Llegamos a Melbourne desde Yulara sin contratiempos. Al planear la ruta tuvimos que tomar la decisión de sacrificar la visita a Melbourne por falta de tiempo, muy a mi pesar. Decidimos coger el coche directamente en el aeropuerto al llegar y salir directos hacia la Great Ocean Road. Si hubiéramos dedicado un día a Melbourne posiblemente nos hubiéramos acercado a ver los pingüinos de Philip Island, pero otra vez será.
Recogimos nuestro coche de Apex, nuevecito, y pusimos rumbo al AirBnB que teníamos reservado esa primera noche en Geelong, a las afueras de Melbourne. La idea era avanzar lo máximo posible hasta las puertas de la GOR, para empezar bien prontito al día siguiente. Pero entre las 3 horas de vuelo, la hora y media de diferencia entre NT y VIC, y lo que tardaríamos con la recogida del coche (Apex no tiene mostrador en el aeropuerto y te tienen que recoger para llevarte a su oficina), sabíamos que nos tendríamos que conformar con algo a las afueras de Melbourne. En un principio miramos para dormir en Torquay pero Geelong tiene mucha más oferta y mucho más barata, y está solo media hora antes que Torquay. Dejamos los trastos en la habitación y nos fuimos a buscar un supermercado para comprar provisiones. Encontramos un Aldi muy cerquita del AirBnB y allí hicimos la compra. La verdad es que en España no éramos mucho de comprar en Aldi, pero en Australia nos pareció maravilloso comparado con los precios del resto de supermercados tipo Woolsworth o Coles, que tienen una oferta muy similar a lo que vemos en NZ. Sin embargo, Aldi no ha llegado a NZ, así que nos vino bien probar cosas distintas. Resulta que ese día tenían de oferta unas bolsas-neveras de esas semi-rígidas para ir de picnic por $30, y aunque en un principio íbamos a comprar solo algo de picar tipo frutos secos y alguna cosa más para el desayuno, pensamos que la nevera nos permitiría comprar leche, embutido y algo de cena, y (lo más importante! ) llevar coca colas frías en el coche. Todos los alojamientos a los que íbamos a ir tenían nevera/congelador, así que podríamos congelar una botella de agua por la noche para meterla en la neverita al día siguiente. Y nos ahorraríamos bastante dinero si no teníamos que comer y cenar de restaurante todos los días…Fue una idea genial porque nos vino luego también de lujo para llevar comida a Kangaroo Island. Y al volver a casa la metimos en la mochila, así que fue una gran inversión. Esa noche cenamos en la habitación con un estupendo vino español a un precio de risa comparado con los australianos o kiwis… Y después de los madrugones de los últimos tres días, dormimos como bebés.
La de cosas que le pueden pasar a uno en Australia…
Great Ocean Road: Día 1
La Great Ocean Road (GOR para los amigos) es una carretera costera que une Melbourne con Warrnambool, o para ser más precisos, Torquay con Allansford. Fue construida entre 1919 y 1932 por soldados que habían vuelto de la Primera Guerra Mundial, y de hecho la carretera en sí es un homenaje a los soldados caídos. Los Doce Apóstoles es la atracción más conocida pero no es, ni muchísimo menos, lo único que ofrece la GOR. Mucha gente la visita como una excursión de ida y vuelta desde Melbourne. Se puede hacer, no voy a decir que no, pero es mucha paliza para ver relativamente poco, y se pasa uno casi todo el día en el bus. Nosotros nos lo tomamos con más calma y le dedicamos dos días completos, que yo diría que es lo mínimo, pero podríamos haber pasado un día más sin habernos aburrido.
Salimos de Geelong prontito y la primera parada del día fue Bells Beach, una playa famosa entre los amantes de surf donde se celebra todos los años el Rip Curl Pro. La mañana había amanecido muy nublada y con frío, pero a pesar de eso (y de que eran solo las 8 de la mañana) vimos muchos surfistas ya en el agua. Si algo hay que reconocerles a los australianos es su amor por el deporte. Un poco más al sur está Point Addis, una playa nudista donde paramos no para quitarnos la ropa, que hacía mucho frío para eso, sino para hacer el Koorie Cultural Walk, un bushwalk cortito de 2 km (45 minutos ida y vuelta) con carteles que explican cómo era la vida de la tribu Wathaurung que habitó la zona durante miles de años. Lo hicimos sobre todo porque se supone que es posible ver equidnas y wallabies, pero no vimos nada (aunque se nos cruzó un wallaby en la carretera justo delante nuestro, vaya susto). El paseo está bien pero si tuviera que volver a hacer la ruta, posiblemente me lo saltaría para ganar algo de tiempo en otros puntos, porque tampoco nos aportó demasiado. Claro que si hubiéramos visto un equidna os diría otra cosa
Point Addis
Pasamos de largo por el Anglesea Golf Course, famoso por sus canguros, porque pensamos que ya tendríamos ocasión de verlos más adelante (y además hay que pagar entrada). El siguiente punto de interés es el pueblo de Lorne, que nos pareció que tenía mucho encanto y que puede ser un sitio estupendo para pasar una noche si se va con tiempo. En los alrededores de Lorne hay varios sitios donde merece la pena parar. El primero es Erskine Falls, una cascada de 30 metros metida entre vegetación con unos escalones de madera para bajar a la base.
