Pues esto se acaba, chicos y chicas. Hoy es miércoles 8 de febrero de 2017 y mañana tenemos que volar hacia España. El día amanece muy nublado y amenaza lluvia. Nos despertamos sobre las 9:00, bajamos a desayunar como campeones y nos ponemos en marcha porque hay que echarle gasolina al coche antes de devolverlo.
En esta ocasión, nos costó 6 euros llenar el depósito (hicimos unos 80 km.); lo devolvimos en la oficina con puntualidad y, tras una ligera comprobación, de nuevo nos ofrecen acercarnos al hotel. Lo agradecemos pero decidimos ir andando.
¿Adónde vamos? Pues decidimos volver a subir el Monte Brasil, aunque en esta ocasión no seguimos el sendero oficial y fuimos bastante rectos hasta la parte donde estaban los ciervos donde ya estuvimos anteayer. Pasamos otro buen rato jugando con ellos y dándoles de comer (bueno, Gabri seguía bastante desconfiado y le tiraba los trozos de pan; yo me atrevía a que comiesen de mi mano). Cuando nos decidimos a bajar y a dar la última vuelta por Angra, se puso a diluviar durante unos 10-15 minutos. Afortunadamente, nos metimos en un merendero techado hasta que escampase y nos pusimos en marcha para bajar.
En esta ocasión, nos costó 6 euros llenar el depósito (hicimos unos 80 km.); lo devolvimos en la oficina con puntualidad y, tras una ligera comprobación, de nuevo nos ofrecen acercarnos al hotel. Lo agradecemos pero decidimos ir andando.
¿Adónde vamos? Pues decidimos volver a subir el Monte Brasil, aunque en esta ocasión no seguimos el sendero oficial y fuimos bastante rectos hasta la parte donde estaban los ciervos donde ya estuvimos anteayer. Pasamos otro buen rato jugando con ellos y dándoles de comer (bueno, Gabri seguía bastante desconfiado y le tiraba los trozos de pan; yo me atrevía a que comiesen de mi mano). Cuando nos decidimos a bajar y a dar la última vuelta por Angra, se puso a diluviar durante unos 10-15 minutos. Afortunadamente, nos metimos en un merendero techado hasta que escampase y nos pusimos en marcha para bajar.
Nuestros amigos los ciervos
No tardó en salir el sol de nuevo. Va a ser verdad eso de las 4 estaciones en la isla en el mismo día… Dimos una nueva vueltecilla por el centro de Angra, y aquí podéis ver uno de los impérios de Terceira. Hemos visto bastante durante estos días y la verdad es que solo le hemos hecho la foto a unos de los más feos (en Praia da Vitória y en São Sebastião vimos unos muy bonitos). Los impérios son una especie de pequeñas capillas donde se rinde culto al Espíritu Santo. No en vano, se conocen como "Impérios do Divino Espírito Santo". La verdad es que son muy curiosos y muy propios de Terceira.
El império que vimos el último día
Nos acercamos a la oficina de turismo en la Rua Direita (si, nosotros somos así y vamos el último día) para que nos recomienden un sitio para probar pescado de la isla, pues hoy también íbamos a comer fuera y a Gabri le apetecía probar el pescado. Nos recomendaron un restaurante dentro del mercado municipal Duque de Bragança: As nossas Ilhas. Si bien era un poco más carete que el de A Canadinha, la atención y la comida fueron muy buenas. Gabri pidió la famosa alcatra; en principio fuimos allí porque nos lo recomendaron por el pescado, pero al final probamos el plato más típico de Terceira (el otro día en A Canadinha comimos ternera pero en filetes) y estaba muy bueno y pudimos comer los dos de una ración que costó unos 10 euros.
Tras la comida, dimos una vuelta por el mercado y compramos algo de fruta; aunque la mayoría de puestos ya estaban cerrados pues era después de comer. También nos acercamos a un supermercado de la marca Continente (que en Portugal sigue existiendo): O meu super. Allí compré galletas y algo de comida para el viaje de mañana.
También pasamos por una tienda de souvenirs cerca de la catedral (en la misma Rua da Sé) para comprar algunos recuerdos. Me llevé 3 imanes bastante chulos (uno de las Azores, otro de la Isla de Terceira y otro de la ciudad de Angra do Heroísmo) y una taza de las Azores por 9 euros. Gabri también compró un imán por dos euros.
Tras la comida, dimos una vuelta por el mercado y compramos algo de fruta; aunque la mayoría de puestos ya estaban cerrados pues era después de comer. También nos acercamos a un supermercado de la marca Continente (que en Portugal sigue existiendo): O meu super. Allí compré galletas y algo de comida para el viaje de mañana.
También pasamos por una tienda de souvenirs cerca de la catedral (en la misma Rua da Sé) para comprar algunos recuerdos. Me llevé 3 imanes bastante chulos (uno de las Azores, otro de la Isla de Terceira y otro de la ciudad de Angra do Heroísmo) y una taza de las Azores por 9 euros. Gabri también compró un imán por dos euros.
Los souvenirs que me llevo
Como no había mucho más por hacer y parecía que iba a volver a llover, regresamos al hotel y echamos el resto de la tarde tranquilamente en el spa y buscando alternativas al bus (a ver si aparecía un Blablacar o algo) para llegar mañana del aeropuerto a Huelva. Dejamos las maletas casi listas, pues mañana hay que hacer el check-out y el traslado al aeropuerto sale a las 9:00.