30 de agosto de 2018.
Salimos del hotel y desayunamos en la misma cafetería que ayer, pero en lugar de ir después hacia el oeste vamos por la calle Jecná hasta girar a la izquierda por la calle Sokolská que luego se convierte en Mezibranská hasta llegar a la plaza Wenceslao en unos 10' andando.
La Plaza de Wenceslao es el centro de La Ciudad Nueva y es un lugar que ha presenciado muchos de los acontecimientos de la historia reciente de Praga y de la República Checa.
La plaza tiene forma alargada y mide 750 metros de larga por 60 de ancha. Antiguamente el mercado de caballos fundado por Carlos IV en 1348 se ubicaba en la plaza. Fue escenario de ejecuciones públicas en la Edad Media, en 1918 se proclamó la República independiente de Checoslovaquia; pero el acontecimiento más importante que se ha dado sucedió en noviembre de 1989, cuando una manifestación contra la brutalidad policial inició la Revolución de Terciopelo y la caída del comunismo.
El edificio más famoso de la plaza es el Museo Nacional de Praga, edificio terminado en 1890 que dejamos a nuestras espaldas (cerrado por reformas hasta octubre de 2018) y vamos bajando por ella hacia la ciudad vieja.
El monumento a Jan Palach, donde cayó definitivamente el estudiante que se quemó a lo bonzo en enero de 1969 para protestar por la invasión soviética queda justo a los pies de la escalera del Museo Nacional y como todo el perímetro está vallado nos quedamos sin verlo.
Delante encontramos la estatua de San Wenceslao: estatua ecuestre rodeada de 4 santos patronos de la región y muy cerca otro monumento en recuerdo de los jóvenes mártires de la invasión soviética.
A la derecha de la plaza se encuentra el Hotel Jalta que, en su subterráneo, contiene un refugio nuclear oculto de la década de 1950. En caso de guerra, la sede militar de los países del Pacto de Varsovia tendría su base aquí. En 2013, el Museo de la Guerra Fría se inauguró en el refugio antiaéreo.
Horario: Visitas guiadas en checo e inglés diarias a las 14:30, 16:00 y 17:30.
Precio: 200CZK/estudiantes 160CZK/ hasta 15 a 140CZK y se ha de pagar en CZK al guía
A la izquierda, en el pasaje comercial Lucerna, Pasáž Lucerna, en Štěpánská 61. Se encuentra a obra kůň caballo en checo, de 1999 de David Cerny, pensada inicialmente para la nueva oficina central de correos de Praga. Pero políticamente incorrecta y el director la rechazó. Se trata de una parodia de la estatua de San Wenceslao, a caballo en la plaza Wenceslao. San Wenceslao está “cabalgando” un caballo muerto boca abajo, con las patas atadas y la lengua fuera. Podría ser interpretado como una rebelión hacia antiguos símbolos que ya no tienen sentido o, más directamente, un ataque al entonces presidente llamado también Vaclav (Wenceslao) que Černý calificó como cretino integral.
En estas galerías, de estilo modernista donde hay un cine que anunciaba la proyección de una película sobre Jan Palac que no creo que llegue a España, encontramos un ascensor muy curioso consistente en una cadena de compartimentos abiertos para dos personas que se mueven hacia arriba y hacia abajo en un bucle infinito. Para subir o bajar a un piso sólo necesitas dar un salto y meterte dentro del compartimento y cuando llegas, todo lo contrario, saltar afuera con cuidado puesto que se encuentra siempre en funcionamiento. A mis hijas les hizo gracia y lo probamos durante un rato.
En la acera de la derecha está el Grand Hotel Evropa: edificio de art nouveau que hat en la plaza y que ha sido restaurado por la cadena Marriot y que sigue en obras y vallado actualmente.
Llegamos al final de la plaza y giramos a la derecha por Na Prikopé para ir al museo del Comunismo; pero donde debía estar hay un cartel que indica que recientemente han cambiado de ubicación y no soy capaz de encontrarlo.
Imágenes de la calle Na Prikopé, repleta de tiendas y comercios
Así que volvemos en sentido contrario después de entrar un rato en la enorme juguetería Hamleys, repleta de atracciones suficientes para pasar un buen rato y nos metemos por Jungmannovo nám para llegar a la Farola Cubista y Nta Sra. De las Nieves
Farola Cubista: la única farola cubista del mundo, angulosa y ligeramente achaparrada y hecha con hormigón estriado.
Al lado está Nuestra Señora de la Nieves Esta gran construcción eclesiástica destaca por dos curiosidades. Lo primero su altura: la bóveda tiene 34 metros, y es más alta que larga. Desde el Jardín franciscano que está al lado de la iglesia, su mole es imponente. Y lo segundo es que se ha mantenido el altar con todo su esplendor y enorme tamaño.
