Blogs / Diarios 
Llegar a Púbol desde La Bisbal d'Empordà, donde nos alojamos, es sencillo. En un coche es rápido; en autobús, como nosotros, depende de los horarios.
Púbol no es un municipio en sí mismo sino que pertenece al pueblo de La Pera, cercano apenas unos metros y con menos encanto.
Antes de llegar a la parada de la Pera hay una en una gasolinera. Es interesante bajarse allí, cruzar al otro lado de la carretera y subir un poco hasta dar con un camino que lleva directamente a Púbol en menos de 2 kilómetros.
Púbol es un lugar pequeño y tranquilo, acostumbrado, sin embargo, a recibir visitantes, no en vano allí se encuentra el castillo de Púbol, que forma parte de la ruta daliniana junto con Figueres y Cadaqués (Portlligat).
Dejo el siguiente enlace con horarios y precios. Conviene reservar:
www.salvador-dali.org/ ...s-i-preus/
Aunque nos dijeron que la visita no sería guiada sino que solo nos acompañarían, al final sí que la mujer nos dio explicaciones.
Para empezar diré que el castillo es real. Se trata de una fortificación de origen medieval. Las primeras evidencias del castillo aparecen en un documento de 1065 en el que Gaufred Bastons cedió su potestad, junto con el de Cervià, a los condes de Barcelona (en aquel momento los famosos Ramón Berenguer I y Almodis de la Marca).
A mediados del siglo XIV fue adquirido por Arnau de Llers. Más adelante pasó a propiedad de la familia Cervià y en 1370 consta como patrimonio de Jaspert de Campllong.
A la muerte Francisco de Corbera y de Campllong, le sucede su hija Isabel de Corbera-Campllong. Su hijo, Francisco de Requesens-Campllong, se convirtió en barón de Púbol. Se dice que el barón, cuando no encontraba correcto el pago de los diezmos o por cualquier otro motivo, quemaba vivos a sus vasallos y los arrojaba por el pozo. Sin duda es leyenda (aunque... a saber...).
Los Requesens perduraron hasta principios del siglo XVII.
El castillo y la iglesia (hoy iglesia parroquial, adosada al castillo) actuales datan alrededor del año 1420, en tiempos de los señores de Púbol, denominados Corbera. Su escudo se puede ver en el interior del edificio.
Posteriormente fue propiedad de los Olmos, los Tormo, los de Balle y de Miquel, después marqueses de Blondel de l'Estany. El edificio del castillo conserva parte de su antigua fisonomía.
Elena Ivánovna Diákonova había nacido en Kazán, Rusia, en 1894. Su padre, Iván Diákonov, era funcionario del Ministerio de Agricultura del Imperio ruso. Murió cuando Elena tenía 11 años.
Su madre volvió a casarse con un abogado judío y la familia se trasladó a Moscú, donde vivieron en la célebre calle Arbat.
Ingresada en un sanatorio cerca de Davos, Suiza, por tuberculosis, a los 19 años conoció al poeta Paul Éluard. Se enamoraron y en 1916, en plena Guerra Mundial, viaha a París para instalarse en casa de los padres de su amante. Regularizan su situación casándose al año siguiente.
En 1918 nació su única hija, a la que Gala, poco maternal, no hizo nunca el menor caso.
Pronto Gala, gracias a Éluard, conoce a artistas surrealistas y se convierte en musa para muchos de ellos.
El matrimonio viajó en agosto de 1929 a Cadaqués junto a René Magritte, Luis Buñuel y otros amigos para conocer a Salvador Dalí. El genio catalán, diez años menor que Gala, se enamora de ella y empiezan una relación que condujo al divorcio de Éluard. Se casaron por lo civil en 1932 (la boda religiosa vendría 26 años después).
Gala ejerce de representante y musa de su excéntrico y caótico marido, aunque teniendo tiempo para relaciones extramatrimoniales consentidas por Dalí. Pero, según parece, Gala no solo fue musa del surrealismo sino que colaboró activamente en las obras de sus dos maridos.
Sabiendo que Gala se moría por tener un castillo, Dalí le compró uno. En el libro Confesiones inconfesables, el artista dice:
"«Todo celebra el culto de Gala, hasta la habitación redonda, de eco perfecto, que corona el conjunto de la edificación y que es como una cúpula de esta catedral Galáctica; y cuando me paseo por esta casa, me miro y veo mi concentricidad. Me gusta su rigor moruno. Me faltaba ofrecer a Gala un estuche más solemnemente digno de nuestro amor. Por ello le regalé una mansión edificada sobre los restos de un castillo del siglo xii, en La Bisbal, el antiguo castillo de Púbol, donde ella reina como soberana absoluta, hasta el punto de que yo no la visito si no es con una invitación escrita de su mano. Me he contentado con decorar sus techos para que, al levantar los ojos, me encuentre siempre en su cielo».
Veraneaba en él entre los años 1971 y 1980 y Dalí solo podía acceder por invitación (se conservan todas). Esto era un juego galante entre la pareja.
«Te regalo un castillo gótico, Gala.
Acepto con una condición, que
solo vengas a visitarme al Castillo con
invitación. Acepto, ya que lo acepto en
principio todo a condición de que haya condiciones.
Es el principio mismo del amor cortés».
El artista remodeló por completo el edificio, aunque su excentricidad aquí se ha moderado un poco e incluso dejó algunas partes sin restaurar.
Gala murió el 10 de junio de 1982 y fue trasladada al castillo de Púbol en el Cadillac de la familia. Está enterrada en la cripta de Púbol.
