DÍA 6.
La Carretera de los rusos, llamada así desde 2006, es testimonio de un episodio de la 1ª Guerra Mundial, entre Italia y Austria. Kranjska Gora fue un importante cruce de caminos y de pasajes militares, por lo que la conexión con la 1ª línea en el río Isonzo fue un punto estratégico muy preciado. Fue construida bajo el mando austrohúngaro por más de 10.000 prisioneros de guerra rusos, en su mayoría.
Tiene 24 km y 50 curvas cerradas, 26 en la parte de Trenta y 24 en la de Kranjska Gora; suele estar abierta 7 meses al año y cerrada en invierno.
Recorriendo la Carretera 206 o de los Rusos haremos hoy solo una parte del Soča Trail, una ruta que completa transcurre por el Valle de Trenta durante unos 20 km: Bovec-Kal Koritnica-Velika korita Soče -Trenta-Izvir Soče -korita Mlinarice. Si te interesa puedes leer aquí:
www.soca-valley.com/ ...oca-trail/
www.soca-trenta.si/en/?id=100
Ayer hicimos las gargantas del Soča y hoy tocaremos la garganta Mlinarice y el nacimiento (izvir) del Soča, aparte del resto de paradas de la propia carretera, como el famoso paso de montaña y la callada capilla rusa.
Partiendo de la curva 50, encontramos en pocos metros el Alpinum Juliana, un jardín botánico. Damos una breve vuelta, pero no llegamos a entrar.
A continuación, en el km 0.5 aproximadamente, está el camino para llegar a la korita Mlinarice, antes del Monumento a Kugy. Hay que ir fijándose bien, porque no está señalizado de forma notoria ni hay aparcamiento; una estaca de madera señaliza “Sosca Pot-Korita Mlinarice”. También puedes visitar esta garganta en sentido inverso, desde Kugy hacia abajo.
Dejamos el coche al borde de la carretera y entramos al sendero, que empieza en bajada. Cruzamos un pequeño puente y encontramos una señal que indica a la derecha hacia la garganta y a la izquierda y subiendo el Kugyjev Spomenik. Por carretera este corresponde a la curva 49. Nos dirigimos primero a la Mlinarice, es un camino sencillo de unos 30' ida y vuelta en cuyo final encontramos la garganta y el caudal del agua. El valle de Mlinarica se encuentra a gran altitud, entre el Prisonjk y el Razor. El arroyo torrencial cavó esta garganta de 1 km de largo y 100 m de profundidad. Solo se puede acceder a ella con equipamiento especial.
Luego, en la intersección anterior, vamos a la izquierda, al Monumento a Kugy (Kugy spomenik) por una subida ligeramente durilla entre árboles, raíces, piedras y pendientes. Es una parada obligatoria esta que homenajea al botánico enamorado de los Alpes.
Las vistas desde aquí son excepcionales. Si haces la carretera en sentido contrario, desde el norte hacia Bovec, el parking te quedará a la izquierda, a unos metros del cartel amarillo “Trenta”. Y desde Kugy puedes bajar a la Mlinarice y volver a subir hasta el aparcamiento.
Miles de fotos después, volvemos al coche, pasamos por el río Limarica y la señal de Izvir Soče (nacimiento del río Soča). La curva 49 tiene el parking para el Monumento a Kugy a la derecha y a la izquierda hacia el Izvir Soče, por una carretera asfaltada con alguna curva algo cerrada. Antes de ver el famoso arroyo, dejamos el coche en uno de tantos apartaderos y bajamos para recorrer un poco el Sosca Pot. De vuelta al coche empieza a llover y conducimos hasta el cartel “Izviru Soče Koca Pri”.
A la derecha hay un restaurante con mesitas fuera y un cartel de madera que indica que el supuesto nacimiento del Soča se encuentra a 15'. Entramos y nos tomamos una cervecita y unos refrescos. A pesar de lo temprano que es hay gente ya comiendo. Algunas sopas tienen una pinta estupenda. Está lleno y compartimos mesa; la familia que lo atiende es amable a pesar del agobio. No deja de llover, pero salimos con los impermeables y nos hacemos el camino hasta el nacimiento (al parecer no es el verdadero). Vale la pena incluso bajo la lluvia la caída de agua y los contrastes de los colores en la roca.
