DÍA 2.
Hoy pasaremos la mañana en el valle de Bären, para subir al Refugio Klagenfurt. Es la tercera etapa del Panoramaweg Südalpen, que une el refugio con el valle de Boden y Deutscher Peter. Tres sitios que conoceremos en momentos distintos y no haciendo del tirón los 12 km de esta etapa del Panoramaweg.
Desde la B91 nos dirigimos hacia Feistriz im Rosental; una vez pasado el supermercado Billa y el gasthaus Laussegger, seguimos la indicación Bärental y Klagenfurtter Hütter. La carretera no está asfaltada y vamos dando traqueteos mientras subimos hasta encontrar el aparcamiento a 3 km. La carretera parecía seguir, pero ante la duda, dejamos el coche y empezamos a caminar. Más adelante la encontramos ya cerrada por una barrera.
La ruta está señalizada como la 603. Al principio vamos por un camino de piedrillas entre arboleda, donde apenas llega la luz del sol. Parece sencilla y llana y empezamos a adivinar las moles calizas de Karawanken entre las nubes.
Una vez en la bifurcación Klagenfurtter Hütter/Matschacheralm, se hace más exigente, en constante pendiente por un camino que sube dando vueltas; a veces vamos por la pista forestal y otras por atajos si vemos que están claramente conectados con la parte superior de la pista.
Las indicaciones se nos hacen un poco engañosas, porque tardamos bastante más que el tiempo que indican. Pero vamos sin prisas, intentando respirar Alpes a cada paso.
Nos lleva más de dos horas la subida y cuando parecía que no tenía fin, por fin vemos algunas vacas a lo lejos y el humo saliendo de una chimenea que resulta ser la de nuestro refugio.
Los últimos metros los hacemos esquivando las “caquitas” de las vacas bajo una fina lluvia que empieza a caer. Junto al refugio hay ovejas también, pastando entre los árboles y una zona infantil en la trasera, rodeada de bosque.
Después de perseguirlas, de jugar un ratito y de recuperar el aliento, entramos y nos reponemos tomando unas cervezas. Casi la hora de comer, cedemos a la tentación de unas estupendas sopas, una Frittatensuppe y Goulaschsuppe, y de postre una Apfelstrudel casera buenísima, que nos cobran al momento (desde luego, nadie se va sin pagar ).
Disfrutamos de las vistas desde las ventanas y una vez fuera también. Estamos en pleno corazón de los Alpes de Karawanken, rodeados por gigantes rocosos que rondan los 2000 metros, como Hochstuhl (2237) o Vertatscha (2180).
Un policía come también allí mientras su 4x4 espera fuera. ¿Y si nos bajara? Pero no, no nos bajó, lo hicimos nosotros a patita, ahora sí, por los atajos. La bajada nos llevó 1 hora solamente, durilla también, porque vamos frenando y clavando rodilla en todo momento. Sin embargo, nos gustó la ruta.
Como regalo por nuestra “hazaña” buscamos un lugar para bañarnos en la “tierra de los lagos”. Ya habíamos probado la sensación de hacerlo en los lagos Bled y Bohinj en Eslovenia, tan diferente al mar. El escogido fue un pequeño lago en Strau, el Badesee Ratz, siguiendo la rotonda en dirección Kirschentheuer. Lo llevábamos localizado en G. maps, pero nos costó situar la entrada, porque apenas está señalizado. La localización exacta es Freibacher Straβe 1 (en el cruce de la 91 con la 85, seguimos hacia Strau y llegamos hasta el aparcamiento que está enfrente del obelisco verde en la rotonda). Y entendimos por qué: es un acceso vecinal donde solo había unos pocos locales, personas mayores y algún abuelete con sus nietos. Y allí nos plantamos, como uno más, aunque se notaba a la legua que no éramos de allí. La entrada al agua es muy poco extensa, pero la sensación de estar flotando en esa agua tibia con las montañas al fondo fue impagable, mientras rozamos con los pies raíces y piedras, en vez de la suave arena a la que estamos acostumbrados.