Luego, pasando por el Palacio Adria,
salimos a la calle Narodní hasta el pasaje Charvatova que nos lleva hasta otra de las esculturas de David Cerny, la cabeza de Franz Kaffa movible. Esta estatua que no para de moverse se inauguró en octubre de 2014. Se halla en la Avenida Nacional (Narodni trida), sobre la estación de metro.
La obra tiene 42 bloques, y en su construcción se emplearon veinticuatro toneladas de hojalata inoxidable. En total pesa 39 toneladas. Sin embargo, lo que más llama la atención es el movimiento constante de todos los bloques, que giran independientemente gracias a un motor que alimenta un kilómetro de cables.
Si regresamos hacia atrás hasta la altura de la calle Na Perstyne y a la izquierda para arriba y a la izquierda por Husova hasta la esquina de Betlemské donde está la estatua colgada de Freud.
La obra de 1996, viselec en checo, de David Cerny que pasa desapercibida para la mayoría de los turistas que pasan por la calle Husova. Se trata nada menos que del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, colgando de una viga de lo alto de un edificio: con una mano se está sujetando y la otra la tiene en el bolsillo.
A pocos metros se encuentra la Capilla de Belén que hoy está cerrada; por lo que intentaremos visitarla otro día.
Luego regresamos a la plaza Wenceslao para comprar algunos souvenirs y comer en un puesto de salchichas que sólo aceptan efectivo, pero ye facilitan el cambio de € si no tienes CZK suficientes. Después tomamos el metro en Muzeum, de la línez C para regresar al hotel, descansar un poco y volver a salir al atardecer.
Saliendo del hotel tomamos el tranvía 22, muy útil para los turistas pues hace un recorrido muy amplio, hasta llegar a la parada de Malostranské náměstí (8 paradas desde el hotel y unos 15'). La parada se encuentra justo a los pies del puente Carlos y al otro lado de la plaza delante de la Iglesia de San Nicolás de Mala Strana; pero que su horario y sus obras que impiden contemplar sus frescos nos hacen descartar su visita en este momento.
Así que volvemos a cruzar el puente desde Mala Strana hacia Stare Mesto.
El recorrido nos hace contemplar, con otro color y otra luz las estatuas, la isla de Kampa, el paisaje
El recorrido nos lleva por las callejuelas de Stare Mesto hasta la Torre de la Pólvora.
Torre de la Pólvora
Es una construcción gótica que desde la Edad Media y durante varios siglos fue una de las trece puertas de entrada a la ciudad. En su origen, la Torre de la Pólvora estaba adosada a la muralla que rodeaba la ciudad para protegerla. La construcción de la torre comenzó en 1475 en el siglo XVIII la torre empezó a utilizarse como depósito de pólvora, por lo que a partir de entonces se la conoció con su denominación actual. Tiene 65 metros de altura.
Se puede acceder al interior de la Torre de la Pólvora, que alberga una breve exposición sobre la ciudad, dedicando un espacio especial a la historia de sus torres. En el primer piso puedes ver una serie de esculturas que representan a varios monarcas bohemios, como Carlos IV o Ladislao II. Junto a ellos verás tallados los escudos de todos aquellos lugares sobre los que gobernaron.
En la segunda planta encontrarás las estatuas de algunos santos y ángeles rodeando a las de Cristo y la Virgen María. Tras subir casi 200 escalones llegarás a la galería superior, desde la que se obtienen buenas vistas de Praga.
Horario: Todos los días de 10:00-22:00 horas (abril-septiembre)
Precio: Adultos: 100 CZK/Reducida: 70 CZK
Detrás de la torre de la Pólvora está la Casa Municipal
Ubicada junto a la Torre de la Pólvora, la Casa Municipal (Obecní dům) es el más importante de los edificios Art Nouveau de Praga. Se encuentra situada en el antiguo emplazamiento de la Corte Real, en el punto en que la parte vieja de la ciudad da paso a la zona más nueva.
El edificio cuenta con una bella fachada decorada con estucos y numerosas estatuas además de un enorme mosaico semicircular que se extiende sobre la entrada principal. El interior acoge la principal sala de conciertos de Praga, un espléndido espacio coronado por una impresionante cúpula de cristal. El edificio cuenta además con numerosas dependencias como salas de conferencias, una cafetería y un restaurante.
Lo mejor es adentrarse en su cafetería y disfrutar de una bebida en un entorno histórico. Si tenéis tiempo, también podéis comer en el restaurante algo más caro y sofisticado.
Hay tours guiados, aunque estos sólo se realizan en inglés y en checo.
Cuenta con una gran importancia histórica debido a que en 1918 fue el escenario de la histórica proclamación de la Independencia de Checoslovaquia.
Regresamos sobre nuestros pasos una vez ya ha caído la noche y volvemos a pasar por la plaza de la ciudad vieja y el puente Carlos.
Damos por finalizado nuestro paseo nocturno tomando de nuevo el tranvía 22 en sentido inverso y llegar al hotel no si antes haber probado un dulce típico