Pues eso, tras una noche sin pegar ojo del meneo que me daba el viento, me levanto tempranito a ver el paisaje espectacular de esos acantilados pegados al faro y emprendo mi viaje a Cascais. Cuando llego veo mucho pijerío, mucho cochazo, gente guapa, casoplones y ninguna furgoneta, me doy una vuelta con la mía a ver si veo parking, sí veo pero, al no ver furgos doy por supuesto que no somos bienvenidos (cosas mías, soy asín) y nada, me pirovampiro buscando sitio costero para darme un homenaje de desayuno pues mis tripas rugían...Desayuno mirando al mar y vuelvo a la carretera tras fregar y recoger paré en una playita cercana, como una calita muy acogedora a pasar la mañanita y de ahí, como ya había tenido ración de playa, me fui al interior, a Óbidos, que es un pueblito medieval rodeado de una muralla (de ahí su nombre, proviene de oppidum, muralla) y con un castillo. Comí en un restaurante muy acogedor, el Petrarum domus, un bacalao con nata buenísimo. La ración quizás un poco escasa para el precio, pero estaba delicioso, y el sitio me encantó. Luego paré en una terracita a tomarme una tacita hecha con chocolate y rellena con ginja, que es un licor de cereza típico y que yo, aunque no soy de licores, no podía marchar sin tomarme uno y, la verdad es que también está muy rico. (qué asco me doy, me gusta todo).
Pues nada, de nuevo a calentar motores a ver dónde nos depara la fortuna pernoctar y así voy por la línea de costa, Sao Martinho do Porto, Nazaré, Vieira...al final pasando éste y antes de llegar a Figueira da Foz (tendría una hora todavía de camino), ví unas cuantas furgos en un acantilado y allí me ajunté con ellas, temiendo que otra vez me quedaba sin cenar...pero no!! tuve suerte, asomé mi hocico por el acantilado y ví las luces de un chiringuito, Meraki, en Praia Velha que me estaba esperando. Corriendo como alma en pena me personé y me zampé una carne típica de la zona, pica pau, era cerdo, magro, muy especiado y, como no...sabrosísimo! Así ya pude dormir en paz
Al día siguiente después de desayunar cogí mi sillita cual Miss Daisy, solo que yo sin chófer que me paseara y me fui a la playa a leer hasta que despejara, pues había una bruma que hacía que no apeteciera mucho meterse al agua...En cuanto despejó, sí, allí que fui, anduve jugando con las olas hasta que me tocó salir...las embestidas me hicieron caer 3 veces!! joder, que Miss Daisy cualquier día se rompe la cadera, que ya no estoy para esas hostias (así que no se mete ni dios al agua). Secarme y proseguir ruta, todo uno
Pues nada, de nuevo a calentar motores a ver dónde nos depara la fortuna pernoctar y así voy por la línea de costa, Sao Martinho do Porto, Nazaré, Vieira...al final pasando éste y antes de llegar a Figueira da Foz (tendría una hora todavía de camino), ví unas cuantas furgos en un acantilado y allí me ajunté con ellas, temiendo que otra vez me quedaba sin cenar...pero no!! tuve suerte, asomé mi hocico por el acantilado y ví las luces de un chiringuito, Meraki, en Praia Velha que me estaba esperando. Corriendo como alma en pena me personé y me zampé una carne típica de la zona, pica pau, era cerdo, magro, muy especiado y, como no...sabrosísimo! Así ya pude dormir en paz
Al día siguiente después de desayunar cogí mi sillita cual Miss Daisy, solo que yo sin chófer que me paseara y me fui a la playa a leer hasta que despejara, pues había una bruma que hacía que no apeteciera mucho meterse al agua...En cuanto despejó, sí, allí que fui, anduve jugando con las olas hasta que me tocó salir...las embestidas me hicieron caer 3 veces!! joder, que Miss Daisy cualquier día se rompe la cadera, que ya no estoy para esas hostias (así que no se mete ni dios al agua). Secarme y proseguir ruta, todo uno