DÍA 7.
Quedarnos en esta zona norte no tuvo otro motivo que estar bajo las cimas del grupo del Martuljek, del que me encapriché nada más verlo en alguna web. Temprano nos dirigimos a la aldea de Srednji Vrh, a unos 8 km de Dovje, que es el punto que mejores vistas ofrece, enfrente de la cordilllera de Karawanke, que hace de frontera natural entre Eslovenia y Austria.
Para llegar hay que poner en Google maps “Vrh 10”. Una vez entramos en Gozd Martuljek, tomamos el desvío a la derecha a Jezerci, pasamos de largo el cartel “Sredni Vrh”, cruzamos el puente y el túnel en la roca y vamos subiendo por suaves curvas hasta llegar a un aparcamiento junto a unos contenedores y un baño químico de madera y energía limpia. La carretera sigue hasta el restaurante Pot na Glavo, desde donde se consigue la mejor postal, pero nosotros subimos entre los árboles, donde hay a la derecha un balancín y dos columpios; las escaleras junto a una casa antigua nos llevan a la terraza del Pot na Glavo, que estaba cerrado. Es precisamente desde su terraza (o si no, desde el parking), como habíamos leído, desde donde se tienen unas vistas de excepción del grupo del Martuljek, inundado de sol, con la cima del Špik en el centro. Allí estuvimos bastante rato, mientras nuestro niño jugaba en los columpios de la terraza del mismo restaurante.
Un punto que me pareció llamativo cuando trasteaba en internet para preparar el viaje fue la triple frontera entre Italia, Eslovenia y Austria, en Rateče-Tromeja, por eso la incluimos hoy. Tomamos dirección Podkoren-Ratece-Planica y dejamos atrás el río Sava y la señal “Narodni Rezervat Zelenci”, llevando a los Karawanke de frente. Una vez entramos en Rateče, que pertenece al municipio de Kranjska Gora, pasamos la iglesia y seguimos las indicaciones “Tromeje”, en un cartel con un senderista que indica la ruta 18, 4,8 km y 2 horas. Dejamos el bar restaurante Mojmir a la derecha y entramos en una carretera de grava. Al principio cuando veíamos a la gente subir caminando nos sentíamos mal y unos vagos; pero cuando llevamos un rato y vemos la inclinación del terreno que nos exige subir en 1ª continuamente, se nos quita la vergüenza y seguimos entre baches y piedras. Tardamos 25' en subir, mientras disfrutamos de las vistas excelentes de las montañas con el traqueteo del coche. Aparcamos una vez pasamos la estación de llegada del telesilla Dreiländereck, que se coge en la parte austriaca, desde Arnoldstein, en la zona de Villach (incluido en la Karnten card): www.3laendereck.at
Caminamos un poco hasta subir a la cima Peč (1509 m), donde hay una torre de telefonía y una pirámide en los tres idiomas, correspondientes a los tres países que forman parte de este punto fronterizo que significa la paz en ellos. Cada segundo domingo de septiembre representantes de los tres países se reúnen en esta triple frontera. Arriba del todo se abre el vacío ante nosotros, Eslovenia al sur, a nuestra espalda, con el Triglav a la cabeza y sus hermanos julianos, entre ellos, Razor y Prisank; Italia a la izquierda, con la región de Friulia-Venezia, y Carintia, en Austria, al norte, justo enfrente de nosotros, con el Dobrač-Dobratsch, que forma parte de los Alpes de Villach (Villacher Alpen), en los valles de Zilja y Drava. Nos llega un sms que nos indica que en caso de peligro llamemos a la embajada de Viena. Desde los banquitos mis ojos no pueden dejar de escudriñar la tierra austriaca que tengo delante, la cima semirroja del Dobratsch, y a la derecha los lagos de Carintia, zona que visitaremos en breve.
Ya que estábamos tan cerca de Italia de nuevo, decidimos acercarnos hasta los Lagos de Fusini. Entramos al país vecino por Tarvisio-Fusini in Valromana por la 54. A la izquierda seguimos hacia Via Laghi-Laghi di Fusini. Ya desde la carretera nos damos cuenta de que es un lugar bastante apreciado, está llena de coches en los bordes. Pasamos el lago inferior y aparcamos en el superior. No vemos que haya zona de baño, pero sí un extenso césped donde la gente pasa el día. Caminamos un rato por la orilla, entre los árboles, subiendo y bajando entre las piedras. En el lago inferior se puede hacer el “Sentiero del lagho”.
