de sándalo que mide más de 18 metros.
Para la cena, tomamos la recomendación de uno de los conserjes del hotel y fuimos a un restaurante que había a 2 minutos del hotel y tengo que decir que acertamos. El lugar se llama Sunshine Kitchen Restaurant. Allí probamos el pescado en una de sus variantes. Todo estaba muy rico.