Tras la mala suerte del día anterior con la lluvia, nada más levantarme a las 7:30 comprobé el tiempo, y tras ver que no había probabilidad alguna de precipitaciones, comencé a prepárame más animado. Hoy me esperaba una de las visitas que más ganas tenía del viaje. Aquí os dejo el itinerario para el día de hoy:
Después de comprobar que llevaba todo lo necesario para el día de hoy y de desayunar en la cafetería del hotel (ya casi me hice amigo y todo del camarero que estaba allí cada mañana ) salí de allí con destino a Hudson Yards, el nuevo barrio de Nueva York aún en construcción, junto al río del que hereda su nombre. Por suerte se encuentra a escasos 10 minutos desde el hotel y allí encontrareis, entre otras muchas cosas, con los nuevos rascacielos que están asomando por el skyline de Manhattan.
El edificio más destacado y que seguramente hayáis visto en alguna foto anterior del diario es el Hudson Yards 30, con casi 400 metros de altura y un mirador con cristalera en el suelo en la parte más alta. Por desgracia, durante mi estancia en la ciudad, aún seguía en construcción (desde hace unos meses ya se puede subir al observatorio). Pero el motivo de mi visita a este barrio era la construcción llamada The Vessel, una estructura de escaleras color cobre llamada así por su forma de recipiente, y permite subir de forma gratuita hasta lo más alto de la misma. Para reservar las entradas hay que hacerlo desde su página web: Entradas The Vessel y como siempre, recomiendo sacarlas con la mayor antelación posible.
Una vez tengáis vuestra entrada os dirigís a los pies de la escultura, en donde os encontraréis con una cola para entrar. Una vez dentro podéis moveros libremente por allí, y si queréis subir a lo más alto (indispensable si estáis allí) tendréis que subir como mínimo 240 escaleras pero os aseguro que merecen la pena. También disponen de ascensor pero su uso sólo está permitido a personas que verdaderamente lo necesiten. A medida que subes, da la sensación de que la estructura es mucho más grande de lo que aparentaba desde fuera, y desde mi punto de vista, es bastante más bonito su interior. Una vez arriba del todo, puedes ver el río Hudson, el nuevo centro cultural llamado The Shed y los primeros hoteles y rascacielos de la zona.
Una vez salí de allí y tras buscar un poco de información sobre este barrio nuevo, te das cuenta de lo qué han llegado a construir en tan sólo 7 años! es una auténtica locura... Tras entrar en un par de tiendas de la zona, mi siguiente destino se encontraba en Times Square, y se trataba de una exposición de maquetas en miniatura de todas las partes del mundo, llamado Gulliver's Gate. A pesar de que me gustan las maquetas, al principio dudé de si gastar una entrada del pase de atracciones en este lugar, pero cuando salí de allí estaba encantado por haberlo visitado.
Entré sobre las 11:00 sin haber reservado entrada ni nada, y no había cola alguna, tras escanearte el pase, te dan una llave que permite activar mecanismos en las propias maquetas. Los lugares que os encontraréis son: la propia ciudad de Nueva York, las pirámides de Guiza, Río de Janeiro, Londres y un montón de sitios más de alrededor del globo. El recorrido dura entre 2 y 3 horas, dependiendo de lo que os detengáis en cada una de las maquetas, aunque os animo a buscar todos los Easter Eggs (pequeños secretos) que esconden cada una de ellas, como por ejemplo, en el puente de Brooklyn podéis encontraros a Spiderman o en Escocia, al monstruo del Lago Ness.
Aunque pueda parecer una actividad más destinada a niños, yo me lo pasé genial y lo disfruté mucho, y además, es increíble ver aquellas representaciones y pensar en todo el trabajo que hay detrás. Tras salir de allí, aproveché que estaba allí y que me sobraba tiempo para entrar en algunas de las tiendas más famosas de Times Square. La primera a destacar fue la Disney Store, un lugar muy cuidado y con un montón de disfraces y artículos de la mayoría de personajes Disney. En segundo lugar, entre en una tienda dedicada exclusivamente a artículos decorativos para árboles de navidad, llamada Christmas in New York, muy curiosa y sorprendentemente llena de gente. Por último, no podía falta la mítica M&M'S World, con sus varios pisos repletos de caramelos y souvenirs.
