Salimos desde el aeropuerto de Colonia a las 14:00. El vuelo duró unas 4 horas, y llegamos al aeropuerto de Áqaba a las 20:00.
El vuelo fue con Ryanair y se pasó más rápido de lo que esperaba.
Aterrizando en Aqaba
¡Estábamos en Jordania!
Enseñamos pasaportes, la Jordan Pass y estábamos fuera.
Habíamos reservado un Hyundai Eon con marchas manual en Sixt.
Para nuestra sorpresa el chico nos dijo que nos daba un turismo Chevrolet con marchas automáticas.
De momento, empezaba genial el viaje.
Nos pusimos rumbo al hotel, nosotros reservamos noche en el Taj Hotel.
Unos 20/30 minutos de trayecto y ya estábamos allí.
El hotel se encontraba en una zona cercana al centro y a la playa, al principio no me parecía 100% seguro, pero en el hotel nos dijeron que esa zona y en general toda Áqaba era muy segura. Así fue.
Teníamos reservada una habitación triple y nos dijeron que nos daban una suite; nosotros encantados.
Dejamos las cosas, cambiamos euros a dinares, y nos fuimos a ver algo de la ciudad y a cenar.
Era tarde, pero queríamos aprovechar.
Encontramos un restaurante llamado Hashem Son's a escasos metros de la mezquita.
Comimos un mix de comida típica de allí (Mutabal, Kibbeh, Fasoliyeh...) en la terraza con vistas a la mezquita. La experiencia fue muy buena y a muy buen precio.
Recorrimos la ciudad viendo la mezquita iluminada de noche, el castillo, y nos dirigimos hasta la playa donde había muchos jordanos fumando cachimba y tumbados en la arena.
El tiempo era muy agradable. Era Enero y disfrutábamos de 15 grados siendo de noche.
Nos relajamos un rato en la arena y mojamos las piernas, el agua era muy reconfortante.
Me pareció curioso estar allí tumbado viendo en frente 3 países diferentes (Egipto, Israel y Arabia), y a mi espalda la preciosa Jordania.
En el Mar Rojo de noche
En torno a las 2 de la mañana nos volvimos al hotel, al día siguiente teníamos que madrugar.