Durante nuestro recorrido de 10 días por Navarra, habíamos pasado la noche anterior en Ochagavía. A media mañana cogimos el coche y por la carretera NA-2102 nos dirigimos hacia la SELVA DE IRATI, uno de los hayedos más grandes de Europa. Los 24 Km. de la carretera de acceso en perfecto estado ya permiten admirar el gran bosque y unas vistas maravillosas con un frente de picos pirenaicos.
Situación de la Selva de Irati según Google Maps.
En Paso de Tapia hay un estupendo mirador desde el que se contemplan ambas vertientes, pero el viento soplaba tan fuerte que apenas dejaba tomar una foto decente del inmenso entorno verde de hayas y abetos que se abría ante nuestros pies.
La carretera acaba en las proximidades de la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves, donde se encuentra el Centro de Interpretación de la Naturaleza, junto al río Urchurria, en el lugar conocido como “Casas de Irati”.
El aparcamiento es de pago (4 euros por vehículo), pero si te alojas en la zona o haces una consumición superior a 18 euros en bares o restaurantes te hacen un descuento de 2 euros; también hay un restaurante y una caseta donde te entregan un plano muy detallado con las posibles rutas a realizar y te informan amabilisimamente de todo lo que quieras saber. Está permitido bañarse en el río. Nosotros teníamos decidida la marcha que queríamos realizar (sacada de Internet después de leer consejos en los foros); y, curiosamente, el chico que informaba nos aconsejó la misma excursión.
RUTA CASAS DE IRATI-EMBALSE KOIXTA-CASAS DE IRATI.
Engloba los senderos SLNA-69 y SLNA-60, es circular, tiene 13,8 Km., y se hace en unas cuatro horas; el desnivel es de 524 metros. No tiene especial dificultad salvo que llueva mucho o haya niebla porque hay que cruzar algunos cursos de agua y las piedras pueden resbalar; en algunos pasos delicados hay cadenas para ayudarse en caso necesario. De inicio, se va subiendo casi continuamente, pero salvo algunos tramos con repechos fuertecitos, el ascenso es gradual y no cansa excesivamente. Ya al final, hay un tramo de bajada largo y muy pronunciado. Por eso es muy importante hacer esta ruta en este sentido, empezando por el sendero 69 y acabando por el 60, ya que si se hace al contrario esa tremenda primera subida dejaría exhausto al más animoso.
Recomiendo esta ruta a quienes les guste el campo y estén habituados a caminar. Internarse en el bosque, con el río encajonado al fondo, casi en solitario, hace que te sientas en simbiosis con la naturaleza, con el único sonido del lejano rumor del agua, el canto de los pájaros y el ronroneo de las hojas movidas por el viento. Esto puede parecer demasiado cursiloide, pero realmente se disfruta plenamente de esa calma.
Cominos junto al río, cerca del pequeño embalse de Koixta.
Y luego seguimos hasta el mirador de Akerrería, con una vista espléndida del camino realizado, con el bosque a tus pies. Esa altura subida es la que hay que bajar en vertiginosa pendiente para recuperar el curso del río, al final de la marcha. Lo cierto es que esta parte se nos hizo muy larga y en algunos tramos bastante incómoda pese a ser pista forestal en casi todo el recorrido. El paisaje era muy parecido, bosque y más bosque, y la inclinación del terreno muy acusada.
CASCADA DEL CUBO.
De nuevo junto al aparcamiento, iniciamos la ruta cortita que lleva hasta la Cascada del Cubo, apenas unos 20 minutos por una pista muy cómoda, apta para todo el mundo. El pequeño esfuerzo adicional se ve recompensado con unos hermosos saltos de agua. A las 6 de la tarde ya había poca gente junto a la cascada. Metimos los pies en el agua y disfrutamos de lo lindo viendo la audacia de algunas truchas que pretendían remontar las cascadas. Resumiendo, si se va con prisa y no da tiempo para más, es imperdonable visitar a Irati y no ver este lugar.