Safari diurno y nocturno en Parque Nacional de Hwange ✏️ Diarios de Viajes de ZimbabweDía 29 de Julio. Dedicaremos el día completo a explorar el poco conocido Parque Nacional de Hwange.Diario: POR ZIMBABWE Y BOTSWANA, DE NOVATOS EN EL AFRICA AUSTRAL⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Etapas: 16 Localización: Africa SurNos levantamos a las 5 de la mañana. Cuando vienen a llamarnos personal del lodge, ya estamos preparados. A las 5.45 en recepción tomándonos un café ligero con alguna cookie. Hay que ponerse en marcha enseguida. Dos 4x4 especiales para safari, de nueve plazas (más los asientos del conductor y delantero), que son propiedad del Lodge ya que ellos son los encargados de llevarnos de safari. Una madrugada especialmente fría. Todo el abrigo que llevamos (camiseta, polar, anorak) no parece ser suficiente. Si esto es así parados, cuando el 4x4, descubierto, se ponga en marcha, ¿Qué va a ser de nosotros?. Por arte de magia, (más bien de la previsión de nuestra guía) aparecen unos amplios ponchos de doble cara, por fuera impermeables y cortavientos y por dentro revestidos de paño calentito. Nos salvaron la vida. Cuando el coche se puso en marcha el viento era helador. La primera parte del recorrido transcurre por carriles de tierra que atraviesan la concesión privada del lodge. Casi pegado al mismo se encuentra el campamento Turkest en dónde se encuentra nuestro camión y los tres componentes de la expedición. Una floresta abundante y variada se va apreciando en los márgenes de la pista. La concesión forestal del lodge cuenta con casi las mismas especies de vegetación que dentro del parque de Hwange, dada su cercanía al mismo. Hemos salido con noche cerrada pero pronto el día comienza a clarear. La vegetación ya no la vemos tan oscura, se van distinguiendo distintos colores de verde mezclados con algunos tonos rojizos, amarillos y ocres. Conforme avanzamos la composición de colores se hace más patente. Me recuerdan a nuestros bosques en otoño. Los paisajes son preciosos. Lo que ocurre es que la estación seca ya comenzó y algunas especies de árboles van amarilleando para finalizar secándose cuando la estación seca llegue a su punto álgido. Los primeros animales que vemos, con la primera claridad de la mañana antes de la salida del sol, es un grupo de papiones (también llamados babuinos) que corretean entre la maleza. Algunos subidos a un árbol. Pronto, se dejan entrever, no muy claramente, un grupo de impalas. Más claramente se muestran, a ambos lados del carril, varios ejemplares de búfalo que nos miran fijamente. Todo esto en los terrenos de la propiedad del lodge. Cuando la foresta privada finaliza desembocamos en una carretera asfaltada que nos llevará directamente hacia la entrada al PN de Hwange. Comienza a amanecer y las copas de los árboles amarillean especialmente. Desde hace rato voy observando a nuestro alrededor altos y frondosos ejemplares de árboles de hojas verdes pequeñas. Le pregunto al conductor y guía del safari y me dice que son Teaks, tecas, y se explayó en contarnos las bondades de esta madera y su utilización de antaño, ahora es una especie protegida. Más adelante cruzaríamos una vía férrea cuyos travesaños se construyeron con esta madera y aún se conservan. Precisamente así representan al Ivory Lodge, “Lands of teaks & tusks”, tierra de tecas y colmillos. Pasamos por la entrada del Painted Dog Conservation Center, fácilmente distinguible por la estatua en bronce de un perro salvaje africano, los licaones. Es una organización que tiene su sede en Zimbabwe, en este centro, y se dedica a la conservación y protección de esta amenazada especie, con programas de reintroducción y varios proyectos para salvaguardar la especie. Los licaones son originarios de Africa y no se pueden encontrar en ningún otro lugar. Está en serio peligro de extinción. Se piensa que solo hay unos 7000 ejemplares en todo Africa y unos 700 en Hwange. (Estas cifras varían según distintas fuentes, la anterior es la más