Seguimos carretera arriba, ganando altura y conteniendo la respiración a golpe de montañas; son magníficas, por ejemplo las vistas desde las curvas 45 y 44. En torno a la 33 están arreglando la carretera y con un sistema curioso de semáforos portátiles van regulando el paso.
La curva 25 guarda otro de los puntos fuertes, el más elevado, el Paso de Vršič. Dejado el coche, desandamos a pie hasta una tiendita de souvenirs para tener una imagen circular del entorno.
Hay cabras que hacen las delicias de los niños que hay por allí. Desde aquí tenemos que caminar si queremos ver la famosa joven pagana en la piedra de la pared norte del Prisank, Ajdovska deklica, aunque puede verse también desde otros puntos de la carretera, como el mirador de la curva 17. Tendremos que subir por una cuesta, donde encontramos el restaurante Ticarjev dom.
Leyendo la carta casi nos abandonamos y nos quedamos allí, pero queríamos subir hasta el refugio que está al final. Unas cuantas pendientes después por un camino de tierra bajo el sol esloveno, pasamos algunos puestos defensivos. Un cartel anuncia la doncella en la pared de enfrente, en la cara norte del Prisank, pero se ve mejor unos 200 metros antes del refugio Postarski Dom Pod Vršič em.
Comemos en la terraza una de esas famosas sopas, un hot pot de verduras, arroz y judías, con una salchicha enorme servida aparte, que a pesar del calor, nos entra como gloria bendita; además, nos pedimos dos salchichas de Carintia con choucrot y de postre un queque con nueces. Con las bebidas pagamos poco más de 20€.
Con la barriguita llena bajamos al mismo punto de las cabritas sin apartar los ojos de las montañas.
La curva 24 anticipa el inicio de la Ruska cesta (carretera de los rusos, llamada así desde 2006), con su peculiar adoquinado. La carretera desde Kranjska Gora hasta Trenta fue construida por los prisioneros de guerra, en su mayoría rusos, bajo el mando austrohúngaro en 1915; junto a ella, la capilla rusa, las tumbas y los restos del campamento de prisioneros son importantes monumentos históricos de la 1ª Guerra Mundial. La avalancha de 1916 enterró a más de 100 rusos y a algunos guardas austriacos. La capilla rusa, en la curva 8-9 fue levantada en 1917 por los supervivientes junto a los cementerios. No pensé que me fuera a gustar tanto esta obrita de arte y el recogimiento que se respira en el lugar.
Para los que viajen con niños, en la curva 23 hay un restaurante con columpios.
Los últimos kilómetros nos sacan de esta carretera de ensueño y nos dejan al borde del Lago Jasna; realmente son dos lagos artificiales conectados en la confluencia de los afluentes del Velika Pisnica y Mala Pisnica. El entorno es precioso.
Nos sentamos en unos banquitos y hacemos el camino de bienestar, pasando por un agua helada, pisando piedras y madera. Luego nuestro valiente se mete en el agua hasta que se le quedan los labios morados. Seguimos paseando por la orilla de enfrente, hay varios chiringuitos con terrazas, hasta que llegamos a la cabra Kozorog, en la que se suben los niños a hacerse fotos. Eché de menos algún parque infantil.
Desde aquí podríamos haber ido a Kranjska Gora para el trineo de verano, pero la verdad es que lo dejamos para otro día que nunca llegó. Nos dirigimos a Dovje, en la zona de Mojstrana, donde pasaríamos las dos noches siguientes. El apartamento Mas también nos gustó mucho, nuevo, con salón-comedor y cocina en un espacio y dormitorio en otro. Una terracita y un amplio jardín con columpios y juguetes. Y una amiguita, de la familia del dueño. Enseguida hizo migas con nuestro niño, era muy cariñosa, aunque la pobre pasaba tiempo en su caseta cuando nosotros estábamos allí, supongo que con la intención de que no nos molestara.
El dueño nos pareció muy amable y cuando nos cobró, no incluyó los impuestos turísticos que Booking nos había dado en el precio final. Lo mejor de todo es que teníamos enfrente los Alpes y el Triglav se mostraba con restos de nieve, junto al Spik, Razor y Prisank, todos con más de 2500 m de altura.
