Llegada a Railay ✏️ Travel Journeys of Thailand

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Hoy nos toca un madrugón fino, el vuelo sale a las 6:30, y no me molestaría si no fuese porque nos perdemos el último desayuno en el Chedi, pero querer estar en la playa temprano tiene un precio.
Tiramos de grab para ir a aeropuerto, nos cuesta 175 baths, y mientras esperamos en la terminal aprovechamos para desayunar.

Hoy volamos con Air Asia y antes de subir nos pesan la mochila, la mía se pasa un kilo de lo permitido pero la chica me dice que no hay problema, aquí creo que influye mucho la persona que os toque,nosotros tuvimos suerte.

El vuelo es corto, así que enseguida llegamos al aeropuerto de Krabi para buscar un transporte hasta nuestro siguiente destino, Railay Beach. Llevamos la idea de que el precio son unos 150 baths, y efectivamente, la primera empresa que nos “capta”, nos ofrece una van hasta el puerto de Ao Nam Mao por ese importe, ya que de allí salen los barcos a Railay East, si vais a Railey West os llevarán a Ao Nang, de todas formas, no os preocupéis que en Tailandia está todo muy bien montado. Vamos en una van con otra gente y somos los únicos que vamos a Railay, cuando nos dejan en el puerto también somos los únicos junto con los barqueros, que son por cierto, la única gente entre seca y desagradable que nos encontramos en Tailandia. Nos cobran 100 baths por persona y tenemos que esperar a que llegue más gente.

Cuando empezamos a acercarnos a Railay yo ya estoy muy emocionada, empezamos a vislumbrar los paisajes de roca cárstica que tantísimas veces había visto en fotos imaginándome estar allí…



Cuando llegamos nos dirigimos a nuestro hotel, no nos pueden dar la habitación hasta pasada una media hora así que decidimos ir un ratito a la piscina mientras esperamos.

Después de alucinar con la habitación, decidimos ir a Railay West antes de comer, y dejarnos en plato fuerte de Phra Nang para por la tarde.

Aunque os alojeis en Railay East, no os preocupéis por se llega en menos de 10 minutos, los hoteles que están en Railay West cuestan el doble y para mi no merece la pena, la verdad, además, aunque es una playa bonita, nosotros nos quedamos con Phra Nang, y ésta queda más cerca del lado este.

Como os digo, Railay West es una playa bonita, grande y tiene bastantes chiringuitos, y un par de hoteles, yo estoy deseando darme mi primer baño en el mar de Andamán así que es lo primero que hago, el agua está increíble de temperatura, y muy limpia, aunque es verdad que al ser época de lluvias, aunque haga buen tiempo, no está tan transparente como en otras épocas del año, eso nos explicaron unos días después.



De camino a Railay East, los monos son los reyes.



Después de un ratito de playa nos volvemos al lado Este a comer, y probamos en un sitio al lado del hotel, el Welcome Back, bastante barato y bien.
Aprovecho para comentar que aunque el resto del viaje habíamos tomado algunas precauciones con el agua de grifo, si tomamos zumos y batidos, pero aquí en Railay, si hay bastantes problemas con el agua, así que la premisa era, todo embotellado y nada de verduras crudas… Esto no acabó siendo del todo así y pagamos las consecuencias, pero eso es una historia que tocará en la siguiente etapa.

Por dos platos, uno de pollo y uno de arroz y dos cocacolas pagamos 310 baths, unos 8 euros al cambio, que es lo que vendremos pagando aproximadamente por todas las comidas en Railay.

Después de comer, nos vamos a pasar la tarde a Phra Nang Beach, en el camino hasta la playa hay una especie de cuevas que son una pasada.


Llegamos a la playa y la verdad es que nos encantó, había bastante gente en la entrada, pero nada exagerado. Después de echamos una foto a la curiosa cueva llena de esculturas fálicas, como ofrenda para la fertilidad.



Nos buscamos un rinconcito a mitad de playa donde apenas hay gente, y entre baños y mini siestas vamos pasando la tarde.



Aprovechamos también para coger una cerveza del barco que suele estar con comida y bebida, a 100 baths la lata grande de Chang. Este fue el día de playa más bonito que tuvimos, el cielo estaba azul y a partir de las 17 no éramos ni 10 personas en toda la playa.



En Railay hay un montón de monos, que hay que tener cierto cuidado ya que a veces te pueden coger la mochila si llevas comida o algo, pero aquí había un árbol con un tipo de monito diferente, super peludo y muy gracioso, fue la diversión de la tarde para muchos de los que estábamos allí.


Esperábamos ver el primer atardecer espectacular del viaje, pero cuando quedaba poco para oscurecer se nubló bastante, algo que sería bastante habitual el resto de los días, posiblemente por ser época de lluvias. Así que nos volvimos al hotel sin fotón, pero después de un día estupendo de relax.

Decidimos cenar en uno de los restaurantes de Railay East, The Heart, la comida no fue nada de otro mundo, pero de postre pedimos plátano frito y estaba espectacular, el mejor que comí nunca, además había por allí fuera un gatito bebé con el que me pasé un buen rato jugando fuera, hay muchos gatos en Railay, todo sea dicho, pero este me lo hubiera llevado en la mochila de lo mono que era.



Pagamos 360 baths por la cena, Railay está resultando más barata de lo esperado, todo sea dicho, y nos vamos al hotel que nos caemos de sueño.

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