optimista) Lógicamente no nos detuvimos, pero ya habíamos comentado el tema el día anterior. Así como lo difícil de su avistamiento. Pues no habíamos recorrido mucho trecho en la carretera, entre este centro y la desviación que hay para el aeropuerto de Hwange, cuando vemos que el otro 4x4 que va delante se detiene y vemos venir al filo de la carretera unas cuantas figuras borrosas que me recuerdan a los perros. Perros???, Serán Licaones ¿??, No puede ser…... Pues sí que puede ser. Una jauría de siete u ocho de estos perros pintados o moteados que van tranquilamente husmeando en la maleza del margen de la carretera. Que se acercan hacia el coche mientras contenemos la respiración, que nos rodean y cruzan la carretera para seguir con su marcha en la margen contraria y después adentrarse en el bosque. ¡Que subidón¡¡. Una de las especies más difíciles de avistar es una de las primeras que nos topamos. Es cuestión de suerte. Así que nos lo dijeron los miembros del centro de conservación cuando los guías dieron aviso del avistamiento. A esta jauría precisamente ellos ni la tenían controlada. Nos dio tiempo más que suficiente para examinarlos y comprobar que, efectivamente, sus manchas marrones, blancas o negras son únicas en cada ejemplar, no se repiten patrones en los distintos individuos, y que la mitad de su cola es de color blanco. Suelen vivir en manadas, de diferente tamaño, sobre todo para cazar. Es el animal que más porcentaje de éxito tiene cazando. Entre los árboles de teca aparecieron varios monos vervet o totas. Son monos pequeños que saltaban continuamente entre las ramas y no se dejaron fotografiar. Con el subidón que llevábamos tampoco nos importó en demasía. Más impalas. Llegamos a la entrada principal del Parque Nacional de Hwange. El coche se detiene y tiene que rellenar en un libro registro el número de personas que vamos en el mismo, antes de levantarse la barrera. Los coches se dirigieron hacia Main Camp donde nos bajamos para hacer una parada técnica. Tiene muy buena pinta. Se observan que hay varias opciones de alojamiento, en cabañas, camping…y zona de servicios con bar, gasolinera, tienda…Todo al amparo de varios árboles de gran porte. El parque cuenta con otros dos campamentos importantes, el Robins y el Sinamatella, pero este es, como su nombre indica, el más grande y principal. Amén de otros campamentos y campings. Desde Main Camp sale una ruta que se encuentra cerrada y custodiada por un guarda. Toma nota de los que pasamos y abre la barrera. Allí había un letrero que indicaba “The Route: Caterpillar, Dopi, Dom” y los horarios de circulación eran de 6 de la mañana a seis de la tarde. Pero además de este circuito desde esta salida de Main Camp se puede acceder también al circuito conocido con el nombre de Ngwethla Loop, que enlaza y comparte parte del trazado del circuito por los abrevaderos de Caterpillar, Dopi y Dom Pans. El circuito de Ngwethla es más largo y pasa por los Kennedy Pans y el mismo Ngwetha Pan de dónde recibe su nombre. Además de los abrevaderos hay zonas de picnic cercanos a ellos. Así que por los alrededores de Main Camp es por donde nos movimos. Por falta de tiempo no completamos el circuito Ngwethla ya que este requiere de un día completo. También nos acercamos a la plataforma de Nyamandhlovu Desde que dejamos Main Camp el asfalto se acaba y los caminos ya son de tierra y de huella. Las vistas desde la pista de tierra van alternando algunos bosques con amplios pastizales de gramíneas en los que destacan más los árboles desperdigados por los mismos. En estos claros es frecuente ver hondonadas del terreno con charcas de agua. Es lo que denominan “pans”. Algunas son estacionales y por ello suelen estar secas fuera de la temporada de lluvias. En su fondo de color gris se ven las huellas dejadas por las enormes patas de los elefantes en sus baños de barro, así como de las excavaciones de los facóceros o jabalíes verrugosos. Otras charcas tienen agua bombeada artificialmente y alrededor de