Como curiosidad decir que hay dos sepulcros iguales pero solo uno está ocupado. Dalí quedó devastado con la muerte de su esposa. Ya enfermo y queriendo pasar junto a ella sus últimos días, Dalí se mudó al Castillo de Púbol. Aquí instaló un pequeño taller junto al comedor. Sobre un caballete se encuentra una reproducción de “Cola de golondrina y violonchelos (Serie de las Catástrofes)” de 1983. Frente al lienzo, la silla en la que se sentaba y a su derecha, una caja con tubos de pintura y una paleta de pintor.
Quizás debido a un fallo de la lámpara de noche o del cableado de la campanilla de mesa, su cama prendió fuego. Se dice que fue por tocar insistentemente el interruptor de una perilla. Le salvó de las llamas Robert Descharnes, que en ese momento era su secretario personal, pero sufrió graves quemaduras. Desde entonces se retiró totalmente de la vida pública y falleció cinco años más tarde, en enero de 1989. Fue enterrado en Figueres. Nunca quiso regresar a Púbol. A saber si algún día irá a la tumba de Púbol. Por cierto, parece que por debajo ambas estar abiertas para que el matrimonio pudiera enlazar sus manos en la muerte.
La decoración de la cripta es muy rara. Dos cabezas de caballo, un torso desnudo decapitado y con varios miembros amputados al lado de una pequeña jirafa.
Debido al incendio, gran parte del mobiliario de la habitación de Gala se perdió. Se salvaron una imagen religiosa rusa, un espejo portugués y un candelabro bañado en plata y oro del siglo XVIII.
Para empezar a visitar el castillo tenemos que subir una escalera. Nada más entrar nos encontramos con un vestíbulo donde nos sorprende ver un trono. Sí, nada menos que un trono de bronce donde la señora del castillo recibiría sentada a sus invitados para pasmo de estos. En la decoración, incluso del techo, se ve claramente la mano de Dalí. Está decorado con paisajes de l'Empordà, elevado sobre un pedestal, con dos fieros leones rugiendo delante, enmarcado entre dos columnas doradas y con unos cortinajes azules que le dan al conjunto un aire muy teatral. Como teatral es la puerta falsa pintada. Por cierto, leí que Gala nunca vio terminado el trono.
Hay una pintura en el techo de la entrada, justo antes de acceder a las salas privadas, en la que se aprecian un caballo blanco, figuras de ángeles, la luna y varias golondrinas. Precisamente la golondrina es algo que se repite mucho en el castillo y es que Dalí solía llamar a Gala"hirondelle", que significa golondrina en francés. La pintura es surrealismo puro.
En la misma sala, Sala de los escudos (por los que se ven en las paredes, dando un aire medieval o más o menos) hay una especie de altar lleno de objetos. Son regalos que Dalí le hizo a Gala.
También pintada está Gala como una santa con espada sobre una puerta, como flotando sobre unas nubes.
Pasamos a una salita de estar con muebles rojos (Sala del Piano) y donde Dalí tapó los radiadores con pinturas de radiadores. Hay una mesita con patas de avestruz y al asomarse ves en la planta inferior un precioso caballo blanco disecado.
La habitación de Gala, en azul, se ha reconstruido como se ha podido. Junto a la habitación está la antigua cocina del castillo, transformada durante las obras de rehabilitación en tocador. También vemos la habitación de invitados, la cocina, la despensa o el comedor.
El sala del tocador es una letra “u” invertida donde a un lado se encuentran el tocador y el espejo, al otro lado la bañera y entre ellas, una antigua chimenea (donde antiguamente se cocinaba, pues ya dije que fue la cocina). Todo está lleno de azulejos con diseño de Dalí.
En toda la casa hay guiños a artistas a los que Dalí admiraba: Velázquez, Vermeer... Y, claro, no podía faltar Federico García Lorca, con quien le unió en su juventud algo más que una bonita amistad. A Lorca le hacía mucha gracia la palabra "cullereta". Dalí decoró una silla con cucharones.
En la buhardilla había una exposición con tres vestidos de Dior que lució Gala. Dalí colaboró con muchos diseñadores y la relación del matrimonio con Dior fue estrecha. Dalí y Dior se conocieron en París en los años 30. Ambos colaboraron estrechamente en el llamado 'El baile del siglo'. Organizado por el multimillonario mecenas y coleccionista de arte Carlos de Beistegui, congregó en el Palazzo Labia de Venecia a lo más granado de su tiempo. Incluyó un desfile de seis gigantes y un cabezudo que marcharon por la ciudad de los canales camino del Palazzo Labia. El cabezudo era Dior y dos de los gigantes, el matrimonio Dalí.
En el exterior del castillo hay una terraza con vistas al campo como podríamos encontrar en cualquier masía de la zona.
Abajo hay una calesa con la que a Gala le gustaba pasear y un Cadillac Sedán de Ville, el magnífico vehículo que trasladó el cadáver de Gala al castillo. También hay un Datsun naranja con el que hacía recados. Ese coche de marca japonesa fue un regalo que le hicieron a Dalí cuando colaboró en la publicidad para introducirlos en el mercado estadounidense. Parece que nunca les gustó mucho.
Y como el pintor no podía resistirse a los deseos de Gala, también tuvo allí ella su jardín soñado donde poder relajarse y pasear. Un jardín, claro, con su punto surrealista. ¿O de qué modo podía llamarse a esos elefantes con altas y delgadas patas de insectos?. ¿O a la fuente del estanque con una enorme cabeza de rape y varias cabecitas de Wagner (el compositor favorito de Dalí?.
Etapa anterior
Últimos comentarios al diario: 
Tema: 
Ir a tema del foro
