Etapa 4 – Road Trip por la región de Cusco ✏️ Travel Journeys of Peru

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Día 10 (Lunes 6 de Agosto)

Nos suena el despertador a las 4h de la madrugada, nos arreglamos, bebemos un mate de coca y a las 5h nos viene a buscar una ranchera enorme y un 4x4 y metemos todas las maletas; somos 11 que salimos de aquí: los siete que veníamos de Barcelona más Lelia, Eleana, Gino y su hija de 3 años Alelú. En 30 minutos llegamos al aeropuerto de Arequipa y nos encontramos con Vero (otra hermana de Pepe) y sus hijos Flabio y Daniela. Catorce compañeros, somos “La Comunidad del Cusquillo”.

Facturamos las mochilas (para esta semana andina viajamos con una mochila de 60lts, una de 50lts y las dos pequeñitas de mano de 5lts). Volamos con Avianca (nos ha costado el billete de nosotros tres 410/S, unos 108€. Al poco de salir podemos ver por la ventana varios volcanes, uno de ellos bastante activo por lo que parece.


En una hora estamos en Cusco, y en la salida después de recoger los equipajes ya nos está ofreciendo hojas de coca para mascar (por el tema del soroche). Salimos y chispea. Por suerte esta vez no me da el mal de altura (hemos tomado unas soroche pill antes de volar, y luego vamos chupando caramelos de coca) a pesar de estar a 3.400mts de altitud. Nos viene a buscar Danielito en un microbús con su chófer incluído y que se llama Richard (que está en el precio del tour que hemos contratado para estos días). Nos ha preparado un tour de varios días, con los hoteles, transporte y alguna comida incluída (la agencia se llama Soncco Tours).

Llegamos al hotel en 20 minutos, el Inka’s Tarabamba Hotel. Hacemos el checkin y nos vamos a desayunar al lado (Café El Club de Dayana). Pedimos dos combos de jugo de piña uno con sanguiche de queso y otro con queso y jamón, una omelette de jamón y un pancake de chocolate. Todo por 22/S.

Nos volvemos de nuevo al hotel, Lourdes se queda con Candela en la habitación mientras yo me voy con Danielito y con Pepe a sacar dinero. Pasamos por dos bancos hasta llegar a la Plaza de Armas a la oficina del BCP (Banco de Crédito del Perú) para turistas porque sólo allí puedes solicitar cantidades grandes de dinero. Pido 3.000/S y me comentan que tienen que hacer la autorización telefónica a VISA (porque mi tarjeta es de esa entidad) para poder darme el dinero. Así que nos esperamos un buen rato (más de 15 o 20 minutos) y finalmente me dan el dinero. Para 3.000/S y pese a que me aseguran que no cobran comisión acabo pagando 3.179/S (es decir, un 6% y pico de comisión, que es menos que si sacara de un cajero, menos mal, aunque sigue siendo un robo). De ese dinero le doy a Danielito 1.500/S (se supone que con eso cubre los gastos de Lourdes, Candela y yo para estos días de hoteles en Cusco, Santa Teresa y Machu Picchu). En fin, una cagada no haber traído más efectivo a este país. Total que volvemos al hotel y me entero que los WC se desbordan (le ha pasado a Lourdes), otros no tragan, las colchas de la habitación de Mireia están manchadas y con agujeros, etc. Un desastre. Es un hotel de mierda, con perdón. Mirando en tripadvisor vemos que está muy abajo y con razón (137 de 177). Inka’s Tarabamba Hotel. NO VAYÁIS.

A las 12.30h salimos hacia la Plaza de Armas lloviendo un poco. No hace mucho frío pero se agradece un polarcito. Vamos a la oficina de turismo para comprar el ticket combinado para visitar las diferentes atracciones de los próximos días.

Una vez hecho esto cogemos el minibús para ir al Qorikancha. Nos recibe un guía, pasamos adentro y pagamos la entrada (este sitio no entra en el pack del resto de atracciones; vale 15/S por persona y Candela no paga). Tanto el sitio como las explicaciones del guía son geniales.