ellas se concentra la vida animal. Pasamos un par de charcas con agua pero sin ningún animal cercano. En otra charca con restos solo de barro un facócero parece pasárselo bomba revolcándose en dicho barro. Muy cerca unos cuantos congéneres lo contemplan a la par que se nos quedan mirando a nosotros. Es gracioso verlos trotar con la cola toda tiesa hacia arriba. En su gran cabeza con verrugas destacan los colmillos curvos que dicen son de marfil. Al paso, entre la maleza, alcanzamos a ver un kudu y un raficero común o steenbok, un antílope africano de pequeño tamaño. Oigo que alguien del coche exclama, ¡una leona!!!. Y era cierto. Una leona que no está sola, cachorros de distinta edad, leones machos jóvenes, mas leonas… Hasta un total de 14 felinos. Son una familia de 16 miembros. Faltan los dos machos dominantes que andan sueltos por algún otro sitio. Los guías conocen a la familia felina por haberla visto deambulando por el parque y hoy se encuentran junto a esta laguna camino del Kennedy Pan. La mayoría se hallan descansando, a la sombra, junto a un termitero.., tranquilos e impasibles ante la expectación que están creando. Unos cuantos jóvenes son los que menos descansan, jugando entre ellos, caminando alrededor de la charca, acercándose a la madre…. Ajenos a todo ello un par de patos nada tranquilamente en la laguna. El coche que nos precedía y otro de distinta expedición se han acercado casi al borde de la laguna. Nuestro chofer y guía hace amago de acercarse pero enseguida vuelve a la pista de tierra. Al parecer tienen prohibido salirse de los caminos y tiene miedo a perder su licencia. Tuvimos que conformarnos con verlos a distancia. Ya puestos a pedir nos hubiera gustado también ver a los dos machos, jefes del clan. Será alguno de ellos el sucesor de los tristemente afamados Cecil y Xanda? (Un querido león llamado Cecil se hizo tristemente famoso por ser asesinado por un dentista norteamericano y su muerte lenta tuvo gran repercusión mediática en 2015. Su sucesor, Xanda, tuvo un final parecido en 2017. Noticia: verne.elpais.com/ ...33124.html) En Hwange se estima una población bastante importante de estos felinos, sobre unos 500. Qué bárbaro… Apenas hemos comenzado el safari y nos topamos con leones, y nada menos que 14. Estábamos eufóricos. Reanudamos el camino hasta otra charca bastante bonita con alguna acacia en sus cercanías. Parecía solitaria y sin animales en sus orillas, pero mirando con más detenimiento se podían ver un par de cocodrilos dormitando cerca del agua. Allí paramos para tomar el desayuno. Nos habían preparado en el lodge unos sándwiches de huevo con bacón que estaban sabrosos. Además había café, infusiones, algunas magdalenas… Ya pudimos desprendernos de los calentitos ponchos aunque las temperaturas aún no eran aptas para mangas cortas. Fue el día, con diferencia, que pasamos más frío en todo el viaje. Aunque cuando el día avanzaba las temperaturas eran bastante agradables. El entorno era hermoso y echamos un rato muy agradable. De nuevo en camino vamos disfrutando de lo que Hwange NP nos quiere ofrecer. Preciosos paisajes. Un grupo de papiones se nos cruza en el camino arenoso. Una hembra kudu nos mira con ojos tranquilos, el macho, más adelante, se quiere ocultar entre la maleza. De nuevo un grupo de facóceros. Mencionamos que aún no hemos visto jirafas. A veces funciona eso de pedir. Una amigable jirafa está comiendo cerca de la pista y ni se inmuta de nuestro paso. El coche se detiene porque han visto algo. Fue una visión preciosa pero efímera. Un par de guepardos caminando rápido entre la espesa maleza. Ni nos dio tiempo a reaccionar, ninguno le pudimos hacer una foto. Todo fue tan rápido y con tanto arbusto de por medio. Pero lo más importante es que los vimos. Yo al menos tengo la imagen en mi cabeza, con su caminar elegante y esbelto. En Hwange hay una buena colonia de estos animales pero no se dejan ver frecuentemente. En el Facebook de “friendsofhwange” hay una buena selección de fotos