La Carretera de los rusos, llamada así desde 2006, es testimonio de un episodio de la 1ª Guerra Mundial, entre Italia y Austria. Kranjska Gora fue un importante cruce de caminos y de pasajes militares, por lo que la conexión con la 1ª línea en el río Isonzo fue un punto estratégico muy preciado. Fue construida bajo el mando austrohúngaro por más de 10.000 prisioneros de guerra rusos, en su mayoría.
Tiene 24 km y 50 curvas cerradas, 26 en la parte de Trenta y 24 en la de Kranjska Gora; suele estar abierta 7 meses al año y cerrada en invierno.
Recorriendo la Carretera 206 o de los Rusos haremos hoy solo una parte del Soča Trail, una ruta que completa transcurre por el Valle de Trenta durante unos 20 km: Bovec-Kal Koritnica-Velika korita Soče -Trenta-Izvir Soče -korita Mlinarice. Si te interesa puedes leer aquí:
www.soca-valley.com/ ...oca-trail/
www.soca-trenta.si/en/?id=100
Ayer hicimos las gargantas del Soča y hoy tocaremos la garganta Mlinarice y el nacimiento (izvir) del Soča, aparte del resto de paradas de la propia carretera, como el famoso paso de montaña y la callada capilla rusa.
Partiendo de la curva 50, encontramos en pocos metros el Alpinum Juliana, un jardín botánico. Damos una breve vuelta, pero no llegamos a entrar.
A continuación, en el km 0.5 aproximadamente, está el camino para llegar a la korita Mlinarice, antes del Monumento a Kugy. Hay que ir fijándose bien, porque no está señalizado de forma notoria ni hay aparcamiento; una estaca de madera señaliza “Sosca Pot-Korita Mlinarice”. También puedes visitar esta garganta en sentido inverso, desde Kugy hacia abajo.
Dejamos el coche al borde de la carretera y entramos al sendero, que empieza en bajada. Cruzamos un pequeño puente y encontramos una señal que indica a la derecha hacia la garganta y a la izquierda y subiendo el Kugyjev Spomenik. Por carretera este corresponde a la curva 49. Nos dirigimos primero a la Mlinarice, es un camino sencillo de unos 30' ida y vuelta en cuyo final encontramos la garganta y el caudal del agua. El valle de Mlinarica se encuentra a gran altitud, entre el Prisonjk y el Razor. El arroyo torrencial cavó esta garganta de 1 km de largo y 100 m de profundidad. Solo se puede acceder a ella con equipamiento especial.
Luego, en la intersección anterior, vamos a la izquierda, al Monumento a Kugy (Kugy spomenik) por una subida ligeramente durilla entre árboles, raíces, piedras y pendientes. Es una parada obligatoria esta que homenajea al botánico enamorado de los Alpes.
Las vistas desde aquí son excepcionales. Si haces la carretera en sentido contrario, desde el norte hacia Bovec, el parking te quedará a la izquierda, a unos metros del cartel amarillo “Trenta”. Y desde Kugy puedes bajar a la Mlinarice y volver a subir hasta el aparcamiento.
Miles de fotos después, volvemos al coche, pasamos por el río Limarica y la señal de Izvir Soče (nacimiento del río Soča). La curva 49 tiene el parking para el Monumento a Kugy a la derecha y a la izquierda hacia el Izvir Soče, por una carretera asfaltada con alguna curva algo cerrada. Antes de ver el famoso arroyo, dejamos el coche en uno de tantos apartaderos y bajamos para recorrer un poco el Sosca Pot. De vuelta al coche empieza a llover y conducimos hasta el cartel “Izviru Soče Koca Pri”.
A la derecha hay un restaurante con mesitas fuera y un cartel de madera que indica que el supuesto nacimiento del Soča se encuentra a 15'. Entramos y nos tomamos una cervecita y unos refrescos. A pesar de lo temprano que es hay gente ya comiendo. Algunas sopas tienen una pinta estupenda. Está lleno y compartimos mesa; la familia que lo atiende es amable a pesar del agobio. No deja de llover, pero salimos con los impermeables y nos hacemos el camino hasta el nacimiento (al parecer no es el verdadero). Vale la pena incluso bajo la lluvia la caída de agua y los contrastes de los colores en la roca.