De allí cogemos el microbús y nos vamos hacia arriba, a la montaña, a 3.700 y pico metros de altitud a visitar el Tambomachay. Allí me noto un poco de soroche que me durará todo el día (un ligero dolor de cabeza pero nada grave). El sitio es muy chulo y las vistas son espectaculares. Por el camino de subida Gino compra un trozo de choclo con queso (típico de Perú, es una especie de maíz con los granos más grandes que lo hierven en su mazorca y lo sirven caliente en una especie de cucurucho de papel con un trozo de queso típico peruano, de aspecto parecido al queso fresco pero saladito y con textura más dura estilo a los quesos semicurados de aquí). Destaca la fuente de la trinidad y las ruinas en la parte alta. Para subir allí por las escaleras vamos como una pandilla de zombies ya que con la altura cualquier esfuerzo es casi titánico. Pero la ascensión vale la pena ya que las vistas son muy bonitas.


Nos queríamos quedar más rato por aquí pero empieza a llover más fuerte y nos tenemos que bajar al rato de nuevo al minibús. La siguiente parada es el Puca Pucara (lugar de descanso en Quechua). Este lugar también es muy bonito, y ahora que ya no llueve nos paseamos un rato oyendo las explicaciones y haciendo fotos y vídeos.


Nos subimos de nuevo al bus y visitamos el Q’enqo otro conjunto arqueológico donde hay una cámara con una piedra de sacrificio y un trono del inka. También muy bonito.

Por último visitamos Sacsayhuamán, que es la joya del día (Donde se celebra el Inti Raymi el 24 de junio, la Fiesta del Sol). En este lugar nos pasamos un buen rato, recibiendo las explicaciones del guía en los diferentes spots. Aparte de la parte arqueológica también destacan los toboganes naturales de piedra, donde un grupo de adolescentes están divirtiéndose tirándose una y otra vez.


Cuando ya se nos está haciendo de noche, sobre las 18h, nos cierran el Sacsayhuamán y nos montamos de nuevo en el minibús para irnos al hotel. Entonces una vez allí llega Danielito y nos comenta que el viaje peligra el día siguiente, ya que parece ser que hay convocada una huelga de unos agentes turísticos independientes a partir de las 0h que protestan por el precio del combustible y que pueden cortar las vías de acceso de entrada y salida de (de hecho sólo hay una parece). Y parece ser que la agencia turísitica se desentiende porque se supone que esto es un motivo de “fuerza mayor” y que si no podemos continuar la ruta perdemos el dinero (dentro de dos días vamos a Machu Picchu). Seguro que esta huelga la habían avisado hace tiempo y la agencia turística se ha hecho el “sueco”. Nos dan una solución que es salir esta misma madrugada a las 3h hacia Santa Teresa para que no peligre Machu Picchu, pero vamos con gente mayor, con niños y ya hemos madrugado mucho hoy, así que decidimos que nos arriesgamos y seguimos con los planes originales.

Descansamos un rato y luego salimos hacia el centro para ir a la calle Plateros a cenar al restaurante Pucara. Por 20/S por persona nos tomamos un menú de sopa, pollo con salsa y matecito de coca. Bastante bien el sitio. De allí nos vamos a dormir con la esperanza de poder seguir con el road trip sin problemas.

NOTA. Hay que tomar coca (no la droga sino la planta): hojas de coca, mate de coca, caramelos de coca o lo que sea. Hoy en Sacsayhuamán hemos visto una pobre niña de 12 o 13 años que estaba vomitando todo lo que tenía. El mal de altura es “mu malo”. Malamente, como diría Rosalía.


Día 11 (Martes 7 de Agosto)

Hoy va a ser un día muuuuy largo. Nos levantamos a las 5.40h para que nos preparen el desayuno a las 6h, pero los sinvergüenzas del hotel se lo pasan por el forro (y eso que ayer nos dijeron que sí) y hasta las 6.45h más o menos no lo sirven. En fin, fatal el sitio. Recordad, evitar el Inka’s Tarabamba Hotel como si fuera la peste.