de guepardos vistos en el parque. En otro abrevadero, que parece de los grandes e importantes, se concentra bastante vida animal en su entorno y dentro de la charca. Por un lado un grupillo de facóceros, dentro de la charca se vislumbra el lomo de tres hipopótamos, cerca y al filo de la orilla dos cocodrilos. Por el otro extremo, aún conserva algo de verdor cercano a sus orillas y es aprovechado por un par de waterbuck, antílopes de agua. En la pradera cercana una pequeña manada de cebras pastan sin ni siquiera mirarnos. Por aquí, o algo más adelante, nuestro primer avistamiento claro de una bonita carraca de pecho lila. He de decir que todos los animales que estábamos avistando era la primera vez que los veíamos en nuestro viaje. Y en mi caso particular, y de mi marido, era la primera vez que contemplábamos estos animales salvajes en libertad. Ni que decir tiene que estábamos emocionados. Y eso que nosotros nos hemos proclamado siempre como poco amantes de ver “bichos”. Había otra circunstancia añadida para aumentar nuestro placentero safari, aunque entonces no éramos muy conscientes de ello. La ausencia de otros safaris ajenos a nuestros dos coches. Salvo en las zonas de picnic que visitamos, en la charca de los leones y en nuestro próximo destino, no nos íbamos cruzando con casi nadie. Y en estos sitios mencionados habría un par de coches o tres además de nosotros. Esto lo echaríamos de menos en los últimos días de safari en Moremi, Savuti y Chobe. Nuestra próxima parada, dónde nos bajamos de los coches, fue en la plataforma de observación de nombre bastante raro, Nyamandhlovu. Una estructura de madera elevada con techos de entramado de paja en la que hay algunos bancos de madera para observar más cómodamente una gran charca bombeada artificialmente que tiene el mismo nombre, Nyamandhlovu Pan. Una plataforma diseñada especialmente para no perturbar a los animales. Es uno de los sitios más populares y visitados de Hwange. Se supone que a la misma se asoman muchos componentes de la fauna de Hwange, sobre todo elefantes, normalmente en las horas tempranas del día y al atardecer. Pero, quizá por la hora tardía que era, nosotros no vimos mucha variedad. Y fue curioso que teniendo Hwange una población tan importante de elefantes (concentra la mitad de los elefantes de Zimbabwe) no viéramos ni uno. Sin tener en cuenta a nuestro amigo nocturno del Ivory Lodge. Tampoco hacía calor y no tendrían necesidad de acercarse a la charca a refrescarse. En una pequeña península de tierra que se adentra en la laguna descansaban dos cocodrilos, un tercero se metió en el agua nada más llegar. Si que había variedad en aves. En nuestro grupo había unos cuantos amantes de las aves que comenzaron a deleitarse con ellas. Que yo recuerde: De nuevo otra bonita carraca de pecho lila. Tuvimos ocasión, a lo largo de todo el viaje, de verlas en varias ocasiones. La nombramos el pájaro oficial de nuestro viaje. Es fascinante ver las tonalidades de las plumas de su cuerpo y alas extendidas, tonos de azules, lilas, rosas, malvas, canela. También es el ave nacional de Botswana (creo que también de Kenia). Un tuco o calao de pico amarillo. Con cierto parecido al tucán. Pájaros tornasolados que volaban rápido y no se dejaban fotografiar. Gallinas de guinea o pintadas. Francolines, aves gallináceas que recuerdan a las perdices. Hago un inciso para mostrar la importancia que estos abrevaderos bombeados artificialmente tienen en Hwange. Cuando fue nombrado parque nacional en 1949 el principal problema de Hwange era la falta de agua durante buena parte del año. Hay que tener en cuenta que Hwange se encuentra al borde del desierto del Kalahari, con mayoría de suelo arenoso. Las charcas que se van formando en época de lluvia van disminuyendo y se quedan vacías en la época seca. Además de que no hay ningún río de corriente estable que lo atraviese. Los animales tenían que emigrar en busca de agua. Se perforaron pozos para extraer agua del subsuelo y se comenzaron a bombear