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Àger es un bonito pueblo de la Noguera, con regusto medieval.
Está situado en el valle que lleva su mismo nombre, la Vall d'Àger. Dentro del municipio de Àger encontramos diferentes poblaciones entre las que destacan Agulló, Corçà, Milla y Vilamajor. En la zona destaca la agricultura de secano, la ganadería y últimamente el sector servicios. Ha aumentado considerablemente la presencia de turistas en los últimos tiempos y muy especialmente el turismo de aventura. Hay bastantes ofertas en este sentido. No tenemos que olvidar que en las inmediaciones está el Congost de Mont-rebei, del que hablaré más adelante. También es muy famosa la práctica del parapente.
En Àger destaca especialmente el conjunto monumental de Sant Pere con la Colegiata y el castillo. Es una interesante mezcla del estilo románico y el gótico. Fue construido en el siglo XI y el XIV se inició el claustro, que se acabó en el siglo siguiente. La construcción ha sufrido bastantes desperfectos. Aun así aún es posible apreciar bastante algunas zonas. Se puede hacer visita guiada.
Está situado en el punto más alto de la población.
Los orígenes del castillo son romanos. Posteriormente fue árabe y fue conquistado definitivamente por los cristianos en la primera mitad del siglo XI. Los restos del castillo actual corresponden a una construcción posterior a la reconquista.
Fue la residencia de los vizcondes de Àger y en menor medida de los condes de Urgell.
El vizcondado de Àger se creó en tiempos del conde Ermengol V y comprendía un territorio mucho más amplio que el del propio valle, ya que se extendía entre las dos Nogueras y llegaba desde Montsec hasta el Segre. El condado de Urgell y el vizcondado de Àger quedaron extinguidos después de la derrota de Jaume II contra Fernando de Antequera.
Entre los restos conservados destaca la base de un gran edificio rectangular que se dividía en dos naves paralelas. Encima de este edificio habría, probablemente, una gran sala que haría las funciones de residencia señorial.
El recinto soberano, que incluía el castillo y la colegiata de Sant Pere, tenía sus propias murallas. En sus murallas pueden observarse distintos periodos constructivos, desde el más antiguo, que correspondería a una fortaleza islámica del siglo IX, hasta las partes del siglo XI, después de la conquista cristiana.
Pero vayamos por partes. Ager fue conquistado a los sarracenos por Arnau Mir de Tost (c1000-c1072), hijo de Miró, señor de Tost. Arnau Mir llevó a cabo varias campañas contra los musulmanes y fundó la casa vizcondal de Àger.
El castillo de Àger se menciona desde el 1034, cuando ya estaba en poder de Arnau Mir. Los sarracenos volvieron a tomar el castillo en 1046 y el mismo Arnau Mir lo conquistó definitivamente en 1048 e instaló allí su residencia.
El mismo Arnau Mir fundó un monasterio en el castillo. Se ha dicho que quiso instaurar una comunidad benedictina, y que estaba en funcionamiento en 1037, bajo el abad Landfranc, pero no hay pruebas de ello.
En 1048 ya se había establecido una comunidad de canónigos, que recibía importantes dotaciones de Arnau Mir.
El siglo XV fue el siglo de la decadencia. Como hubo una importante despoblación del territorio, los ingresos recibidos también disminuyeron.
En 1592 fue secularizada y se convirtió en colegiata, situación que se mantuvo hasta el 1874. Fue bombardeado en la Guerra dels Segadors (1645) y hacia el 1829 fue convertido en cuartel militar y bombardeado nuevamente en el marco de las guerras carlistas. Puig i Cadafalch inició su restauración a principios del siglo XX.
La parte más antigua la encontramos en la zona inferior. Se trata de una iglesia de tres naves, que se habría construido entre el 1034 y el 1041.
Esta iglesia sufrió la invasión sarracena del 1046 y posteriormente (hacia el 1060) se construyó la iglesia superior, dejando la primera como cripta. Actualmente es posible bajar a esa cripta.
Se levantaron unas columnas en la iglesia primera para soportar el pavimento de la nueva, que ahora se han restaurado. La construcción de este templo superior, de tres naves, se habría prolongado hasta el 1094. También se puede visitar aunque, claro, se ha desacralizado y solo se pueden ver la bóveda y los muros sin nada más que la piedra.
Parece que se construyó un claustro románico, se cree que con dos galerías. Desapareció cuando se construyó el gótico, a iniciativa de Pere I, conde de Urgell, entre el 1347 y 1408. La construcción de este claustro posiblemente comenzó a finales del siglo XIV y se terminó mucho después de la muerte del conde, ya entrado el siglo XVI. Aún se puede visitar una parte.
Si vemos fotos antiguas podemos asustarnos. Estaba completamente destrozado. Se ha hecho una restauración más que decente de lo que queda en pie.
En el MNAC, en Barcelona, se conservan una buena parte de pinturas y capiteles.
En el pueblo podemos ver importantes casonas. El linaje de los Portolà procede de Arties. De hecho allí podemos ver una parte de lo que era la casa, hoy Parador Nacional (me remito a mi diario sobre la Vall d'Aran). Pero como familia rica que era tenían casas en otros lugares. En Àger tenían una magnífica casa solariega. Para quien no haya leído alguno de mis diarios simplemente comentar que el más famoso de los Portolà fue Gaspar, que fue el fundador de San Diego y Monterrey y primer gobernador de California.
El recinto fortificado de Àger se cierra con tres portales.
En la iglesia parroquial de Sant Vicenç, en la parte baja del pueblo, se halla una lápida dedicada a Arnau Mir de Tost y un sarcófago de mármol romano del siglo III, esculpido en bajorrelieve con escenas paganas y mitológicas.
La actual iglesia engloba dos antiguas iglesias fusionadas en un solo edificio aprovechando la nave del siglo XI de la iglesia de Sant Salvador, añadiéndole por el sur una segunda nave de la de Sant Vicenç, construida entre los siglos XII y XIV, y que constituye un notable ejemplo de transición del románico al gótico.
De hecho visualmente ya se ve que son dos iglesias unidas. No pudimos visitarla por dentro; estaba cerrada.
Àger tiene bastantes restaurantes. En cuanto al alojamiento, queríamos ir al Càmping Áger, que tiene bungalows muy bonitos, pero no admitían reservas solo para una noche. Nos alojamos en un apartamento en un pueblecito de las inmediaciones.
El cielo del Montsec ha sido certificado como uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica y para disfrutar de la luz de las estrellas. A 3,5 km del núcleo urbano encontramos el Parc Astronòmic del Montsec, que puede visitarse.
www.parcastronomic.cat/?lang=es
Pero simplemente basta con salir de noche para gozar de un precioso cielo estrellado.
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