Comenzamos nuevo día recargados de pilas. Decidimos coger un Shinkansen que fuese relativamente temprano para poder aprovechar al máximo el tiempo (como siempre en este viaje) así que tenemos reserva de asientos en el tren de Kanazawa - Shin Osaka - Hiroshima a las 8:05 con llegada a las 12:35.
La estación de Kanazawa era bastante nueva y grande, así que pensamos en desayunar allí. Entramos con los billetes del tren hasta los andenes y allí encontramos unas tiendas donde comprar cosas típicas de picoteo. Nos adaptamos un poco a lo que encontramos: unos oniguiris (triángulos de arroz envueltos en alga nori), patatillas de sabores extraños y alguna cosa más (700Y y 130Y de una botella de agua dentro del tren). Creo que empezaba a echar un poco de menos mis tostadas con tomate o un buen donut de chocolate, jajaja! Seguramente hubiésemos desayunado mejor fuera de los andenes pero queríamos estar seguros de encontrarlo todo a tiempo.
Nuestra estancia en Hiroshima sería corta ya que al día siguiente volveríamos a viajar. En este caso elegimos el hotel Urbain Hiroshima Central, a 15 minutos de la estación a pie. Siempre cerquita para no dificultar la llegada con las mochilas. Una noche nos salió 7.380 Y (58€ al cambio).
A pesar de estar cerca del hotel, en la oficina de la estación preguntamos por el bus (Maple oop) que podíamos coger con el JR pass sin gastar dinero en transporte. Al ver el plano, vimos que la ruta nos quedaba genial para llegar al hotel, así que decidimos probar.
La hora del check-in del hotel de nuestra ciudad de destino es a partir de las 15:00 así que decidimos dejar las maletas en recepción y marchar hacia la visita principal del día: Miyajima.
Para hacer esta visita, es conveniente mirar el horario de mareas y luz solar. Hay quien dice que es mejor visitar Miyajima con la marea alta para disfrutar de las vistas del torii “flotando”
Una vez que dejamos las maletas en el hotel, volvimos con el Maple Oop a la estación de tren. El siguiente paso era coger un tren en Hiroshima central que nos dejase en la estación de Miyajimaguchi. Tarda 30 minutos en hacer el trayecto.
Se nos iba a hacer un poco tarde si esperábamos a comer en Miyajima así que al llegar a la estación, tomamos la decisión más deliciosa del día: comer en cualquiera de sus locales de restauración. En Hiroshima, uno de los platos más famosos son los Okonomiyakis. Como decía mi madre, “donde fueres, haz lo que vieres”. No podíamos quedarnos sin probar ese plato tan rico!
El sitio estaba genial porque los cocineros estaban a simple vista y podías verlos cocinar mientras esperabas tu plato. Es puro arte verlos mover las espátulas hasta hacerte este plato.
Ya habréis visto que las cosas del comer nos la tomamos muy en serio, así que tuvimos que hacerles un vídeo
Volviendo a la realidad, era el momento de salir del tren para llegar al ferry que nos llevase a Mijayima. Hay frecuencia cada 15 minutos así que no había problema en llegar. El último ferry de vuelta a tierra firme suele ser a las 22:14. Tenedlo en cuenta por si queréis hacer la visita al caer la tarde y ver la isla de noche.
Miyajima tiene como atracción secundaria, disfrutar del paseo acompañado de los ciervos de la ciudad. A mí los animales me chiflan así que estaba entusiasmadísima. Al llegar del ferry, nos dieron un mapa explicando que los ciervos no eran muy amistosos así que convenía no tener a la vista papeleo como mapas o así. Probablemente te ibas a quedar sin ellos. Empecé el paseo un poco cautelosa. Luego, durante el paseo, vimos que no había peligro. Se acercaban amistosos y no había problema por acariciarlos.
Hay varias rutas posibles a pie, según el tiempo disponible. El monte Misen es una atracción en sí. Cuenta con teleférico para llegar al punto más alto de la isla a 430 metros sobre el nivel del mar.
La ruta más corta, según la oficina de turismo, se hace en 3 horas (sin contar con que quieras montarte en el teleférico). Nosotros no valoramos esa opción porque estaba el día de lluvia así que no íbamos a poder tener buenas vistas.