en algunas charcas mediante molinos de viento. Los animales comenzaron a volver, o simplemente no se iban cuando finalizaban las lluvias. Estos pozos pueden garantizar la supervivencia de las tres cuartas partes de la fauna del parque. Los molinos fueron dando paso a las bombas alimentadas por diésel. Desde hace poco tiempo se van añadiendo bombas alimentadas por placas solares. El diésel es caro y poco ecológico. Pero las bombas solares no pueden funcionar más de 10 horas diarias. Actualmente Hwange es el parque natural más importante del país, con gran variedad de hábitat, fauna y flora. Y esto se ha conseguido gracias a muchas personas voluntarias, conservacionistas, organizaciones como Friends of Hwange y Save Hwange que se financian solamente con donativos y campañas. Donaciones que revierten al parque en forma de combustible para las bombas, equipos para mantener los pozos en funcionamiento, nuevas bombas solares….. Los Parques Nacionales no proporcionan mucho combustible diésel y la gran mayoría es suministrado por estas organizaciones. En la plataforma tuvimos un pequeño rato de asueto y luego comenzamos la vuelta repitiendo el paso junto a la charca que vimos a la ida, la charca que tenía los tres hipopótamos. Prácticamente seguían allí los mismos animales, los hipopótamos y cocodrilos parecía que ni se habían movido. Los antílopes de agua estaban sentados en los pastizales. Por el camino de vuelta comentábamos que no habíamos visto aún ñus. Pues ahora las cebras tenían como compañeros de pradera una pequeña manada de ñus. Si es que hay que pedir. Aunque no siempre se cumple. Pedimos ver un leopardo y nada de nada. Volvimos al lodge para el almuerzo y descansar un poquito hasta que comenzáramos el safari nocturno. Y tan poquito. A las 3:30 comenzaba el safari nocturno. Ya comenté las razones de comenzarlo a este horario. El safari nocturno no entra en las propiedades del parque. Transcurre en la concesión privada del lodge y creo que en parte de las concesiones de algunos vecinos. Al menos yo vi pistas de tierra en cuya entrada se indicaba que eran privadas y el nombre de la propiedad y nosotros entramos, al igual que algún que otro coche que vimos. Lo mismo tienen un acuerdo y se permiten los pasos entre dichas propiedades. Saliendo del lodge recorrimos el mismo camino transitado en la mañana. No tuvimos mucha suerte con el avistamiento de fauna en el recorrido vespertino. Algún kudu, varias especies de aves y lo que casi nunca falta, los impalas. Ciertamente los impalas son unos animales que me encanta ver. Es un antílope africano mediano, que yo comparo con las gacelas, cuyo nombre proviene del lenguaje zulú. Me parece un animal muy simpático, esbelto y siempre saltando y revoloteando. Salvo cuando nos acercamos que se pone al acecho y en tensión. Los machos se distinguen por sus cuernos. En sus cuartos traseros tienen unas líneas oscuras que parecen una M. De forma jocosa les llaman los Mc’Donal de la jungla. Por la M en su trasero, porque se encuentran en cada esquina y porque son el fast food de los leones. (Que mal chiste) Desembocamos en la carretera asfaltada que lleva al PN Hwange pero estuvimos poco rato en ella ya que nos desviamos a otra concesión privada. Seguimos con la misma suerte. Las pocas charcas que vimos estaban secas o les quedaba poca agua. Y por tanto sin vida animal en su entorno. Aunque yo disfruté un montón con los paisajes que íbamos viendo. Preciosa vegetación alumbrada por los rayos vespertinos del sol que hacía resaltar el cromatismo de la misma. Distintos tonos de verdes salpicados de tonalidades amarillentas y ocres. Cuando la tarde va finalizando y el sol estaba muy cercano al horizonte desembocamos en un largo y profundo valle en cuyas laderas se extendían bosques de acacias. En la vaguada se extendía un gran pastizal de hierba alta y amarillenta. En una parte de esta vaguada los coches de detuvieron y nos bajamos justo en el momento que el sol se ocultaba tras la copa de una