Después de comprar algunas cositas, ya se había hecho la hora de comer, y en ese momento aproveché para ir a reservar la entrada para mi visita de la tarde: el Top of the Rock. La entrada al edificio se realiza desde la W 50th St. entre la 5th y la 6th Ave, y en esos momentos no había cola, así que entré y en los mostradores que hay allí reservé hora para las 18:15. Ya con mi entrada, fui a comer a un restaurante que había a no más de un minuto de allí (no recuerdo el nombre), pedí unas albóndigas con pasta y ensalada, y la verdad es que me supieron deliciosas. Como aún tenía casi 4 horas por delante, recorrí alguna tienda más de la 5th Ave. En concreto quiero destacar una llamada Below five, localizada en el número 530, y en la que todos sus artículos cuestan 5$ o menos, es una tienda grande y que tiene una gran variedad de artículos, incluidos souvenirs a muy buenos precios. Salí de allí con una bolsa llena de cosas, menos mal que llevaba una mochila grande donde guardar todo...
En ese rato también me pasee por los alrededores del propio Rockefeller Center, observando las fuentes que hay y el lugar en donde colocan la pista de patinaje en invierno. También entré en algunas tiendas que se encontraban en la zona, como la de Lego, la de Nintendo y la famosa juguetería de FAO Schwarz, con su piano gigante en el suelo.
Después de recorrerme tantas y tantas tiendas, por fin se acercaban las 18:15, y me dirigí a la misma puerta de entrada que donde reservas la entrada. Cuando llegué, había dos colas, una para sacar la entrada y que casi llegaba hasta la vuelta de la esquina (menos mal que fui con tiempo... ), y otra para aquellos que ya tenían la entrada y su hora era la siguiente (había una persona informando en la puerta). Una vez llegada la hora, esta misma persona te escanea la entrada y te indica a dónde tienes que dirigirte una vez cruces la puerta. Bajas unas escaleras y ahí pasas por un escáner de seguridad para posteriormente, subir en el ascensor que te llevará hasta una de las mejores vistas de todo Nueva York.
Tras escasos segundos subiendo, por fin llegas al piso más alto. ¡Que ganas tenía...! poder presenciar de una de las mejores vistas del mundo en carne y hueso. He de decir que iba con las expectativas muy altas y había visto un montón de videos y fotos previamente en casa, pero tras salir al exterior y verlo con mis propios ojos... Todo el centro y sur de Manhattan a tus píes, con el Empire State Building protagonizando aquella vista... simplemente INCREIBLE
El observatorio está formado por dos plantas: la planta baja, que se divide a su vez en dos alas, la sur y la norte. Esta primera, es de la que os he hablado hace un momento y es la que podéis ver en la imagen de arriba. En cambio esta segunda, da a la parte septentrional de la isla, dejando ver todo el esplendor y la grandeza de Central Park. Este lado tiene también unas vistas realmente impresionantes, el único problema que vi es que, con las construcciones de rascacielos que están llevándose a cabo, están tapando poco a poco esta estampa tan famosa. Además, este ala siempre suele estar vacío en comparación al ala sur, y se puede respirar un poco de tranquilidad.
La única pega que puedo poner para la planta baja es que todo el recinto está rodeado por paneles de cristal, y claro... hay mucha gente que pasa por allí y que se apoya en estos, dejando todas las marcas. Después nos encontramos con la planta alta, la cual para mí es mejor. Esta es bastante más estrecha y tiene vistas a ambos lados de la isla, además no tiene cristal, sino que tiene un pequeño muro donde poder apoyar tu cámara para las fotos nocturnas.
Ya llevaba una hora más o menos allí arriba y estaba empezando a atardecer. Tras ver la cantidad de gente que empezaba a llegar en ese momento, decidí ir a la planta de arriba a ponerme en primera fila y poder disfrutar de aquellas vistas. Todo el cielo empieza a pintarse de naranja... y las luces de los edificios se encienden poco a poco... sin palabras la verdad. Si me preguntasen por la mejor vista de la ciudad, no sabría si decir está o la del skyline desde Dumbo, creo que no podría quedarme con un de ellas solamente...
