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Día 2 (27-12-18)- Hanoi: Templo de la Literatura, complejo de Ho Chi Minh, lago del Oeste, Old Quarter y lago Hoan Kiem
Amanece nuestro primer día completo en Vietnam, teníamos el despertador puesto a las 6:30 pero finalmente vagueamos hasta las 7. El desayuno en el New Vision Palace es muy completo, hay una parte de buffet libre donde uno puede tomar lo que quiera y luego un plato caliente a elegir de una carta.
Íbamos a salir sobre las 8, pero Linda nos pregunta qué tal hemos dormido y le comentamos el tema del ruido, así que nos dicen que nos harán un upgrade gratis a una habitación mejor y más tranquila. Dejando el equipaje preparado, ellos se encargarían de cambiarlo de habitación y al regresar ya nos darían la nueva llave. Así que entre una cosa y otra salimos sobre las 8:15.
Nuestro planning de cosas a ver ese día estaba enfocado en visitar lo siguiente:
- Templo de la Literatura
- Complejo de Ho Chi Minh
- Lago Tay Ho (lago del oeste), templo Quan Tranh y Pagoda Tran Quoc
- Old Quarter, incluyendo el templo de Bach Ma
- Lago Hoan Kiem (de día, y ya lo veríamos de noche la última tarde en Hanoi)
Todo esto está en un perímetro bastante asequible para recorrer andando sin mucho problema, así que decidimos ir haciendo hasta donde nos diera tiempo. Dicho y hecho, fuimos caminando con calma en dirección a la primera parada: el conocido Templo de la Literatura. Hay que tener en cuenta el factor motos locas, se hace necesario esperar al momento adecuado para llegar al otro lado de las calles sin ser arrollado por la marea motorizada
. Tardaríamos unos 45 minutos en llegar desde el hotel, tomándolo con mucha tranquilidad y observando la vida callejera durante el camino.Templo de la Literatura
Entrada: 30.000 dongs
Horario: de 7:30 a 18 en verano y de 8 a 17 en invierno (de Octubre a Marzo)
Página web: vanmieu.gov.vn/en
Tiempo de visita: nosotros estuvimos sobre 1h 30 min
Fundado en el año 1070 por el emperador Ly Thanh Tong, el Templo de la Literatura, también llamado Văn Miếu, es un templo consagrado a Confucio que honra a los mejores eruditos y personas de talento universitario de Vietnam. El templo albergaba la Academia Imperial, la primera universidad Nacional de Vietnam, que se estableció aquí en 1076. Es el complejo arquitectónico más antiguo y diría que el más interesante de Hanoi, al menos de los que vimos nosotros.
Esto nos lleva al tema de la religión en Vietnam: las tres corrientes religiosas principales que podemos encontrar son el budismo, el taoísmo y el confucianismo, conocidas en conjunto como Tam Giao (tres enseñanzas o triple religión). Al Tam Giao hay que sumarle la adoración de los antepasados y de los héroes nacionales (posiblemente el tema de honrar a los antepasados tenga más importancia que cualquier otro tipo de religión, por lo menos esa fue la impresión que me llevé). El sabio chino Confucio ha sido venerado durante siglos, basándose en unas enseñanzas que promueven la lealtad al Estado y a la familia, ambas muy importantes en Vietnam. Con esta base se han generado jerarquías familiares basadas en el respeto a los antepasados y la cooperación, cosa que todavía está muy presente en la actualidad.
Curiosidades: en la parte trasera de los billetes de 100.000 dongs aparece una imagen del templo.
Como decíamos, el templo fue erigido en el 1070, pero fue reconstruido durante la dinastía Tran (1225-1400) y las siguientes. A pesar de las guerras y otros desastres, el templo ha conservado un estilo de arquitectura vietnamita tradicional símbolo de diversas dinastías, así como preciosas reliquias. Se han realizado restauraciones importantes en 1920, 1954 y 2000.
En 1076 la Academia Imperial (la primera universidad del país) fue establecida en el templo con el objetivo inicial de educar a los burócratas, nobles, realeza y otros miembros de la élite del país, aunque posteriormente se utilizó como universidad general porque no había suficientes en Hanoi. Estuvo abierta desde 1076 hasta 1779 (cuando la capital del país fue trasladada a Hue en 1802 por la dinastía Nguyen, se estableció también allí la nueva academia imperial). La universidad del templo de la literatura acabó en esa época convertida en una escuela del distrito.