Erskine Falls
Después fuimos a Teddy’s Lookout, un mirador con unas vistas impresionantes desde donde se ve la carretera serpentear junto a la costa, y donde además vimos varias cacatúas. Aquí ya había asomado un poco el sol y parecía que se iba a arreglar el día.
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Teddy’s Lookout
También nos acercamos a ver las Sheoak Falls, otra cascada a la que se accede después de un paseo de unos 10 minutos por una pasarela de madera. Es menos espectacular que Erskine Falls pero no se tarda mucho en verla y es un paseo agradable.
Sheoak Falls
El último punto de interés en Lorne (aunque en realidad está ya de camino hacia Kennett River) es Mt Defiance Lookout, un mirador en la propia carretera. Hay que andarse con ojo porque más que un mirador es casi un arcén con poco espacio, y es fácil pasarlo de largo. Esta es una de las zonas más estrechas y reviradas de la GOR.
Mt Defiance Lookout
Seguimos avanzando y llegamos a Kennett River, un pequeño pueblo famoso por su población de koalas. Lo ideal para verlos es alojarse en el camping, porque pululan libremente por allí, pero también se pueden ver desde la calle y de hecho se ha convertido en parada habitual de muchos tours. Cuando llegamos había un bus lleno de chinos haciendo fotos hacia los árboles, y pronto vimos a nuestro primer koala del viaje. No sabíamos que acabaríamos con sobredosis de koalas, y nos tiramos un buen rato en Kennett River, tanto en la zona junto al camping (donde van los tours) como en el Nature Walk que hay a la orilla del río (aquí estábamos solos). Vimos varios koalas, algunos comiendo y otros durmiendo; también había muchísimos loros y cacatúas multicolor. Y ya que estábamos, aprovechamos unos bancos que había para improvisar un picnic y comer allí mismo.
Kennett River
El tramo de carretera entre Kennett River y Apollo Bay (o mejor dicho, entre Lorne y Apollo Bay) es posiblemente el más “escénico” de la GOR, con las mejores vistas y los mejores miradores. Paramos en un par más: Cape Patton Lookout, cerca de Kennett River, y Mariner’s Lookout, justo antes de llegar a Apollo Bay. Este último está situado en una finca particular que muy amablemente ha habilitado un camino y ha permitido el acceso a los turistas. Allí había familias haciendo picnic, y las vistas de Apollo Bay son espectaculares.
Entre Kennett River y Apollo Bay
Apollo Bay desde Mariner’s Lookout
Justo después de Apollo Bay la GOR se desvía por primera vez de la costa para atravesar Cape Otway, en la punta del Great Otway National Park, una zona boscosa que cubre prácticamente toda la GOR. En esta puntita sur está el cabo y el famoso Cape Otway Lightstation, el faro en funcionamiento más antiguo del estado, que data de 1848 y al que se accede por una carretera que se desvía de la GOR. Debe ser bastante fotogénico, y tiene como bonus que se pueden ver koalas en la carretera de acceso, pero decidimos saltárnoslo por falta de tiempo, ya que habíamos podido ver koalas en Kennett River (y además la entrada es bastante cara). A cambio, decidimos dedicar un poco más de tiempo a la zona verde y húmeda tierra adentro. Nos desviamos un poco para acercarnos a Triplet Falls, unas cascadas con un camino de acceso un poco malo pero que merecen la pena el esfuerzo. Los últimos 2 o 3 km del camino estaban sin asfaltar pero se podían hacer sin problema, aunque la ubicación del parking para acceder a la cascada estaba mal indicada en Google Maps y nos metió por un camino mucho peor, pero nos dimos cuenta rápido. Desde el parking sale un track circular de 2 km. Cuando estuvimos nosotros el camino estaba solo abierto hasta la cascada, ya que había habido desprendimientos y habían cerrado parte del loop. Esta zona de los Otways es considerada de las más lluviosas de Victoria, y eso se nota en las cascadas y la vegetación, que parece más de Nueva Zelanda que de Australia. Además de Triple Falls, en esta zona hay otras dos cascadas muy recomendadas pero que a nosotros ya no nos daba tiempo a ver: Hopetoun Falls y Beauchamp Falls. Si hubiéramos tenido un día más en la GOR se lo hubiéramos dedicado a esta zona sin duda.
