Una de las visitas que me hacia especial ilusión era visitar la minas de Riotinto, un lugar que parece sacado de una película de ciencia-ficción. Es importante sacar tus entradas antes de ir porque suele ser un lugar bastante concurrido, hay varias entradas combinadas, se puede hacer el recorrido con tren diésel o a vapor y visitar el museo y la casa 21, aquí os dejo el enlace para comprar las entradas : parquemineroderiotinto.es/ .
Una vez embarcamos en el encantador tren, con sus vagones de madera reconstruidos a partir de los planos del siglo XIX, iniciamos el recorrido hacia la mina, el recorrido es un auténtico espectáculo, recorriendo por zonas de tierras multicolores siempre acompañados por el río de aguas rojizas, es una parte del trazado original de la vía de 1875.
En la antigua estación pudimos observar antiguas máquinas de tren a vapor completamente oxidadas muy al estilo Mad Max, siguiendo hasta llegar a la zona más boscosa donde finaliza el trayecto, en esta parada nos dieron quince minutos para descender del tren y poder hacernos fotografías en mitad del río. Mientras tanto el maquinista aprovechó para cambiar la máquina al otro extremo de los vagones para preparar el regreso al punto de partida.
Visitamos el Museo Minero, donde conservan varias del máquinas de tren originales y pudimos informarnos de la historia de las minas, según nos contaron, fue un consorcio británico quien compró las minas al Estado por 92 millones de pesetas, al cabo de unos años a consecuencia de la emanaciones sulfurosas, el 4 de Febrero de 1888 se manifestaron los vecinos, pero el gobernador civil de Huelva llamó al regimiento de Pavia, quienes abrieron fuego sobre los manifestantes concentrados en la plaza de la Constitución produciéndose más de 100 muertos. En 1954 pasó a manos de una empresa española que ha cambiado varias veces de nombre hasta su cierre en 2001.
La siguiente visita fue la Peña de Hierro, situada a 10 Kilómetros de la población de Minas de Riotinto, cuya historia se remonta a la época Romana, pasando por varios propietarios hasta cerrar definitivamente en 1972, los materiales que contiene tiene una edad de 300 millones de años de origen volcánico sedimentario.
El recorrido lo hicimos acompañados por un guía que nos dirigió hacia la entrada en una de las galerías de 200 metros de longitud, el cual nos llevó hasta la mina a cielo abierto llamadas “Corta”. En este lugar es donde la N.A.S.A. realiza sus investigaciones para el proyecto Marte, pues dicen que se parece al entorno que podemos encontrar en el planeta rojo.
Regresamos a la población de Minas de Riotinto, para visitar el Barrio Victoriano de Bella Vista, fue construido en el año 1.883, por orden del director de las minas de Riotinto, Charles Prebble, el cual decidió construir un barrio independiente de la población autóctona, para que vivieran los dirigentes ingleses de la empresa, que constaba de unas cincuenta familias.
Donde en pocos años se creó una auténtica comunidad británica, protegida por un muro con dos entradas vigiladas por guardianes, sus habitantes vivían siguiendo sus tradiciones inglesas sin interesarles para nada la población autóctona, en su interior construyeron su propio cementerio en el que se encuentran 56 tumbas.
Pareció que de golpe nos hubieran teletransportado a una zona residencial en mitad de Inglaterra, con sus casas adosadas alineadas, su iglesia y su cementerio. En esta zona pudimos visitar la casa 21, un claro ejemplo de construcción de la época victoriana, la casa está completamente ambientada con mobiliario y enseres de finales del siglo XIX, consta de tres plantas y dos jardines.
A media tarde pusimos rumbo hacia la población de Aracena, a unos 30 kilómetros, ubicada en mirad de la sierra que le da el nombre, Sierra de Aracena, la cual forma parte de la famosa Sierra Morena. Uno de los lugares más visitados es la Gruta de las Maravillas, pero llegamos tarde y ya no quedaban visitas disponibles, así que nos dedicamos a visitar la zona del casco histórico.
Nos dirigimos hacia la Plaza Mayor, la cual está rodeada de unos fascinantes edificios que datan del siglo XVIII y XIX, es el centro neurálgico de la población de ahí que hay un gran ambiente.
Es un auténtico disfrute el recorrer sus callejuelas con sus casas encaladas de arquitectura típica andaluza. Durante el recorrido nos encontramos con varias ermitas de estilo mudéjar, pasando por la zona del lavadero público, la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, el Ayuntamiento de Aracena y la Ermita De Santo Domingo, en la parte alta de la colina se encuentra el Castillo de Aracena, dominando todo el valle, nosotros no lo visitamos ya que se estaba haciendo tarde, y tampoco nos apetecía subir hasta arriba de la colina.
Al dejar Aracena nos dirigimos hacia Alájar pasando por el puerto del mismo nombre con 837 metros de altitud, donde nos detuvimos para admirar las vistas de la sierra. Una vez en la población nos dimos un tranquilo paseo al atardecer por su casco histórico, a parte de la Iglesia Parroquial de San Marcos no es que tenga ningún otro edificio espectacular pero tiene su encanto.
Subimos hasta la Peña de Arias Montano, para visitar la Ermita de Nuestra Señora Reina de los Ángeles del siglo XVI, en la parte del jardín, dominado las vistas, se encuentra una curiosa puerta de acceso al antiguo jardín llamada el arco de los novios. Como ya estaba anocheciendo decidimos emprender el camino de regreso hacia Moguer donde llegamos bastante tarde pues aunque solo nos distanciaban 98 kilómetros tardamos casi una hora y media en llegar.
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