El templo fue declarado Monumento histórico en 1906, bajo el protectorado francés, aunque entre 1945 y 1954 destruyeron algunas partes del templo para utilizarlas como alojamiento de enfermos y heridos porque los hospitales estaban llenos.
El recinto consta de varios pabellones, salones, etc donde se suelen hacer ceremonias, sesiones de estudio y donde tuvieron lugar los estrictos exámenes del Dai Viet. Su estructura está inspirada en el templo original de la ciudad china de Qufu y consta de cinco patios, cada uno de los cuales está rodeado por muros y puertas ornamentales (hay un camino central que divide al complejo en dos mitades).
Se empieza la visita por la llamada Puerta de Van Mieu, que da acceso al templo, esto es ya desde dentro:
Luego nos encontramos con un primer patio:
Y la puerta de acceso al segundo patio:
En el acceso al tercer patio nos encontramos con una puerta ornamental (Khue Van Cac), conocida con el nombre de Constelación de la Literatura y levantada en 1805 en honor al legado literario de Van Mieu. Los cuatro soles de la parte superior están orientados hacia los cuatro puntos cardinales:
Tras la puerta ornamental se accede a un tercer patio con un estanque cuadrado conocido como Thien Quang Tinh o pozo de la Claridad Celestial. Me encantan los nombres que les dan los vietnamitas a cualquier cosa que haya en este templo, yo a este estanque le hubiese llamado "estanque" o proyecto de piscina frustrado, pero ellos se lo curran y le dan un nombre mucho más flipante, claro
.
Nosotros tuvimos la ocasión de presenciar una especie de ceremonia de graduación de escolares (o eso imaginamos, ya que llevaba birrete) en el cuarto patio:
Ahí es donde, durante la celebración del Tet, se juegan partidas de ajedrez humano con los participantes vestidos con llamativos trajes. En este caso, eran estudiantes vestidos de azul y con birretes, sentados en taburetes en miniatura. El tema de los taburetes es un mundo aparte en Vietnam, en algún momento volveremos a ellos
.
También había un sacerdote soltando el rollo, rodeado por los orgullosos padres de los graduados. No entendí lo que decían, pero imagino que todos agradecían a Confucio que su hijo hubiese aprobado los exámenes en vez de repetir o tripitir curso
:
El sermón tuvo lugar frente al Altar de Confucio (dentro del edificio llamado Bai Duong o Casa de las Ceremonias). En este altar, flanqueado por estatuas de grullas colocadas sobre tortugas (un símbolo de buena fortuna, aunque no para las pobres tortugas, claro) el rey y sus mandarines realizaban ofrendas y sacrificios. En la actualidad parece que no se sacrifica nada y que se realizan otro tipo de ceremonias, afortunadamente:
Tras el Bai Duong nos encontramos con el templo de Confucio, donde se guardan las estatuas del filósofo y de sus cuatro discípulos principales. Se puede observar la decoración dorada y con abundancia de esmaltes rojos, muy discretos no eran:
Y había muchas madres abnegadas rezando, claro: "Por favor, señor Confucio, haz que el tocho de mi hijo apruebe de una vez las mates y pueda ponerle la maleta en la puerta de una vez por todas"... la desesperación flotaba en el ambiente, pese a las barreras idiomáticas no era muy difícil entender de qué iba el rollo
:
En el quinto patio se encuentra el salón Thai Hoc, con un altar dedicado a un antiguo director de la Academia y varias imágenes de emperadores de la dinastía Ly.
Y éste es otro de los halls del quinto patio:
Ya cerca de la salida simplemente destacar el Gran Tambor, un clásico de la arquitectura china (igual una de sus tácticas de ataque era dejar sordo al enemigo, digo yo
):
Tras la visita nos dirigimos andando hacia la siguiente parada: el complejo de Ho Chi Minh. Hacía bastante calor (por primera y única vez durante todo el viaje) y nos paramos a tomar un refrescante café vietnamita con leche condensada y hielo, una delicia. Tras el café seguimos nuestro camino hacia el complejo, aunque nos costó un poco encontrar la entrada (como buenos farmers que somos, casi nos metimos por una de las salidas
).Complejo de Ho Chi Minh
Este recinto alberga varios puntos de interés: el mausoleo de Ho Chi Minh, un museo, el palacio presidencial, la Pagoda del Pilar único... Es un lugar de peregrinación de muchos vietnamitas debido a la importancia de la figura histórica de Ho Chi Minh, coloquialmente apodado "el tío Ho".