Desayunamos rápidamente, cogemos nuestro minibús y empezamos a subir hacia la carretera que conecta con el resto de destinos. No sabemos si vamos a poder pasar a causa de la huelga, pero parece que sí. A los pocos minutos empezamos a ver minibuses que vienen en sentido contrario, nos paramos unos segundos, y vemos unas motos de policía que nos escoltan y seguimos avanzando. Vemos en el arcén varios minibuses más y gente, no demasiada, y al cabo de unos centenares de metros ya se va la policía y nosotros seguimos la marcha. Nuestro primer destino del día es la zona del Valle Sagrado para ir visitando los restos arqueológicos que tenemos en los billetes turísticos que compramos ayer. De camino a nuestro primer destino paramos en el mirador de Tacay, desde donde se ve todo el Valle Sagrado. Es espectacular.


De allí llegamos al Parque Arqueológico de Pisaq. Es impresionante, sobrecogedor. La visita es una pasada, y subimos caminando hasta arriba del todo donde hay un hito de altura que pone 4.300 y pico (en Cusco estábamos a 3.400). Esta vez no nos da mal de altura a nadie (después de varios días y mucho caramelos y mates de coca nuestro cuerpo se va aclimatando), pero la subida es cansada no, lo siguiente, y llegamos que nos falta el aire. De todas formas subimos con la calma, y arriba recibimos las explicaciones de nuestro guía, sumamente interesantes. Hoy hace muy buen día y bastante calor, y hay que ponerse mucha protección solar porque el sol quema mucho aquí.


Emprendemos el descenso y al rato nos subimos de nuevo al transporte y nos llevan a un macrobuffet para el almuerzo (entra en el precio que pagamos a Danielito). Le llamo “macro” porque aparte de nosotros 14 empiezan a venir oleadas de gente que van ocupando mesas y más mesas. Parece que todos los tours vienen a comer aquí. Se llama Inka’s House Buffet y no está mal, aunque tampoco mata. Pero es lo que hay. Lo bueno es que tienen WiFi gratis, jaja.

Una vez comidos tenemos unas dos horas hasta el siguiente destino: Ollantaytambo. Salimos del minibús, y vamos recorriendo una calle de piedra con tiendas y más tiendas a los lados. De camino vemos a una pobre mujer que está sujeta por un hombre y que está vomitando la primera papilla, y entonces se empieza a mear encima. Como digo y repito hasta la saciedad hay que tener mucho cuidado con el soroche. Nosotros cada día nos tomamos una soroche pill y varios mates de coca (aparte de estar todo el día comiendo caramelos y gominolas de coca). En fin, seguimos la caminata, pasamos por un descampado de más tiendas y llegamos al recinto arqueológico en sí. Es espectacular. Para mí el mejor de todos los que he visitado hasta ahora (junto con Pisaq, pero este me gusta aún más). El guía nos lleva por las escaleras hacia arriba, haciendo un par de paradas por el camino para el descanso de los mayores y niños mientras nos da las explicaciones, y al final llegamos arriba del todo. Es maravilloso. Las vistas son increíbles. Se ven las montañas nevadas de los alrededores (el Nevado Verónica entre ellas, también llamado La Llorona). Las fotos la verdad es que no hacen justicia a la maravilla de sitio.


Cuando estamos arriba nos explica el guía que en la montaña de enfrente hay otras ruinas incas que consisten en un punto de vigilancia y una despensa donde guardaban los alimentos frescos y que estas ruinas eran de libre acceso, aunque es un buen trekking y con niños y mayores que vamos no podemos hacer esta vez. Para la siguiente lo dejamos.


También se puede ver desde aquí una formación en la montaña de enfrente que parece una cara con barba, o una especie de mono según mi punto de vista.


Pasamos un buen rato recorriendo el lugar y haciendo fotos.


De camino de vuelta nos cruzamos con un chico que va con el pelo rapado y una cresta, y Jorge (el hijo de Pepe) me comenta: “eh, que es Dabiz Muñoz, el cocinero ese famoso” (el del DiverXo). Yo lo veo por detrás y le digo que no estoy seguro, pero resulta que sí que era él, como luego comprobamos en el Instagram de su novia. Qué cosas, tú.

