Día 28 de Julio:
Primer día en Camboya y empezamos con uno de los principales "top" del viaje la visita a los Templos de Angkor, que fue una de las principales capitales del Imperio Jemer, construidos por el Rey Jayavarman VII, conocido como el mejor rey de Angkor, la zona está repleta de templos, unos cien, incluido claro está el famosísimo Angkor Wat.
Nos levantamos sobre las 7h. para desayunar tranquilamente en el hotel, tampoco nos fue muy difícil ya que con el descontrol horario nos despertamos temprano.
Teníamos contratada la excursión con el transporte privado, nuestro guía Sok nos recogió a las 8:30 con la Ford transit para empezar el recorrido, cruzamos la ciudad y empezamos a empaparnos de su forma de vida, casi todos con sus motocicletas que las usan para todo tipo de transporte, hay que ver la inventiva que tienen a la hora de transportar cualquier cosa por grande que sea con la motos.
Primera parada comprar los pases de acceso a la zona de templos, para ello hay que ir a la entrada principal que está a pocos kilómetros de Siem Reap, unos cinco o seis diría yo.
Para comprar las entradas habían muchísimas taquillas de venta, así que aunque haya mucha gente, el tiempo de espera es corto, el precio de la entrada fue de 37 dólares, que pago el guía, ya que iba incluido en el precio de la excursión, para imprimir el pase te hacen una foto con una webcam, importante no acercaros mucho a la cámara o si no os pasará como a mi amiga que le quedo cara de pez globo en el pase.
Comenzamos la visita de La ciudad fortificada de Angkor Thom, rodeada por un muro de 8 metros de altura, con cinco puertas monumentales de 20 metros de altura, para acceder al recinto de Angkor Thom entramos por el acceso sur, cruzamos el foso sobre el puente de las esculturas, donde en un lado hay 54 estatuas de demonios y en el otro lado 54 estatuas de dioses a modo de barandilla, con su arco de veintitrés metros de altura custodiado por Erawan el elefante de tres cabezas esculpido en la piedra, era según dicen la montura del dios Indra.
Una vez en el Templo Bayón, primera visita del día, mientras nos hacíamos la foto de su fachada reflejada en un charco, no asaltaron dos turistas chinas que querían hacerse una foto con nosotros, curiosos siempre estos turistas chinos, el templo es precioso con las caras gigantes esculpidas y sus fantásticos relieves, la visita fue bastante tranquila excepto cuando coincidíamos con algún grupo de los escandalosos chinos, hay que ver la que lían cuando están de turismo.
A continuación visitamos el templo Baphuon, que está muy cerca del anterior, donde se perfila el buda durmiendo en un lateral, realmente a este templo le dimos la vuelta alrededor porque el guía nos dijo que lo bonito de este templo son las vistas exteriores.
Seguimos por el templo Phimeanakas, este templo sufrió varias transformaciones durante su historia, dicen data del siglo X, durante el reinado de Yasovarman I, lo transformaron en el palacio Real del monarca en el siglo XI hasta que a finales del siglo XVI fue abandonado por los Jemeres.
Llegamos a la terraza de los elefantes, una amplia explanada rodeada de un muro con relieves de miles de elefantes en su base, el uso principal de esta terraza era de escenario para las ceremonias reales, el rey se situaba en el centro y contemplaba la marcha militar de sus soldados victoriosos, mientras en sus terrazas sus concubinas bailaban.
Acabamos la visita de la zona y nos recogió nuestro conductor para ir al templo Ta Prohm o como todos lo llaman por allí el templo Tom Raider, ya que se rodó la primera película protagonizada por Angelina Jolie de la famosa exploradora,
En Ta Prohm ya solo al entrar alucinamos con la fuerza de la naturaleza devorando literalmente los templos con sus gigantescas raíces, es por un lado una desgracia que se destruyan estos maravillosos templos con la voraz selva, pero por otro lado es espectacular e impresionante la belleza de la imagen de los arboles estrujando los templos como si fueran de papel , las cámaras echaban humo porque miraras donde miraras había alguna raíz haciendo de las suyas.
Al terminar nos recogieron y comimos en la zona cercana a Angkor Wat, concretamente en el restaurante wooden house, donde nos hicieron un menú muy completo y exquisito, que aunque estaba incluido en el precio de la excursión, vi que tenía un precio de ocho dólares, muy recomendable.
Después de comer ya por la tarde visitamos el templo principal, el archifamoso Ankor wat, el cual originalmente fue construido como un templo funerario para Suryavarman II en honor de Vishnu, es único, porque mira hacia el oeste, que simbólicamente representa la dirección de la muerte.
Para cruzar el foso hay un puente bastante largo de piedra, pero estaba en restauración por lo que tenían habilitado un puente flotante, tal como íbamos acercándonos al templo el cielo empezó a oscurecer y justo cuando nos disponíamos a hacer la foto típica del templo reflejado en el agua, la gente empezó a correr y se nos acercaba rápidamente una cortina de agua, pudimos refugiarnos en una tienda cercana justo a tiempo para que cayera un buen chaparrón tropical, nos fue por los pelos, duró unos diez minutos pero si nos pilla de lleno nos hubiéramos quedado empapados.
Una vez paró de llover salió el sol tímidamente y pudimos continuar con la visita, por precaución me puse las crocs y el chubasquero a mano, el templo es una maravilla, aunque yo me lo imaginaba más grande la verdad, eso me pasa por ver demasiadas películas. Hicimos la visita completa de la parte de abajo y después no pusimos en la cola para ver la parte de arriba, tras unos 20 minutos de espera subimos, una vez arriba pudimos contemplar toda la panorámica del templo y sus alrededores en mitad de la selva, es muy recomendable subir aún que de pereza las colas.
Al bajar nos encontramos con un grupo de bailarinas camboyanas posando para las fotos, con sus preciosos trajes y diademas.
Ya satisfechos de la visita, la idea era ver la puesta de sol, pero el cielo se volvió a nublar, así que nos dirigimos hacia la furgo, por el camino íbamos haciendo fotos desde varios ángulos del templo, cruzamos el puente flotante y justo cuando estábamos a mitad del puente, nos pilló de lleno una tormenta, vimos como se acercaba una cortina de agua y nos pusimos como patos, vaya manera de llover, suerte que nos dio tiempo de ponernos el chubasquero y como ya llevaba las crocs puestas no fue tan grave, pero los pies se nos quedaron inundados.
Al regresar a Siem Reap, pasamos con el coche a reservar en el restaurante espectáculo Kulet que nos recomendó Sok y directos al hotel a ducharnos y cambiarnos de ropa llegamos sobre las 18h aproximadamente.
Cogimos un tuk tuk que nos costó 2 dólares para ir al restaurante, está relativamente cerca del hotel, la cena empezaba a las 19h, aunque llegamos un poco más tarde, menos mal que habíamos reservado, ya que estaba lleno.
El espectáculo fue muy chulo, con muchos y variados bailes, con trajes típicos tradicionales y la comida correcta tipo como un wok de los nuestros.
Al finalizar la cena fuimos a pasear por el "nigth market", una zona con mucho ambiente, lleno de restaurantes, salas de masajes de pies, tuk tuks por todos los lados y algunos tenderetes con cucarachas y escorpiones para degustar. La calle de la marcha se llama Pub street con muchísima gente, bares musicales, coctelerías y cervecerías.
Para regresar cogimos un tuk tuk que en este caso nos cobró tres dólares, pero ya nos habían avisado que los que te pedían el hotel eran un poco más baratos.
A las 22h llegamos al hotel para por fin descansar.