A las 2.30 ponemos rumbo a Eslovenia, esta vez hasta el valle de Tamar, para conocer la Reserva Zelenci, también en el Parque Nacional de Triglav. Este humedal es reserva natural desde 1992 y su origen se remonta a la Edad de hielo. Debido a la actividad glacial, se formó el lago Koren y en su fondo se depositaron restos de piedra caliza; con el pasar del tiempo, el lago se fue vaciando hasta llegar al actual humedal de Zelenci.
El paseo desde el parking es muy sencillo y cómodo, y nos lleva hasta unas tarimas de madera desde las que observar la laguna, con su azul verdoso, y unas curiosas formaciones circulares en su fondo, los “volcanes submarinos”, con sus burbujas subiendo a la superficie desde los depósitos calcáreos del fondo. Es un fenómeno natural único en el país. El baño está prohibido y hay señales de advertencia sobre las culebras que hay entre la vegetación.
La siguiente visita de la lista eran las cascadas de Martuljek, a las que les tenía muchas ganas; la primera es la más accesibe y la segunda solo está recomendada para expertos. Teníamos incluso previsto comer en el Brunarica Pri Ingotu, que estaba en medio de la ruta. Obedientes, seguimos las indicaciones de cruzar el puente en Jezerci sobre el río Sava Dolinka en Gozd Martuljek y girar a la derecha al aparcamiento, enfrente del parking; pero de repente se nos cruzó un cartel enorme que anunciaba un waterwold y wellnes en el Hotel Špik. Un impulso más rápido que yo, las 3 de la tarde, 34º grados, elegir entre caminar bajo el sol o disfrutar de un rato de piscina y relax. Hice una llamada rápida para ver si podíamos usar el spa aunque no fuéramos clientes, fuimos a Dovje a comer algo y cambiarnos de ropa... y nos plantamos en el Spik alpine resort: www.hotelspik.com/en/wellness
Se puede entrar por recepción o a la izquierda de esta, pasando unas letras verdes y el parque infantil a la izquierda. Compramos un tique de 3 horas (9€ adultos y 6€ niños); la pulsera que dan sirve para las taquillas y hay que entrar descalzo a la zona de piscina. En la parte exterior hay hamacas y en la interior, junto a hamacas, un jacuzzi muy caliente, asientos de burbujas y chorros para la espalda, una piscina de natación de tres calles muy fría y una pequeña infantil de poca profundidad, con juguetes y una fuente en el centro. Así terminamos el día; y no nos pesó cambiar las cascadas por este rato. A la salida quemamos las últimas energías en el parque infantil del hotel antes de pasar nuestra última noche en Dovje.
DÍA 8.
Hoy cambiamos hacia los famosos lagos en el sureste de los Julianos, pero antes cerramos esta zona norte con la cascada Pericnick, también dentro del P.N. de Triglav; en concreto, está en la cara norte. Conducimos por el Valle de Vrata, por la carretera 908, Triglasvska cesta, que sigue el curso del río Bistrica. Al llegar al parking, junto al restaurante Koča pri Peričniku, vemos que hay que pagar 3€ por dos horas; es una cantidad irrisoria, pero como había coches aparcados un poco antes de llegar, damos la vuelta y lo dejamos en un lado de la carretera. Cogemos el camino que sale cruzando a la derecha del restaurante, siempre en subida hasta llegar al puente, desde donde ya la vemos de frente.
Habíamos leído que es mejor subir por la izquierda; así lo hacemos y unas fotos después pasamos por detrás. Nos recordó a Seljalandfoss en Islandia. Eslovenia también tiene su velo de la novia. Con el calor que hace se agradece mojarse algo con las salpicaduras de la fuerza del agua y la que gotea desde el techo. Las paredes rezuman hilillos de agua también. La bajada la hacemos por el lado derecho, también con pendientes.