En fin, que volvemos al minibús y nos ponemos en marcha de nuevo para un viaje de cuatro horas hacia Santa Teresa. Nos tomamos unas pastillas para el mareo ya que nos dicen que el camino tiene muchísimas curvas. Y no se queda corto el tema. Vamos subiendo más y más hasta empezar a ver nieve en los lados y pasar por la Llorona (no hay otra ruta), a casi 5.000 metros de altitud. Daniela (sobrina de Pepe) nos pide parar porque nunca había visto la nieve, y Richard (el conductor del minibús) aparca un momento al lado de la carretera en la cima del puerto para dejarnos un ratillo jugar con la nieve. Hace mucho frío y nos aconsejan no estar mucho rato por el mal de altura (hemos vuelto a subir un montón des de Ollantaytambo).


Estamos unos minutos y nos volvemos a subir al minibus. Seguimos la marcha hasta Santa María por camino asfaltado, descendiendo todo el rato y entrando ya prácticamente en la selva. Cruzamos varios torrentes con mucha agua que por suerte no nos hacen detenernos, ya que el minibús tiene las ruedas muy grandes y vamos pasando poco a poco por cada una de ellas. Pero si tuviera que ir yo con mi coche no sé si me atrevería a cruzar algunas de ellas.


Al llegar a Santa María nuestro chófer Richard coge un desvío por un camino de tierra que discurre por la selva durante muchos kms hasta que llegamos por la noche a nuestro destino del día, Santa Teresa. Gracias a las pastillas no nos hemos mareado. Llegamos sobre las 20.30h, hacemos el checkin en el Hospedaje Kuichi. Está un poco mejor que el de Cusco, aunque no es la maravilla.

Dejamos las cosas en la habitación y nos vamos a cenar al lado, a un sitio llamado Wayunpicchu. Solo tienen 3 o 4 cosas, asi que pedimos una sopa jardinera y alpaca a la brasa. Está bastante buena de sabor pero es un poco dura (creo que nos dieron alpaca abuela, porque luego hemos probado la carne de alpaca y estaba mucho más tierna). Unas cusqueñas de beber, y todo por 50/S los tres.

Danielito nos había comentado que podíamos ir a los baños termales, y a las 22h decidimos ir. Cogemos un par de taxis y vamos: Danielito, Pepe, Sari, Mireia, Jorge, Vero, Flabio, Daniela, Lourdes, Candela y yo. Solo llevamos las mochilitas pequeñas con el pasaporte, pasta en efectivo, chanclas, bañadores y toallas. Pactamos 8/S por pasajero ida y vuelta para que nos espere allí. El taxi nos lleva por en medio de la selva totalmente todo oscuro (excepto los faros del coche), y al cabo de un rato llegamos. Son las Aguas Termales de Cocalmayo. Cuestan 10/S los extranjeros (Candela no paga) y 5/S creo que los peruanos. Nos vamos a unos cambiadores que huelen a meado y nos ponemos los bañadores intentando que no se caiga nada al suelo y no tocar tampoco nada. Salimos afuera y hace un poco de fresco. Debemos estar a unos 18-20ºC (se nota que estamos en la selva, ya que estamos a 8 de agosto que sería como 8 de Enero en Barcelona; ni de coña voy a estar en bañador a aire libre a las 23h allí en BCN). Pero en general la sensación es agradable.


Entramos en la zona de piscinas, y nos explican que hay una central grande de 45º, dos a los lados de 40º, y otras dos más al extremo de 35º. Nos recomiendan que vigilemos nuestras pertenencias ya que no hay taquillas y nadie se encarga de vigilarlas (aunque es verdad que hay un par de personas de seguridad rondando por el recinto). Entramos primero en esta última piscina de 35º y al cabo de un rato vamos a la de 45º. No hay mucha gente y nos lo pasamos genial. Como Candela ya sabe nadar un poco va de uno a otro dando tumbos. Estamos de 22.45h a las 23.50h aprox. Nos divertimos mucho allí, intentando sobretodo no tragar agua. Cuando nos salimos se nota más el frío, pero decidirnos cambiarnos allí mismo para no tener que entrar de nuevo en las casetas apestosas. Sobre las 0h nos volvemos a los taxis (por suerte siguen allí, supongo que porque aún no les habíamos pagado; estamos en mitad de la nada y suponíamos que llamar a un taxi ahora sería un poco complicado o mucho más caro). Llegamos sin problemas al hospedaje y sobre las 0.45h intentamos dormir un rato (hemos quedado a las 5h así que poco rato OMG!!).


