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Después de un día increíble en las pirámides de Egipto, el octavo día de nuestro viaje por Egipto lo teníamos destinado principalmente a visitar a la perla del mediterráneo, la gran Alejandria, esa ciudad tan importante en la antigüedad y de la que siempre hemos oído hablar.
Jorge nos recogio sobre las 8 de la mañana, mas o menos el trayecto era de dos horas y media desde nuestro hotel en Giza. Lo primero que quiero destacar es que la autopista es una autentica maravilla, creo que ni las ciudades europeas tienen estas vías. El gobierno invirtió mucho dinero para crear esta autopista que tiene casi 5 carriles y tiene una vía para los camiones.
Eso si preparaos, porque en la carretera los egipcios no tienen leyes, ahí impera la ley del mas espabilado, se supone que el limite de velocidad es entre 90 y 100 km, pero la verdad es que cuando pueden llegan andar casi a 150km, esquivando a los transeúntes que caminan por la vía como si nada, y solo reducen la velocidad cuando tienen un radar cerca. Después de ser consientes de eso, solo queda respirar, persignarse y mejor tratar de ver lo menos posible la carretera.
Durante el trayecto paramos en una área de servicio con una tienda de café arábigo y la verdad es que a mi me encanto porque es un café mezclado con especies (como canela jengribre, entre otras) y tiene un gusto muy especial, aunque puede ser que no sea del agrado de todo el mundo.
Llegamos a Alejandria aproximadamente a las 11 am. Para ponernos rápidamente en situación, Alejandría en la segunda ciudad en importancia de Egipto con casi 5 millones de habitantes. El nombre a Alejandría le fue dado por Alejandro Magno, al igual que hizo con otras 50 ciudades que fue conquistando durante su reinado, siendo está Alejandría situada en el norte de Egipto la más importante de todas ellas.
Un poco de historia
Sobre su historia podemos decir que en el año 332 a.c., Egipto estaba bajo el dominio persa. Ese mismo año, Alejandro Magno encontró este maravilloso enclave a las orillas del Mediterráneo después de la conquista de Siria y Egipto, los egipcios lo aceptaron y lo aclamaron como libertador y lo proclamaron faraón.
Alejandro considero que era el lugar perfecto para asentarse, pues contaba con un puerto marítimo y otro lacustre para acceder al interior de Egipto a través de un canal que unía el lago con el Nilo, situado a la suficiente distancia como para que no le afectasen sus crecidas. Siempre se ha dicho que la ciudad era el auténtico sueño de Alejandro hecho realidad. Esto es así porque realmente Plutarco nos dice que el general soñó con el lugar exacto donde establecer su ciudad, justo en frente de la isla de Faro, donde se construyó el famoso Faro.
Alejandro se marcho a proseguir sus campañas militares y murió en el palacio de Nabucodonosor II, en Babilonia, tras su muerte Pérdicas, uno de sus generales y hombre de confianza, actuando como regente provisional, nombró a Ptolomeo gobernador de Egipto y Libia, quedando en sus manos Alejandria (Dinastía que gobernó Egipto durante tres siglos hasta la muerte de Cleopatra VII), según cuenta la leyenda Ptolomeo I llevó sus restos a Alejandría (Egipto) donde fue enterrado y adorado.
Prolomeo encargo al arquitecto Dinócrates de Rodas el diseño de la ciudad, que realizo el trazado de la ciudad siguiendo el plano hipodámico, construyo un dique llamado Heptaestadio que conectaba el continente con la isla de Faros y creo los puertos (dos: el Gran Puerto, el más importante en aquella época, y el Puerto del Buen Regreso, que es el que aún se sigue utilizando en nuestros días); a estos llegaban todas las mercancías que después surtían la opulenta Alejandría.