acacia. Casi que no nos dio tiempo a verlo como se escondía. Si bien nos quedó todo el firmamento anaranjado y rojizo tras las acacias. La “esencia” africana comienza a penetrar en mi alma. Y la sorpresa nos la llevamos porque bajaron de los coches una pequeña mesa en la que pusieron unos cuantos snacks y varias bebidas. Realmente fueron unos momentos muy agradables, parados en mitad de la maleza amarilla con una bebida en la mano, contemplando la puesta de sol, charlando … y algo mas…. Aislados en el centro de la vaguada, de pronto éramos nosotros los observados. Entre los troncos oscuros de las acacias van apareciendo figuras negras que cada vez son más numerosas. Las figuras tienen grandes cuernos y no dejan de mirarnos fijamente. Un gran manada de búfalos (llamados cafre o del Cabo) se está congregando bajo este bosque de acacias. Cuando se reúnen y deciden que no parecemos peligrosos se animan a avanzar, en dirección contraria a la que estamos, de forma lenta, levantando una gran polvareda. Los vemos perderse a lo lejos, detrás han dejado una gran estela de polvo que se va acumulando por encima del suelo amarillento formando como nubes bajas, delante de las trazas de los árboles. El paisaje, ya casi en penumbra, tiene un encanto especial. Un toque final casi mágico. Que nos compensa con creces por la falta de avistamientos en la tarde. Nos disponemos a volver al Lodge, ya casi noche cerrada. Seguimos con nuestro safari nocturno con una enorme linterna que va alumbrando los arbustos. Los rayos de la potente luz van ondulando a merced de los saltos del coche e ilumina bastante la foresta. Pero seguimos sin tener suerte. Tan sólo una visión fugaz de un pequeño antílope. Como la noche anterior, cena a las siete, anunciada a golpe de tambor y con una mesa perfectamente engalanada. Hoy tenemos las servilletas dobladas en forma de pavo de gran cola. La cena de nuevo es sabrosa, parrillada mixta de carne, ensaladas y un plato típico y básico en la alimentación de Zimbabwe, el sadza en lenguaje shona o isitshwala en ndebele. Es una masa de maíz que recuerda a la polenta y que se come con la mano. Al menos ellos lo hacen así. Rato de tertulia en el círculo de hamacas alrededor del fuego. Cielo completamente cuajado de estrellas. Cuando nos retirábamos a nuestra cabaña parece ser que volvía a la charca el elefante de la noche anterior. Esta noche, como ya estábamos avisados de la manta eléctrica, dormimos ricamente, tan calentitos. Mañana nos vamos de esta cabaña tan chula. MOMENTOS Y MOMENTAZOS El día de hoy ha sido muy emocionante, ha estado lleno de momentos y de varios momentazos. Qué duda cabe que toparse en la mañana temprano con una jauría de licaones fue un gran momentazo. Al igual que la familia de leones. Y otro momento sublime fue la puesta de sol con la manada de búfalos desplazándose. Pero hay otros muchos momentos buenos entre los que es difícil escoger. El desayuno en un paraje tan bonito, la plataforma Nyamandhlovu, avistar tantos animales anteriormente no vistos por nosotros... Índice del Diario: POR ZIMBABWE Y BOTSWANA, DE NOVATOS EN EL AFRICA AUSTRAL
01: INTRODUCCION
02: Viaje y llegada al PN de Hwange
03: Safari diurno y nocturno en Parque Nacional de Hwange
04: Nos vamos al PN Matobos
05: Explorando el Parque Nacional de Matobo
06: Cruce de Zimbabwe a Botswana. Nata, santuario de aves
07: Makgadikgadi Pans: entre boabads, suricatos y noche en Ntwetwe Pan.
08: Parque Nacional de Makgadikgadi. Migración en el río Boteti
09: Traslado a Maun. Nos adentramos en el Delta del Okavango
10: En el corazón del Delta del Okavango. Safari a pie, mekoro, poblado Xaxaba
11: Vuelo sobre el Delta del Okavango. Llegamos a Moremi.
12: Dejamos Moremi y nos vamos a Savuti, (Parque Nacional de Chobe)
13: PN Chobe. De Savuti a Kasane. Crucero río Chobe.
14: Victoria Falls. Vuelo en helicóptero.
15: Cataratas Victoria. El humo que truena nos envuelve.
16: EL LARGO VIAJE DE VUELTA A CASA
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