Día 12 (Miércoles 8 de Agosto)

Nos despertamos a las 4.45h y nos cambiamos rápidamente para ir a la oficina de Perúrail al lado del hospedaje, ya que tenemos que comprar los billetes de tren hacia Aguascalientes (donde salen los buses a Machu Picchu). En principio habíamos pensado en hacer caminando ese recorrido de 9kms (desde la central hidroeléctrica a Aguas Calientes), pero teniendo en cuenta a la hora que nos fuimos a dormir y que había que empezar a caminar de noche, a las 4h, decidimos comprar los billetes de tren, carísimos por cierto. En fin, que vamos a la cola adonde ya nos espera Pepe que ha ido un rato antes, y esperamos pacientemente. Tenemos unas 30 personas delante. Se supone que a las 5h abren la taquilla, pero parece que no funciona el sistema informático y no empiezan a vender hasta las 5.30h. A los extranjeros (Sari, Lourdes, Candela y yo) nos cobran tarifa de gringo (adultos 33$ por viaje, y Candela 15$ por viaje) en clase VIP, eso sí, y para un viaje de 9kms como dije; un timo. Pero es lo que hay. Cogemos ida a las 7.50h y vuelta a las 15.40h. En total 540/S por nosotros tres. A quienes les hacen una putada es a Pepe y Jorge, que tienen DNI peruano pero como pone residencia en Barcelona les cobran ticket de vuelta de extranjero, es decir, los 33$ de rigor (unos 120/S) en vez de lo que pagan los peruanos, que son 5/S por ese viaje (es decir, 25 veces más). Un poco gentuza estos de Perúrail.

En fin, de allí compramos algo para desayunar en una tienda delante del hospedaje y cogemos el minibús para ir a la estación de tren de la central hidroeléctrica. Llegamos sobre las 7.10h y a las 7.20h hacemos el checkin del tren. Nuestro vagón es espectacular (el vagón A), con varias azafatas, todo acristalado (incluso con cristales superiores), asientos supercómodos (por el precio qué menos). Pero el resto de gente van en los otro vagones, de pie a lo tren borreguero. En nuestro vagón va muy poca gente, y las chicas nos dan unas bolsas de quicos gigantes (de esos de choclo). La verdad es que el viaje, que dura una media hora, es muy bonito, pero ya digo que el precio es excesivo. Es la típica turistada. Sé que se puede ir en este tren desde Cusco, pero ya debe de ser carísimo.

NOTA. EN Octubre de 2018 unos amigos han hecho el viaje en tren desde Ollantaytambo a Machu Picchu por 45$ por persona en el mismo tren que cogimos nosotros, por lo que sale muchísimo más a cuenta esa opción que la malísima carretera hasta Santa Teresa, luego el traslado hasta la Hidroeléctica y el tren desde la Hidroeléctrica a Aguas Calientes en un trajecto de 9kms.


El tren sale sobre las 7.50h y a las 8.30h llegamos a la estación de Aguas Calientes. Todo está llenísimo de gente. Nosotros vamos directos a la parada de los autobuses a Machu Picchu (se puede ir caminando pero la subida tiene su miga). Danielito nos da a todos los tickets de bus y entrada al recinto, y cuando viene el revisor nos dice que Candela también necesita un billete de bus (a Machu Picchu entran gratis menores de 8 años, pero el bus hay que pagarlo a partir de los 3 años; parece que el bus lo lleva otra empresa diferente, una chilena). Vamos, otra cagada de la maldita agencia turística de Soncco Tours que no han tenido en cuenta esto y no nos han comprado ticket de bus para Candela. Total que tengo que ir corriendo hacia la oficina de autobuses, comprar el billete de ida/vuelta de Candela (12$ o 42/S), y volver corriendo que me están esperando. Sin más contratiempos subimos con el autobús hacia Machu Picchu y llegamos sobre las 9.15h – 9.30h. Cuando llegamos allí alucinamos con el gentío que hay. Es una romería. Pero mucha mucha gente.

