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Ese día nos quedamos en Ronda, y empezamos comprando unos churros en la que, según nos dijo Pedro, era la mejor churrería de la localidad. Yo no sé si hay mejores churros en Ronda, pero estos estaban muy buenos.
Comenzamos nuestro paseo por Ronda en la Alameda del Tajo, un bonito parque que desemboca en unos miradores preciosos a la Sierra de Ronda y a la Hoya del Tajo, un paisaje impresionante. Desde allí sale un bonito paseo panorámico, el Paseo de los Ingleses.
Volvimos sobre nuestros pasos y seguimos hasta la plaza de toros, que dicen que es la más antigua de España. Nosotros no somos muy taurinos, así que no entramos, pero nos entretuvimos viendo las estatuas que rodean la plaza.
Continuamos el paseo hasta el llamado “balcón del coño”, porque dicen que cuando se asoma la gente no puede evitar exclamar “¡¡coño!!", a causa de la altura y el paisaje. Sin duda las vistas son espectaculares.
Bordeamos el Parador de Turismo y llegamos por fin al punto fuerte de visita a Ronda, el Puente Nuevo. Es impresionante, ya no solo por la imponente obra de ingeniería que representa y toda la altura que salvan su tres arcos, sino por las vistas que hay desde lo alto del puente. Primero miramos hacia un lado, y la maravilla de la sierra y la garganta del río. Pero es que hacia el otro las vistas son incluso más bonitas. No podía parar de hacer fotos.
Pasando el Puente Nuevo nos adentramos a callejear por el casco antiguo de Ronda, una preciosidad. El Minarete de San Sebastián, el Convento de Santo Domingo, la Iglesia de Santa María la Mayor, el Ayuntamiento, la Iglesia de la Virgen de la Paz,…
Desde la Plaza María Auxiliadora sale un camino que baja hasta un mirador desde donde se ve el Puente Nuevo de frente, donde se puede hacer una de las fotos más típicas de Ronda.
Y de allí el camino sigue hasta la base misma del puente, pudiendo pasar al otro lado desde abajo. Una visita recomendable, si se tienen fuerzas y un buen calzado, pues había lugares donde el suelo estaba algo embarrado. Pero las vistas desde abajo son impresionantes, tanto mirar al puente hacia arriba como los jardines de la Casa del Rey Moro.
Cuando llegamos de nuevo a la Plaza María Auxiliadora estábamos un poco cansados y hambrientos y, aunque era temprano, decidimos buscar un sitio para comer. Uno de los bares de tapas más emblemáticos de Ronda, y que nos había recomendado nuestro casero, era “El Lechuguita”. Llegamos al bar a eso de las 13:15 y no había ni un alma, pero pasados 10 minutos ya no cabía un alfiler. Es un bar con decoración tradicional, donde ponen tapas a 80 céntimos, con mucha variedad. Muy recomendable.
Tocaba descansar un rato y nos fuimos a reposar la comida al apartamento. Por la tarde fuimos a los Jardines de Cuenca, que estaban preciosos de flores, y con unas vistas fantásticas del Puente Nuevo a la izquierda y el Puente Viejo a la derecha.
Los jardines continúan por un paseo hasta el Puente Viejo, también con buenas vistas, a la garganta que forma el río a un lado y al Puente Árabe al otro. A este último puente no bajamos, nos conformamos con verlo de lejos.
Nos asomamos a ver la Fuente de los Ocho Caños y volvimos a cruzar el Puente Viejo por el Arco de Felipe V para seguir callejeando un rato por el precioso casco antiguo de Ronda. Iglesias, palacios, ventanas de forja,…
El callejeo nos llevó hasta las murallas de la ciudad, primero subimos a las Murallas del Carmen y después a la Puerta del Almocábar.
Después fuimos a cenar a un restaurante llamado Entrevinos. Cenamos de tapas, aunque no tenía mucha variedad, pero lo recomendamos para poder probar la cerveza artesana Rondeña, que se fabrica justo enfrente del restaurante, y algunos de los vinos de la zona.
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Dónde Comer y Tapear en Ronda: Bares, Restaurantes (Málaga)