Triplet Falls
La segunda parada que hicimos en los Otways fue Melba Gully, un loop muy sencillo de 1.6 km (unos 30 minutos) a través de un bosque verde y frondoso, de nuevo parecido a la vegetación que uno ve en NZ. Es famoso porque de noche se pueden ver glow worms, que aunque se llaman “gusanos” en realidad no son gusanos sino larvas de una especie de mosca que con su bioluminiscencia atraen insectos para comer.
Melba Gully
Cuando salimos de Melba Gully nos dimos cuenta de que se nos había hecho tarde y de que íbamos un poco justos de tiempo para llegar a ver el atardecer a los Doce Apóstoles, que era nuestro plan. Paramos primero en un mirador llamado Secret Lookout, desde donde tuvimos nuestro primer encuentro con los famosos monolitos, pero está algo lejos y como íbamos mal de tiempo no le dedicamos mucho. Nos saltamos los Gibson Steps pensando que podríamos verlo al día siguiente, y fuimos directos al Twelve Apostles Lookout que está frente al centro de visitantes. Nos la jugamos un poco porque no estábamos seguros de si el atardecer sería mejor desde ahí o desde Loch Ard Gorge. Creo que invierno el mirador de los Doce Apóstoles está bien, pero en verano el sol queda demasiado a la izquierda y seguramente la vista sea mejor desde el otro lado.
Twelve Apostles
El nombre hace referencia a las columnas calizas formadas por la erosión del mar. A pesar de lo que dice el nombre y algunas leyendas, en realidad nunca hubo 12 sino 8, y en 2005 uno de ellos colapsó dejándolo en 7, que son los que se ven hoy en día desde el mirador.
Eran ya más de las 7:30 y casi de noche pero no podíamos resistirnos a asomarnos a Loch Ard Gorge, a escasos 5 minutos de los Doce Apóstoles y de camino hacia nuestro motel en Port Campbell. Aquí hay varios miradores y varios “islotes” pero solo nos dio tiempo a asomarnos a ver uno de ellos, llamado The Razorback por su forma larga y afilada como de cuchilla. Tanto los Doce Apóstoles como Loch Ard (y algún punto más que veríamos al día siguiente) son parte del Port Campbell National Park, la parte más visitada y famosa de la GOR.
The Razorback, Loch Ard Gorge
Aquí ya sí que se nos hizo de noche del todo. Habíamos exprimido el día a tope y estábamos bastante cansados. Nos fuimos directos al motel, cenamos allí (bendita nevera) y nos fuimos a dormir, que nos volvía a tocar madrugar…
Great Ocean Road: Día 2
La ventaja de dormir en Port Campbell es que uno puede ver tanto el atardecer como el amanecer en los Doce Apóstoles, si no le importa madrugar. Nosotros nos levantamos con muchas ganas, pero… amaneció lloviendo. La racha que llevábamos de buen tiempo se terminaba. Aun así, nos acercamos de nuevo a Loch Ard Gorge para retomar la visita donde la habíamos dejado el día anterior: en The Razorback. Pero con lo nublado que estaba ni amanecer ni leches. Vimos los restos de Island Arch, un bonito arco de piedra que en 2009 colapsó y se convirtió en dos columnas separadas. La erosión aquí es feroz.
Loch Ard Gorge: The Razorback y los restos de Island Arch
Parecía que había parado de llover y fuimos al mirador de los Doce Apóstoles, pero justo cuando aparcamos empezó a diluviar. Nos quedamos en el coche esperando a que parara, y al rato pudimos salir a hacer alguna foto pero nos íbamos a quedar con las ganas de ver la típica estampa del mar azul verdoso con las rocas y el cielo azul de fondo. Aunque así, con brumilla y nublado, es quizás más representativo porque esta zona tiene bastantes precipitaciones.
