Varios timos más ✏️ Travel Journeys of Mediterranean Sea

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De verdad que estoy odiando lo que estoy escribiendo en este diario. No soy de los que se quejan. Pero en este viaje la compañía MSC y el barco MSC Spléndida se ha pasado conmigo y con todos los cruceristas. Ha sido una situación de abuso y timos generalizados con la excusa del covid.
Edito hoy 12 de Agosto, he visto que varios viajeros del blog afirman haber entrado en Montenegro, y más concretamente en Kotor, sin ningún problema. Ahora me acabo de dar cuenta que el cambio de etapa del crucero de Kotor a Split fue también un timo. Nos dijeron que había una cuarentena, pero parece que no es cierto. La explicación más lógica al cambio de etapa viene dada por las molestias que representaban la escala en Kotor, al parecer el puerto no está preparado para barcos de este tamaño, por lo que el desembarque tenía que ser con embarcaciones. Parece que a los tripulantes no les apetecía hacer tanto trabajo de estar todo el día yendo y viniendo del barco al puerto.
Seguimos con la comida: mala, mala, poquísima calidad, pobreza de ingredientes, poca cantidad . Lo de la poca cantidad ya lo puse en el diario que escribí de este mismo barco en el 2013. Lo de la mala calidad también, pero en estas cosas siempre hay niveles, y siempre se puede empeorar (o mejorar) pero en este caso era aún peor que en el 2013, muchísimo peor.
Eso sí, pizza margarita había disponible todo el día en la cubierta 14 en el buffet PagoPago (seguramente porque la pizza es de lo más barato que puedes cocinar) y pastelitos indigestos en la cubierta 6 en la Piazzeta también durante todo el día.
Y los espectáculos más de lo mismo, muy malos, muy baja calidad, a nivel de fiestas patronales de pueblo pequeño con poco presupuesto.
Muy poco personal, al camarero de planta de nuestro camarote apenas le vimos, arreglaban la habitación sólo una vez al día, y el sofá nunca lo vimos, siempre estaba la cama del sofá abierta (éramos tres en el camarote).
Ni un boli en la habitación cuando llegamos, no nos pusieron hielo, no había ni una hoja de papel, etc...
Ninguna de las pequeñas atenciones anteriores, nada de crema hidratante por ejemplo, no había pañuelitos.
La cisterna del inodoro falló varias veces durante el crucero. Según ellos era un fallo general. No hace falta decir las desagradables consecuencias.
El barco zarpaba a su gusto, ningún día a la hora, o mucho antes o mucho después.
El día (inexplicable) de navegación el barco navegó a la menor velocidad que nunca he visto en un barco de cruceros, lo mínimo para no perder el control y no quedar al pairo, porque la distancia entre Korfú y Split no justificaba de ninguna manera un día y una noche completas de navegación, y la ruta fue la más larga que se podía hacer, llegando a superar muchas millas la horizontal de Split para luego volver atrás otras tantas millas.
Apenas había camareros en los bares. Y en el buffet si querías una cocacola había que ir a la barra del bar, porque había un único camarero para todo el buffet.
En cuanto te descuidabas te habían cobrado dos veces las bebidas, quiero pensar que sin mala intención, simplemente por falta de personal y exceso de viajeros.
Y por último el sangrante impuesto revolucionario: 1 euro "voluntario" por pasajero para la fundación MSC. No te preguntan, directamente te lo cargan en la cuenta. Nosotros que somos voluntarios y colaboramos en varias ONG no sabíamos de la existencia de esa Fundación, y sabemos exactamente las diferencias entre una "fundación" (que no tiene que ofrecer cuentas públicas de sus ingresos, gastos y actividades) y una ONG (que tiene que ser completamente transparente en todas sus cuentas y actividades), y por supuesto pedimos inmediatamente que anularan el cargo del euro. De hecho en España está prohibido solicitar públicamente donaciones de dinero para fundaciones privadas.
El último día vimos en la factura final que nos habían cobrado una botella de agua de más.
Ya estábamos agotados de tantas reclamaciones y llamadas a recepción.
Lo dejamos estar.
Que les aproveche...
El traslado al aeropuerto de vuelta también fue de lo más divertido. Nos sacaron de la habitación a las 7,30 y del barco a las 10 de la mañana, y llegamos al aeropuerto de Venecia a las 11,30. Y nos dejaron allí, esperando 11 horas, porque nuestro vuelo salía a las 10 de la noche, que luego fueron las 10,30. El autobús que nos trasladó estaba completamente lleno, sin ningún respeto a las normas de seguridad del Covid.
¿Podían habernos llevado más tarde? ¿Podían habernos ofrecido una excursión a Venecia con traslado posterior al aeropuerto?
Seguro que sí, pero a estas alturas ya quedaba claro que a la tripulación del MSC Spléndida le pasaba como a Ramiro Sensible, mítico conductor de autobús en los "Apuntes Carpetovetónicos" de Camilo José Cela, que "tenía un odio africano a los pasajeros de su autobús".
A los de MSC sólo les faltó decirnos: "¡Amolarsus!"
Muchos pasajeros se quedaron en el aeropuerto esperando, nosotros, que ya estamos muy viajados, cogimos un barquito que nos llevó al centro de Venecia (el aeropuerto tiene su propio embarcadero que da directamente a la laguna) y allí encontramos una consigna para dejar las maletas muy cerca del puente de Rialto (la consigna del aeropuerto estaba llena) y pasamos un estupendo día por el centro de Venecia, y que fue, definitivamente, la mejor excursión de todo este viaje

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