* El centro de artesanías de Miyajima: Se pueden ver artículos artesanales típicos de la industria artística de Miyajima como cucharones de madera, grabados, bandejas talladas a mano o cerámicas.
* Calle comercial Omotesando: Está perfectamente situada para que los visitantes no se olviden de comprar los regalitos antes de marchar a la terminal del ferry. A parte de souvenirs, también puedes encontrar restaurantes de ostras y otra de sus especialidades: el arroz con anguilas. También podréis encontraros con el cucharón de arroz de madera más grande del mundo.
* Mikasanohama: Es el nombre que recibe la playa y el paseo por la costa que te lleva a las preciosas vistas del torii flotante. Comienza en un enorme torii de piedra.
* El santuario Itsukushima: Esta construcción sobre el agua está dedicada al Dios protector del mar. Data del año 593, aunque se remodeló en varias ocasiones. Cuenta con varias estructuras, conectadas por pasillos que llegan a medir unos 300 metros.
A 200 metros del santuario principal, se encuentra su torii rojo, símbolo inconfundible de Miyajima. El por qué de esa localización es sencilla: existe una costumbre sintoísta de adoración a las montañas, por lo que se prohibía la presencia humana en todo el monte. Al estar sobre el mar, los fieles podían ir a rezar sin pisar terreno sagrado.
Como dato curioso, el torii rojo que vemos es el octavo del que se tiene conocimiento ya que durante el paso de los años ha ido sufriendo daños varios que han obligado a sustituir la estructura del torii. Está realizado en madera de alcanforero de unos 500 ó 600 años de antigüedad, muy resistente a la descomposición y a los insectos, además de madera de cedro y de ciprés. Mide unos 16 metros y medio de alto y pesa unas 60 toneladas. Su color se debe a que el rojo mantiene alejados a los malos espíritus. Su orientación tampoco es casual: la dirección noroeste es considerada por el Feng Shui como la puerta de entrada al demonio, por lo que el sol bloquea esa entrada. De ahí los símbolos del sol y la luna que encontramos pintados al este y al oeste del torii.
La lluvia apretaba a ratos así que antes de entrar al templo, nos hicimos con un paraguas por 500Y (no veas lo que resiste el tío, que dos años después sigo usándolo! Es mi paraguas favorito, claro!).
La entrada al Santuario Utsukushima fueron 600Y. Este lugar debe ser precioso para recorrerlo un día soleado. Casi desde cualquier punto del Santuario podíamos ver el torii de fondo flotando. Estaba cumpliendo mi sueño de estar ahí, viéndolo en primera persona! Y no es para menos mi alegría: es Patrimonio Mundial de la Humanidad.
* Nishimatsubara: Paseo de pinos y linternas de piedra que se encuentra a los pies del santuario Kiyomori.
* El acuario: Poseen unas 350 variedades de pececillos. En total unos 13.000 ejemplares.
* El Parque Omoto: El lugar perfecto para ver las estaciones de la mano de las hojas florecidas de cerezo en primavera, las azaleas en verano y las hojas rojas de arce en otoño.
* El museo de historia y folklore de Miyajima: Originalmente fue la residencia de un comerciante rico de la zona. Actualmente hay una extensa colección de unos 3.000 artículos relacionados con la alimentación, la vestimenta, la industria, el transporte…
* El templo Daiganji: Hasta la restauración Meiji en 1868, este templo estaba a cargo de la reparación y construcción del Santuario Itsukushima.
* El salón del tesoro: Conocido como Homotsukan, contiene valiosas esculturas, pinturas y artesanías, de las cuales 130 han sido designadas tesoros nacionales o importantes bienes culturales.
* La pagoda Tahoto: Mide unos 15 metros de altura. Se construyó en 1523 por el monje Shukan. Parte de la arquitectura tiene influencias indias y chinas, además de japonesas. Su nivel inferior es cuadrado mientras que el superior es redondo.
* El parque Momijidani: Es otro infaltable del paseo por la isla. Se cubre con un bosque primitivo extenso y se ha designado como monumento natural.