Twelve Apostles… otra vez
Como aquello no tenía pinta de mejorar, pero la previsión del Windy (maravillosa app meteorológica que si no la tenéis instalada, estáis tardando) decía que la lluvia aflojaría en una hora o dos, decidimos volver a Port Campbell a tomar un café tranquilos. Acabó siendo más un desayuno/brunch y nos tiramos un buen rato allí sentados. Cuando ya nos daba vergüenza seguir allí, nos montamos en el coche y fuimos a intentar ver los Gibson Steps, unas escaleras que te permiten bajar a la playa y acercarte a ver una de las columnas. Pero no iba a poder ser… los escalones los cierran con mal tiempo, y efectivamente, el acceso estaba cerrado.
Sin darnos por vencidos, volvimos a Loch Ard Gorge por tercera vez para visitar todos los miradores que se nos habían quedado pendientes. Loch Ard era un barco que en 1878 iba de Inglaterra a Melbourne cuando encalló frente a la costa en Muttonbird Island, uno de los islotes. De los 54 pasajeros, solo sobrevivieron dos, que acabaron en la playa de Loch Ard Gorge, a la que se puede bajar. No era como bajar los Gibson Steps, pero casi. En un día soleado, la playa es preciosa, pero aparte de la playa, hay varios miradores y todos merecen la pena: acantilados, gargantas, islotes…
Loch Ard Gorge
Con esto ya sí que terminamos nuestra visita a los Doce Apóstoles y Loch Ard Gorge. Teníamos todavía mucha carretera por delante y se nos hacía tarde, pero aun nos quedaban algunos puntos muy interesantes de la GOR. Nada más pasar Port Campbell hay tres miradores muy juntitos entre sí. A esta parte no suelen llegar los tours de un día desde Melbourne, y es una pena. El primero de ellos, The Arch, es un arco de piedra muy fotogénico, sobre todo cuando hay oleaje.
The Arch
A pocos minutos de The Arch está London Arch, también conocido como London Bridge por su parecido con el original británico hasta que en 1990 el puente colapsó y ahora solo queda un arco. Está situado en una playa muy bonita, y por fin asomaba un poco el sol. En general, las playas en esta zona una vez pasado el cabo Otway nos parecieron mucho más salvajes y embravecidas que las que vimos entre Torquay y Apollo Bay, y de hecho pasado Apollo Bay dejamos de ver surfistas y está prohibido bañarse porque es demasiado peligroso.
London Bridge
Nada más pasar London Bridge está la tercera atracción de esta zona, The Grotto, una formación geológica muy curiosa. Es un sinkhole o dolina; un agujero, vamos. Se accede por unas escaleras de madera y una vez abajo hay un pequeño arco de piedra muy fotogénico que permite ver el mar detrás. Es un tres en uno: cueva, blowhole y arco.
The Grotto
La siguiente parada, Bay of Martyrs, es una pequeña bahía con playas, acantilados, pájaros y hasta restos de un naufragio. El origen del nombre es dudoso, pero dice la leyenda que es por la masacre de aborígenes Karrae-Wurrong que ocurrió aquí a manos de europeos. De hecho, la bahía también se conoce como Massacre Bay. Se supone que se les obligó a saltar desde los acantilados. En Halladale Point están los restos del barco del mismo nombre que encalló allí en las rocas debido a la densa niebla en 1908. En su día, una vez salvada la tripulación y cuando vieron que el barco se acabaría hundiendo, aquello se convirtió en atracción turística local y la gente iba a sentarse en la orilla para ver cómo se iba hundiendo poco a poco.
Bay of Martyrs
La última parada de la GOR es una de las más espectaculares, en parte porque allí ya por fin salió el sol en condiciones. Bay of Islands es una especie de versión mini de los Doce Apóstoles, con columnas de piedra que emergen del agua. Pero a la vez es muy distinta, e increíblemente fotogénica.
Bay of Islands
Desde aquí ya fuimos del tirón hasta Warrnambool. Paramos a comer en Logan’s Beach, una playa/mirador desde donde se pueden ver ballenas en los meses de migración. Nosotros no vimos ninguna (en noviembre ya es tarde) pero la playa es enorme y muy bonita.
Logan’s Beach Whale Watching Platform
Aprovechamos que Warrnambool es una ciudad grande para hacer algo más de compra para los días de los Grampians en Aldi y para echar gasolina (a $1.469/L). Me hubiera gustado ir a Port Fairy para terminar la GOR, pero era ya muy tarde y nos quedaban dos horas hasta Halls Gap.