CHEFCHOUEN
Amanecía nuestro segundo día en Marruecos entre la llamada a la oración, el canto del gallo y las peleas gatunas. Nos prepararon un desayuno muy completo en el hotel: Pan, mermeladas, quesos, aceitunas, fruta, zumos, etc. La verdad es que este hotel fue todo un acierto, hay muchísimos en Chaouen pero creo que este tenía un precio muy correcto.
Cogimos nuestras cámaras y seguimos explorando la ciudad, teníamos hasta poco antes de la comida para encaminarnos hacia fes, de modo que no perdimos ni un segundo. Chefchaouen está lleno de obras artísticas, ceramistas, artesanos del hierro, peleteros, costureros, etc. Imprescidible admirar el detalle con el que realizan los objetos, no hay dos iguales y la suerte es que casi todo suele estar hecho a mano. Si os queréis llevar un souvenir podéis comprarlo aquí, es más fácil conseguir una rebajita
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Son tantas las fotos que compartiría con vosotros que no terminaría nunca...
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Como podréis ver, Chefchaouen es una ciudad única en el mundo, nosotros estuvimos una tarde y una mañana pero si hubiera podido, me hubiera quedado mucho más tiempo. Cada rincón, cada escalinata, cada puerta la convierten en una ciudad especial.. Vimos la ciudad con tranquilidad porque es pequeña, si alguien es amante de la fotografía quizás recomendaría pasar más de un día entero aquí para así poder explayarse artísticamente
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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VALE YA ESTÁ Ya no os enseño más fotos de Chefchaouen que se que me hago pesada, si queréis ver más no tendréis más remedio que visitarla
FEZ
Un nuevo chófer nos recogía en Chefchaouen para llevarnos a Fes. Si pensábamos que el camino desde Tetúan había sido un tostón era porque no sabíamos lo que estaba por venir... Casi 4 horas de camino a Fes!! Menos mal que el coche era más moderno y tenía aire acondicionado. De camino hicimos varias paradas, una a un mercado Bereber tras mucha insistencia por parte del conductor. A mi madre se le ocurría preguntar por miel y el conductor se marchó a buscarla. Regresó 20 minutos más tarde, nos comentó que había que subir a la montaña a buscar la miel pero además le pedían 60 EUROS POR LITRO! Era más que evidente que ahí estaba incluida su comisión, como os imaginaréis sin mirar atrás seguimos nuestra ruta
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El conductor insistió de nuevo en parar en un mirador desde el cual se veía un embalse cuyo nombre no recuerdo. La verdad es que la panorámica fue preciosa y más aun con el borriquito de por medio. Alrededor habían unos puestos con souvenirs y calabazas regentados por unos niños. Hacía un calor infernal y apenas paraba nadie, me produjo mucha pena así que terminamos comprando un paquete de almendras.
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A nuestra llegada a Fes casi me da un infarto. Nuestro conductor no sabía donde estaba nuestro hotel y por más que llamaba al teléfono de contacto no había forma de localizar al dueño del hotel. Finaaaaalmente apareció, una hora más tarde, nosotros evidentemente estábamos famélicos perdidos. El hotel era... IM PRE SIO NAN TE!!!!!! Nos alojamos dos noches en el hotel Riad Fes Palacete.
Si no nos hubieran ido a recoger al coche aun estaríamos buscándolo y creedme las calles de Fes no son tan preciosas como las de su vecina Chefchaouen. Emanan olores bastante desagradables, almacenan basuras que no se recogen en días, tienen restos de comida y raspas de pescado en rincones para sus amigos gatunos...
Tuvimos la gran suerte de estar solos en el hotel y nos alojaron en la suite, no me podía creer que eso fuese un hotel, sinceramente, era un sueño, me sentí como una marajá!! Una habitación enorme, paredes cubiertas de azulejos, ventanales con molduras árabes. PARECÍA UN PALACIO.:hrt:
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De nuestro hotel nos dirigimos hacia la medina de Fes, aquí empezaba lo bueno. Olores, charcos, miles de personas, pollos, cabezas de cordero, pescado en descomposición, fruta rodeada de insectos, hedores varios, especias, cachirulos, lámparas de aladino, telas, dulces, una combinación que otorgaba a esas calles de un encanto insuperable.
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Estos dulces de almendra y miel son deliciosamente deliciosos, no dudéis en probarlos
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Nosotros no seguíamos ninguna ruta prefijada, simplemente optamos por bajar la calle y la volvimos a subir al cabo de un par de horas cuando necesitamos cenar algo. Tened en cuenta que todo lo bajéis luego hay que subirlo. Escogimos un restaurante en medio de todo el barullo, nos tomamos otro cous cous porque estaban que te mueres y una harira (sopa de lentejas típica marroquí). Tras este platazo nos fuimos a dormir a la super suite y entre graznidos y aullidos finalmente nos dormimos.
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