La gran urbe contaba, además de con las típicas infraestructuras (mercados, basílicas, plazas, gimnasios y demás edificios de carácter público), con el Museo, un edificio construido justo enfrente del palacio donde se hospedaba la familia Ptolemaica y donde se albergaba todo el saber de la época. En él se encontraba la célebre biblioteca y, cerca de él, el Serapeo. Llegó a ser un centro cultural de tal magnitud, que la gran mayoría de sus habitantes eran bilingües (hablaban griego y egipcio). Sea como fuere, en la época Alejandría había relevado a Atenas en el liderazgo cultural de Occidente. Fue allí donde Eratóstenes calculó el tamaño de la Tierra, Euclides creó su geometría y Galeno escribió su obra médica, entre otras.
Sobre la isla, Sostratos de Gnido levantó el famoso Faro totalmente revestido de mármol. Medía 134 m y estaba coronada por una hoguera alimentada con leña que ardía permanentemente gracias a una enorme lente, según cuentan era "visible desde una distancia de un día de mar". Su destrucción es un misterio, aunque parece que en el s. VIII un seísmo derribó la parte más alta y en el s. XIV se cayó todo.
En tiempos de Cleopatra VII (68 -30 a.c.), la ciudad llegó a alcanzar el medio millón de habitantes. Con esa legendaria reina que trató de mantener a Egipto independiente. Cuando los romanos llegaron a ella, bajo el mando de Julio César en el 69 a.c., lo hicieron para tratar de acabar con la guerra dinástica que se había desatado entre Cleopatra y su hermano - esposo. Julio Cesar y Cleopatra tuvieron un romance y fruto de esa relación nació Cesaron. Cuando murió Julio Cesar reconoció la paternidad de su hijo con Cleopatra y es en ese momento cuando entraría en acción el general romano Marco Antonio quien, tras la muerte de César, viajó a Egipto para convencer a la reina de apoyarle. La historia de amor que surgió entre ambos es parte ya de la leyenda histórica.
Pronto entraron en guerra con el Imperio, lo que supuso la toma de Alejandría por Octavio en el año 30, momento en que Cleopatra se suicida para evitar que el la tomara presa y posteriormente este general mata a Cesaron dando por terminada la independencia del país y el final de la dinastía ptolemaica. Los romanos, acabaron por convertir a Alejandria en el “granero” de Roma, pero esto no hizo que perdiese su importancia.
Los papiros de Elefantina son los documentos que nos brindan información sobre esta época. Atraídos por el Museo y por la tolerancia religiosa y cultural que se respiraba en la ciudad, Alejandría se pobló con egipcios, judíos, árabes, indios y griegos venidos de todo el mundo helénico. Por una parte los judíos llegaron a Alejandría y consiguieron mantenerse como una comunidad autónoma y con ciertas prerrogativas, lo que provocó que se aislaran con sus propias costumbres y tradiciones y se distanciasen, por tanto, bastante de la sociedad alejandrina. Todo ello trajo consigo un fuerte sentimiento antijudío.
Por su parte, los cristianos siempre habían tenido un refugio importante en Alejandría. Fue aquí donde los Padres de la Iglesia Panteno, Clemente y Orígenes establecieron un auténtico semillero cristiano y, del mismo modo, tuvo una importante contribución a las tensiones religiosas que tuvieron lugar durante el siglo IV al frente de las cuales se encontraba Constantinopla y Constantino el Grande.
La conquista musulmana acaeció a mediados del siglo VII y, tras un largo declive, Alejandría resurgió de sus cenizas con el apogeo de las Cruzadas. Posteriormente, en el siglo XIV la ciudad fue brutalmente saqueada y, durante el siglo XIX, la flota británica bombardeó el puerto, lo que acabó definitivamente con todo el esplendor de la metrópoli.
En la actualidad
La Alejandría del siglo XXI es una ciudad moderna, es un centro del comercio del algodón, principal producto agrícola del país, y con un importante núcleo de industrias textiles, químicas, de construcción mecánica y naval y centro bancario. Su aeropuerto es el segundo de Egipto, con un gran tráfico internacional.
