EL PICO DE SANT JERONI DESDE LA ESTACIÓN SUPERIOR DEL FUNICULAR DE MONTSERRAT
Durante nuestra visita a la Abadía de Montserrat, hicimos una ruta a pie que nos llevó al Pico de Sant Jeroni, el más alto de Montserrat, con 1.236 metros de altura.
Situación de la Abadía de Montserrat en el plano peninsular según Google Maps.
Si a la altura del Monasterio teníamos estas vistas, las panorámicas desde mucho más arriba tendrían que ser fantásticas.
Monasterio de Montserrat/funicular de Sant Joan/Sant Jeroni/Pla dels Ocells/Monasterio de Montserrat. Distancia: 7,62 kilómetros;. Desniveles: 302 metros positivo, 602 negativo,. Duración: algo menos de dos horas y media de caminata. Dificultad: en principio fácil y sin complicaciones, pero si el tramo final se hace por el Cami Vell (Camino Viejo), hay que tener en cuenta que se deben bajar unos 800 escalones, con las consiguientes molestias para las rodillas.
Vista del Monasterio desde la estación del funicular.
Entre la información recogida en el foro (muchas gracias ) y el folleto que me dieron en la Oficina de Turismo, no tuvimos ningún problema para realizar esta ruta que conduce al el pico más alto de Montserrat y ofrece vistas espectaculares.
La ruta tal cual es circular y admite dos variantes: subir andando desde el mismo Monasterio por el camino de las ermitas, o ahorrarse un buen tramo de ascenso (270 metros) tomando el funicular en el Monasterio hasta la estación superior de Sant Joan, en el Pla de les Tarantules, que está a 976 metros. Esto fue lo que hicimos nosotros. También se puede acortar aún más la ruta si también se hace el camino de bajada en el funicular, pero en este caso la ruta sería lineal y no circular, y se tiene que estar muy atento a los horarios. Otra posibilidad sería subir en el funicular hasta Sant Joan, seguir por el Camí Nou hasta coronar Sant Jeroni, retroceder de nuevo al funicular y bajar caminando por el sendero rojo, es decir, la ruta de las ermitas. De esta forma se evitarían las escaleras.
Si no me equivoco, el pico redondeado, dos a la izquierda del de la antena, es el Sant Jeroni.
Cogimos el penúltimo funicular, que salía a las 18:05, con lo cual no había posibilidad de hacer la bajada por esa vía, pero tampoco era nuestra intención. Las vistas según íbamos subiendo eran muy chulas, con el Monasterio que se iba quedando más y más al fondo, a nuestros pies.
Al llegar a la estación superior, tomamos un camino que sale a la derecha y conduce a Sant Jeroni. No hay pérdida, está perfectamente indicado. En este mapa que fotografiamos al comienzo del itinerario se aprecia perfectamente: el sendero morado indicado con el número 1 es el Camino Nuevo, que sube hasta Sant Jeroni; una vez arriba, hay que retroceder hasta tomar el sendero amarillo, marcado con el número 2, que es el Camino Viejo y que lleva al Monasterio, pasando por el Pla dels Ocells. Anteriormente, habíamos hecho una parte del sendero rojo (número 3) hasta la Creu y la Capella de Sant Miquel.
Los mapas del panel informativo se ven fatal porque reflejaba mucho el sol.
El sendero es fácil y muy asequible porque asciende suavemente casi todo el trayecto. Las vistas son realmente espectaculares, con las rocas en forma de aguja de Montserrat casi al alcance de la mano. Las fotos no muestran ni mucho menos la realidad del entorno, que además estaba muy tranquilo. Había muy poca gente haciendo la ruta, apenas nos cruzamos con media docena de personas, posiblemente por la mañana habría estado más concurrido. Llegar a ver el Monasterio abajo, prendido entre las rocas en una panorámica que se abría al horizonte fue una estupenda sorpresa.
Estábamos en el llamado Camí Nou de Sant Jeroni (Camino Nuevo), surcando un sendero tallado en la roca, que nos mostraba en primer plano enormes agujas como la Gorra Marinera, la Magdalena y el Gorro Frigio, muy frecuentadas por escaladores, aunque a esas horas de la tarde ya no parecía haber ninguno.
A la izquierda vimos un mirador y nos desviamos unos pasos para asomarnos hacia ese lado.
Ya veíamos más claro nuestro destino, al fondo, dos picos a la izquierda del de la antena.
Más adelante, el camino se bifurcaba y dejamos a nuestra derecha unas escaleras que se hundían en una zona boscosa y que deberíamos tomar a la vuelta. De momento, seguimos de frente, hicimos otro tramo de ascenso y llegamos hasta la Ermita de Sant Jeroni, que no nos dijo gran cosa.
Seguimos por el camino de la izquierda y nos encontramos con un tramo un poco extraño, con escalones de cemento que no se pueden utilizar porque estaban medio rotos. Nos enteramos después que hace unos años la riada provocada por unas lluvias torrenciales se llevó parte de este camino artificial que conduce hasta la cumbre.
Allí, de frente, algo escondido por el reflejo del sol, estaba el Sant Jeroni.
Los últimos 600 metros se hacen un poco pesados porque hay bastantes escaleras y un final engañoso, que parece Sant Jeroni, pero no lo es, ya que todavía quedaba otra barandilla con su bonito juego de escaleras que conquistar. Cuando llegamos a la cumbre, llevábamos 1 hora de caminata.
Arriba, las vistas eran increíbles, aunque el reflejo del sol nos robaba parte de la zona de visión hacia el oeste. Una mesa geodésica nos aclaró algunas dudas de orientación, con unas perspectivas espectaculares desde las que se divisaba un buen trozo de Cataluña, incluyendo Barcelona muy al fondo. Imposible captar las vistas en las fotos y menos con aquella luz. Al menos, yo no pude.
El regreso lo hicimos por el Camino Viejo de Sant Jeroni, tomando las escaleras que habíamos dejado a la derecha en la subida, por el Pla dels Ocells. Las escaleras nos metieron en el bosque y aunque de vez en cuando se hacían sendero, éste duraba poco y volvían a aparecer escalones de todo tipo y altura en una ristra inacabable que nos cansó más que todo el camino que llevábamos recorrido hasta entonces. No sé cuántos fueron, ochocientos he leído por algún lado, pero lo cierto es que las rodillas terminaron acusando tanto traqueteo. Un poco hartos acabamos de tantas escaleras.
Al fin, divisamos el Monasterio, iluminado ya, a nuestros pies, en una visión muy alentadora. ¡Aleluya, fin de las escaleras! El total de la excursión nos llevó 2 horas 10 minutos desde que comenzamos a andar en el Pla de les Tarantules, aunque el último tramo apretamos el paso porque se hacía de niche. Por cierto que no aconsejo hacer el recorrido en sentido inverso salvo que alguien quiera fortalecer las piernas y el corazón subiendo casi mil escalones prácticamente de corrido. Pero, claro, eso va en gustos.