Martes 27 de agosto
Tras desayunar y hacer el check out emprendimos el largo viaje hasta Arenal no sin antes despedirnos de un grillo de unos 10 cm que estaba apostado en la puerta de nuestra habitación:
Pasamos de nuevo por Limón y su barriada peligrosa, por la carretera 32 y su demencial tráfico de camiones y luego por la carretera 4 rodeada de plataneras hasta llegar a la ciudad de La Fortuna. En total casi 300 km que nos llevaron algo más de 5 horas.
Ya cerca de Arenal nos llamó la atención una montaña enorme y perfecta. No tardamos en darnos cuenta de que se trataba del famoso Volcán Arenal que da nombre a la región. Y estaba sin nubes. Eso no nos extraño en su momento pero fue la única vez que lo pudimos ver completamente despejado ya que es conocido por su sempiterno sombrero de nubes que oculta su cima.
Esta zona es una de las más turísticas de Costa Rica. El turismo se articula alrededor del Parque Nacional del Volcán Arenal, una zona protegida en la periferia del enorme Volcán Arenal, una majestuosa mole prototipo de volcán de cono perfecto y simétrico. Pero el parque incluye otro volcán, el Cerro Chato, que es menos espectacular porque su cima se hundió dejando en su lugar una enorme laguna. El parque tiene varios senderos que surcan el bosque de las laderas de estos dos volcanes. Junto al parque se encuentra la enorme Laguna Arenal, una masa de agua que genera el 40% de la energía hidroeléctrica de Costa Rica. Y alrededor del parque y la laguna hay multitud de rios, bosques y cuevas que ofrecen al turista una infinita oferta de actividades de ocio y aventura (rafting, cañoning, espeleología, tirolinas, etc).
Por si esto fuera poco, en toda esta zona volcánica hay surgencias de aguas termales que son aprovechadas por los innumerables complejos hoteleros de la zona que ofrecen actividades de balneario, spa, masajes y centros de belleza. Estos establecimientos son los de mayor categoría que vimos en todo el país pero algunos de estos complejos termales son de muy alto standing con fama internacional y precios acordes a la misma.
HOTEL VOLCANO LODGE
www.volcanolodge.com/es/index.html
Nuestro hotel era uno de esos complejos termales. Aunque era de alto nivel, no era de lujo, pero nos pareció el mejor hotel del viaje. Se trataba de un enorme complejo vallado con decenas de bungalows repartidos en un enorme y cuidado jardín tropical con muestras de todo tipo de especies tropicales.
La seguridad del hotel era muy estricta, incluso un poco exagerada (barrera de entrada, patrullas 24horas, había que llevar identificación en todo momento, etc). En un lateral del hotel había un complejo termal con piscinas de agua caliente, jacuzzis y saunas. Una de las piscinas tenía un wet bar, de tal modo que podías pedir una bebida mientras disfrutabas del jacuzzi y de la vista del volcán. Un verdadero lujo asiático.
A la entrada del hotel había otra piscina de agua no climatizada y otra zona de bar y de juegos (billares, futbolines, etc)
Las habitaciones eran amplias y todas tenían acceso al césped y al jardín de alrededor que es maravilloso Todas tenías dos camas queen size y televisión y el baño era grande y cómodo. La decoración era espartana y un poco arcaica. Como detalle hortera, cada mañana nos dejaban las toallas dobladas encima de la cama con formas de animales. La señal de wifi también fue la mejor que encontramos en todo el viaje después de la del hotel de la capital.
CATARATA LA FORTUNA
www.cataratalafortuna.com/
Adultos 18$ / Niños menores de 8 años gratis
Horario: 7am a 5pm
Una de las visitas estrella de la zona es esta espectacular cascada y allí nos encaminamos tras dejar las cosas en el hotel. La llegada es complicada ya que apenas está indicada pero el GPS nos dejó en el aparcamiento un poco antes de las 3 de la tarde. A esa hora ya apenas había visitantes porque el cierre es a las 5 y una hora antes ya no dejan entrar. La entrada es un verdadero atraco . La cascada es de propiedad privada y no se puede regatear.
