Viernes 30 de agosto
Hoy dejábamos Arenal, una de las zonas más interesantes del país para acercarnos a Monteverde, otro de los destinos ineludibles de cualquier viaje a Costa Rica. Pero antes en el camino íbamos a visitar el Parque Nacional del Volcán Tenorio - Rio Celeste.
Dejamos el hotel y volvimos a surcar la carretera 4 que nos había llevado hasta las Cavernas de Venado que esta vez seguimos hasta llegar a Rio Celeste. En total fue un viaje de 86 km que hicimos en una hora y media. La ultima parte del recorrido es una preciosa ascensión por una estrecha carretera llena de curvas y repechos rodeada de selva hasta llegar a nuestra meta.
PARQUE NACIONAL DEL VOLCÁN TENORIO Y RIO CELESTE
www.sinac.go.cr/ ...fault.aspx
Horario: 8:00 a 16:00. Ultima entrada a las 14:00
Tarifa No residentes: 12$
Dejamos el coche con todas las maletas cubiertas por un plástico en un parking vigilado en la entrada del recinto y le dimos una propina extra a uno de los cuidadores para que nos lo vigilara con cariño.
Sacamos las entradas (12¢ por persona) y entramos al parque.
La visita al parque es un recorrido de unos 6 km de longitud (ida y vuelta) por unos senderos perfectamente marcados por el interior de un bosque tropical surcado por el Rio Celeste, principal atractivo del parque, ya que recibe este nombre porque tiene un peculiar y precioso aunque ligeramente alienígena color azul claro originado por los químicos que transporta. Solo por ver el río merece la pena el viaje y os recomendamos fervientemente que no os perdáis esta visita. En Wikiloc está el sendero por si queréis descargarlo.
El sendero oficial del parque comienza en la Casa del Parque, llamada estación El Pilón. En la entrada hay los habituales guías contratables, aunque muchos menos que en los parques que habíamos visitado con anterioridad. De nuevo, la visita se puede hacer perfectamente por vuestra cuenta pero el guía te señala más animales (aunque no hay muchos en este parque) y te cuenta las peculiaridades que dan a este rio su extraño color. También había varias casetas que vendían agua a precio de Moet Chandon, frutas y snacks. Como no hay agua en todo el camino, os aconsejamos que la llevéis desde el hotel o que compréis unas botellas a estos desalmados.
El día era soleado y caluroso. El cielo apenas tenia nubes y eso hizo del paseo uno de los más bonitos del viaje. La primera parte del recorrido se hace por una zona de vegetación densa surcada por arroyos. El camino pudimos ver muchos insectos y reptiles, algunas flores exóticas, y algún monillo carablanca pero poco más. El camino comienza una ascensión que se nos hizo bastante dura por el calor del día.
CATARATA RIO CELESTE
A aproximadamente 1.5 km de la entrada sale un desvío del camino hacia la izquierda, perfectamente señalizado, que baja mediante escaleras por la ladera de la montaña hasta uno de los sitios más hermosos del parque.
Se trata de una cascada con una caída de agua de 30 metros sobre un maravilloso lago rodeado de paredes de roca. Pero lo que hace único a este lugar es que es el primer lugar donde se toma contacto con el extravagante color del Rio Celeste y es que el lago es azul. Pero no azul marino o azul grisáceo, sino un azul cyan eléctrico maravilloso. Las fotos no pueden reflejar el verdadero tono del agua. Y verlo un día soleado con el color a plena intensidad fue un verdadero privilegio.
No se puede bajar hasta el agua ni por supuesto bañarse como en la catarata Arenal y hay que "conformarse" con disfrutar del espectáculo desde una terraza ubicada al final de las escaleras a unos 5 metros de altura sobre el agua.
La vuelta fue peliaguda porque el sol empezaba a apretar de lo lindo y ¡ habíamos bajado 254 escalones que ahora tocaba subir !