Después de estar unos 15 minutos ahí parado, atónito viendo las vistas y haciendo alguna foto, me fui de donde estaba para dejar que otros también pudiesen disfrutar de aquello. Para mi sorpresa, aquello estaba a rebosar de gente, sabía que suele ir mucha gente, pero es que casi no podía ni moverme por la zona. Decidí ir un rato al ala norte, prácticamente vacío, para poder respirar un poco y disfrutar también de ese lado de la ciudad. Cuando ya anocheció un poco más, intenté volver al piso de arriba para hacer alguna foto, pero tras intentarlo me fue imposible, no podía ni subir las escaleras... así que fui al ala norte, y la situación era la misma o peor. Y no es que no hubiese un hueco en primera fila, es que de toda la plataforma, únicamente quedaba libre un pasillo en el centro que permitía salir de allí e ir de un ala a otra, tenías que saltar para poder ver un poco de lo más alto del Empire.
Ya que me encontraba allí arriba, y ese día no tenía más visitas pensadas, no podía irme de la ciudad sin ver esas vistas de noche, así que decidí esperar. No exagero si os digo que estuve más de media hora para ir llegando poco a poco hasta la primera fila, menos mal que en ese rato, conocí a otro fotógrafo en la misma situación que yo, y hablando se nos hizo más amena la espera.
Después de casi 3 horas allí arriba sin poder sentarme en ningún sitio, ya tocaba irse del lugar, así que puse rumbo al hotel, y tras cenar algún trozo de pizza me fui directo a la habitación del hotel. La visita al Top of the Rock me había dejado muerto, así que no tardé en dormirme. Para todos aquellos que tengan pensado visitarlo, id con el tiempo suficiente para coger un buen sitio, y una vez hayáis terminado de hacer fotos y de disfrutar de las vistas, dejad vuestro lugar a otros para que también puedan disfrutar.
Perdón por haber tardado tanto en actualizar, pero ha sido una semana de mucho trabajo intentaré acabar el diario en estos días próximos.
Después de comprobar que llevaba todo lo necesario para el día de hoy y de desayunar en la cafetería del hotel (ya casi me hice amigo y todo del camarero que estaba allí cada mañana ) salí de allí con destino a Hudson Yards, el nuevo barrio de Nueva York aún en construcción, junto al río del que hereda su nombre. Por suerte se encuentra a escasos 10 minutos desde el hotel y allí encontrareis, entre otras muchas cosas, con los nuevos rascacielos que están asomando por el skyline de Manhattan.
El edificio más destacado y que seguramente hayáis visto en alguna foto anterior del diario es el Hudson Yards 30, con casi 400 metros de altura y un mirador con cristalera en el suelo en la parte más alta. Por desgracia, durante mi estancia en la ciudad, aún seguía en construcción (desde hace unos meses ya se puede subir al observatorio). Pero el motivo de mi visita a este barrio era la construcción llamada The Vessel, una estructura de escaleras color cobre llamada así por su forma de recipiente, y permite subir de forma gratuita hasta lo más alto de la misma. Para reservar las entradas hay que hacerlo desde su página web: Entradas The Vessel y como siempre, recomiendo sacarlas con la mayor antelación posible.
Una vez tengáis vuestra entrada os dirigís a los pies de la escultura, en donde os encontraréis con una cola para entrar. Una vez dentro podéis moveros libremente por allí, y si queréis subir a lo más alto (indispensable si estáis allí) tendréis que subir como mínimo 240 escaleras pero os aseguro que merecen la pena. También disponen de ascensor pero su uso sólo está permitido a personas que verdaderamente lo necesiten. A medida que subes, da la sensación de que la estructura es mucho más grande de lo que aparentaba desde fuera, y desde mi punto de vista, es bastante más bonito su interior. Una vez arriba del todo, puedes ver el río Hudson, el nuevo centro cultural llamado The Shed y los primeros hoteles y rascacielos de la zona.