Muy en resumen: Ho Chi Minh fue el líder y figura fundamental de la lucha por la independencia de Vietnam. Nació en 1890 en un pueblo llamado Hoang Tru, estudió en Hue y abandonó Vietnam en 1911 para recorrer mundo, recibiendo la influencia de la ideología socialista (fundó organizaciones comunistas en París, Moscú y China). Luego regresó a Vietnam y fundó la Liga por la Independencia Vietnamita o Viet Minh. En 1955 se convirtió en presidente de la República Democrática de Vietnam y dirigió la lucha contra Francia y Estados Unidos. La independencia de Vietnam se considera su mayor logro, a pesar de que murió antes de la reunificación. Actualmente es reverenciado como el padre del Vietnam moderno.
La entrada al recinto es gratuita y se trata de un complejo cerrado al tráfico, donde abundan las arboledas y grandes avenidas peatonales. Nosotros no entramos al mausoleo, ya que el horario de entrada es muy limitado (de 8 a 11:00) y además tampoco teníamos interés en ver la momia de Ho Chi Minh, me dan un poco de grimilla estas cosas.
Cerca de la entrada se encuentra el Museo de Ho Chi Minh (no entramos tampoco):
Y algo más alejada, la Pagoda del Pilar Único o Pagoda de la Columna, según se tercie:
La Chua Mot Cot o pagoda del Pilar Único fue construida en 1049 por el emperador Ly Thai Tong y es uno de los principales iconos de Hanoi, aunque no es de lo mejor que vimos durante nuestra visita. Es un mini-templo de madera que se alza en un estanque de lotos sobre una única columna de piedra, como su nombre bien indica. Esta pagoda fue erigida como muestra de gratitud del emperador hacia Quan Am, la diosa de la clemencia, y representa la pureza (una flor de loto que florece en un estanque cenagoso). Ha sufrido numerosas reconstrucciones debido a los daños ocasionados entre otros por los franceses, que la incendiaron en 1954.
Junto a la pagoda del Pilar Único hay un pequeño templo con altares repletos de ofrendas, sobre todo comestibles, todo un espectáculo para los sentidos. A destacar la marcada predilección de los espíritus o dioses por la Heineken
:
Tras la foto de rigor en la pagoda, nos dirigimos hacia el Mausoleo de Ho Chi Minh, aunque solo lo vimos por fuera. Contemplamos el cambio de guardia, eso sí. Se trata de una gran mole gris ubicada en el extremo oeste de la plaza Ba Dinh (construida con piedra procedente de las Montañas de Mármol). Aquí, en su interior, se encuentra el cuerpo embalsamado del susodicho.
Curiosamente, Ho Chi Minh deseaba (así lo especificó en su testamento) ser incinerado y que sus cenizas fueran esparcidas por varios puntos de Vietnam como símbolo de la unidad nacional. Sin embargo, los dirigentes del país a su muerte hicieron caso omiso de su última voluntad y no cumplieron su deseo, sino que lo embalsamaron e instalaron en lo que ahora es conocido como su mausoleo.
La verdad es que el edificio por fuera no presenta ningún interés, es simplemente una mega-tumba de piedra con menos gracia que un plato de acelgas hervidas. Me sorprende que al parecer los arquitectos pretendieran que dicho mamotreto representara una flor de loto... no sé si me falta imaginación o los arquitectos en cuestión se habían fumado la susodicha flor de loto cuando hicieron el diseño, pero vamos, que yo la flor de loto no la veo por ninguna parte
.
Tras esta visita seguimos caminando hacia los lagos del oeste de la ciudad: el lago Ho Tay o lago del Oeste (el más grande) y el lago Truc Bach o lago de Seda Blanca. De camino hacia ellos lo primero que nos encontramos es el templo de Quan Tranh:
Aquí es donde en teoría acudía el emperador Ly Thai, fundador de la dinastía Ly, a rendir homenaje a Tran Vo o guardián del norte. Dejando ya atrás este templo aparecen las vistas del inmenso lago:
Un poco más allá y al final de un espigón sobre el lago se encuentra la bonita pagoda de Tran Quoc, la más antigua de la ciudad, rodeada de palmeras. Según la leyenda, se levantó a orillas del río Rojo durante el reinado del señor Trinh Ly Nam De (544-548), pero en el siglo XVII la trasladaron a su ubicación actual:
No entramos a la pagoda porque estaba cerrada (era sobre mediodía y volvían a abrir al cabo de un rato, pero no quisimos esperar). En esta pagoda nos pasó algo raruno: un grupo de vietnamitas se empeñó en hacerme fotos con la pagoda de fondo. Hubiese pensado que eran unos pervertidos o algo, pero por un lado yo ya tengo una edad y con mi ropa quechua no me veo como una sex-symbol occidental, y por otro los vietnamitas iban acompañados por sus mujeres y ninguna se extrañó del capricho de sus maridines de fotografiar a una guiri pardilla. Así que no sé, nunca resolveremos el misterio....
