Facturación y vuelo con SATA International
Nuestro viaje empieza bien temprano, puesto que debemos ir a Madrid desde Huelva y a las 15:00 hay que estar en Barajas.
Llegamos con puntualidad a los mostradores de facturación de la aerolínea SATA International (Serviço Açoriano de Transporte Aéreo), la rama de SATA Air Açores (aerolínea por excelencia de las Islas Azores) que conecta el archipiélago con Europa continental y América. Estos mostradores se encuentran en la segunda planta de la Terminal 2 del aeropuerto de Madrid-Barajas; concretamente son el 555, 556 y 557 y el código de la aerolínea es RZO ó S4, tal como podemos ver aquí, en la web del aeropuerto. Nuestro vuelo de ida tenía el número S4 6509 y es muy probable que el vuestro sea el mismo si vais con esta misma oferta.
Con algo de impuntualidad y con ya una cola moderada tanto delante como detrás de nosotros, abre el mostrador de facturación. Una mujer amable y atenta, pero que no se presenta (imagino que sería de Portugal Tours o algo), nos dice a unos cuantos: “¿Para Terceira? Bien, no necesitáis el bono. Solo el DNI, ¿vale?”
Cuando por fin llegamos, nos atiende una mujer de Iberia. Nos pide el DNI, nos pesa las maletas que íbamos a facturar, nos da las tarjetas de embarque y nos desea buen vuelo. Al ser vuelo chárter, como ya me respondió Rumbo cuando hice la reserva, no se puede hacer check-in online. Me incomodaba un poco el hecho de no tener el billete de avión (sabiendo de prácticas como las de Ryanair del cobro de elevadas tasas por imprimirte la tarjeta de embarque en el aeropuerto), pero sabiendo que llevaba el bono de reserva y de la respuesta dada por Rumbo, estaba tranquilo y todo fue bien. Como os dije, podéis facturar una maleta de hasta 20 kg. Mi maleta no dejaba de ser de mano pero, como también llevaba una mochila, facturé la maleta y metí en ella todos los líquidos y demás.
¿Qué tenéis un miedo inmenso a que os pierdan las maletas? Pues no facturéis, aunque tendréis que hacer la cola en el mostrador igualmente para que os den las tarjetas de embarque y esperar a que todo el mundo recoja su maleta en el aeropuerto de destino para que salga el bus de traslado al hotel.
El equipaje de mano permitido ha de tener unas medidas máximas de 55x40x20 y un peso no superior a 8 kg (aunque Rumbo decía que eran 6) según anuncia SATA en su web (podéis verlo aquí). A nivel práctico, no controlaron ni pesaron nada del equipaje de mano; por lo que si queréis evitar facturar, no tengáis miedo a que os comprueben la maleta de mano como a veces pasa en Ryanair u otras low cost.
Pasamos el control de seguridad, nos tomamos algo en el 100 montaditos cercano a la puerta de embarque y accedemos al avión. Enseguida noto el espacio entre los asientos para estirar las piernas (hacía años que no volaba con una aerolínea que no fuese Ryanair y la diferencia es visible). Despegamos con puntualidad, desconecto los datos de móvil y a volar.
El vuelo transcurre sin incidencias. Nos dan a cada pasajero un pequeño bocadillo de filetes de ternera de las Azores (Sande de Vaca) y un vaso de bebida a elegir entre refrescos, agua o zumos además de café o té. En unas 3 horas y media (llegamos con casi media hora de retraso) aterrizamos en el Aeropuerto de Lajes, al noreste de la isla. Sentimos como el viento golpea el avión (había leído que la isla había estado en alerta durante la semana anterior por rachas de viento que superaban los 100 km/h.), pero aterrizamos nin ningún problema.
Llegamos con puntualidad a los mostradores de facturación de la aerolínea SATA International (Serviço Açoriano de Transporte Aéreo), la rama de SATA Air Açores (aerolínea por excelencia de las Islas Azores) que conecta el archipiélago con Europa continental y América. Estos mostradores se encuentran en la segunda planta de la Terminal 2 del aeropuerto de Madrid-Barajas; concretamente son el 555, 556 y 557 y el código de la aerolínea es RZO ó S4, tal como podemos ver aquí, en la web del aeropuerto. Nuestro vuelo de ida tenía el número S4 6509 y es muy probable que el vuestro sea el mismo si vais con esta misma oferta.