Entramos en el recinto arqueológico y nos encontramos con nuestro guía de la visita, que nos va explicando muchas cosas de los inka y de este lugar sagrado. Es una pasada. Hacemos las fotos y vídeos que podemos. Al cabo de 1h30min acaba la visita guiada (sólo se puede ir en un sentido según el guía) y el resto del grupo se van hacia los buses de nuevo que su tren de vuelta a la hidroeléctrica sale a las 13.30h. Nos quedamos en Machu Picchu los cuatro “extranjeros”: Sari, Lour, Candela y yo. Recorremos el lugar tranquilamente, hacemos más fotos y vídeos, y nos quedamos por allí hasta las 12.40 aprox. Me gusta mucho el lugar, pero debo reconocer que me gustó más Ollantaytambo, supongo que porque había menos gente. No sé si volveré a Machu Picchu si vuelvo a Perú, por el precio excesivo y por la mala organización.


Cuando salimos a por los buses nos quedamos de piedra. Hay una cola infinita de gente, y entre la cola vemos que todavía están los nuestros. Intentamos que los cuelen en alguno de los buses que hay allí, pero a pesar de que cogen un bus antes del nuestro nos llaman luego diciendo que han perdido el tren por poquísimo. Consejo: ir al bus de vuelta como 1h30min o 2h antes de la hora de salida del tren. O bajar caminando directamente. Nosotros cogemos el siguiente bus (recorrido de 30 minutos aprox) y nos acercamos a la estación para ver que están en la ventanilla reclamando. Conseguimos que cambien de nombre tres billetes (el de Sari, Lour y el mío) para que puedan ir viajando Lelia, Eleana, Alelú y Candela). Les acompañamos y esperamos que cojan el tren (para ir de vuelta en este de las 15.30h, que es el turístico, se coge en un sitio diferente, al lado de la comisaría de la policía), y aún los quieren poner en sitios separados (y eso que nosotros cuatro íbamos juntos) teniendo en cuenta que viajan dos personas mayores con dos niñas pequeñas. Pepe tiene que subirse al tren y hacer que les den cuatro juntos. Menuda gente más desalmada, estos de Perurail.

En fin, cuando ya están sentadas las cuatro, empezamos a caminar. Es lo que queríamos hacer de ida y al final lo hacemos de vuelta. Visto con perspectiva a quien vaya a Machu Picchu les recomiendo que hagan esto, ir con el tren de ida, y volver caminando. Son 10kms de Aguas Calientes a la estación de la Hidroeléctrica. Hay mucha gente haciendo este recorrido en ambos sentidos. Se va un ratito por camino de tierra, y luego casi todo el rato por la vía del tren (por al lado o incluso por encima de las vías en los tramos en que cruza algún torrente). Es muy muy chulo. Muy recomendable bajo mi punto de vista. De vez en cuando oímos unos fuertes pitidos del silbato de algún tren que pasa, y corremos todos a apartarnos a un lado de las vías. Van muy despacio pero pasan tan cerca nuestro que impresiona. Tardamos unas dos horas y poco en recorrer el camino y llegamos sobre las 18h, ya de noche. Justo cuando llegamos al cartel “To Hidroelectric” nos avisa un señor que hay que tomar un desvío (el siguiente desvío a la derecha después de desvío del cartel) y bajar por la jungla, ya que si seguimos rectos daremos mucha vuelta. Vemos que hay varios peruanos que le hacen caso y toman ese desvío. No las tenemos todas con nosotros ya que es de noche y no sabemos dónde nos metemos, pero como somos un grupito nos atrevemos. Bajamos un trozo de 50 o 100 metros jungla a través, y llegamos a otra vía del tren. Entonces hay que caminar 10-15 metros hacia la izquierda y de nuevo bajar por el primer desvío a la derecha de nuevo a través de la jungla. A los pocos minutos ya divisamos la zona de la estación y ya vamos más tranquilos. Al rato llegamos al minibús donde nos esperan Eleana, Lelia y Candela y Alelú sobando.