Después de ver la pagoda desde el exterior, regresamos bordeando el lago Truc Bach hacia el Old Quarter, despidiéndonos de la zona con estas vistas de la ciudad desde el lago:
Algo más adelante econtramos la siguiente torre, que no sé si pertenecía a la antigua ciudadela:
Y de nuevo entramos en el ajetreo y la vida callejera del Old Quarter:
Nos dirigimos al conocido templo de Bach Ma. Se trata del edificio más antiguo del barrio viejo, con una estructura original que se remonta a la fundación de la ciudad de Thang Long (que pasó a llamarse Hanoi en el siglo XI). Es un templo pequeñito pero curioso para hacerle una visita...
Cuenta la leyenda que en el momento de la creación de la capital por el rey Ly Thai To sobre el año 1010, las murallas no dejaban de desmoronarse una y otra vez. Entonces apareció un caballo blanco mágico que les indicó donde levantar las fortificaciones para que no se derrumbasen más (o era mágico o había estudiado arquitectura, el caballo, la historia no lo deja claro). En agradecimiento, Ly Thai To ordenó que se construyera el templo de Bach Ma o del Caballo Blanco, y Bach Ma fue declarado espíritu guardián de la ciudad. Con lo mucho que se lo curró, le podían haber dedicado un templo un poco más grande, pero es lo que hay
. Aquí el famoso caballo:
El templo fue restaurado en el siglo XIX por la comunidad china de la calle que ocupa (calle Hang Buom) y en ese momento se introdujo el culto al general chino Ma Vien, que restableció el control de China sobre Vietnam el año 43 d.C. No obstante, pese a los intentos de los chinos de apropiarse del templo, la estatua del caballo blanco sigue ocupando un lugar importante y se le sigue agradeciendo el asesoramiento inmobiliario.
Todas estas visitas (desde la entrada al complejo Ho Chi Minh hasta finalizar con el templo de Bach Ma) nos llevaron unas tres horas: de 11:30 a 14:30, haciendo todos los desplazamientos a pie.
Cerca del templo de Bach Ma nos paramos a comer en un local llamado Quan Ngan Pho Co, bueno y económico. Yo tomé arroz vegetariano y los típicos nems, un manjar de la comida vietnamita. Tras todas estas visitas, todavía nos quedaba mucha tarde por delante, así que hicimos la siguiente ruta de un par de horitas (de 15:00 a 17:00):
Primero fuimos a cambiar dinero a la calle Hang Bac, que está llena de joyerías y locales donde se pueden obtener dongs. Aquí cambiamos a 26.500 dongs/euro, algo mejor que en el aeropuerto. Luego nos desplazamos paseando hasta el cercano lago Hoan Kiem, otro clásico de Hanoi.
Aquí también hay leyenda: según parece, a principios del siglo XV, durante la ocupación china a manos de la dinastía Ming, el general vietnamita Le Loi recibió una espada mágica que le entregó una tortuga sagrada dorada que vivía en este lago. Con esta espada super-molona, Le Loi echó a los chinos de Thang Long (nombre anterior de Hanoi) y se autoproclamó emperador. Cualquiera le llevaba la contraria teniendo en cuenta que él tenía una espada mágica y los demás no...
Al cabo de un tiempo, el emperador estaba navegando por el lago en el clásico Bribón V de la época, cuando se le apareció la tortuga de mala hostia diciéndole: "Eh!, que la espada es de huelva" y reclamando que se la devolviera. Al emperador, claro, no le quedó más remedio que devolvérsela porque con una tortuga sagrada dorada nunca se sabe... así que desde entonces este lago es conocido como Hoan Kiem o lago de la Espada Entregada.Como me gustan los nombres vietnamitas... allí sí que se lo curran para ponerles nombres chulos a las cosas, con historias flipantes detrás, deberíamos tomar ejemplo. Y luego, que son agradecidos, los vietnamitas: por ejemplo, a mediados del siglo XIX, cuando ya había pasado mogollón de tiempo, se levantó una pequeña pagoda en homenaje a este hecho sobrenatural (la llamada Thap Rua o torre de la Tortuga). Está en un islote en el centro del lago y actualmente es otro icono de la ciudad.
