Hoy vamos a disfrutar de una mañana muy despejada y por fin de esos Alpes que se nos han estado escondiendo todos estos días.
LAUTERBRUNNEN: GRÜTSCHALP-MÜRREN
En Lauterbrunnen cogemos el teleférico hasta Grütschalp y una vez aquí el tren al encantador pueblito de Mürren, situado a 1650 metros sobre Lauterbrunnental y al que solo se accede en remonte. Se puede subir también andando desde Grütschalp hasta Mürren (paseo de hora y cuarto). Disfrutamos de unas vistas de excepción del trío formado por el Eiger, el Mönch y la Jungfrau, detrás de la montaña. La estampa es difícil de olvidar. Hoy no nos arrepentimos de no haber subido al Top of Europe (Jungfraujoch); para nosotros lo realmente valisoso ha sido verlo junto a sus hermanos. Desde el mirador de la estación de Mürren tenemos una buena estampa panorámica que abarca desde el Silberhorn (3695 m) a la derecha de la Jungfrau hasta la cima de Grosshorn (3762 m).
Paseamos por Mürren hasta la estación para subir al Schiltorn, lugar famoso gracias a la película de James Bond. Desde aquí domina el Breithorn, a la derecha. Estamos embelesados con estas montañas enfrente de nosotros y el macizo de Gimmenwald bastante cerquita.
En vez de coger el tren otra vez en Murren, bajamos caminando hasta Winteregg, por un camino paralelo a las vías del tren, acompañados por nuestro querido trío montañoso.
En Winteregg hacemos el camino inverso, tren hasta Grütschalp y telecabina hasta Lauterbrunnen. Parece que hay alguien más interesado en coger el tren
Para más info sobre Mürren en verano: Mürren
LAUTERBRUNNEN-WENGEN-MÄNNLICHEN
Otro tren nos lleva desde Lauterbrunen a Wengen, otro centro turístico cerrado al tráfico que se alza sobre Lauterbrunnetal a 1274 metros, repleto de chalets de vacaciones, hoteles, tiendas y restaurantes. El paseíto nos regala el valle de Lauterbrunnen en todo su esplendor, con sus caídas de agua.
Desde Wengen se puede llegar hasta el Kleine Scheidegg, desde donde ya subimos ayer al glaciar del Eiger, o hasta Männlichen en góndola. Fue otra visita que nos regaló un panorama de ensueño. Primero el valle desparramándose hacia abajo.
Luego el Eiger a la derecha y las cimas triangulares del Schreckhorn, el Mettenberg y el Wetterhorn.
Aprovechamos para comer en la Berghaus una salchicha bernesa y un rösti de papas y verduras cubierto de un rico queso derretido. Mientras hacemos el camino hasta el Männlichen gipfel (1 hora) se va nublando.
Pero apuramos hasta el final, fieles a estos macizos rocosos de los que ya estamos enamorados.
Puedes encontrar más datos en la web de Wengen y de Männlichen
THUNERSEE: LAS CUEVAS BEATUSHÖHLEN (BATENBERG)
La última parte de la tarde la dedicamos a conocer otro poquito el Thunersee; el lago Thun está situado en el valle del río Aare, entre Thun e Interlaken. Tiene 18 km de largo y 4 de ancho; en concreto, subimos a las Beatushöhlen, en Beatenberg, en la orilla noreste del lago; el aparcamiento y acceso está a la salida del pueblo, pegados a la carretera.
También tienen unas discretas caídas de agua; la subida es perfecta para avistar el azul del Thun. No llegamos a entrar porque llegamos más tarde de las 5, pero según leímos, vale la pena por ver las formaciones rocosas del interior.
Más info en su web: Beatushöhlen
UNA JOYA BAÑADA EN EL LAGO: EL SCHLOSSOBERHOFEN
Por último, el palacio que se adentra en el lago, Schlossoberhofen, en Oberhofen am Thunersee, en el noroeste del lago. Del siglo XII, en la actualidad alberga exposiciones del Bernisches Historisches Museum, situado en Berna. Para hacer la foto tuve que entrar, echándole mucha cara, en la trasera de una terraza-restaurante, por la zona de la cocina. La zona frontal sí puede verse bien, pero esta parte es encantadora, con su torre medieval bañada por el agua.