Nuestro Recorrido
Personalmente a mi Alejandria me gusto mucho y en comparación del Cairo es una ciudad mucho mas tranquila, cuenta con un paseo marítimo precioso que rodea toda la ciudad con las brisas del mediterráneo. Ya que la visita era de un día, no tuvimos la oportunidad de ver muchos lugares, pero fuimos a los principales.y de mayor importancia para nosotros.
La Biblioteca de Alejandria
Nuestra primera visita fue a la nueva Biblioteca de Alejandria, pero antes de hablar de ella hay que recordar que hace miles de años existió un lugar donde decían que se hallaba concentrado todo el saber de la humanidad. Se trataba de la Antigua Biblioteca de Alejandría, fundada por los griegos en el siglo III, que albergaba la mayor parte de la producción escrita de la antigüedad, con cerca de 900.000 rollos de papiro manuscritos. Era la biblioteca más grande del mundo y fue la primera en catalogar su fondo. Sin embargo, este magnífico proyecto desapareció por completo en el siglo VII a causa de un gran incendio.
En homenaje a esta biblioteca legendaria, en 2002 abrió sus puertas la Nueva Biblioteca de Alejandría en la misma ciudad, que ahora pertenece a Egipto. El impresionante nuevo complejo cultural fue promovido por la Universidad de Alejandría junto con el gobierno del país y patrocinado por la Unesco y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y excede los límites de las bibliotecas tradicionales. Su espíritu, conectado con el de la Antigua Biblioteca de Alejandría, conmemora "un momento decisivo en la historia del pensamiento humano: el intento de crear un summum del conocimiento, de reunir las escrituras de todos los pueblos". Para hacer posible este proyecto se lanzó una llamada de colaboración a nivel mundial y muchos países han contribuido con donaciones de equipos y de volúmenes.
La nueva Biblioteca Alejandrina ocupa una superficie de 36.700 m2 y está situada en un edificio cuyo diseño simboliza el sol de Egipto iluminando al mundo y a la civilización. La arquitectura de la Biblioteca de Alejandría es moderna y llamativa, con un techo realizado con paneles de vidrio de 160 metros de diámetro inclinados hacia el mar como un reloj solar. La pared exterior, hecha de granito gris de Asuán, está tallada con símbolos de 120 escrituras diferentes.
Está abierta al público, puede hacer uso de ella cualquiera que necesite de sus servicios y supone el eje de una red bibliográfica que se extiende a todas las fuentes documentales locales, conteniendo un catálogo informatizado disponible en todas las universidades de la región.
El espectacular salón de lectura principal de la biblioteca abarca 70.000 metros cuadrados repartidos en 11 niveles en cascada y tiene capacidad para 2.000 lectores en un momento dado. También dispone de 200 salas de estudio. La colección de libros de las diferentes salas ha sido donada de todo el mundo y cubren una amplia variedad de temas e idiomas.
Otras exposiciones dentro de la biblioteca incluyen “Impresiones de Alejandría”, una colección de grabados originales, litografías, fotografías antiguas y mapas de Alejandría de artistas y viajeros desde el siglo XV hasta el XIX, además de una exposición permanente dedicada a las obras literarias, cinematográficas y pinturas del célebre director egipcio, diseñador de producción y director de cine Shadi Abdel Salam.
Simplemente a nosotros nos dejo sin palabras, es un edificio majestuoso, muy moderno y en el interior han intentado recrear es sus paredes como estaban organizados los papiros. Considero que de las bibliotecas que he visitado es la mas espectacular en todos los sentidos.
La Ciudadela de Qaitbay, Fortaleza de Alejandría
Luego de la visita a la Biblioteca, nos dirigimos para ver la fortaleza que esta a unos 10 minutos en coche. Esta impresionante fortaleza, construida por ordenes de el sultán Qaitibay, se sitúa en la entrada del puerto de Alejandría en Egipto, en lo que fuera la isla que albergo el famoso faro de Alejandría, que fue una de las Siete Maravillas del Mundo. La destrucción del faro de Alejandria a causa de varios seísmos hizo que sus restos sirvieran en el siglo XV para edificar esta fortaleza de Qaitbay.