* La pagoda de cinco pisos y Senjokaku: Es una biblioteca de los sutras budistas que se construyó en el año 1587. Debido a la muerte del Daimio Hideyoshi, una parte del edificio quedó sin terminar. Su pagoda data aproximadamente del año 1407. Tiene unos 28 metros de altura.
Lo cierto es que el tiempo no nos acompañó este día. Creo recordar que fue el que más nos llovió de todo el viaje. No pudimos ir a los parques. Visitamos todo con bastante prisa y priorizamos las vistas al torii, que era mi mayor ilusión del viaje. Sin duda tendremos que repetir la próxima vez :).
De vuelta a Hiroshima, no teníamos ni idea de dónde íbamos a cenar por lo que de camino al hotel, en la avenida donde nos dejaba el bus turístico, decidimos buscar algún local de comida. Llovía a cántaros. Vimos un cartel en la puerta de un edificio con la foto de un suculento filete empanado. Nos tiramos de cabeza a las escaleras de subida. No nos dio por leer demasiado el cartel así que dimos por hecho que estaría en la primera planta. Aquí comienza otra de nuestras historias rocambolescas!
Abrimos la única puerta del primer piso y efectivamente, estábamos en un restaurante minúsculo donde el señor de detrás de la barra no hablaba ni papa de inglés. Nos miró con cara de: os habéis perdido. El local tenía una barra en forma de L donde se repartían unas 12 sillas que curiosamente estaban ocupadas casi al completo. Nosotros decidimos sentarnos en las dos sillas que únicamente quedaban libres. Dijimos la palabra mágica: Tonkatsu (filete empanado) y el señor nos dijo que tururú, levantando unas tapas cuadradas que tapaban unos calderos de sopa con cosas flotantes. Decidimos que nos tomaríamos alguna bebida por no hacer el feo de marchar y luego nos iríamos en busca de otro lugar.
Dani solo quería matarme por entrar en ese edificio y yo insistía en decirle: cosas de los viajes. No sabes donde vas a parar. Ya tenemos para contarle a nuestros nietos!
Todos los lugareños nos miraban expectantes hasta que una señora de nuestro lado rompió el hielo hablándonos en inglés. Fiuuu, la cosa se relajaba. Estaba acompañada de otras 3 ó 4 señoras que no la entendían cuando nos hablaba pero eran majísimas. Comían algo parecido a unas nueces pequeñas con cáscara. Mientras nos preguntaban de dónde veníamos y cuántos días estaríamos, nos ofrecieron probar aquellos frutos secos. Le contamos que veníamos por el tonkatsu de la foto y se rieron bastante.
Tocaba marchar en busca de la comida de verdad. Nos cobraron por las dos cervezas 1100Y (definitivamente nos cobraron como turistas). Insistí en seguir subiendo escaleras en contra de las ganas de Dani y de repente llegamos a otro bar, éste con mesas y una barra pequeña. Un señor que tampoco hablaba inglés estaba viendo la tele mientras terminaba de recoger los cacharros de servirle al señor que comía solo en la barra. Dani me miraba con cara de “vámonos” pero ya estábamos en la puerta de su bar y teníamos hambre. Le preguntamos por tonkatsu antes de sentarnos y cuando afirmó con la cabeza, mi diosa interior bailó muchísimo.
Decidimos sentarnos en la barra para ver qué se cocía por allí y poco a poco Dani se fue relajando al ver que comeríamos filetito. La cosa se terminó de destensar cuando de repente entraron por la puerta como 15 turistas que venían con una guía angloparlante. Debían ser chinos.
Cuando estaban revisando la carta, nos sirvieron los tonkatsus atrayendo la atención de la guía que se nos acercó para preguntarnos lo que estábamos comiendo. Terminamos haciendo amigos después de todo!
La cena nos costó 2800Y. Claramente las cervezas del primer piso fueron nuestra turistada del día.
Al día siguiente en el desayuno del hotel, cuál fue nuestra sorpresa que nos encontramos a todos los turistas y su guía desayunando también. Éramos vecinos de hotel, jaja! Aprovecharíamos la mañana para visitar la ciudad de Hiroshima con el bus turístico. Pero esta vez dejaríamos la habitación antes para que no nos pasase lo del día anterior en el check out. Nuestro paseo por Hiroshima os lo cuento en el siguiente post.
Hasta pronto!