Un café después en el restaurante, nos espera nuestra siguiente visita: la garganta seca de Pokljuka (Pokljuška soteska). Nos vemos en la siguiente etapa
Quedarnos en esta zona norte no tuvo otro motivo que estar bajo las cimas del grupo del Martuljek, del que me encapriché nada más verlo en alguna web. Temprano nos dirigimos a la aldea de Srednji Vrh, a unos 8 km de Dovje, que es el punto que mejores vistas ofrece, enfrente de la cordilllera de Karawanke, que hace de frontera natural entre Eslovenia y Austria.
Para llegar hay que poner en Google maps “Vrh 10”. Una vez entramos en Gozd Martuljek, tomamos el desvío a la derecha a Jezerci, pasamos de largo el cartel “Sredni Vrh”, cruzamos el puente y el túnel en la roca y vamos subiendo por suaves curvas hasta llegar a un aparcamiento junto a unos contenedores y un baño químico de madera y energía limpia. La carretera sigue hasta el restaurante Pot na Glavo, desde donde se consigue la mejor postal, pero nosotros subimos entre los árboles, donde hay a la derecha un balancín y dos columpios; las escaleras junto a una casa antigua nos llevan a la terraza del Pot na Glavo, que estaba cerrado. Es precisamente desde su terraza (o si no, desde el parking), como habíamos leído, desde donde se tienen unas vistas de excepción del grupo del Martuljek, inundado de sol, con la cima del Špik en el centro. Allí estuvimos bastante rato, mientras nuestro niño jugaba en los columpios de la terraza del mismo restaurante.
Un punto que me pareció llamativo cuando trasteaba en internet para preparar el viaje fue la triple frontera entre Italia, Eslovenia y Austria, en Rateče-Tromeja, por eso la incluimos hoy. Tomamos dirección Podkoren-Ratece-Planica y dejamos atrás el río Sava y la señal “Narodni Rezervat Zelenci”, llevando a los Karawanke de frente. Una vez entramos en Rateče, que pertenece al municipio de Kranjska Gora, pasamos la iglesia y seguimos las indicaciones “Tromeje”, en un cartel con un senderista que indica la ruta 18, 4,8 km y 2 horas. Dejamos el bar restaurante Mojmir a la derecha y entramos en una carretera de grava. Al principio cuando veíamos a la gente subir caminando nos sentíamos mal y unos vagos; pero cuando llevamos un rato y vemos la inclinación del terreno que nos exige subir en 1ª continuamente, se nos quita la vergüenza y seguimos entre baches y piedras. Tardamos 25' en subir, mientras disfrutamos de las vistas excelentes de las montañas con el traqueteo del coche. Aparcamos una vez pasamos la estación de llegada del telesilla Dreiländereck, que se coge en la parte austriaca, desde Arnoldstein, en la zona de Villach (incluido en la Karnten card): www.3laendereck.at
Caminamos un poco hasta subir a la cima Peč (1509 m), donde hay una torre de telefonía y una pirámide en los tres idiomas, correspondientes a los tres países que forman parte de este punto fronterizo que significa la paz en ellos. Cada segundo domingo de septiembre representantes de los tres países se reúnen en esta triple frontera. Arriba del todo se abre el vacío ante nosotros, Eslovenia al sur, a nuestra espalda, con el Triglav a la cabeza y sus hermanos julianos, entre ellos, Razor y Prisank; Italia a la izquierda, con la región de Friulia-Venezia, y Carintia, en Austria, al norte, justo enfrente de nosotros, con el Dobrač-Dobratsch, que forma parte de los Alpes de Villach (Villacher Alpen), en los valles de Zilja y Drava. Nos llega un sms que nos indica que en caso de peligro llamemos a la embajada de Viena. Desde los banquitos mis ojos no pueden dejar de escudriñar la tierra austriaca que tengo delante, la cima semirroja del Dobratsch, y a la derecha los lagos de Carintia, zona que visitaremos en breve.
Ya que estábamos tan cerca de Italia de nuevo, decidimos acercarnos hasta los Lagos de Fusini. Entramos al país vecino por Tarvisio-Fusini in Valromana por la 54. A la izquierda seguimos hacia Via Laghi-Laghi di Fusini. Ya desde la carretera nos damos cuenta de que es un lugar bastante apreciado, está llena de coches en los bordes. Pasamos el lago inferior y aparcamos en el superior. No vemos que haya zona de baño, pero sí un extenso césped donde la gente pasa el día. Caminamos un rato por la orilla, entre los árboles, subiendo y bajando entre las piedras. En el lago inferior se puede hacer el “Sentiero del lagho”.