Una vez estamos todos volvemos hacia Cusco parando en Huayopata para cenar algo. Es ya noche cerrada y hace bastante frío. El sitio son sólo cuatro edificios y parece que allí paran todos los conductores de minibuses. Todo el mundo habla Quechua entre ellos aunque entienden español. Pedimos unos mates de coca y hay gente que pide comida aunque Lourdes y yo no tenemos hambre.

Pepe nos comenta que habría la opción de negociar con Richard, el chófer y propietario del minibús, que nos siguiera llevando a los diferentes sitios que aún tenemos planeados, ya que los viajes de Cusco a Puno, de Puno a Copacabana y vuelta a Arequipa ya no entran en el tour de la agencia y tendríamos que buscarnos la vida (autobuses o lo que sea). Quedamos que sería bueno seguir teniendo a nuestra disposición, y Pepe hace un buen negocio (Richard pedía 4.000/S) y conseguimos el vehículo + chófer (en este caso dos, ya que como son viajes largos vendrá Willy, el hermano de Richard, con él) por 2.900/S más las noches de hotel de Copacabana y las comidas. Es muy buen precio, ya que somos 12 (Gino y Alelú se irán hoy a buscar a su mujer que trabaja de camino entre Cusco y Arequipa) y si tuviéramos que buscar buses, taxis y demás seguro que nos dejamos bastante dinero también.

Una vez descansados un rato volvemos a la carretera y sobre las 0.30h – 1 h llegamos al hotel, esta vez el Puma Cusco Hotel, un poco mejor que el otro de Cusco de antes de ayer (en tripadvisor el 100 de Cusco y en Booking un 8,3). Sobre las 2h estamos durmiendo.


Día 13 (Jueves 9 de Agosto)

Nos levantamos sobre las 8h, bajamos a desayunar (hay huevos revueltos con salchichas, pan, mantequilla y mermelada y café, está bastante bien). Subimos a ducharnos y el agua caliente apenas sale (ya tardaba en haber algún problema en este hotel). En fin, nos duchamos como podemos entre quejas e imprecaciones, ya que hace bastante frío en Cusco hoy.

Hacemos el check out de todas las habitaciones menos de una en la que pagamos medio día extra para dejar todas las maletas y se quedan Daniela y Mireia en ella para descansar. El resto de la gente se va a un santuario que hay cerca de Cusco (Eleana y Lelia son católicas y muy practicantes). Excepto Lourdes, Candela, Jorge y yo que decidimos tomarnos el día con calma y nos vamos a dar una vuelta por Cusco, aprovechando que hace muy buen día.

A mediodía salimos a la calle y nos vamos al Museo de Historia de Garcilaso de la Vega (el Inca Garcilaso que no es el mismo que el poeta Garcilaso de la Vega que nació en 1501) cerca de la Plaza de Armas. La visita está bien para conocer la historia del fin de los Incas con la invasión española. De allí nos vamos al café D’Wasi a tomar unos capuccinos y una tarta de chocolate para Candela, todo por 23/S (un poco más caro ya que Cusco es más turístico, pero nos está todo buenísimo).


Nos volvemos al hotel pasando por una farmacia para renovar el stock de Soroche Pills, pastillas de mareo y jarabe de mareo para Candela. Aquí en Perú hay tropecientas farmacias. Es una locura, te puedes encontrar dos o tres en una manzana. Parece que en Perú en tema de la automedicación está a la orden del día. También pillamos unas galletas, más agua y caramelos de coca (que no falten).

Volvemos al hotel a las 13.45h y sobre las 14.15h llegan el resto, guardamos las maletas en la consigna del hotel y nos vienen a recoger para ir a almorzar a casa de Lucho y Lupe, un matrimonio amigo de Eleana que nos han invitado a todos a comer a su casa.

