DÍA 3 (CONTINUACIÓN)
El calor es aplastante, rozamos los 36º. Nuestra siguiente parada es la capital de la zona, Klagenfurt. Está situada en el extremo este del Wörthersee, el lago más cálido de Austria. Se dice que su parecido con algunas ciudades italianas del S. XVI se debe a que, una vez devastada por el incendio de 1544, fue reconstruida por arquitectos italianos; a nosotros nos recordó un poco a la capital eslovena, Ljubljana.
Nuestra idea era visitar los alrededores del casco histórico (Innere Stadt), en las inmediaciones de la Alter y la Neuer Platz. Dejamos el coche en Domplatz y vemos la Catedral de St. Peter und St. Paul, antiguo templo protestante reconstruido después del incendio de 1727; la Domplatz está presidida por un dragón vegetal, símbolo de la ciudad.
Karfreitstraβe nos lleva a la Neuer Platz, cuyo centro de atención es la Lindwurmbrunnen o fuente del dragón Lindwurm, escultura hecha en 1593 por Ulrich Vogelsang, que usó un único bloque de piedra para esculpirlo; forma parte del escudo de armas de Klagenfurt. Se responsabiliza al dragón de las inundaciones que sufrió la ciudad por el río Glan, aunque forma parte del folclore europeo. En Eslovenia veremos también en la región de Solcava al dragón Lintver, responsable de las inundaciones de la zona.
El gigante se añadió posteriormente. También son de interés el monumento a la omnipresente reina Mª Theresien (es el primero que se le dedicó en Austria), el Rathaus en el antiguo palacio Rosenberg, puestos de artesanía, un edificio precioso donde está la oficina de información turística y varias mansiones de los S.XVI y XVII.
Kramergasse es una calle comercial con la graciosa fuente del enano “Wörthersee mandl”, a quien se le atribuye la creación del lago del mismo nombre, debido a que, cansado de que se rieran de él los borrachos, abrió el grifo del barril la víspera de Pascua.
En los alrededores, edificios modernistas y escudos en el suelo. El callejón Eissengasse nos conduce entre varios edificios y restaurantes a Tabakgasse, que se cruza en su caminar con la calle comercial de la Plaza Vieja o Alter Platz, donde encontraremos la fuente Goldene Gans, una farmacia antigua y la columna de la Trinidad, junto a al que hay un minúsculo parque infantil. Todo el paseo está salpicado de terracitas de cafés y tiendas.
El Antiguo Rathaus con su patio interior está muy cerca de la Columna de la Trinidad; un curioso patio interior con arcos, muy recogido y quieto.
En Pfarrplatz está la Stadtpfarrkirche de St. Egid, con su torre de 91 metros, construida sobre una iglesia destruida en el S.XVII por un terremoto. Desandando camino hacia Tabakgasse de nuevo, nos espera la Landhaus, la sede del Parlamento de Carintia, al oeste de la Alter Platz, junto al Landhaus Park, donde se encuentran Heiligengeistplatz y Heiligengeistkirche o del Espíritu Santo. Curiosamente la fuente central tiene una máscara que ya habíamos visto ayer en Bodental. Una placa en el suelo nos aclara que es de la artista Kiki-Kogelnik, austriaca representante del arte pop, por cuya calle salimos a la Neuer Platz.
Tripadvisor nos llevó hasta Pumpe, un famoso local de la ciudad frecuentado en aquel momento, sobre todo, por hombres, con un agradable patio interior en sombra, en Lidmanskygasse 2. Allí no pudimos resistirnos al célebre wiener schnitzel, las correspondientes cervecitas y un plato de pasta.
Abandonamos Klagenfurt convertido en un infierno, con el firme pensamiento de darnos otro remojón; fuimos al Badesee Sankt Johann im Rosental, que tenía toboganes y zona infantil, pero cerraba en media hora, por lo que nos volvimos a nuestro laguito de ayer a merendar y a terminar de pasar la tarde.
Una vez de regreso en Bodental, caminamos desde la casita hasta el final del valle. Antes de llegar al lago Meerauge, encontramos este curioso mecanismo que funcionaba con el paso del agua del río, que también movía la noria del fondo.
Una breve paradita en el humilde y azul Meerage de nuevo.
Y caminamos hasta el fondo del valle, con el escenario de Karawanken perdido, como siempre, entre la niebla.
