Nos levantamos en el camping y nos dirigimos a desayunar como siempre un copioso y azucarado desayuno. Poco después, marcha hacia Marrakech. La vuelta fue dura ya que se vuelve por el mismo camino que el de ida, o sea, atravesar en obras dos puertos de montaña. Durante esas fechas se disputó por el desierto de Merzouga y alrededores un rally de coches antiguos tipo Seat Panda etc, bastante tuneados y echando pestazo a gasolina y humeantes, los vimos cuando estuvimos en las dunas. Y poco a poco según supongo que iban acabando, volvían de camino hacia Marrakech e imagino que para Europa. La mayoría eran españoles o franceses, y claro, en las dunas seguro que iban muy bien pero en carretera eran más bien lentos y sumado al tráfico habitual, se hizo costosa la vuelta, el calor también apretaba.
Seguimos el buen consejo del camionero para comer y paramos en un barecito de un pueblo pequeño de carretera que estaba lleno de Seats aparcados. Y allí comimos, una ensalada marroquí y una tortilla francesa con queso, o eso le llaman allí, luego nos la sirvieron con dos quesitos montados encima de una tortilla… bueno bonito y barato, salimos del paso para comer que era lo importante.
Llegamos a Marrakech y buscamos con el gps la estación de tren de la ciudad. Me asusté de camino al pensar que no había tocado prácticamente ciudad en Marruecos y ahora tenía que conducir por ella hasta la estación y la verdad, ninguna diferencia en cualquier otra ciudad de España, tal vez que, si acaso van conduciendo más estresados que nosotros, las carreteras y la señalización en la ciudad es igual de buena que por fuera. Aparcamos en el parking y apareció nuestro amigo Colombo, que trató de sacarnos unas perrillas de más con la propina y nos acercó a la Medina para llegar a nuestro nuevo Riad.
El Riad Sophia, al que fuimos solo una noche y lástima porque es un Riad totalmente aconsejable. Muy cerca de la plaza principal, relativamente barato, 60 euros para la calidad que ofrece. Habitaciones perfectas, de hecho se notaba la mano del propietario en ellas ya que es un chico joven, que ha estudiado en España y vivido en Europa además de que ha viajado muchísimo por el mundo, así que sabe perfectamente lo que se echa de menos en Marruecos, un wc, bidé y ducha decentes, y aquí estaban nuevos y limpios. Es ideal, totalmente recomendable.
Medhi nos habló largo y tendido sobre Marruecos y la ciudad, así como de su vida y aprendimos mucho de él y de sus costumbres.
Nos dimos una ducha y le preguntamos por la zona nueva de Marrakech, lugar al que queríamos ir el último día, nos recomendó cenar en Montecristo, un lugar de moda en la zona más nueva de Marrakech y para allá que fuimos. Cogimos un taxi, nos cobró unos 80 dh, y allí que entramos, aquello era muy muy chic y muy cool, camareros, camareras, seguridad, todos salidos del Mujeres y hombres y viceversa marroquí, vamos que mi mujer y yo éramos los raritos allí. El menú bastante variado, con platos italianos, ensaladas y carnes. Pedimos algo de pasta y una ensalada, estaba bueno, la verdad, y nos salió por 50 euros, la verdad que caro para ser Marruecos, pero también es cierto que barato si fuera en España. Aun me acuerdo de las collejas que me daba mi mujer cada vez que miraba a la camarera, allí ni hijab, ni islam ni nada. Modernas, guapas y con escote, salidas de la tele xD.
A la vuelta pillamos un taxi de nuevo, unos 60 dh nos costó y hacia el Riad, había sido un día largo.
Seguimos el buen consejo del camionero para comer y paramos en un barecito de un pueblo pequeño de carretera que estaba lleno de Seats aparcados. Y allí comimos, una ensalada marroquí y una tortilla francesa con queso, o eso le llaman allí, luego nos la sirvieron con dos quesitos montados encima de una tortilla… bueno bonito y barato, salimos del paso para comer que era lo importante.
Llegamos a Marrakech y buscamos con el gps la estación de tren de la ciudad. Me asusté de camino al pensar que no había tocado prácticamente ciudad en Marruecos y ahora tenía que conducir por ella hasta la estación y la verdad, ninguna diferencia en cualquier otra ciudad de España, tal vez que, si acaso van conduciendo más estresados que nosotros, las carreteras y la señalización en la ciudad es igual de buena que por fuera. Aparcamos en el parking y apareció nuestro amigo Colombo, que trató de sacarnos unas perrillas de más con la propina y nos acercó a la Medina para llegar a nuestro nuevo Riad.
El Riad Sophia, al que fuimos solo una noche y lástima porque es un Riad totalmente aconsejable. Muy cerca de la plaza principal, relativamente barato, 60 euros para la calidad que ofrece. Habitaciones perfectas, de hecho se notaba la mano del propietario en ellas ya que es un chico joven, que ha estudiado en España y vivido en Europa además de que ha viajado muchísimo por el mundo, así que sabe perfectamente lo que se echa de menos en Marruecos, un wc, bidé y ducha decentes, y aquí estaban nuevos y limpios. Es ideal, totalmente recomendable.
Medhi nos habló largo y tendido sobre Marruecos y la ciudad, así como de su vida y aprendimos mucho de él y de sus costumbres.
Nos dimos una ducha y le preguntamos por la zona nueva de Marrakech, lugar al que queríamos ir el último día, nos recomendó cenar en Montecristo, un lugar de moda en la zona más nueva de Marrakech y para allá que fuimos. Cogimos un taxi, nos cobró unos 80 dh, y allí que entramos, aquello era muy muy chic y muy cool, camareros, camareras, seguridad, todos salidos del Mujeres y hombres y viceversa marroquí, vamos que mi mujer y yo éramos los raritos allí. El menú bastante variado, con platos italianos, ensaladas y carnes. Pedimos algo de pasta y una ensalada, estaba bueno, la verdad, y nos salió por 50 euros, la verdad que caro para ser Marruecos, pero también es cierto que barato si fuera en España. Aun me acuerdo de las collejas que me daba mi mujer cada vez que miraba a la camarera, allí ni hijab, ni islam ni nada. Modernas, guapas y con escote, salidas de la tele xD.
A la vuelta pillamos un taxi de nuevo, unos 60 dh nos costó y hacia el Riad, había sido un día largo.