Seguimos carretera arriba, ganando altura y conteniendo la respiración a golpe de montañas; son magníficas, por ejemplo las vistas desde las curvas 45 y 44. En torno a la 33 están arreglando la carretera y con un sistema curioso de semáforos portátiles van regulando el paso.
La curva 25 guarda otro de los puntos fuertes, el más elevado, el Paso de Vršič. Dejado el coche, desandamos a pie hasta una tiendita de souvenirs para tener una imagen circular del entorno.
Hay cabras que hacen las delicias de los niños que hay por allí. Desde aquí tenemos que caminar si queremos ver la famosa joven pagana en la piedra de la pared norte del Prisank, Ajdovska deklica, aunque puede verse también desde otros puntos de la carretera, como el mirador de la curva 17. Tendremos que subir por una cuesta, donde encontramos el restaurante Ticarjev dom.
Leyendo la carta casi nos abandonamos y nos quedamos allí, pero queríamos subir hasta el refugio que está al final. Unas cuantas pendientes después por un camino de tierra bajo el sol esloveno, pasamos algunos puestos defensivos. Un cartel anuncia la doncella en la pared de enfrente, en la cara norte del Prisank, pero se ve mejor unos 200 metros antes del refugio Postarski Dom Pod Vršič em.
Comemos en la terraza una de esas famosas sopas, un hot pot de verduras, arroz y judías, con una salchicha enorme servida aparte, que a pesar del calor, nos entra como gloria bendita; además, nos pedimos dos salchichas de Carintia con choucrot y de postre un queque con nueces. Con las bebidas pagamos poco más de 20€.
Con la barriguita llena bajamos al mismo punto de las cabritas sin apartar los ojos de las montañas.
La curva 24 anticipa el inicio de la Ruska cesta (carretera de los rusos, llamada así desde 2006), con su peculiar adoquinado. La carretera desde Kranjska Gora hasta Trenta fue construida por los prisioneros de guerra, en su mayoría rusos, bajo el mando austrohúngaro en 1915; junto a ella, la capilla rusa, las tumbas y los restos del campamento de prisioneros son importantes monumentos históricos de la 1ª Guerra Mundial. La avalancha de 1916 enterró a más de 100 rusos y a algunos guardas austriacos. La capilla rusa, en la curva 8-9 fue levantada en 1917 por los supervivientes junto a los cementerios. No pensé que me fuera a gustar tanto esta obrita de arte y el recogimiento que se respira en el lugar.
Para los que viajen con niños, en la curva 23 hay un restaurante con columpios.
Los últimos kilómetros nos sacan de esta carretera de ensueño y nos dejan al borde del Lago Jasna; realmente son dos lagos artificiales conectados en la confluencia de los afluentes del Velika Pisnica y Mala Pisnica. El entorno es precioso.
Nos sentamos en unos banquitos y hacemos el camino de bienestar, pasando por un agua helada, pisando piedras y madera. Luego nuestro valiente se mete en el agua hasta que se le quedan los labios morados. Seguimos paseando por la orilla de enfrente, hay varios chiringuitos con terrazas, hasta que llegamos a la cabra Kozorog, en la que se suben los niños a hacerse fotos. Eché de menos algún parque infantil.
Desde aquí podríamos haber ido a Kranjska Gora para el trineo de verano, pero la verdad es que lo dejamos para otro día que nunca llegó. Nos dirigimos a Dovje, en la zona de Mojstrana, donde pasaríamos las dos noches siguientes. El apartamento Mas también nos gustó mucho, nuevo, con salón-comedor y cocina en un espacio y dormitorio en otro. Una terracita y un amplio jardín con columpios y juguetes. Y una amiguita, de la familia del dueño. Enseguida hizo migas con nuestro niño, era muy cariñosa, aunque la pobre pasaba tiempo en su caseta cuando nosotros estábamos allí, supongo que con la intención de que no nos molestara.
El dueño nos pareció muy amable y cuando nos cobró, no incluyó los impuestos turísticos que Booking nos había dado en el precio final. Lo mejor de todo es que teníamos enfrente los Alpes y el Triglav se mostraba con restos de nieve, junto al Spik, Razor y Prisank, todos con más de 2500 m de altura.