Con algo de impuntualidad y con ya una cola moderada tanto delante como detrás de nosotros, abre el mostrador de facturación. Una mujer amable y atenta, pero que no se presenta (imagino que sería de Portugal Tours o algo), nos dice a unos cuantos: “¿Para Terceira? Bien, no necesitáis el bono. Solo el DNI, ¿vale?”
Cuando por fin llegamos, nos atiende una mujer de Iberia. Nos pide el DNI, nos pesa las maletas que íbamos a facturar, nos da las tarjetas de embarque y nos desea buen vuelo. Al ser vuelo chárter, como ya me respondió Rumbo cuando hice la reserva, no se puede hacer check-in online. Me incomodaba un poco el hecho de no tener el billete de avión (sabiendo de prácticas como las de Ryanair del cobro de elevadas tasas por imprimirte la tarjeta de embarque en el aeropuerto), pero sabiendo que llevaba el bono de reserva y de la respuesta dada por Rumbo, estaba tranquilo y todo fue bien. Como os dije, podéis facturar una maleta de hasta 20 kg. Mi maleta no dejaba de ser de mano pero, como también llevaba una mochila, facturé la maleta y metí en ella todos los líquidos y demás.
¿Qué tenéis un miedo inmenso a que os pierdan las maletas? Pues no facturéis, aunque tendréis que hacer la cola en el mostrador igualmente para que os den las tarjetas de embarque y esperar a que todo el mundo recoja su maleta en el aeropuerto de destino para que salga el bus de traslado al hotel.
El equipaje de mano permitido ha de tener unas medidas máximas de 55x40x20 y un peso no superior a 8 kg (aunque Rumbo decía que eran 6) según anuncia SATA en su web (podéis verlo aquí). A nivel práctico, no controlaron ni pesaron nada del equipaje de mano; por lo que si queréis evitar facturar, no tengáis miedo a que os comprueben la maleta de mano como a veces pasa en Ryanair u otras low cost.
Pasamos el control de seguridad, nos tomamos algo en el 100 montaditos cercano a la puerta de embarque y accedemos al avión. Enseguida noto el espacio entre los asientos para estirar las piernas (hacía años que no volaba con una aerolínea que no fuese Ryanair y la diferencia es visible). Despegamos con puntualidad, desconecto los datos de móvil y a volar.
El vuelo transcurre sin incidencias. Nos dan a cada pasajero un pequeño bocadillo de filetes de ternera de las Azores (Sande de Vaca) y un vaso de bebida a elegir entre refrescos, agua o zumos además de café o té. En unas 3 horas y media (llegamos con casi media hora de retraso) aterrizamos en el Aeropuerto de Lajes, al noreste de la isla. Sentimos como el viento golpea el avión (había leído que la isla había estado en alerta durante la semana anterior por rachas de viento que superaban los 100 km/h.), pero aterrizamos nin ningún problema.
Traslado aeropuerto-hotel
Las maletas no tardan en aparecer y, una vez que salimos a la terminal, hay unas cuantas personas esperándonos con carteles de Portugal Tours (no era difícil adivinar que éramos nosotros a quienes esperaban; el aeropuerto es pequeñísimo y no había nadie más por allí). Nos dividen por hotel de destino (Angra Garden, Caracol, Angra Marina y Terceira Mar) y nos montamos en el bus de nuestro correspondiente hotel (en nuestro caso, el Angra Marina).
Durante el traslado en bus, un guía local en buen castellano, nos explicó durante nuestro corto trayecto (no llega a media hora desde el aeropuerto a Angra do Heroísmo) una introducción a la isla y algunas excursiones o alternativas que podíamos hacer durante nuestra estancia. También nos informó que el trayecto de vuelta sería a las 9:00 am (el vuelo era a las 11:00) desde el hotel, nos facilitó su número de teléfono, nos dio un mapa de la ciudad y de la isla y nos dijo que se quedaría un rato en el hotel para solucionar dudas, así como el horario en el que estaría durante los próximos días por la recepción para ayudarnos en lo que necesitásemos.
Una vez que llegamos, nos apresuramos a bajarnos del bus y coger las maletas de los primeros para no comernos una cola importante en el check-in del hotel (como sí sufrieron aquellos más rezagados). Nos dan una copa de champán de bienvenida y, tras hacer el check-in, nos entregan la tarjeta-llave de la habitación y el mando a distancia de las luces (sí, sí, lo que oís).