Luego en otra zona del lago está el templo Den Ngoc Son o templo de la Montaña de Jade, otro de los edificios que se recomienda visitar. Está abierto de 7 a 19 todos los días y la entrada cuesta 30.000 dongs por persona. En nuestro caso, no nos valió la pena la visita porque estaban en obras y no se podía acceder al interior del templo, era más bonita la vista desde fuera, con el puente rojo que accede al templo reflejándose en el lago. Pero bueno, por 30.000 dongs por persona, poco más de un euro, tampoco perdimos mucho en el intento y al menos vimos la tortuga gigante que se conserva en él (no sé si momificada o como, ya que murió en 1968). Esta es la entrada y la tortuga mágica de la espada:
El puente rojo también es famoso y, como no, también tiene un nombre guapo: The Huc o puente del Rayo de Sol, no me digáis que no mola... ir por el Rayo de Sol hasta la Montaña de Jade, es mucho más interesante que cruzar un puente para llegar a un templo.
El templo es de comienzos del 1800, cuando mandaba la dinastía Nguyen, y está muy bien conservado. Destacan las tallas de dragones y su colorido rojo, amarillo, negro y dorado, aunque como digo, nosotros no pudimos disfrutarlo bien porque estaba en obras. Está dedicado a los espíritus de la tierra, la medicina y la literatura, y al general Tran Hung Dao (conocido por derrotar a los invasores mongoles en el siglo XIII). Un poco de todo, vaya. En el patio del templo:
Tras todo ese día de tute eran ya sobre las 17 de la tarde y decidimos ir un rato a ducharnos y descansar antes de salir a tomar algo y cenar por ahí (y también aprovechamos para descargar fotos y escribir el presente diario). Aunque al poco rato nos poníamos de nuevo en marcha, el caos y el bullicio de Hanoi nos llamaban con sus cantos de sirena... o pitidos de moto, según se mire.
Regresamos a la Beer Corner que habíamos visitado la tarde-noche anterior y preguntamos en varios sitios si tenían Bia Hoi, pero nada, no había manera de encontrarla por ningún lado. No me malinterpretéis, no es que sea una alcoholica al borde de la cirrosis, pero estaba empeñada en probar sí o sí la conocida cerveza artesana. Por mis ovarios que no pensaba desistir tan fácilmente, aunque hubo un momento que estuve a punto de abandonar... Sedienta y desesperada tras preguntar por la Bia Hoi a unos mil o dos mil vietnamitas (no recuerdo exactamente), nos sentamos a tomar una birra cualquiera en un bar de guiris de la calle, no apto para turistas que van de viajeros. Craso error, aunque en ese momento yo no lo sabía y además nos permitió presenciar una de las anécdotas más surrealistas que he vivido nunca: la redada de taburetes en Hanoi la nuit
.Nosotros ya habíamos visto que, contrariamente al día anterior, esa tarde había poca gente, pocos taburetes y mesitas ocupando las calles y algunos policías pululando por allí (con su furgoneta incluida, no soy tan optimista como para llamarle furgón policial). El tío del bar seguía contándome milongas, que ya no había Bia hoi porque a los vietnamitas no les gustaba y otros rollos que no se creía ni él, pero, en fin, que yo necesitaba tomar algo fresco y nos sentamos en una de las pocas mesitas que había donde en teoría debía de haberse ubicado la inexistente acera de la calle.