Nada mas entrar se cruza un pequeño puente sobre un cañón de 15 metros y a la derecha nos topamos con un pequeño jardín plagado de mariposas y colibríes que visitamos a la salida
Luego está la tienda y el restaurante y la entrada a un jardín de orquídeas que en septiembre no tenía ninguna flor ya que como todo el mundo sabe las orquideas florecen en invierno .
En esa misma zona hay un mirador desde donde pudimos disfrutar de la primera vista de esta espléndida cascada.
Y de allí parte el sendero de bajada que a lo largo de 487 escalones va descendiendo por entre la vegetación selvática de la ladera de la montaña hasta la poza donde vierte el agua la cascada. la bajada lleva unos 20 minutos pero es preciosa y es inevitable pararse de vez en cuando para disfrutar de las vistas. A lo largo de la bajada se va oyendo cada vez más el estruendoso ruido del agua. En esta zona no vimos ningún animal.
Una vez abajo la vista es sublime. Se trata de un salto de agua de apenas 70 metros pero que cae con una fuerza tremenda sobre una poza de apenas 20 metros de anchura.
En un lateral hay un pequeño mirador donde se disfruta del chorro sin obstáculos.
Hacia el otro lado hay un acceso al río que se forma desde la poza.
Pero el espectáculo es la cascada. En la poza está permitido el baño pero el acceso no está nada preparado y hay que ir saltando por las rocas con evidente riesgo de descalabrarse. La poza está vigilada por un guarda que se ocupa de que nadie haga el salvaje pero que deja hacer todo lo demás.
El baño en la poza es toda una experiencia y lo mejor de la visita. El chorro cae con tanta fuerza que impide que te puedas acercar a menos de 5 metros del mismo y enseguida la corriente te arrastra hacia los lados. Y si intentas acercarte por los laterales el guarda te lo impide a toque de silbato. De todas formas la fuerza de la corriente es brutal y no veo mucho sentido a jugarte la vida por acercarte al chorro. Si te mantienen en la periferia el baño es muy divertido y seguro.
Estuvimos un buen rato luchando contra la corriente y haciéndonos selfies épicos pero a las 4:30 el guarda nos obligó a todos a ir saliendo para el cierre. Entablamos conversación con el hombre que nos contó cómo cada cierto tiempo algún turista se rompía alguna pierna y había que evacuarlo subiendo por los escalones ( el último apenas una semana antes). También nos dijo que habíamos tenido mucha suerte porque el caudal era muy alto pero no tanto como para prohibir el baño y nos dijo que probablemente en 1-2 semanas, al arreciar la temporada de lluvias, ya no sería posible probar el agua (la verdad es que bañarse en una cascada así en España estaría prohibido al 100%. Menos mal que algunos países todavía no han sucumbido a "prohibirlo todo por seguridad").
La subida de vuelta es dura pero no queda más remedio que hacerla si no quieres dormir en la selva. A la salida pude captar unas fotos espectaculares de un colibrí.
En resumen, el emplazamiento de la cascada es soberbio, el chorro es espectacular y la experiencia de la inmersión en la poza es inolvidable así que aunque es una visita cara nadie debería perdérsela.
En el camino de vuelta al hotel, el cielo encapotado que nos había acompañado durante toda la tarde se despejó y nos obsequió con unas maravillosas vistas del volcán Arenal con la cima cubierta de nubes cual sombrero mejicano.
En el hotel nos dimos al balnearismo durante un buen rato mientras probábamos las ventajas del bar húmedo y su hora feliz.
A las 7 nos acicalamos y nos acercamos al pueblo de La Fortuna. El pueblo es feo como todos los de Costa Rica . Tiene un trazado en damero y no tiene ningún edificio interesante. Hay una iglesia moderna y anodina y las calles están llenas de tiendas de souvenirs, restaurantes y servicios. Aproveché el corto paseo para comprarme unos escarpines para el rafting del día siguiente. Elegimos por el olor un restaurante llamado El Pollo Fortuneño donde comimos una parrillada de carnes espectacular con cervezas por un precio bastante asequible (apenas 100 euros los 7).
Y con la panza llena y el corazón contento nos volvimos al hotel a descansar y prepararnos par ala aventura del día siguiente