Dejamos las maletas en la habitación y nos vamos a explorar de seguida Angra do Heroísmo. Tras salir del hotel, nos vamos hacía la derecha y bajamos por unas escaleras pintorescas solitarias (da una cierta sensación de inseguridad pero enseguida veréis que podéis estar tranquilos) que da al centro de Angra do Heroísmo; el ambiente es muy muy tranquilo, no hay mucha gente por la calle ni en los bares. La ciudad es colorida y enseguida vemos la bonita Igreja da Misericordia que está pegada a la Marina (aunque es de noche y seguro que gana de día). Nos comemos un bocata en el bar People de la Rua Direita y nos vamos a algo parecido a un pub prácticamente vacío. Pronto decidimos volver al hotel para descansar; mañana será un día intenso.
Durante el traslado en bus, un guía local en buen castellano, nos explicó durante nuestro corto trayecto (no llega a media hora desde el aeropuerto a Angra do Heroísmo) una introducción a la isla y algunas excursiones o alternativas que podíamos hacer durante nuestra estancia. También nos informó que el trayecto de vuelta sería a las 9:00 am (el vuelo era a las 11:00) desde el hotel, nos facilitó su número de teléfono, nos dio un mapa de la ciudad y de la isla y nos dijo que se quedaría un rato en el hotel para solucionar dudas, así como el horario en el que estaría durante los próximos días por la recepción para ayudarnos en lo que necesitásemos.
Una vez que llegamos, nos apresuramos a bajarnos del bus y coger las maletas de los primeros para no comernos una cola importante en el check-in del hotel (como sí sufrieron aquellos más rezagados). Nos dan una copa de champán de bienvenida y, tras hacer el check-in, nos entregan la tarjeta-llave de la habitación y el mando a distancia de las luces (sí, sí, lo que oís).
Dejamos las maletas en la habitación y nos vamos a explorar de seguida Angra do Heroísmo. Tras salir del hotel, nos vamos hacía la derecha y bajamos por unas escaleras pintorescas solitarias (da una cierta sensación de inseguridad pero enseguida veréis que podéis estar tranquilos) que da al centro de Angra do Heroísmo; el ambiente es muy muy tranquilo, no hay mucha gente por la calle ni en los bares. La ciudad es colorida y enseguida vemos la bonita Igreja da Misericordia que está pegada a la Marina (aunque es de noche y seguro que gana de día). Nos comemos un bocata en el bar People de la Rua Direita y nos vamos a algo parecido a un pub prácticamente vacío. Pronto decidimos volver al hotel para descansar; mañana será un día intenso.
Hotel Angra Marina *****
Aprovecho aquí para hablaros de toda la experiencia global en nuestro hotel: el Angra Marina de 5 estrellas; lo dejo todo aquí y así no hablo más de él en el resto de etapas. Aquí os dejo información y comentarios del hotel en la web de booking, aquí de TripAdvisor y aquí su web oficial.
Era la primera vez que iba a un hotel de 5 estrellas sin mis padres, aunque había leído comentarios mixtos acerca del hotel e intuía lo que me iba a encontrar. En realidad, como os comenté, escogimos el Angra Garden (el de tres estrellas, el más barato; para reservar en el resto había que pagar suplemento), aunque alegando sobreocupación, nos lo modificaron al Marina por el mismo precio. El Marina tiene cosas de hotel de lujo y otras que hacen que te preguntes quién da las estrellas; vamos a enumerarlas empezando por lo positivo:
Las habitaciones son inmensas: muy muy grandes; la decoración es sencilla pero acertada. El mobiliario es amplio y de calidad: mesa interior, mesa exterior, tres sillas (dos exteriores y una interior muy cómoda) y un pequeño sofá. El minibar tiene pocas cosas y es caro, pero enfría y es útil si quieres dejar dentro tus botellas de agua o lo que quieras; no es que sea enorme pero te da para meter sobres de fiambre y un par de botellas de agua grandes. También hay caja fuerte y un armario con muchas perchas y bastantes cajones. No faltan tampoco dos mesitas de noche. La televisión, grandecita y de pantalla plana, tiene un montón de canales, incluidos varios internacionales, deportes, de series y películas en VO subtitulados en portugués. Los canales en español son: TVE Internacional; TVE 24 Horas; TV Galicia; Real Madrid TV; y Barça TV además de algunos otros de Latinoamérica.
Las camas son grandes y muy cómodas.