Pues bien: en cierto momento vimos como los policías se arremangaban y se dirigían desde la esquina donde estaban situados hacia el interior de la callejuela y como acto seguido todos los propietarios (o trabajadores) de los bares salieron como alma que lleva el diablo a guardar todos los taburetes posibles (por suerte no fue nuestro caso, ya que me hubiera encontrado sentada en el aire y pegándome un culazo descomunal contra el duro suelo del país de los dragones). Nunca había visto recoger una terracita a esa velocidad, en un visto y no visto lo despejaron casi todo... Pero lo mejor todavía estaba por llegar: al cabo de cinco minutos, aparecieron los policías de vuelta con aire triunfal y un mogollón de taburetes en las manos, se dirigieron a su furgona, y allí los encerraron, a los pobres
. Animalicos... en un momento el alijo de taburetes había sido incautado sin piedad por el fabuloso cuerpo de élite de la capital vietnamita, la liga de la justicia de oriente, los vengadores del reino de las motos locas. Nunca antes había tenido ocasión de presenciar una redada de taburetes y la verdad es que fue bastante interesante ver a la pasma en acción .A día de hoy todavía no sé si es que los taburetes en la calle eran ilegales, los bares no tenían permiso del ministerio de ocio para montarse su terracita en la puerta o si es que los propietarios les habían soltado a los polis la misma bola que a mí sobre la Bia Hoi para que acabasen comprando birra embotellada (sustancialmente más cara), y estos, ofendidos, se habían vengado haciendo uso indebido de su autoridad. Ahí, requisando taburetes a diestro y siniestro. Confieso que en parte me pareció un acto de justicia divina, por engatusar así a los guiris sedientos y necesitados de sales minerales tras una dura jornada pateando por Hanoi. Pero vaya, que nunca lo sabremos...
Tras la curiosa redada dimos por satisfactoria la jornada, ya habíamos echado la tarde, sería difícil superar eso. Así que decidimos acabar de dar una vuelta y regresar al hotel (habíamos picado algo en el bar anterior y ya nos dábamos por cenados). Pero unas calles más allá de la zona de alta concentración en guiris nos topamos con un cartel que anunciaba que tenían Bia Hoi a 5000 dongs, así que estaba claro: había que probarla. Fue en la esquina entre las calles Pho Ma May y Pho Dao Duy Tu. Nos sentamos en un par de taburetes con la esperanza de que los polis justicieros no pasaran por allí sedientos de víctimas y por fin probamos la famosa Bia Hoi. La verdad es que no la encontramos demasiado buena, tiene un gusto bastante diferente al resto de cervezas y poco alcohol, pero está fresquita y entra bien.
Por fin! Mi tesorooo...
Y en ese momento, cuando estaba allí totalmente relajada en compañía de mi churri y de mi Bia Hoi fresquita, viendo la vida pasar en las calles del barrio antiguo de Hanoi... aparece una tía en moto, se apea junto a nosotros y me exige que le haga unas fotos con su teléfono móvil. Sí, sí: me exige. Yo no entendía qué leches estaba diciendo porque hablaba en vietnamita, pero el tono se pillaba claramente. Por gestos me indicaba que quería que la sacara a ella y al cartel que había en la esquina con los nombres de las calles. Yo le hice un par de fotos, se las enseñé y no le gustaron, puso una cara que no dejaba lugar a dudas: pensaba que las fotos eran una mierda como una casa. El idioma de las caras de asco es internacional. Así que me exigió que le hiciera más, pero eso implicaba meterme en mitad de la calle para fotografiarla, con todo el caos de motos y coches que, como no, había por allí. No tenía yo muchas ganas de suicidarme ese día, así que busqué a mi alrededor y le endosé el teléfono a un pulidor de zapatos que pululaba por allí buscando víctimas, diciéndole a la tía que se la hiciera él, la foto, que la entendería mejor. Y asunto solucionado. A día de hoy todavía no entiendo el porqué de toda la historia de la foto con el cartel, cosas de vietnamitas, supongo. Luego la mujer volvió a pillar la moto y se largó de allí con viento fresco
.Lo siguiente fue ver a un coche haciendo un cambio de sentido en mitad de la calle, a pesar del tráfico infernal... él quería girar allí y así lo ha hizo, los demás que se esperen y punto. Luego vino un niño a pedir dinero a unas mujeres que teníamos sentadas al lado (una de ellas parecía su madre) y cuando se lo dieron, se giró y se lanzó directo a la calle, en medio del tráfico, para cruzar al otro lado sin ni tan solo mirar si iba a ser arrollado o no. Cuanta confianza en uno mismo ya desde tan joven... impresionante.
A esas alturas ya estábamos más que satisfechos con lo que nos había mostrado la noche de Hanoi y decidimos regresar paseando hacia el hotel, zigzagueando por las callejuelas de la ciudad hasta llegar a la calle de las ferreterías donde se encontraba ubicado. Me costó un rato sacarme de la cabeza la escena de la redada de taburetes, pero finalmente me quedé dormida soñando con cervezas Bia Hois y flujos de motos enloquecidas creando un orden dentro del caos. Al día siguiente nos tocaba levantarnos temprano para trasladarnos a Tam Coc, una de las regiones más bonitas del norte de Vietnam.
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