Una vez salí de allí y tras buscar un poco de información sobre este barrio nuevo, te das cuenta de lo qué han llegado a construir en tan sólo 7 años! es una auténtica locura... Tras entrar en un par de tiendas de la zona, mi siguiente destino se encontraba en Times Square, y se trataba de una exposición de maquetas en miniatura de todas las partes del mundo, llamado Gulliver's Gate. A pesar de que me gustan las maquetas, al principio dudé de si gastar una entrada del pase de atracciones en este lugar, pero cuando salí de allí estaba encantado por haberlo visitado.
Entré sobre las 11:00 sin haber reservado entrada ni nada, y no había cola alguna, tras escanearte el pase, te dan una llave que permite activar mecanismos en las propias maquetas. Los lugares que os encontraréis son: la propia ciudad de Nueva York, las pirámides de Guiza, Río de Janeiro, Londres y un montón de sitios más de alrededor del globo. El recorrido dura entre 2 y 3 horas, dependiendo de lo que os detengáis en cada una de las maquetas, aunque os animo a buscar todos los Easter Eggs (pequeños secretos) que esconden cada una de ellas, como por ejemplo, en el puente de Brooklyn podéis encontraros a Spiderman o en Escocia, al monstruo del Lago Ness.
Aunque pueda parecer una actividad más destinada a niños, yo me lo pasé genial y lo disfruté mucho, y además, es increíble ver aquellas representaciones y pensar en todo el trabajo que hay detrás. Tras salir de allí, aproveché que estaba allí y que me sobraba tiempo para entrar en algunas de las tiendas más famosas de Times Square. La primera a destacar fue la Disney Store, un lugar muy cuidado y con un montón de disfraces y artículos de la mayoría de personajes Disney. En segundo lugar, entre en una tienda dedicada exclusivamente a artículos decorativos para árboles de navidad, llamada Christmas in New York, muy curiosa y sorprendentemente llena de gente. Por último, no podía falta la mítica M&M'S World, con sus varios pisos repletos de caramelos y souvenirs.
Después de comprar algunas cositas, ya se había hecho la hora de comer, y en ese momento aproveché para ir a reservar la entrada para mi visita de la tarde: el Top of the Rock. La entrada al edificio se realiza desde la W 50th St. entre la 5th y la 6th Ave, y en esos momentos no había cola, así que entré y en los mostradores que hay allí reservé hora para las 18:15. Ya con mi entrada, fui a comer a un restaurante que había a no más de un minuto de allí (no recuerdo el nombre), pedí unas albóndigas con pasta y ensalada, y la verdad es que me supieron deliciosas. Como aún tenía casi 4 horas por delante, recorrí alguna tienda más de la 5th Ave. En concreto quiero destacar una llamada Below five, localizada en el número 530, y en la que todos sus artículos cuestan 5$ o menos, es una tienda grande y que tiene una gran variedad de artículos, incluidos souvenirs a muy buenos precios. Salí de allí con una bolsa llena de cosas, menos mal que llevaba una mochila grande donde guardar todo...
En ese rato también me pasee por los alrededores del propio Rockefeller Center, observando las fuentes que hay y el lugar en donde colocan la pista de patinaje en invierno. También entré en algunas tiendas que se encontraban en la zona, como la de Lego, la de Nintendo y la famosa juguetería de FAO Schwarz, con su piano gigante en el suelo.
Después de recorrerme tantas y tantas tiendas, por fin se acercaban las 18:15, y me dirigí a la misma puerta de entrada que donde reservas la entrada. Cuando llegué, había dos colas, una para sacar la entrada y que casi llegaba hasta la vuelta de la esquina (menos mal que fui con tiempo... ), y otra para aquellos que ya tenían la entrada y su hora era la siguiente (había una persona informando en la puerta). Una vez llegada la hora, esta misma persona te escanea la entrada y te indica a dónde tienes que dirigirte una vez cruces la puerta. Bajas unas escaleras y ahí pasas por un escáner de seguridad para posteriormente, subir en el ascensor que te llevará hasta una de las mejores vistas de todo Nueva York.