En el baño, también amplio, tienes tanto ducha (muy agradable el modo lluvia) como bañera. Hay dos lavabos en la habitación (cada uno con su toalla de mano) y también secador de pelo y calientatoallas (muy útil para dejar el bañador cuando vuelves del spa).
El balcón es grandecito y tiene unas muy buenas vistas al Monte Brasil.
Era la primera vez que iba a un hotel de 5 estrellas sin mis padres, aunque había leído comentarios mixtos acerca del hotel e intuía lo que me iba a encontrar. En realidad, como os comenté, escogimos el Angra Garden (el de tres estrellas, el más barato; para reservar en el resto había que pagar suplemento), aunque alegando sobreocupación, nos lo modificaron al Marina por el mismo precio. El Marina tiene cosas de hotel de lujo y otras que hacen que te preguntes quién da las estrellas; vamos a enumerarlas empezando por lo positivo:
Las habitaciones son inmensas: muy muy grandes; la decoración es sencilla pero acertada. El mobiliario es amplio y de calidad: mesa interior, mesa exterior, tres sillas (dos exteriores y una interior muy cómoda) y un pequeño sofá. El minibar tiene pocas cosas y es caro, pero enfría y es útil si quieres dejar dentro tus botellas de agua o lo que quieras; no es que sea enorme pero te da para meter sobres de fiambre y un par de botellas de agua grandes. También hay caja fuerte y un armario con muchas perchas y bastantes cajones. No faltan tampoco dos mesitas de noche. La televisión, grandecita y de pantalla plana, tiene un montón de canales, incluidos varios internacionales, deportes, de series y películas en VO subtitulados en portugués. Los canales en español son: TVE Internacional; TVE 24 Horas; TV Galicia; Real Madrid TV; y Barça TV además de algunos otros de Latinoamérica.
Las camas son grandes y muy cómodas.
En el baño, también amplio, tienes tanto ducha (muy agradable el modo lluvia) como bañera. Hay dos lavabos en la habitación (cada uno con su toalla de mano) y también secador de pelo y calientatoallas (muy útil para dejar el bañador cuando vuelves del spa).
El balcón es grandecito y tiene unas muy buenas vistas al Monte Brasil.
Vistas desde el balcón de nuestra habitación
El desayuno buffet es amplio y tiene mucha variedad. Suspenden los zumos y la pastelería, pero a mí me encanta hartarme de huevos con bacon en los desayunos buffet y en este estaban riquísimos. El queso fresco también estaba muy bueno. Varios platos de desayuno inglés; variedad de panes, cereales, frutas y embutido suficiente.
Aparcamiento gratuito en el hotel: Si alquilas coche, lo dejas en el hotel y ya te despreocupas.
El spa no es maravilloso ni enorme… Pero existe y su acceso no es de pago. Por lo visto, hay que avisar en recepción para que activen la sauna y las duchas estas raras. Sin embargo, nosotros cuando fuimos nos ceñimos al jacuzzi que estaba abierto de 10:00 a 19:00 y solíamos estar solos o con alguna pareja.
Y ahora lo malo…
Yo suelo desconectar bastante del móvil y del mundo durante los viajes pero lo de que no haya wifi en las habitaciones es imperdonable para un hotel de esta categoría. Tienen cable Ethernet por si te llevas el portátil pero cuesta entender que no llegue el wifi… Dicen que lo van a solucionar a medio plazo. Por tanto, solo hay wifi en la recepción. Normalmente funcionaba correctamente, pero en un par de ocasiones no terminaba de conectar de primeras.
Cuando te duchas, se moja bastante el suelo del baño. Con lo fácil que sería un pequeño escaloncito para evitarlo… Y en la bañera no hay soporte para la alcachofa ni cortina, por lo que ducharse sería incómodo. Lo que sí hay en la bañera es una jabonera para dejar el gel y el champú, cosa que no hay en la ducha, por lo que te tocará dejar los botecitos en el suelo.
Las luces funcionan con una especie de mando a distancia. El primer día te hace gracia, pero acaba por no ser muy práctico…
La recepción (y toda la entrada al hotel) se encuentra en la planta 8 y, para acceder, hay que subir una cuesta o unos escalones. No es ninguna locura, pero si vas con alguien con problemas de movilidad igual os limita un poco…
En resumen: en general, estuvimos muy contentos con la estancia (tened en cuenta también lo que pagamos...) Tampoco podemos comparar con el resto de alojamientos porque no los conocemos, por lo que no podría decir si realmente merecería la pena pagar un suplemento por este hotel en relación a los más económicos.