Llegamos allí y alucinamos. Son extremadamente amables y la tarde que pasamos allí ya la tendremos para siempre en nuestra memoria. La casa es muy grande y nos acomodan a todos en un par de amplios sofás en el comedor, uno enfrente del otro para que nos veamos todos. Entonces nos sirven un cocktail de bienvenida, y luego un plato de comida típica cusqueña (carne de cerdo a la parrilla, tamal y pasta al horno con huevo, tomate y cebolla). Todo buenísimo. A Candela le sirven una sopa completa. Luego cuando acabamos de comer (estamos a tope de nuevo) retiran las mesas y aparecen dos parejas de bailarines (dos chicos y dos chicas), entiendo que profesionales, que nos hacen un par de danzas tradicionales cusqueñas. Lo grabo todo con la GoPro mientras sigo flipando. Al final del segundo baile nos invitan a varios a bailar y me pego unos dancigs sacando casi los pulmones por la boca (se sigue notando un montón la altura, sobre todo para los esfuerzos físicos).

Acabado el espectáculo nos volvemos a acomodar en los sofás y sacan unas botellas de chupito digestivo de hierbas hecho por ellos mismos, que por supuesto me animo a probar (está muy bueno). Y luego para rematar aparecen por allí unas cajas de cervezas Cusqueñas de 625ml así que nos pasamos un buen rato bebiendo y charlando de todo un poco.

Sobre las 18.30h nos tenemos ya que marchar, cogemos tres taxis y nos vamos a la Plaza San Blas, muy bonita. Nos acompaña nuestro anfitrión de esta tarde, Lucho. Hacemos las fotos de rigor y nos vamos a la Plaza de Armas (está muy cerca) pasando por la piedra de los 12 ángulos. Allí nos encontramos a Andy, un niño muy espabilado que nos da una explicación tanto de esa piedra como de las piedras de 11 y 13 ángulos, así como nos muestra las figuras de la trilogía Inca (serpiente, puma y cóndor) que se pueden encontrar en las paredes de piedra de esos muros. Al final se gana una merecida propina. Acabamos el paseo yendo a ver los jardines del Qoricancha por la noche, que se ven muy bonitos. De allí ya vamos a buscar algo de cenar, y entramos en un café restaurante especializado en ponches (parece que es típico de aquí porque es una bebida calentita y en Cusco hace bastante frío). Para mí es demasiado fuerte eso (demasiada leche para el viaje que tenemos ahora por la noche) así que pedimos unos mates de coca y un par de tortillas para nosotros tres (Candela, Lourdes y yo). La comida está normal y el sitio es caro (18,5/S por una tortilla de jamón y queso, 12,5/S por una de pollo muy sosa).


De allí pillamos unos taxis para ir de nuevo al hotel (5/S) y nos montamos en el minibús previo pago de 1.500/S a Richard como adelanto (nosotros pagamos por los tres 725/S a Pepe y así ya lo tenemos todo pagado; este dinero sí que es bien invertido teniendo en cuenta como dije que por ejemplo un viaje de Cusco a Puno en Cruz del Sur nos saldría en VIP a 85/S cada uno, y uno de Puno a Arequipa a 95/S por persona, y faltarían los de Puno a Copacabana ida/vuelta más todos los taxis en Puno; id sumando).

Cuando diseñamos la ruta decidimos ahorrarnos una noche de hotel en Cusco y hacer viaje nocturno rumbo al Titikaka. Se supone que pasaríamos la noche durmiendo en el vehículo. Pues bien, el viaje dura de 0h a 6.30h (Richard y su hermano se van turnando), y a pesar de que conducen muy bien la carretera es infernal (como todas aquí), llena de baches, badenes, etc, por lo que prácticamente nadie pega ni ojo. Sólo Candela (que se pasa casi toda la noche durmiendo aunque en un momento del viaje le da un poco de mal de altura y vomita un poquito) y Mireia y Flabio también duermen un rato. El resto, cero patatero.

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