A las 2.30 ponemos rumbo a Eslovenia, esta vez hasta el valle de Tamar, para conocer la Reserva Zelenci, también en el Parque Nacional de Triglav. Este humedal es reserva natural desde 1992 y su origen se remonta a la Edad de hielo. Debido a la actividad glacial, se formó el lago Koren y en su fondo se depositaron restos de piedra caliza; con el pasar del tiempo, el lago se fue vaciando hasta llegar al actual humedal de Zelenci.
El paseo desde el parking es muy sencillo y cómodo, y nos lleva hasta unas tarimas de madera desde las que observar la laguna, con su azul verdoso, y unas curiosas formaciones circulares en su fondo, los “volcanes submarinos”, con sus burbujas subiendo a la superficie desde los depósitos calcáreos del fondo. Es un fenómeno natural único en el país. El baño está prohibido y hay señales de advertencia sobre las culebras que hay entre la vegetación.
La siguiente visita de la lista eran las cascadas de Martuljek, a las que les tenía muchas ganas; la primera es la más accesibe y la segunda solo está recomendada para expertos. Teníamos incluso previsto comer en el Brunarica Pri Ingotu, que estaba en medio de la ruta. Obedientes, seguimos las indicaciones de cruzar el puente en Jezerci sobre el río Sava Dolinka en Gozd Martuljek y girar a la derecha al aparcamiento, enfrente del parking; pero de repente se nos cruzó un cartel enorme que anunciaba un waterwold y wellnes en el Hotel Špik. Un impulso más rápido que yo, las 3 de la tarde, 34º grados, elegir entre caminar bajo el sol o disfrutar de un rato de piscina y relax. Hice una llamada rápida para ver si podíamos usar el spa aunque no fuéramos clientes, fuimos a Dovje a comer algo y cambiarnos de ropa... y nos plantamos en el Spik alpine resort: www.hotelspik.com/en/wellness
Se puede entrar por recepción o a la izquierda de esta, pasando unas letras verdes y el parque infantil a la izquierda. Compramos un tique de 3 horas (9€ adultos y 6€ niños); la pulsera que dan sirve para las taquillas y hay que entrar descalzo a la zona de piscina. En la parte exterior hay hamacas y en la interior, junto a hamacas, un jacuzzi muy caliente, asientos de burbujas y chorros para la espalda, una piscina de natación de tres calles muy fría y una pequeña infantil de poca profundidad, con juguetes y una fuente en el centro. Así terminamos el día; y no nos pesó cambiar las cascadas por este rato. A la salida quemamos las últimas energías en el parque infantil del hotel antes de pasar nuestra última noche en Dovje.
DÍA 8.
Hoy cambiamos hacia los famosos lagos en el sureste de los Julianos, pero antes cerramos esta zona norte con la cascada Pericnick, también dentro del P.N. de Triglav; en concreto, está en la cara norte. Conducimos por el Valle de Vrata, por la carretera 908, Triglasvska cesta, que sigue el curso del río Bistrica. Al llegar al parking, junto al restaurante Koča pri Peričniku, vemos que hay que pagar 3€ por dos horas; es una cantidad irrisoria, pero como había coches aparcados un poco antes de llegar, damos la vuelta y lo dejamos en un lado de la carretera. Cogemos el camino que sale cruzando a la derecha del restaurante, siempre en subida hasta llegar al puente, desde donde ya la vemos de frente.
Habíamos leído que es mejor subir por la izquierda; así lo hacemos y unas fotos después pasamos por detrás. Nos recordó a Seljalandfoss en Islandia. Eslovenia también tiene su velo de la novia. Con el calor que hace se agradece mojarse algo con las salpicaduras de la fuerza del agua y la que gotea desde el techo. Las paredes rezuman hilillos de agua también. La bajada la hacemos por el lado derecho, también con pendientes.
Un café después en el restaurante, nos espera nuestra siguiente visita: la garganta seca de Pokljuka (Pokljuška soteska). Nos vemos en la siguiente etapa