Desayunamos en el Bar Restaurante Tertulia que estaba muy cerca de nuestro apartamento, desayunamos muy rico y muy barato. Nos costó menos de 5€ un par de cafés y dos pulgas de tortilla francesa con queso y jamón york.
Arrancamos nuestro coche y nos acercamos hasta la Playa de las Canteras que se encuentra a unos 4 kilómetros del casco antiguo de la ciudad. Dimos un paseo por la playa más famosa de la capital, una playa larguísima de arena fina y agua transparente, la única pega es que no hace tanta calor como para echarse al agua, ganas no me faltaban.
Tras una hora de paseo por la playa comenzamos con la ruta del día y nos dirigimos directamente a la famosa fábrica de Ron Arehucas, en el pueblo de Arucas. La entrada cuesta 3,5€ por persona e incluye la visita de las bodegas con explicación de un guía y degustaciones de todos los rones y productos de la fábrica a excepción del ron de 35 años, ese si lo quieres probar te cuesta 10€ el chupito. La visita está entretenida.
Tras entrar en calor con varios chupitos de ron miel, que es el que mejor nos entraba, nos dimos un paseo por el centro histórico de Arucas. Recorrimos sus calles de cuestas empinadas, observamos su majestuosa iglesia y visitamos la casa de la cultura en la que se puede visitar un coqueto patio canario con un gran drago en su centro.
Para comer Vanesa echó un vistazo en Tripadvisor y acertó con su elección, como casi siempre, a ella se le da bastante mejor que a mí elegir dónde comer. Nos acercamos a la Terraza el Patio, un poco alejada del centro del pueblo, pero a 5 minutos en coche. Comimos estupendamente y probamos las papas arrugas y el gofio.
Seguimos con el coche camino de Teror y comenzamos a descubrir las curvas de las carreteras de la isla, a mí me encanta conducir por este tipo de carretera pero puede ser que a algunas personas se les atraganten, hay muchas curvas. Mientras tanto sonaba en la radio lo que me imagino que será un temazo de carnaval, la canción tenía un ritmazo "Carnavaleeera, Carnaavalero, yo traigo el carnaval pa el mundo enteroo…" si estás de bajón esta canción te anima el día, qué risas echamos bailando en el coche.
Y así, con buen rollito llegamos a Teror, recorrimos sus dos calles principales, visitamos la Iglesia y su plaza y nos tomamos un café disfrutando de esos rayitos de sol que hacían una tarde muy agradable.
Para disfrutar del atardecer nos acercamos al punto más alto de la isla, el Pico de las Nieves, pero por el camino nos encontramos con el mirador de la Degollada de Becerra, para mí una de las vistas más bonitas de toda la isla.
La vista desde el Pico de las Nieves es espectacular igualmente, la imagen del Teide apareciendo entre el mar de nubes es insuperable.
El resultado del día fue una ruta muy completa que fuimos organizando según nos pedía el cuerpo y terminamos de rematarla con las mejores vistas. Ahora nos tocaba deshacer las curvas y bajar de nuevo hasta la costa.
Arrancamos nuestro coche y nos acercamos hasta la Playa de las Canteras que se encuentra a unos 4 kilómetros del casco antiguo de la ciudad. Dimos un paseo por la playa más famosa de la capital, una playa larguísima de arena fina y agua transparente, la única pega es que no hace tanta calor como para echarse al agua, ganas no me faltaban.
Tras una hora de paseo por la playa comenzamos con la ruta del día y nos dirigimos directamente a la famosa fábrica de Ron Arehucas, en el pueblo de Arucas. La entrada cuesta 3,5€ por persona e incluye la visita de las bodegas con explicación de un guía y degustaciones de todos los rones y productos de la fábrica a excepción del ron de 35 años, ese si lo quieres probar te cuesta 10€ el chupito. La visita está entretenida.
Tras entrar en calor con varios chupitos de ron miel, que es el que mejor nos entraba, nos dimos un paseo por el centro histórico de Arucas. Recorrimos sus calles de cuestas empinadas, observamos su majestuosa iglesia y visitamos la casa de la cultura en la que se puede visitar un coqueto patio canario con un gran drago en su centro.
Para comer Vanesa echó un vistazo en Tripadvisor y acertó con su elección, como casi siempre, a ella se le da bastante mejor que a mí elegir dónde comer. Nos acercamos a la Terraza el Patio, un poco alejada del centro del pueblo, pero a 5 minutos en coche. Comimos estupendamente y probamos las papas arrugas y el gofio.
Seguimos con el coche camino de Teror y comenzamos a descubrir las curvas de las carreteras de la isla, a mí me encanta conducir por este tipo de carretera pero puede ser que a algunas personas se les atraganten, hay muchas curvas. Mientras tanto sonaba en la radio lo que me imagino que será un temazo de carnaval, la canción tenía un ritmazo "Carnavaleeera, Carnaavalero, yo traigo el carnaval pa el mundo enteroo…" si estás de bajón esta canción te anima el día, qué risas echamos bailando en el coche.
Y así, con buen rollito llegamos a Teror, recorrimos sus dos calles principales, visitamos la Iglesia y su plaza y nos tomamos un café disfrutando de esos rayitos de sol que hacían una tarde muy agradable.
Para disfrutar del atardecer nos acercamos al punto más alto de la isla, el Pico de las Nieves, pero por el camino nos encontramos con el mirador de la Degollada de Becerra, para mí una de las vistas más bonitas de toda la isla.
La vista desde el Pico de las Nieves es espectacular igualmente, la imagen del Teide apareciendo entre el mar de nubes es insuperable.
El resultado del día fue una ruta muy completa que fuimos organizando según nos pedía el cuerpo y terminamos de rematarla con las mejores vistas. Ahora nos tocaba deshacer las curvas y bajar de nuevo hasta la costa.