Tras escasos segundos subiendo, por fin llegas al piso más alto. ¡Que ganas tenía...! poder presenciar de una de las mejores vistas del mundo en carne y hueso. He de decir que iba con las expectativas muy altas y había visto un montón de videos y fotos previamente en casa, pero tras salir al exterior y verlo con mis propios ojos... Todo el centro y sur de Manhattan a tus píes, con el Empire State Building protagonizando aquella vista... simplemente INCREIBLE
El observatorio está formado por dos plantas: la planta baja, que se divide a su vez en dos alas, la sur y la norte. Esta primera, es de la que os he hablado hace un momento y es la que podéis ver en la imagen de arriba. En cambio esta segunda, da a la parte septentrional de la isla, dejando ver todo el esplendor y la grandeza de Central Park. Este lado tiene también unas vistas realmente impresionantes, el único problema que vi es que, con las construcciones de rascacielos que están llevándose a cabo, están tapando poco a poco esta estampa tan famosa. Además, este ala siempre suele estar vacío en comparación al ala sur, y se puede respirar un poco de tranquilidad.
La única pega que puedo poner para la planta baja es que todo el recinto está rodeado por paneles de cristal, y claro... hay mucha gente que pasa por allí y que se apoya en estos, dejando todas las marcas. Después nos encontramos con la planta alta, la cual para mí es mejor. Esta es bastante más estrecha y tiene vistas a ambos lados de la isla, además no tiene cristal, sino que tiene un pequeño muro donde poder apoyar tu cámara para las fotos nocturnas.
Ya llevaba una hora más o menos allí arriba y estaba empezando a atardecer. Tras ver la cantidad de gente que empezaba a llegar en ese momento, decidí ir a la planta de arriba a ponerme en primera fila y poder disfrutar de aquellas vistas. Todo el cielo empieza a pintarse de naranja... y las luces de los edificios se encienden poco a poco... sin palabras la verdad. Si me preguntasen por la mejor vista de la ciudad, no sabría si decir está o la del skyline desde Dumbo, creo que no podría quedarme con un de ellas solamente...
Después de estar unos 15 minutos ahí parado, atónito viendo las vistas y haciendo alguna foto, me fui de donde estaba para dejar que otros también pudiesen disfrutar de aquello. Para mi sorpresa, aquello estaba a rebosar de gente, sabía que suele ir mucha gente, pero es que casi no podía ni moverme por la zona. Decidí ir un rato al ala norte, prácticamente vacío, para poder respirar un poco y disfrutar también de ese lado de la ciudad. Cuando ya anocheció un poco más, intenté volver al piso de arriba para hacer alguna foto, pero tras intentarlo me fue imposible, no podía ni subir las escaleras... así que fui al ala norte, y la situación era la misma o peor. Y no es que no hubiese un hueco en primera fila, es que de toda la plataforma, únicamente quedaba libre un pasillo en el centro que permitía salir de allí e ir de un ala a otra, tenías que saltar para poder ver un poco de lo más alto del Empire.
Ya que me encontraba allí arriba, y ese día no tenía más visitas pensadas, no podía irme de la ciudad sin ver esas vistas de noche, así que decidí esperar. No exagero si os digo que estuve más de media hora para ir llegando poco a poco hasta la primera fila, menos mal que en ese rato, conocí a otro fotógrafo en la misma situación que yo, y hablando se nos hizo más amena la espera.
Después de casi 3 horas allí arriba sin poder sentarme en ningún sitio, ya tocaba irse del lugar, así que puse rumbo al hotel, y tras cenar algún trozo de pizza me fui directo a la habitación del hotel. La visita al Top of the Rock me había dejado muerto, así que no tardé en dormirme. Para todos aquellos que tengan pensado visitarlo, id con el tiempo suficiente para coger un buen sitio, y una vez hayáis terminado de hacer fotos y de disfrutar de las vistas, dejad vuestro lugar a otros para que también puedan disfrutar.
Perdón por haber tardado tanto en actualizar, pero ha sido una semana de mucho trabajo intentaré acabar el diario en estos días próximos.