MIRADOR
Retomamos el camino principal y a los pocos minutos llegamos a un mirador, un endeble e inestable templete de madera desde el que se podía disfrutar de unas maravillosas vistas de las laderas del Volcán Tenorio y de las montañas que lo flanquean y que por supuesto aparecías cubiertas de niebla.
El volcán Tenorio tiene 1916 metros de altura y no ha tenido erupciones recientes por si hay por la zona manifestaciones volcánicas como fumarolas o fuentes de agua termal.
LAGUNA AZUL
Bajando un poco de nuevo por el camino principal llegamos a una laguna del mismo tono azul de la catarata que habíamos visto antes.
En un lateral de la poza desemboca el Río Celeste con su agua azul clarita. Como la poza tiene un tono un más oscuro por ser más profunda y estar más remansada, la postal resultante es bellísima y transmite al espectador una extraña sensación de paz.
HERVIDEROS O BORBOLLONES
Apenas 100 metros más adelante y ya siguiendo por un lateral del río Celeste llegamos a una zona en la que hay surgencia de gases a alta temperatura por grietas del lecho del rio lo que produce unas enormes burbujas.
LOS TEÑIDEROS
A continuación se entra en la zona más selvática del recorrido. Se cruza el río Celeste en dos ocasiones que ofrecen la oportunidad de hacer unas fotos inolvidables cruzando un rio de Avatar por unos puentes con unos carteles nada tranquilizadores.
Finalmente y apenas 300 metros mas allá se llega al final del camino y quizás el punto más interesante del parque. Se trata del punto donde el agua de un río perfectamente normal de repente cambia de color y se transforma en un río alienígena. Este punto recibe el apropiado nombre de Los Teñideros.
Un cartel informativo explica el proceso. En este punto se unen dos ríos distintos: el Buenavista y la Quebrada Agria. Cada río tiene sus propias características químicas. Resulta que la mezcla altera el pH lo que hace unos minerales llamados aluminosilicatos se agreguen aumentando de tamaño de 184 a 570 nanometros. Al aumentar, una parte se deposita en el fondo del río lo que le da un surreal tono blanco. La otra parte queda suspendida en la corriente del río. Esta suspensión actúa como un prisma que únicamente dispersa la luz azul lo que da lugar al peculiar color del río.
Independientemente de la química, el resultado es espectacular. Nos quedamos un buen rato disfrutando de las vistas pero no nos quedó otra que reemprender la vuelta que se hace por el mismo camino que el ida, afortunadamente casi todo de bajada, vislumbrando el río azul e intentando registrarlo para siempre en nuestra memoria.
El Rio Celeste es uno de los sitios más espectaculares de todo Costa Rica y una visita ineludible si os encontráis por la zona. Es perfectamente factible hacer la excursión en un día desde La Fortuna pero creo que hacerla en el camino a Monteverde es mejor para no hacer kilómetros de más.
En un puesto callejero junto a la entrada del parque, un locuaz costarricense nos convenció para que probáramos unas pipas, nombre que reciben los cocos en Costa Rica. Con un machete descomunal, el paisano abrió con golpes expertos un agujero en un extremo del coco por donde con una pajita nos bebimos el delicioso agua de su interior. Luego nos peló el coco a machetazos para llegar a su pulpa que sabe intensamente a coco aunque es de una textura muy diferente a la del coco que estamos acostumbrados a ver en España.
En otro puesto le compré a una mujeruca una empanada casera de queso que no estaba muy buena. Como eran las dos decidimos comer algo rápido en un pequeño restaurante junto a la entrada del parque donde vimos este simpático polillón de unos 10 cm de envergadura. ¡Que grande es la fauna de este pais!
ÁRBOL DE LA PAZ
En la subida matutina al Rio Celeste, a unos 4 km antes del parque, habíamos visto un rudimentario cartel que indicaba la posición del Arbol de la Paz, una gigantesca ceiba petandra que se ve desde cientos de metros a la redonda.
