Hoy cambiaríamos algo el planning inicial que teníamos para Tokyo. Según el itinerario que diseñé en España, hoy tendríamos que ir a Nikko, pero la verdad es que estábamos un poco cansados y no teníamos muchas ganas de hacer desplazamientos. Además creíamos que deberíamos disfrutar más de esta maravillosa ciudad.
Desayunamos como todos los días, tomamos el metro y nos dirigimos hacia el Edificio de la Torre Mori en Roppongi Hills para subir a su espectacular mirador al aire libre a unos 238 metros de altura. Creo que es uno de los miradores más altos de Tokyo. El precio es de 2100 ¥ por persona. Aunque es un poco caro, la experiencia merece mucho la pena. Además, dentro del edificio antes de subir al mirador, había una exposición de Pixar con numerosas figuras de los personajes.
En el vestíbulo del edificio, de nuevo cochazos, esta vez de la marca Rolls Royce, aquí una muestra.
Maravillados de todo lo que habíamos visto y experimentado, nos marchamos hacia el Parque Ueno y visitar el Templo Ueno Toshogu. Hoy el calor apretaba de sobremanera, así que nos costó bastante llegar y eso que tomamos el JR para desplazarnos hasta la estación de Ueno. Pero después tuvimos que realizar un tramo caminando y eso fue lo que lo remató... El templo de estilo chino, impresionaba con sus puertas en dorado, así como su pagoda de cuatro pisos.
Estuvimos paseando por el parque y su estanque viendo las barcas así como su campo repleto de plantas de loto.
Aprovechamos para picotear un poco y probar las famosas y gigantes paras de cangrejo y un plátano con chocolate.
Desde allí caminando, y pese al calor que hacía, llegamos hasta el Santuario de Yushima Tenmangu. En el camino pasamos por algún que otro love hotel, nada apetecible bajo mi humilde opinión. Cuando llegamos al santuario nos encontramos con una agradable sorpresa, estaban celebrando una ceremonia matrimonial. La verdad que fue muy emotivo el poder verlo, todo muy jerarquizado y ordenado. El sonido del tambor a modo de salvas y el silencio eran los protagonistas en la llegada de los novios, y te hacía estar perplejo y estático observando como llegaban.
Retrocedimos en nuestros pasos hacia la estación de Ueno y nos quedamos en el barrio de Ameyoko. Una zona de puestos de comida callejeros y bares, aprovechamos para comer algo. Nos sentamos en un restaurante callejero para tomar unos fideos udon, estaban ricos. El enclave era un poco peculiar, parecía sacado de una película de gánsters, estábamos justo debajo de las vías del tren.
Seguimos nuestra planificación del día y llegamos al barrio de Shinjuku para buscar la escultura LOVE, escultura que también vimos cuando estuvimos en New York.
Shinjuku es una de las zonas administrativas y de ocio de Tokyo, allí se encuentran los grandes rascacielos de la ciudad así como muchos centros comerciales importantes de la ciudad. Indicar también que la estación de tren de Shinjuku está en el libro Guinness de los Records por tener un promedio de 3,64 millones de viajeros pasando por dicha estación, y como os podéis imaginar es una locura.
Además de la escultura LOVE también visitamos el Edificio del Gobierno Metropolitano de Tokyo, o como también se le conoce, El Ayuntamiento de Tokyo. Subimos a una de sus torres para ver otra de las vistas de la ciudad desde su mirador gratuito. Un observatorio a 202 metros de altura. Aunque el mirador era peor que el que habíamos visitado esta mañana, el ser de noche y tener la visión nocturna lo hacía especial.
Desde allí y siendo ya la hora de cenar, decidimos volver hacia el barrio de Shibuya y hacer otra de las frikadas de Tokyo, visitar un restaurante con la comida te llegaba a través de una cinta transportadora. Pedías lo que querías comer en una tablet que hay en la mesa y a los pocos minutos llegaba tu comida en esta cinta y se paraba justo en tu mesa. Fue curioso aunque la comida no era muy buena y la cola que tuvimos que esperar fue de escándalo. Restaurante Uobei.
Terminamos de cenar y como estábamos bastante cansados, tomamos el JR que nos llevaría de vuelta al hotel.