Hoy pasaremos la mañana en el valle de Bären, para subir al Refugio Klagenfurt. Es la tercera etapa del Panoramaweg Südalpen, que une el refugio con el valle de Boden y Deutscher Peter. Tres sitios que conoceremos en momentos distintos y no haciendo del tirón los 12 km de esta etapa del Panoramaweg.
Desde la B91 nos dirigimos hacia Feistriz im Rosental; una vez pasado el supermercado Billa y el gasthaus Laussegger, seguimos la indicación Bärental y Klagenfurtter Hütter. La carretera no está asfaltada y vamos dando traqueteos mientras subimos hasta encontrar el aparcamiento a 3 km. La carretera parecía seguir, pero ante la duda, dejamos el coche y empezamos a caminar. Más adelante la encontramos ya cerrada por una barrera.
La ruta está señalizada como la 603. Al principio vamos por un camino de piedrillas entre arboleda, donde apenas llega la luz del sol. Parece sencilla y llana y empezamos a adivinar las moles calizas de Karawanken entre las nubes.
Una vez en la bifurcación Klagenfurtter Hütter/Matschacheralm, se hace más exigente, en constante pendiente por un camino que sube dando vueltas; a veces vamos por la pista forestal y otras por atajos si vemos que están claramente conectados con la parte superior de la pista.
Las indicaciones se nos hacen un poco engañosas, porque tardamos bastante más que el tiempo que indican. Pero vamos sin prisas, intentando respirar Alpes a cada paso.
Nos lleva más de dos horas la subida y cuando parecía que no tenía fin, por fin vemos algunas vacas a lo lejos y el humo saliendo de una chimenea que resulta ser la de nuestro refugio.
Los últimos metros los hacemos esquivando las “caquitas” de las vacas bajo una fina lluvia que empieza a caer. Junto al refugio hay ovejas también, pastando entre los árboles y una zona infantil en la trasera, rodeada de bosque.
Después de perseguirlas, de jugar un ratito y de recuperar el aliento, entramos y nos reponemos tomando unas cervezas. Casi la hora de comer, cedemos a la tentación de unas estupendas sopas, una Frittatensuppe y Goulaschsuppe, y de postre una Apfelstrudel casera buenísima, que nos cobran al momento (desde luego, nadie se va sin pagar ).
Disfrutamos de las vistas desde las ventanas y una vez fuera también. Estamos en pleno corazón de los Alpes de Karawanken, rodeados por gigantes rocosos que rondan los 2000 metros, como Hochstuhl (2237) o Vertatscha (2180).
Un policía come también allí mientras su 4x4 espera fuera. ¿Y si nos bajara? Pero no, no nos bajó, lo hicimos nosotros a patita, ahora sí, por los atajos. La bajada nos llevó 1 hora solamente, durilla también, porque vamos frenando y clavando rodilla en todo momento. Sin embargo, nos gustó la ruta.
Como regalo por nuestra “hazaña” buscamos un lugar para bañarnos en la “tierra de los lagos”. Ya habíamos probado la sensación de hacerlo en los lagos Bled y Bohinj en Eslovenia, tan diferente al mar. El escogido fue un pequeño lago en Strau, el Badesee Ratz, siguiendo la rotonda en dirección Kirschentheuer. Lo llevábamos localizado en G. maps, pero nos costó situar la entrada, porque apenas está señalizado. La localización exacta es Freibacher Straβe 1 (en el cruce de la 91 con la 85, seguimos hacia Strau y llegamos hasta el aparcamiento que está enfrente del obelisco verde en la rotonda). Y entendimos por qué: es un acceso vecinal donde solo había unos pocos locales, personas mayores y algún abuelete con sus nietos. Y allí nos plantamos, como uno más, aunque se notaba a la legua que no éramos de allí. La entrada al agua es muy poco extensa, pero la sensación de estar flotando en esa agua tibia con las montañas al fondo fue impagable, mientras rozamos con los pies raíces y piedras, en vez de la suave arena a la que estamos acostumbrados.