Como toda fortaleza, su objetivo principal era convertirse en un elemento básico para la defensa de la ciudad y de la entrada por el Mediterráneo a Egipto. El sultán mameluco Al-Ashraf Qaitbay cuando decidió fortificar el lugar, era para crear una línea defensiva en la costa para evitar que los turcos arrasaran Egipto. Así, este sultán comenzó las obras de lo que sería un gran símbolo de Alejandría. Creo una fortaleza con grandes muros que se constituyo en un sistema defensivo durante el medievo y un estupendo ejemplo de la arquitectura militar mameluca.
La fortaleza no dejó de usarse independientemente de la civilización que dominara la ciudad. No obstante, lo cierto es que al final quedó en desuso. Durante la invasión británica de 1882 sufrió severos daños debido al bombardeo de los barcos ingleses, pero no fue hasta 1904 cuando las autoridades se interesaron en la misma y comenzaron a trabajar en su restauración. Hoy por hoy podemos visitarla y disfrutar de su interior, en el que hay un museo marítimo.
Pasear por el paseo marítimo de Alejandría
Después de la visita a la ciudadela dimos un recorrido por el paseo marítimo de Alejandría, conocido como La Corniche, este paseo se extiende a lo largo de 25 kilómetros desde el Fuerte de Quaitbay, y limita la playa con la zona urbana de Alejandría. Culmina en la estación de ferrocarriles, al norte.
Allí, puedes ver a los habitantes alejandrinos,pescadores, familias y parejas paseando y disfrutando de las vistas del mar y de los mercadillos, vendedores de comida y flores que encuentras por el paseo.
También en su bahía puedes ver barquitas de distintos colores que configuran un espectáculo de peculiar colorido, que hace del viaje a Egipto una experiencia culturalmente enriquecedora.
La Corniche, es uno de los mejores lugares donde puedes observar la caída del sol sobre el mar Mediterráneo.
Después de caminar un poco por el paseo nos dirigimos al un restaurante que nos recomendó nuestro guía, con unas excelentes vistas a todo el Mediterráneo y con un pescado y marisco fresco que seleccionas antes de que te lo cocinen. El restaurante se llama Kadoura. Os recomiendo pediros la cazuela de maricos, esta buenísima.
Después de comer y antes de ponernos en marcha para el cairo, fuimos a ver la mezquita de Abbas al-Mursi.
La mezquita de Abbas al-Mursi, en Alejandria
La más bella e importante mezquita de Alejandría se encuentra en el corazón de la ciudad y de sus habitantes desde 1775. Fue construida sobre la tumba de Abu al-Abbas al-Mursi, un santo del siglo XIII procedente de Murcia. El monumento erigido en su honor constituye verdaderamente un paisaje cautivador.
Esta mezquita fue emplazada cerca del puerto oriental de Alejandría. Su historia se remonta al año 1307, cuando uno de los más poderosos mercaderes de la ciudad visitó la tumba y de inmediato ordenó a sus empleados que construyeran un mausoleo en el lugar, y un domo sobre ella.
Este centro de peregrinación musulmana exhibe muros de 23 metros de altura, revestidos en piedra artificial. Se encuentra dividida en tres niveles, está coronada por un minarete con una luna ubicada en lo más alto y sus techos están hechos de granito italiano, soportados por grandes arcos y decorados con arabescos.
Fascinados con esta hermosa ciudad, y dándole la razón a Alejandro Magno de porque se enamoro de ella, tuvimos que decirle un hasta pronto.
En el camino de vuelta al Cairo, estuvimos hablando con Jorge y nos explico muchos aspectos de su religión y el modo de vida que nosotros desconocíamos, igualmente estuvimos hablando de mitos y leyendas típicas de Egipto, hablamos de conceptos trascendentales desde el punto de vista religioso comparándolo con el nuestro y hasta nos dio tiempo de hablar de leyendas fantasmagóricas, siendo tan entretenida la conversación que el camino de vuelta se nos hizo super corto.
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