Mañana nos espera nuestro último día por tierras austriacas
El calor es aplastante, rozamos los 36º. Nuestra siguiente parada es la capital de la zona, Klagenfurt. Está situada en el extremo este del Wörthersee, el lago más cálido de Austria. Se dice que su parecido con algunas ciudades italianas del S. XVI se debe a que, una vez devastada por el incendio de 1544, fue reconstruida por arquitectos italianos; a nosotros nos recordó un poco a la capital eslovena, Ljubljana.
Nuestra idea era visitar los alrededores del casco histórico (Innere Stadt), en las inmediaciones de la Alter y la Neuer Platz. Dejamos el coche en Domplatz y vemos la Catedral de St. Peter und St. Paul, antiguo templo protestante reconstruido después del incendio de 1727; la Domplatz está presidida por un dragón vegetal, símbolo de la ciudad.
Karfreitstraβe nos lleva a la Neuer Platz, cuyo centro de atención es la Lindwurmbrunnen o fuente del dragón Lindwurm, escultura hecha en 1593 por Ulrich Vogelsang, que usó un único bloque de piedra para esculpirlo; forma parte del escudo de armas de Klagenfurt. Se responsabiliza al dragón de las inundaciones que sufrió la ciudad por el río Glan, aunque forma parte del folclore europeo. En Eslovenia veremos también en la región de Solcava al dragón Lintver, responsable de las inundaciones de la zona.
El gigante se añadió posteriormente. También son de interés el monumento a la omnipresente reina Mª Theresien (es el primero que se le dedicó en Austria), el Rathaus en el antiguo palacio Rosenberg, puestos de artesanía, un edificio precioso donde está la oficina de información turística y varias mansiones de los S.XVI y XVII.
Kramergasse es una calle comercial con la graciosa fuente del enano “Wörthersee mandl”, a quien se le atribuye la creación del lago del mismo nombre, debido a que, cansado de que se rieran de él los borrachos, abrió el grifo del barril la víspera de Pascua.
En los alrededores, edificios modernistas y escudos en el suelo. El callejón Eissengasse nos conduce entre varios edificios y restaurantes a Tabakgasse, que se cruza en su caminar con la calle comercial de la Plaza Vieja o Alter Platz, donde encontraremos la fuente Goldene Gans, una farmacia antigua y la columna de la Trinidad, junto a al que hay un minúsculo parque infantil. Todo el paseo está salpicado de terracitas de cafés y tiendas.
El Antiguo Rathaus con su patio interior está muy cerca de la Columna de la Trinidad; un curioso patio interior con arcos, muy recogido y quieto.
En Pfarrplatz está la Stadtpfarrkirche de St. Egid, con su torre de 91 metros, construida sobre una iglesia destruida en el S.XVII por un terremoto. Desandando camino hacia Tabakgasse de nuevo, nos espera la Landhaus, la sede del Parlamento de Carintia, al oeste de la Alter Platz, junto al Landhaus Park, donde se encuentran Heiligengeistplatz y Heiligengeistkirche o del Espíritu Santo. Curiosamente la fuente central tiene una máscara que ya habíamos visto ayer en Bodental. Una placa en el suelo nos aclara que es de la artista Kiki-Kogelnik, austriaca representante del arte pop, por cuya calle salimos a la Neuer Platz.
Tripadvisor nos llevó hasta Pumpe, un famoso local de la ciudad frecuentado en aquel momento, sobre todo, por hombres, con un agradable patio interior en sombra, en Lidmanskygasse 2. Allí no pudimos resistirnos al célebre wiener schnitzel, las correspondientes cervecitas y un plato de pasta.
Abandonamos Klagenfurt convertido en un infierno, con el firme pensamiento de darnos otro remojón; fuimos al Badesee Sankt Johann im Rosental, que tenía toboganes y zona infantil, pero cerraba en media hora, por lo que nos volvimos a nuestro laguito de ayer a merendar y a terminar de pasar la tarde.
Una vez de regreso en Bodental, caminamos desde la casita hasta el final del valle. Antes de llegar al lago Meerauge, encontramos este curioso mecanismo que funcionaba con el paso del agua del río, que también movía la noria del fondo.
Una breve paradita en el humilde y azul Meerage de nuevo.
Y caminamos hasta el fondo del valle, con el escenario de Karawanken perdido, como siempre, entre la niebla.
Mañana nos espera nuestro último día por tierras austriacas