Como teníamos tiempo deshicimos el camino esos 4 kilómetros, dejamos los coches en el arcén entramos en un pequeño claro del bosque donde se levanta este enorme árbol de 22.5 metros de perímetro, 50 metros de altura y 350 años de antigüedad.
El árbol es espectacular por lo más interesante de la visita fue una peculiar pareja de autócotonos que nos recibieron. Se tratada de una abuelilla de edad indeterminada que no paraba de hablar en un rudimentario español cuajado de indigenismos, que nos explicaba como podía, las características del árbol y cómo ella lo había visto crecer a lo largo de su vida. Junto a ella estaba otro paisano de unos 50 años y rasgos indígenas que era un espabilado, que se ofreció a hacernos todas las fotos de grupo e incluso nos enseño una peculiar técnica fotográfica con el iPhone que nos permitió hacer unas fotos tan originales como ésta.
Como éramos los únicos turistas estuvimos un buen rato hablando con nuestros dos amigos, simpatiquísimos y habladores como pocos y finalmente les agradecimos su amabilidad comprándoles las modestas mercancías que nos ofrecían, unos dulces caseros y unos mamones que pagamos con generosidad.
Volvimos a subir al parque. En el camino cruzamos un puente sobre el Rio Celeste había unos lugareños bañándose. Aparentemente en la zona hay un lugar donde se puede uno remojar en el río y debía ser ese pero no nos detuvimos a corroborarlo.
LA ODISEA DE LLEGAR A MONTEVERDE
Dejamos atrás el volcán Tenorio mientras descendíamos en una continua pendiente que puso a prueba los frenos de nuestra pobre furgoneta que comenzaron a echar humo. De hecho un par de chicos que iban en moto nos indicaron en un cruce que íbamos echando humo y dejando un desagradable olor a goma quemada. A partir de ese momento comenzamos a usar más la reductora y el problema se solventó un poco pero ya no volvimos a fiarnos de los frenos de nuestros vehículo en el resto del viaje.
Una vez terminado el descenso fuimos un rato paralelos a las enorme cordillera central del pais por un precioso paisaje de prados verdes con cercados de animales salpicados de unos curiosos árboles que nos recordaban los de la sabana africana.
En un momento del viaje hasta desembocamos durante unos efímeros kilómetros en una autopista de peaje, la famosa Interamericana. O más bien en lo que en Costa Rica se conoce como autopista: una carretera de doble carril con cruces a nivel y sin carriles de incorporación y permanente sensación de peligro que nos quitó las ganas de volver a coger autopistas en el viaje.
Pero a los pocos kilómetros, el Tomtom nos sacó de la autopista para tomar un camino, inicialmente asfaltado pero luego directamente una pista de tierra embarrada que a lo largo de 25 kilómetros lleva en una continua ascensión hasta el pueblo de Monteverde.
El paisaje es precioso con montañas infinitas cubiertas de una exhuberante vegetación pero la carreterita se las trae . Estaba completamente embarrada, llena de baches, sin señales ni iluminación, con desvios por obras mal señalizados, sin gasolineras ni servicios... una verdadera odisea. Los apenas 25 kilómetros de subida nos llevaron más de una hora. Es el único sitio del viaje donde echamos de menos un todoterreno aunque se puede hacer perfectamente en un coche normal. Es verdaderamente incomprensible que esa sea la carretera que lleva uno de los destinos turísticos más visitados del país. Aunque entiendo que hacer un nuevo trazado sea muy caro, qué menos que asfaltarla un poco ¿no? Yo sinceramente creo que lo hacen a propósito para que la visita a Monteverde sea una aventura de principio a fin.
¿Y ahora qué hacemos?
Monteverde es un pequeño pueblo de apenas 500 habitantes situado al final de la carretera pero el principal pueblo del área es Santa Elena, donde llegamos sanos y salvos a eso de las 6 de la tarde.
