16 Agosto
Hoy sí que tocaba ir a Sintra. Nos levantamos más temprano que de costumbre para llegar poco más de las 9. Esta vez preferimos ir en coche para movernos por allí con más libertad. A las 9:30 estabamos en las taquillas del Palacio da Pena, y había infinidad de aparcamiento libre. ¡Esto no era para tanto! No tuvimos que esperar mucho en la cola, y pillamos dos entradas pero sólo para el parque. Para los que quieran visitar palacio y parque, de 9:30 a 10:30 hay descuento de 1€ (se queda en 13€). La visita al parque cuesta 7'5€ y pudimos pagar con tarjeta de crédito. Te dan un mapa para que más o menos te hagas un croquis de lo que quieres ver, y qué pasada de parque. Es enorme. Tan sólo decir que estuvimos cerca de 3 horas recorriendolo y nos quedaron algunas cosas por ver. Desde algunos puntos del parque, hay unas vistas espectaculares del palacio. Salimos y menuda montonera había de coches y nada de aparcamiento. ¡Cómo se nota la hora de llegada!
De allí nos fuimos a buscar aparcamiento cerca del pueblo y ya se notaba cada vez más coches llegar al pueblo. Aparcamos finalmente en Praça Dom Fernando I, que era gratis, y era un paseo de un cuarto de hora hasta el palacio Nacional. Allí había alguna terraza de bar y nos sentamos un rato en la de Ale-Hop. Con todo el fresco que hizo esta mañana ya estaba empezando a calentar el sol comos los días anteriores. Dimos otro paseo y nos dirigimos a comer. Tenía algunos apuntados pero finalmente escogimos el Restaurante Regional de Sintra (Tv. do Município 2). Creía que iba a ser más tipo tasca pero al contrario. La carta te viene en una tablet. Pedimos 3 platos y una botella de vino por unos 40€. El pescado bastante mejor que la carne. De hí preferimos seguir la ruta en vez de parar a tomarnos un café en el famoso Café Saudade o en Queijadas da Sapa, que estaban por allí. Y de entre todas las posibles atracciones de Sintra, no nos podíamos ir sin ver Quinta da Regaleira (6€). Es imperdible. Nos tiramos otras 2 horas por allí dando vueltas.
Nos fuimos de Sintra cerca de las 19h. Así que si quereis ver todo lo que hay allí, mínimo son 2 días.
Despues de habernos aseado y descansado un rato en el apartamento, nos fuimos a dar una vuelta por los jardines de Marques de Pombal, que lo teníamos tan cerca y todavía no lo habíamos visto. Llegamos hasta el mirador que hay arriba, pero de noche pierde porque no se veía gran cosa. No teníamos nada de hambre (casi siempre nos pasabamos comiendo al mediodia), pero había que tomarse algo, que era nuestra última noche en Lisboa. Nos fuimos para Dote - Cervejaria Moderna (R. Barata Salgueiro) y allí conocimos un camarero amabilísimo, y nos pedimos unas cervezas Abadia y por comer algo pedimos media francesinha (todo por unos 11€). Para quien no la conozca la definen como un sandwich para valientes. Nos gustó muchísimo y una pena no haber tenido hambre para haber pedido algo más.
Mañana nos despedíamos de Lisboa y de camino nos pararíamos en Evora a comer y darle una vuelta.