El pueblo es muy pequeño y tampoco tiene gran cosa de interés ya que su principal atractivo es el bosque nuboso en el que se asienta y las actividades que se pueden desarrollar en él. Monteverde es especialmente famoso por los parques de aventura de tirolinas (canopy) que se asientan en sus alrededores. En la zona hay muchos pero los principales son tres:
Selvanatura Park: probablemente el más famoso, consta de 4 km de tirolinas, en 15 plataformas y 13 tirolinas, la mayor de 1 kilómetro de longitud. Ésta se puede hacer colgado boca abajo a modo de Supermán. Además tiene un pequeña liana para hacer de Tarzán. También ofrece un recorrido de 3 km por la selva atravesando 8 puentes colgantes y un jardín de colibríes, un reptilario y un mariposario.
Sky Adventures Park: Tambien tiene tirolinas (Sky Treck), a las que se sube en un funicular (Sky Tram), un recorrido de pasarelas por la selva (Sky Walk), una actividad de escalada de árboles y un Jardin de reptiles pero no hay colibries ni mariposas. Sólo son 7 tirolinas y la mayor es de 750 metros.
Monteverde Extremo Park: Como su nombre indica, solo tirolinas pero salvajes para yonkis de la adrenalina. Tiene 16 tirolinas incluyendo la más larga del país con 4 kilómetros de longitud . También se puede hacer el Supermán pasando por el interior de un túnel. Y tiene un Tarzán Swing extremo desde una altura de 140 metros . Por último también se puede hacer puenting y paseos a caballo por la selva.
Los tres tienen oficinas en en centro de Santa Elena que abren hasta tarde. Aparcamos en la calle principal y nos dirigimos directamente a las oficinas de Selvatura donde reservamos el tour para el día siguiente. Se pueden hacer todas las combinaciones posibles entre tirolinas, puentes colgantes, mariposario, etc, Tienen descuentos para menores y ademas si pagas en cash te hacen un mejor precio pero baratos no son. El pack que incluye tirolinas, puentes, colibries mariposas vale 100$ adultos /90% adolescentes y 75$ niños. Tengo que decir que no es necesario reservarlo con antelación, por lo menos en la temporada que fuimos nosotros, ya que al día siguiente en la taquilla podías perfectamente pagar la entrada y hacer a la actividad sin excesiva cola.
En la oficina también ofrecen todo tipo de tours turísticos. Teníamos en mente hacer un tour nocturno por la selva y aprovechamos para reservarlo también (20$ por persona). ¡Ese día fue un buen sablazo!
Y con los trámites hechos, nos encaminamos al hotel a descansar.
POCO A POCO HOTEL & SPA
www.hotelpocoapoco.com/
Éste resultó también un hotel fantástico, muy bien situado, moderno, con unas instalaciones impecables y un personal atento y servicial. Es un pequeño hotel de apenas 32 habitaciones situado en una ladera de la montaña con unas vistas soberbias. Las habitaciones eran modernas y bien equipadas si bien no muy amplias y no tenían ascensor por lo que nos tocó subir las maletas a pulso hasta el tercer piso. El restaurante del hotel tenía una pinta maravillosa y los desayunos fueron de los mejores del viaje. Pero lo mejor del hotel es su piscina climatizada con bar húmedo y zona de hidromasaje, un sitio perfecto para relajarse tras un duro día como el que habíamos pasado. Y así lo hicimos durante una hora.
Ya eran más de las 8, noche cerrada y apenas gente por el pueblo. Para cenar nos dirigimos a un pequeño centro comercial situado frente al hotel donde elegimos un restaurante de comida costarricense llamado Sabor Tico, una franquicia donde comimos regular pero al menos barato: 53400 colones los siete (unos 86 euros) . Y sin nada más que hacer nos fuimos a dormir al hotel.